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Historia real (Erica - capítulo final)

Si nuestra primera vez fué como fué se pueden imaginar cómo siguieron las cosas.
Conmigo descubrió su amor oculto por la lectura, se asombró con otras músicas y con el cine que jamás había visto, también desarrolló un interés por la buena comida y bebida...y en la cama nos convertimos en cómplices perfectos. Erica era, lo supe enseguida, un accidente esperando suceder. Yo solo abrí las compuertas y el torrente furioso encontró su cauce, nos gustábamos muchísimo, no había nada que nos detuviera, al poco tiempo ya eramos una maquinaria perfecta e imprevisible, bastaba mirarnos unos segundos a los ojos y todo se iba al diablo en minutos. Sí, fué amor también

Como les conté antes, desde el principio ella se mojaba de una manera inusual pero al poco tiempo comenzó con el squirting de manera feroz y descontrolada. Yo había conocido ya alguna mujer que tenía esa virtud pero Erica cruzó todos los límites conocidos por mi, recuerdo la vez que ella había comprado un juguetito nuevo. Estaba sentada en una silla, desnuda, y yo en otra frente a ella: el código era que se hacía lo que proponía yo y ella solo recibía. Comencé a jugar con el estimulador de clítoris mientras abusaba de ella como quería, le mordía los pezones, la agarraba de los pelos y le metía la pija entera en la boca, le daba algún sopapo ...ella se iba mojando más y más y así empapó la silla de cuero, mientras seguía con el juguetito en su clítoris también le metí un dedo para golpetear su punto G ...y así fué que llegó al climax con un grito desgarrador y sus jugos desbordaron la silla, sus piernas y llegaron hasta el piso en una catarata de éxtasis. Así eran nuestros rounds de amor y sexo.

Pero hubo una vez que voy a recordar para siempre por varias razones pero fundamentalmente porqué marcó nuestra relación para siempre y creo que también nuestra vida sexual más allá de nuestra historia de entonces.
Una noche, habíamos bebido una botella de Barón B tranquilos mientras fumamos un caserito potente que cultiva un amigo que, de eso, sabe mucho. Los dos estábamos en Júpiter y con los sentidos bastante alterados y en un momento me dice,

- Vamos a la cama...quiero hacerte unos masajes ...

Me acosté boca abajo; se sentó sobre mi cintura y comenzó a masajearme. Bueno ...no solo era un masaje, también me mordía un poco el cuello, se acostaba sobre mi rozando sus pechos y su conchita contra mi espalda. todo sucedía en una cámara lenta sensual y caliente. Así estuvo un rato hasta que me puso un aceite especial con aroma a naranjas el cuál, en ese momento, me pareció lo más rico que había olido en mi vida. Percibí claramente que se ella se estaba calentando en serio y que me agarraba de una manera cada vez más fuerte ....

- Me parece a mi o el masaje se está descontrolando ?

- No sé ...fíjate ....
Tomó mi mano y con cuidado la llevo hasta su entrepierna, ella estaba tan mojada como mi cintura.
Entonces se deslizó hasta quedar sentada sobre la parte posterior de mis muslos y primero me masajeó los glúteos, luego los separó y comenzó a jugar con mi culito, primero acariciando mi ano en círculos y luego con su lengua. Mi pija explotaba. Como pude, giré mi cabeza para mirarla cómplice y en ese momento ella se despegó de mi un poco, lo suficiente para que yo alcanzara a ver, a contraluz, los hilos de baba que caían sobre mis piernas desde sus conchita. Volvió a sentarse sobre mi mientras suavemente enterraba su dedo anular lubricado en mi culo, mientras lo metía y lo sacaba encendió el vibra sobre su clítoris, cerró sus ojos y entró en un trance alucinado. Claramente yo sentía su flujo tibio caer sobre mi espalda, en un momento comenzó a gemir muy suavemente, algo así como un ''aaahhh aaahhh'' interminable pero ahora sobre mi caía una lluvia caliente.
Sí, una lluvia dorada que caía sobre mi espalda y se escurría hacia abajo.
Me quedé quieto, excitadísimo. Ella fué volviendo en sí de a poco pero aún estaba transformada. Me dio vuelta y me corrío a un costado seco de la cama y de rodillas frente a mi volvió a meter un dedo en mi culo mirándome fijo a los ojos pero ahora era otra cosa y gracias a esa comunicación en el silencio que teníamos sonreí aceptando. Comenzó a hurgar suavemente en busca de mi próstata, mi pija ya estaba desaforada por todo lo que había pasado pero ahora con su dedo allá en lo profundo comencé a sentir algo diferente ....hasta que encontró el maldito punto y entonces sentí un estremecimiento inexplicable, un calor que nació desde el centro de mi cuerpo y en olas se expandió hacia afuera hasta que sentí que todos los demonios enfilaban hacia el mundo exterior y en el momento exacto en que ella acercó su boca estallé convulsionado en disparos interminables que fueron disminuyendo de a poco, lentamenente, hasta que cayeron las últimas gotas ....
Se acostó sobre mi, los dos estábamos aún jadeantes y con el corazón a punto de explotar. De a poco fuimos bajando y nos abrazamos. No fué necesario decir nada.

A través de la ventana, en silencio, nos quedamos escuchando cómo la noche seguía su curso inexorable.

1 comentarios - Historia real (Erica - capítulo final)

MagdalenaPagai
Leer en un mismo texto las palabras inexorable y pija es como comer panchos con guantes blancos.
Elprofesorloco +1
Y leer en el mismo texto ''poronga'' y ''enésima'' qué vendría a ser ? Vos no sos Bioy Casares precisamente ...
MagdalenaPagai +1
@Elprofesorloco Me la pusiste, saludos