Buenas mis amigos, compartiré con ustedes mis aventuras sexuales, por una cuestión de respeto, siempre mis amantes se llamarán Sandra, espero que disfruten de mis narraciones.
Corría el mes de febrero del año dos mil y pico, y comenzaba el curso inductorio o del profesorado de literatura, ese día el calor era insoportable, yo hacia un par de minutos que había salido de laburar, caminaba por la calle Leandro N. Al en rumbo al ex colegio Nacional donde se dictaban las clases.
Caminaba fresco con mis bermudas estampadas y camisa haciendo juego, morral cruzado con cuadernos y la sonrisa pícara que siempre llevo pintada, ya en el colegio, una horda de gente acalorada y dispersa en varios grupos murmuraba nerviosa como se arma rían los grupos de estudio, yo familiarizado con el lugar (no hacía mucho, había terminado mis estudios secundarios ahí) comencé a caminar entre el gentío, analizando, escuchando, y quizás en cierto modo buscando algo, en cierto momento, veo a un costado a una hermosa mujer, apoyada contra la pared, vestido negro, cortito, apenas llegaba a la mitad del muslo, un muslo bien formado, tenia un cuaderno de espiral que tomaba con ambas manos y dejaba reposar a la altura de su pelvis, me movi instintivamente como león jugando con su presa, ella levantó su mirada y me vio en pleno movimiento de aproximación, no bacile y la salude con una inmensa sonrisa en mi rostro -Soy alejo, literatura, exclame -Sandra, también literatura, contesto.
Al momento de la presentación, una aguda voz rompió la situación -"literatura, por favor, dirijanse al laboratorio de química por favor".
Minutos después nos encontrábamos en ese pequeño recinto, alrededor de 60 cuerpos acalorados en un lugar donde 30 personas se sentirían incómodos, con la mitad de ha cientos obviamente, pase directo al fondo del lugar y para mi asombro note que Sandra estaba a mi lado, 45 minutos después el orador aún explicaba el plan de estudios y las reglas de la institución, cosa que a decir verdad, no le preste mucha atención, en cambio me dediqué a observar a mi nueva conocida, note que aparte de muy lindas piernas tenía unos pechos hermosos y que para mi sorpresa no llevaba sostén, los minutos se sumaban y el cansancio también, en un momento, me senté en el piso, ella parada a mi lado se abanicaba con su cuaderno y aprovechando nuestras posiciones decidí mirar por debajo de él vestido aquel, divina sorpresa al notar que parecía no tener nada y al correr mi vista sus ojos chocaron con los míos -algo interesante? Dijo con una sonrisa en el rostro, - Demaciado, conteste.
Sabiendo ya de mi parte exploradora, subió la apuesta y se colocó justo delante mío, para dejarme contemplar su hermosa cola, no aguante dejar todo así y pase mi lengua por la parte trasera de su pantorrilla, a medida que lo hacía pude sentir como cuerpo se estremeció, tanto que una pierna se le afloja, me pare y me quede contra la pared, estaba exitado, a nuestro alrededor las personas no notaban nada, ella estaba a centímetros de mi y decidí acortar un pico más la distancia, la tome por la cintura y la acerque hacia mi, acerque su colita hermosa a mi miembro erecto, no puso ninguna resistencia, simplemente giro su cabeza y me hizo acercar para decirme algo al oído -Me parece que esta naciendo una hermosa amistad, me acompañas a casa cuando salgamos? Obviamente acepte.
Terminada la jornada aún quedaba luz de lo último de la tarde, mi erección había desaparecido por completo, pero no mi deseo de tener esa cola hermosa, caminamos por la calle Justa Lima de A tu cha, por Villa Fox, y decidimos ir a una de sus tantas escaleras que dan al bajo de la ciudad, una vez allí, me dijo, -Hagamos esto rápido, estoy muy caliente y ya no quiero imaginar tu pija, damela
Me senté en esa vieja escalera de cemento ella se arrodilló un par de escalones más abajo, abrió mi bermuda y se metió toda mi pija en su boca, durante unos segundos la mantuvo así mientras acariciaba mis huevos con sus manos, luego dio tres impulsos fuertes con su boca y el último le hizo hacer harcadas, sacó mi pija toda llena de saliva de su boca y me dijo - cojeme la colita que no aguanto más!!!
La puse en cuatro en la escalera, le subí el vestido y corrí su tan guita de encaje, metí la cabeza de mi pija dos o tres veces en su conchita, estaba toda mojadita, - La colita, dijo, y eso hice, su culito rosadito se resistió a los primeros tres o cuatro intentos, pero luego se abrió y dejo entrar toda mi pija, ambos gemimos de dolor y placer con una mano se sostenía y con la otra me acariciaba los huevos, yo muy caliente comencé a envestirla una y otra vez, hasta que me acabe entero en su colita, emitió un suspiro de placer, se dio vuelta y me beso,
Luego de ese día, siempre la acompañe un par de cuadras a la salida de clases y pasamos muy lindos momentos.
Espero que disfruten de este relato, es una parte de mi vida que dejó aquí, si tiene aceptación iré dejando más de mis historias.
Corría el mes de febrero del año dos mil y pico, y comenzaba el curso inductorio o del profesorado de literatura, ese día el calor era insoportable, yo hacia un par de minutos que había salido de laburar, caminaba por la calle Leandro N. Al en rumbo al ex colegio Nacional donde se dictaban las clases.
Caminaba fresco con mis bermudas estampadas y camisa haciendo juego, morral cruzado con cuadernos y la sonrisa pícara que siempre llevo pintada, ya en el colegio, una horda de gente acalorada y dispersa en varios grupos murmuraba nerviosa como se arma rían los grupos de estudio, yo familiarizado con el lugar (no hacía mucho, había terminado mis estudios secundarios ahí) comencé a caminar entre el gentío, analizando, escuchando, y quizás en cierto modo buscando algo, en cierto momento, veo a un costado a una hermosa mujer, apoyada contra la pared, vestido negro, cortito, apenas llegaba a la mitad del muslo, un muslo bien formado, tenia un cuaderno de espiral que tomaba con ambas manos y dejaba reposar a la altura de su pelvis, me movi instintivamente como león jugando con su presa, ella levantó su mirada y me vio en pleno movimiento de aproximación, no bacile y la salude con una inmensa sonrisa en mi rostro -Soy alejo, literatura, exclame -Sandra, también literatura, contesto.
Al momento de la presentación, una aguda voz rompió la situación -"literatura, por favor, dirijanse al laboratorio de química por favor".
Minutos después nos encontrábamos en ese pequeño recinto, alrededor de 60 cuerpos acalorados en un lugar donde 30 personas se sentirían incómodos, con la mitad de ha cientos obviamente, pase directo al fondo del lugar y para mi asombro note que Sandra estaba a mi lado, 45 minutos después el orador aún explicaba el plan de estudios y las reglas de la institución, cosa que a decir verdad, no le preste mucha atención, en cambio me dediqué a observar a mi nueva conocida, note que aparte de muy lindas piernas tenía unos pechos hermosos y que para mi sorpresa no llevaba sostén, los minutos se sumaban y el cansancio también, en un momento, me senté en el piso, ella parada a mi lado se abanicaba con su cuaderno y aprovechando nuestras posiciones decidí mirar por debajo de él vestido aquel, divina sorpresa al notar que parecía no tener nada y al correr mi vista sus ojos chocaron con los míos -algo interesante? Dijo con una sonrisa en el rostro, - Demaciado, conteste.
Sabiendo ya de mi parte exploradora, subió la apuesta y se colocó justo delante mío, para dejarme contemplar su hermosa cola, no aguante dejar todo así y pase mi lengua por la parte trasera de su pantorrilla, a medida que lo hacía pude sentir como cuerpo se estremeció, tanto que una pierna se le afloja, me pare y me quede contra la pared, estaba exitado, a nuestro alrededor las personas no notaban nada, ella estaba a centímetros de mi y decidí acortar un pico más la distancia, la tome por la cintura y la acerque hacia mi, acerque su colita hermosa a mi miembro erecto, no puso ninguna resistencia, simplemente giro su cabeza y me hizo acercar para decirme algo al oído -Me parece que esta naciendo una hermosa amistad, me acompañas a casa cuando salgamos? Obviamente acepte.
Terminada la jornada aún quedaba luz de lo último de la tarde, mi erección había desaparecido por completo, pero no mi deseo de tener esa cola hermosa, caminamos por la calle Justa Lima de A tu cha, por Villa Fox, y decidimos ir a una de sus tantas escaleras que dan al bajo de la ciudad, una vez allí, me dijo, -Hagamos esto rápido, estoy muy caliente y ya no quiero imaginar tu pija, damela
Me senté en esa vieja escalera de cemento ella se arrodilló un par de escalones más abajo, abrió mi bermuda y se metió toda mi pija en su boca, durante unos segundos la mantuvo así mientras acariciaba mis huevos con sus manos, luego dio tres impulsos fuertes con su boca y el último le hizo hacer harcadas, sacó mi pija toda llena de saliva de su boca y me dijo - cojeme la colita que no aguanto más!!!
La puse en cuatro en la escalera, le subí el vestido y corrí su tan guita de encaje, metí la cabeza de mi pija dos o tres veces en su conchita, estaba toda mojadita, - La colita, dijo, y eso hice, su culito rosadito se resistió a los primeros tres o cuatro intentos, pero luego se abrió y dejo entrar toda mi pija, ambos gemimos de dolor y placer con una mano se sostenía y con la otra me acariciaba los huevos, yo muy caliente comencé a envestirla una y otra vez, hasta que me acabe entero en su colita, emitió un suspiro de placer, se dio vuelta y me beso,
Luego de ese día, siempre la acompañe un par de cuadras a la salida de clases y pasamos muy lindos momentos.
Espero que disfruten de este relato, es una parte de mi vida que dejó aquí, si tiene aceptación iré dejando más de mis historias.
3 comentarios - Historias comunes #1 Compañera de estudios