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Compendio I
“Que no y que no y que estoy muy cansado.”
Así empezamos esta noche.
}:8
“Que no estoy de ánimos” y que “¿Por qué no escribes tú, mejor?”
Claro, yo no soy poeta y comparado con él, no soy buena.
Pero el muy malvado se ríe, porque le divierte cambiar roles.
Entonces, el muy malo se echa en mis pechos, bloqueándome la visión con su cabezota y me pide que escriba. ¡Cómo si pudiera escribir tan rápido como él!
}:8
Le molesta que use emoticones.
}:8 }:8
¡Más me molesta que no use sus palabras!
;P
Me gustan los emoticones. Para alguien como yo, con tanta “chispeza”, encuentro que son muy buenos para expresar sentimientos.
¡Que no use palabras que no existen! }:8
¡No escribe y más encima, me manda! }:8
¡Qué horror!
Además, el jugador de la selección de nuestro país, cuando peleábamos cuartos de finales en el mundial, contra Brasil, le dio vida a la palabra.
¡Pobrecito! ¡Me dio pena que se pusiera a llorar!
Me dice que si me voy a poner así, que no escriba.
}:8
¡Ya me ha puesto de malas y por supuesto que voy a escribir!
Quería que contara de la dupla que hicimos con mi prima. Me tira la excusa que como fui una de las participantes, que la puedo contar yo.
}:8
Pero luego del dramón de la semana en faena, quiero que siga contando y es que no me gusta que no escriba, porque se le olvidan detalles.
}:8
¡Estoy demasiado enojada para sentir vergüenza de escribir lo que pasa! ¡Se está portando muy mal!
😞
Me molesta que no me entienda. Cuando escribe a mi lado, es bonito, porque veo en sus ojos cómo se arma un mundo y me sorprende ver que estoy casada con él.
Y me pongo fogosa… porque pienso que es mi marido.
😕
Dice que me va a ayudar. Que le gustan “mis disparates”.
}:8
¡Conoce un montón de palabras y me dice las más hirientes!
Me toma las manos y me las besa. Me pide disculpas y lo veo en sus ojos.
😃
¡Está arrepentido!
¡Que igual le gusta como escribo y yo me pongo roja, roja!
🙂
¡Lo quiero de nuevo! ¡Es mi marido hermoso!
Me dice que me concentre y piense en el momento. Que no anote sus instrucciones, pero es que ya tengo una “medio-bitácora” y quiero aprender de él, haciendo un ayuda memoria.
Era la hora de almuerzo. Nos íbamos a parar de la sobremesa.
Lo que le dije a mi prima, la pilló de sorpresa.
“¿Te gustaría dormir con nosotros?” creo que le dije.
-Describir cómo estábamos.
Ellos se pusieron raros, como siempre que digo esas cosas.
Nunca entiendo por qué se alteran tanto. Sé que soy extraña, pero a estas alturas no les debería sorprender.
Se ríe a mi lado. Me dice que soy muy graciosa. 🙂
Me dice que parezco una gatita. 🙂
¡Me gustan mucho los gatitos!
Ñiau, ñiau.
A mi tía le sorprendió, porque nunca pensó que dijera eso.
“Es que tía, usted no lo ha intentado.” Le dije yo. “A mí me gusta compartir a mi marido con mujeres que lo quieren.”
Mi tía se puso roja y Celeste me preguntó.
“¿Y lo ha hecho varias veces?”
“¡Muchas!” le dije yo y le empecé a enumerar. “Con mi prima, mi hermana, mi mamá, una amiga que conocí aquí, la vecina…”
Celeste también se puso roja y mi marido bajo la mirada.
}:D
¡Aprovecho de describir a mi marido! 🙂
Es alto. Mide cerca de 1.80 m. Tiene cabello corto, negro, muy ordenado y bien cuidado. Unas cejas bien grandes y pestañas gruesas. Sus ojos son de color café.
Anda siempre limpiecito. Uñas cortas y limpias. Afeitado, aunque me gusta más que no se afeite, porque la barba lo hace ver mejor. Pero él dice que le molesta, que le pica la cara.
😞
En gustos, no hay nada escrito.
Su nariz es larga y bien bonita. No sé de narices, pero no es un pinocho. Su nariz es chiquitita y muy tierna.
Sus labios son algo gruesos, con dientes blanquitos y bien cuidados y su mentón es redondito, pero no tiene papada. 😃
¡Está rojo de vergüenza! ¡Parece que voy bien! 🙂
Lo que más llama la atención son sus hombros anchos, porque le dan un poco de pecho de valiente. Como si fuera superhéroe.
Sus brazos no son gruesos. No tiene mucho musculo, pero tampoco es una rama.
Son brazos normales.
¡No es gordito! 🙂
Si mi marido es lo que come, entonces él es sano.
A veces, le sale su pancita, porque le gustan las pizzas, las hamburguesas y los hot-dogs, pero come poquitas veces al mes. 🙂
¡Dice que prefiere comer la comida de su esposa!<3<3
¡Es muy divertido! 🙂
Su cintura. No es muy grande, pero su trasero está bien formado. 😛
Por la noche, cuando se desviste, no puedo evitar mirarle la cola y aun me da un poquito de vergüenza, porque él siempre ha sido caballero y nunca me ha mirado con malas intenciones cuando estoy vestida.
🙂
Dice que sí, que me ha mirado. 😛
Y su pene… ¿Qué más puedo decir de su pene?
A mí me gusta. El del vecino es más largo y delgado, pero el de mi marido es gordito y está bien cuidado.
Debe medir un poquito más grande que mi mano estirada cuando está erecta y me cuesta agarrarla con una mano, sin apretarle demasiado.
Es rosadita, con una cabecita del porte de una cascara de almendra.
Sus bolas son del porte de naranjas, algo peludito.
;o
Mi marido se ha puesto colorado al preguntarle si puedo comer su banana.
Sus piernas son curiosas. Sus muslos están bien formados, pero sus piernas son delgadas. No que me desagrade, porque le quedan elegantes y deportivas.
Pero mi marido no tiene piernas de futbolistas, de esas gruesas que parecen patas de minotauro.
Él se ríe con mi comparación. 😃
Y es lampiño. No tiene mucho pelo, que igual me gusta, porque papá tenía mucho pelo en todas partes, salvo en la cabeza. 😛
Dice que vaya al grano, que no me distraiga tanto. 😛
Mi prima aceptó, con mucha vergüenza.
No quería contármelo, pero tenía mucha curiosidad por mis pechos.
Es raro tener los pechos más grandes. 😕
Por ejemplo, antes podía ver mis pies cuando estaba parada, pero ahora, tengo que acomodarlos si quiero hacerlo.
Además, ahora debo usar sostén todos los días, porque me duelen un poco si no los uso.
Y he notado que mis pezones han crecido de tamaño, aunque le echo la culpa a mi esposo, porque le encanta chuparlos más de la cuenta.
}:8
¡Pero me gusta que lo haga! 😃
-Describir cómo estamos vestidos.
A mi prima le gusta usar faldas y ese día, creo que usaba una tipo hippie, de color verde o amarillo.
No lo sé. No estoy segura. Pero si recuerdo que usaba una camisa rosada, porque después, cuando comparamos nuestros portes, ella tuvo que desabrocharse y mostrarme el sostén.
-Que no me adelante en los hechos, para mantener el suspenso.
Yo usaba un pantalón de mezclilla y una polera blanca, con la cara de un conejo dibujado por delante, muy bonita y tierna, de algodón que me compró mi marido.
-No ser tan enfática con los detalles
Él siempre usa pantalones largos. Tiene piernas muy bonitas, pero siempre es muy serio para vestir.
Creo que usaba una camisa manga corta, negra o azul.
-Colores no son muy importantes.
¡Qué complicado! Y a él le sale tan fácil.
😞
-Que me concentre en lo que sentíamos en esos momentos. Que imagine que estamos en esa noche.
Mi prima estaba tensa. Desde la vez que dormimos juntas, le da algo de miedo participar en tríos conmigo.
Confieso que todavía siento envidia de su cuerpo. Aunque sus pechos son del mismo porte que los míos, los sigo admirando como antes y por eso no me enojé cuando llegó, porque también tenía ganas de tocar los suyos al verlos.
¡Dice que voy mejor! ¡Que me concentre más! 🙂
Le pregunté si le interesaba probar mi leche. Le dije que a mi hermana le había gustado.
Me miró raro otra vez, pero le aseguré que no había problemas, porque se sentía muy bien.
Le pedí a mi marido que lo hiciera, para que viera que no era nada anormal.
-Describir dónde y cómo estábamos
Estábamos en el dormitorio, de pie. Yo me había descubierto los pechos y las pequeñas dormían tranquilas en su cuna.
Mi marido empezó a probarla suavemente. Me gusta sentir sus labios en los pezones, porque se siente como si los besara con ternura.
Mi prima imitó a mi marido, con algo de timidez. Fue agradable sentir la boca de ambos, probando mi leche, porque no son cómo las pequeñas, que a ratos quieren leche y a ratos no.
¡También me molesta que no pueda decir el nombre de mi prima! ¡Lo hace ver todo tan frio!
Aunque Pamela es un nombre muy bonito, me gustaría decir el de mi prima aunque fuera una vez, de alguna manera discreta.
😞
Me dice que no lo haga, porque lo puedo meter en problemas. 😞
EspeRO que MI prima NAda vea de esta nueva bitácora. ;P
Pero le aseguro que si mi prima la llega a ver, yo me haré responsable por divulgar nuestra historia.
Fue entonces que decidimos comparar tamaños y texturas. Los de mi prima siguen luciendo muy bonitos, aunque los míos están más blancos y esponjosos.
Entonces, pedimos que se desnudara él.
A mi prima le da vergüenza ver el pene de mi esposo a mi lado, lo que no entiendo bien, si la invité con ese fin.
Empecé a masajearlo suavemente, estrujándolo y sacudiéndolo muy despacio, agachada de rodillas.
Su puntita brillante me llamaba para que la probara y le hice caso.
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0 comentarios - Siete por siete (61, parte 1): De gatas y pescados