Hay situaciones en la vida que se convierten en un antes y un después; a mi me ocurrió hace unos años (no muchos) cuando tenia 19, si bien habia estado de novia dos veces y ya no era virgen, nunca había tenido sexo ocasional, nunca hasta ese día.
Era diciembre, volvía de rendir un final en la facultad y al llegar a mi casa me di cuenta que no tenia las llaves. Aunque sabia que no había nadie toque timbre esperando que el destino se apiadara de mi, pero una vez mas no tuve suerte.
El calor era insoportable, no podía resignarme a sentarme dos horas a esperar a mi hermano, así que me puse a revolver de nuevo la cartera. Estaba agachada, con apuntes, billetera, celular y un montón de cosas innecesarias tiradas en el piso cuando escuche que me hablaron:
-estas bien?
-si, gracias- contesté sin levantar la cabeza
-disculpa, te vi ahí y pensé que te habian robado- me di cuenta que quien me hablaba se había acercado, así que lo mire
-no... Dije nerviosa -no encuentro mis llaves.
El que se acercó era mi vecino, de la casa de al lado, un tipo de unos treinta y pico del que poco y nada se sabia. Por supuesto que las chusmas del barrio se habían encargado de elaborar las teorías mas variadas acerca de su ocupación, sus hobbies y hasta sus preferencias sexuales. La realidad es que el tipo era todo un misterio.
-y que vas a hacer? Me preguntó
-voy a esperar a mi hermano, no me queda otra. Le respondí mientras terminaba de guardar mis cosas y me levantaba del suelo
-no lo tomes a mal pero hace demasiado calor, porque no entras a mi casa y tomas algo fresco?
Yo había estado estudiando hasta muy tarde la noche anterior, el sol me estaba derritiendo y me sentía una estúpida por lo de las llaves, la verdad que no me estaba sintiendo muy bien. Mire para todos lados verificando que mis vecinas "las autoras de cuentos de ficción" no estuviesen por ahí y acepte la invitación.
La casa no tenia nada extraño, al final mi vecino no secuestraba chicos ni vendía sustancias prohibidas ni robaba órganos, la casa era solo eso, una casa.
Estaba distraída con mis pensamientos cuando apareció en el comedor con una jarra de agua.
-sentate, me dijo mientras me indicaba una silla.
-soy Cláudio
-Camila, respondí antes de tomarme el agua que estaba fresquisima.
-es increíble, hace años que somos vecinos y nunca habíamos hablado
-vos no andas mucho por el barrio
-la verdad que no, pero bueno, estamos a tiempo de conocernos...
Mientras hablaba acerco su silla, la pegó a la mía y me acarició la pierna, yo me paré dando un salto
-gracias por el agua, ya me voy
Me agarro de la cintura y me apretó contra la mesa, se me acerco al oído y me susurro
-relajate, la vas a pasar bien.
Me mordisqueo la oreja mientras sus manos bajaban hasta mis rodillas, me beso el cuello al tiempo que con las manos hacia el camino inverso en mis piernas pero esta vez levantándome la pollera. Yo estaba paralizada, de a poco el miedo se transformo en excitacion y el se dio cuenta. Del cuello pasó al mentón y de ahí derecho a mi boca, nos fundimos en un beso que terminó de desechar mis prejuicios, sus hábiles manos me acariciaban la cola y en un solo movimiento me hizo sentar en la mesa, me incline hacia atras apoyandome en los codos y separe las piernas. Claudio se alejó unos pasos y me miro sonriendo, no dijo nada, no hacia falta. Me sacó la bombacha y metió su cara en mi entrepierna, lamió, mordisqueó y jugo a su antojo con mi vulva, yo empecé a gemir y me terminé de acostar en la mesa.
-si bebe, liberate, goza...
Volvió a su tarea oral y la acompañó con dos dedos que entraron lentamente en mi mojada vagina y se fueron moviendo cada vez con mas ímpetu, un orgasmo larguísimo y delicioso se apodero de mi.
-siiiiiiii, asiiiiii grite mientras mi cuerpo se arqueaba descontrolado.
Me volvió a sentar para sacarme la remera y el corpiño. Atacó mis tetas sin piedad, las apretó y succiono los pezones desesperado, yo había quedado mas que sensible después de aquella acabada que hacia tiempo no tenia, de echo creo que nunca había sido tan intensa.
Definitivamente no era yo, o no era la versión que yo conocía de mi misma, no me importaba nada mas que el placer que estaba sintiendo, le desabroche el pantalón y lo fui desnudando, una pija sublime salio a escena, hasta una inexperta como yo podía distinguirla.
Otra vez las palabras no fueron necesarias, me arrodille en el piso y la tomé en mis manos, rosada, con unas venas saltonas y un glande que brillaba por el liquido pre seminal, me la metí en la boca empapándola de saliva y la chupe sin dejar de mirarlo a los ojos, fue instintivo. Me agarró de la nuca y me ayudo a llevar el ritmo, pude sentir como crecía mas todavía.
-que petera resultaste! Veni que si seguís así me vas hacer acabar.
Se sentó en la silla con su verga erguida y tomandome de la mano me acercó hasta el.
-sentate acá, metetela toda.
Me puse de frente dejándole las tetas a la altura de la boca y me senté despacito, sintiendo cada centimetro, sintiendo como me invadía el grosor de su pija, como mi interior se dilataba para dejarlo entrar.
Cabalgue desenfrenada disfrutando de las caricias en la espalda y los besos en el cuello que se alternaban con los maravilloso encuentros de su boca y mis tetas.
No aguanté mucho mas ese combo y estallé de nuevo, mis jugos lo bañaron, los gemidos no cesaban. Sin separar nuestros transpirados cuerpos se paró y volvió a ponerme en la mesa, me acosté y el bombeó con mucha fuerza agarrándose de mis caderas.
-que putita hermosa sos!!!!
Me la sacó apurado y descargó su semen caliente en mi panza. Agitados nos volvimos a besar.
-viste? Te dije que la ibas a pasar bien, y esto no fue nada.
Continuara...[/size]
Era diciembre, volvía de rendir un final en la facultad y al llegar a mi casa me di cuenta que no tenia las llaves. Aunque sabia que no había nadie toque timbre esperando que el destino se apiadara de mi, pero una vez mas no tuve suerte.
El calor era insoportable, no podía resignarme a sentarme dos horas a esperar a mi hermano, así que me puse a revolver de nuevo la cartera. Estaba agachada, con apuntes, billetera, celular y un montón de cosas innecesarias tiradas en el piso cuando escuche que me hablaron:
-estas bien?
-si, gracias- contesté sin levantar la cabeza
-disculpa, te vi ahí y pensé que te habian robado- me di cuenta que quien me hablaba se había acercado, así que lo mire
-no... Dije nerviosa -no encuentro mis llaves.
El que se acercó era mi vecino, de la casa de al lado, un tipo de unos treinta y pico del que poco y nada se sabia. Por supuesto que las chusmas del barrio se habían encargado de elaborar las teorías mas variadas acerca de su ocupación, sus hobbies y hasta sus preferencias sexuales. La realidad es que el tipo era todo un misterio.
-y que vas a hacer? Me preguntó
-voy a esperar a mi hermano, no me queda otra. Le respondí mientras terminaba de guardar mis cosas y me levantaba del suelo
-no lo tomes a mal pero hace demasiado calor, porque no entras a mi casa y tomas algo fresco?
Yo había estado estudiando hasta muy tarde la noche anterior, el sol me estaba derritiendo y me sentía una estúpida por lo de las llaves, la verdad que no me estaba sintiendo muy bien. Mire para todos lados verificando que mis vecinas "las autoras de cuentos de ficción" no estuviesen por ahí y acepte la invitación.
La casa no tenia nada extraño, al final mi vecino no secuestraba chicos ni vendía sustancias prohibidas ni robaba órganos, la casa era solo eso, una casa.
Estaba distraída con mis pensamientos cuando apareció en el comedor con una jarra de agua.
-sentate, me dijo mientras me indicaba una silla.
-soy Cláudio
-Camila, respondí antes de tomarme el agua que estaba fresquisima.
-es increíble, hace años que somos vecinos y nunca habíamos hablado
-vos no andas mucho por el barrio
-la verdad que no, pero bueno, estamos a tiempo de conocernos...
Mientras hablaba acerco su silla, la pegó a la mía y me acarició la pierna, yo me paré dando un salto
-gracias por el agua, ya me voy
Me agarro de la cintura y me apretó contra la mesa, se me acerco al oído y me susurro
-relajate, la vas a pasar bien.
Me mordisqueo la oreja mientras sus manos bajaban hasta mis rodillas, me beso el cuello al tiempo que con las manos hacia el camino inverso en mis piernas pero esta vez levantándome la pollera. Yo estaba paralizada, de a poco el miedo se transformo en excitacion y el se dio cuenta. Del cuello pasó al mentón y de ahí derecho a mi boca, nos fundimos en un beso que terminó de desechar mis prejuicios, sus hábiles manos me acariciaban la cola y en un solo movimiento me hizo sentar en la mesa, me incline hacia atras apoyandome en los codos y separe las piernas. Claudio se alejó unos pasos y me miro sonriendo, no dijo nada, no hacia falta. Me sacó la bombacha y metió su cara en mi entrepierna, lamió, mordisqueó y jugo a su antojo con mi vulva, yo empecé a gemir y me terminé de acostar en la mesa.
-si bebe, liberate, goza...
Volvió a su tarea oral y la acompañó con dos dedos que entraron lentamente en mi mojada vagina y se fueron moviendo cada vez con mas ímpetu, un orgasmo larguísimo y delicioso se apodero de mi.
-siiiiiiii, asiiiiii grite mientras mi cuerpo se arqueaba descontrolado.
Me volvió a sentar para sacarme la remera y el corpiño. Atacó mis tetas sin piedad, las apretó y succiono los pezones desesperado, yo había quedado mas que sensible después de aquella acabada que hacia tiempo no tenia, de echo creo que nunca había sido tan intensa.
Definitivamente no era yo, o no era la versión que yo conocía de mi misma, no me importaba nada mas que el placer que estaba sintiendo, le desabroche el pantalón y lo fui desnudando, una pija sublime salio a escena, hasta una inexperta como yo podía distinguirla.
Otra vez las palabras no fueron necesarias, me arrodille en el piso y la tomé en mis manos, rosada, con unas venas saltonas y un glande que brillaba por el liquido pre seminal, me la metí en la boca empapándola de saliva y la chupe sin dejar de mirarlo a los ojos, fue instintivo. Me agarró de la nuca y me ayudo a llevar el ritmo, pude sentir como crecía mas todavía.
-que petera resultaste! Veni que si seguís así me vas hacer acabar.
Se sentó en la silla con su verga erguida y tomandome de la mano me acercó hasta el.
-sentate acá, metetela toda.
Me puse de frente dejándole las tetas a la altura de la boca y me senté despacito, sintiendo cada centimetro, sintiendo como me invadía el grosor de su pija, como mi interior se dilataba para dejarlo entrar.
Cabalgue desenfrenada disfrutando de las caricias en la espalda y los besos en el cuello que se alternaban con los maravilloso encuentros de su boca y mis tetas.
No aguanté mucho mas ese combo y estallé de nuevo, mis jugos lo bañaron, los gemidos no cesaban. Sin separar nuestros transpirados cuerpos se paró y volvió a ponerme en la mesa, me acosté y el bombeó con mucha fuerza agarrándose de mis caderas.
-que putita hermosa sos!!!!
Me la sacó apurado y descargó su semen caliente en mi panza. Agitados nos volvimos a besar.
-viste? Te dije que la ibas a pasar bien, y esto no fue nada.
Continuara...[/size]
30 comentarios - Mi vecino el pervertido
Un poco inverosímil para una supuesta chica con poca experiencia pero bue........ Igual esta entretenido...........van puntos. Beso
Me quedé sin puntos así que por hoy te los debo, pero volveré!
Gracias por compartir!!
Besos
Mimilau 💕
ya te estoy siguiendo y voy a leer la continuacion
saludos Misko
Ahora me paso por el resto : D!