Me llamo Liza, soy una mujer lesbiana de 24 años y vivo en Puebla, México; sin duda alguna este relato me cuesta trabajo, en parte por la vergüenza, en parte por el morbo, inevitablemente, en parte por la excitación.
Mi historia comienza curiosamente al final, desnuda en una cama, sudando, vibrando; sintiendo cada fibra de mi cuerpo, extasiada, en el orgasmo. Debido a estas razones, y lo que es mas fuerte, la causa, decidí escribir esto, para por fin liberarme, para por fin vivir, para dar rienda suelta a mi mente y romper con las cadenas que me oprimen.
Mi familia esta compuesta por mi padre y madre, mi hermana Paola y yo, y mi relato de manera mas especifica esta compuesto por mi hermana Paola y yo, sin lugar a dudas, esta experiencia me marcó.
Paola tiene 19 años, y humildad a un lado, es una chica tal vez un poco por encima del promedio en todo sentido, es muy astuta, crítica e inteligente, y tiene un cuerpo que si bien no es de modelo, no se queda nada lejos: 1.68m de estatura, 40 kg de peso, tez blanca. Curvas muy marcadas, superadas cada una solo por la anterior, tiene senos grandes y firmes, redondos, pezones rosas y cabe resaltar que no existe manera de no verlos, aun cuando tampoco son excesivamente grandes; simplemente son perfectos.
En cuanto a lo demás, tiene un abdomen plano, con una figura delineada, estética y apenas ligeramente marcada, como el estereotipo de una bailarina de ballet. Incluso sus piernas son largas, no delgadas sino torneadas, con forma y sus muslos simplemente son el pecado que todos queremos cometer, pero que yo si cometí. Por demás, sus nalgas son muy firmes, levantadas, redondas, aunque quizás no muy grandes, del tamaño normal para una chica de su complexión y de su edad, que se ejercita constantemente y por lo mismo no son de un tamaño mayor.
En cuanto a mi, pues considero que no me comparo con ella, mido 1.65m, peso 34kg y realmente lo único en lo que puedo competir con ella, incluso por sus propias palabras es con mis senos, que si son grandes, casi como los de ella, redondos también y firmes, con pezones pequeños y rosados, que me delatan cada vez que estoy excitada, sin importar donde esté, como ahora, en mi cama, recordando todo de manera tan lúcida, como si estuviera pasando en este mismo momento.
Por lo demás, tengo piernas delgadas, no tan torneadas como las de Paola, mis nalgas considero que son bonitas pero pequeñas y mi abdomen es plano y medianamente marcado, ya que practico ballet aunque no de manera muy regular.
Pero basta de tanto preambulo, comencemos con la historia que les vine a contar...
Era un martes 9 de diciembre de 2014, un día como cualquier otro en un mes que para mí es como cualquier otro, estaba en mi casa, con mis padres y con pao, cada quien en lo suyo y haciendo planes para el transcurso del día; para mis padres, salir a una cena navideña un tanto apresurada y fuera de tiempo debido a que sus amigos no podían estar todos juntos otro día. En cuanto a mi hermana, se encontraba haciendo planes para hacer una fiesta, que mas que eso, una reunión a espaldas de mis papás en nada mas y nada menos que nuestra propia casa, y yo, sin ningún otro plan que tener una charla erótica con mi novia, que se encontraba fuera del estado dejándonos sin la posibilidad de gozar de la otra.
Cuando mis padres se fueron de casa, aproximadamente a las 8 de la noche, tanto Paola como yo sabíamos que no volverían hasta muy entrada la madrugada, tal vez entre 4 am y 6 am, a juzgar por su evento, y Paola y yo no dudamos en subir a nuestra habitación, cada quien a lo suyo y sin preguntar mucho, ya que yo sabía desde antes cual era su plan, y ella que ya sabía que yo era lesbiana, también sabía vagamente cual era mi plan. Nos apresuramos a cambiarnos, como dormimos juntas no nos queda de otra que cambiarnos juntas y ese dia no fue la excepción.
Yo le había prometido a mi novia ponerme algo sexy para la ocasión, ya que se supone que era una llamada por teléfono erótica, pero también había la posibilidad de una charla por videollamada, lo cual me haría tener que cumplir con mi promesa. Elegí para la especial ocasión un leotardo de ballet de tanga que a ella le gusta mucho, es para usar con medias y toda la cosa pero mi novia me pidió que me lo pusiera sin las medias, y mejor con una minifalda y unos tacones altos, asi que me dispuse a buscar mi ropa y a pesar de que sabía perfectamente donde estaba, decidí esperar para que Paola se cambiara primero, ya que me daba verguenza que viera lo que iba a hacer.
Paola no estaba muy preocupada por mis asuntos, ya que estaba pensando mas en sus propios planes, y en total silencio, mientras yo hacia tiempo para que saliera de la habitación, ella comenzó a desvestirse, y ahí fue donde noté que tenía muy buen cuerpo, recuerdo perfectamente que para su reunión, su vestimenta era un poco, reveladora: Se puso una tanga de encaje de corte muy alto, como tipo brasileña color negra, la cual dejaba apreciar perfectamente su bien depilada vagina, aunque yo fingía no hacer mucho caso a esto. Acompañó su vestimenta con un sostén parte del conjunto también negro, de encaje, igualmente revelador, media copa y muy sensual, y arriba se puso un vestido medio formal, muy sensual y ajustado que dejaba apreciar perfectamente su gran figura.
Al darme cuenta de esto, yo le pregunté a quien estaba esperando recibir hoy, ya que se estaba arreglando mucho como para una simple cena y unos tragos, a lo que ella me contestó que a unos amigos y amigas, todos de su preparatoria y que estaba muy arreglada porque habían quedado en ir todos un tanto formales.
Inmediatamente, Paola me preguntó cuáles eran mis planes para esa noche, a lo que yo le contesté, algo sonrojada, que iba a hablar con mi novia un rato y que después seguramente me iría a dormir, cosa que por supuesto no era tan sencillo, y que supongo que ella notó, debido a la sonrisa cómplice que me lanzó inmediatamente después.
Mientras Paola se arreglaba y yo perdía el tiempo, me invitó a cenar con sus amigos, una vez que yo hubiera terminado de hablar con mi novia, o incluso antes, dependiendo del horario de su cena y el horario de mi llamada, o videollamada, o lo que fuera, que ni yo terminaba de entender todavía. Le respondí que si me gustaba la idea de estar con ellos mientras mi novia me marcaba, ya que no quería estar sola y aburrida esperando una llamada, o lo que fuera, entonces comencé a buscar que ponerme para acompañarla en su cena, y después de un rato di con un vestidito sexy y lindo, color negro también, un poco menos escotado que el de ella, debido a que yo llevaba un leotardo abajo; holgado cintura para arriba y muy pegado hacia abajo.
Cuando al fin llegaron sus amigos, ambas bajamos a recibirlos y nos pusimos a tomar unos tragos y mas que a cenar, a charlar todos sobre sus planes navideños, tema que particularmente no me apasiona, ya que no festejo mucho eso. Mientras ellos conversaban y yo mas que conversar de vez en cuando aportaba algo, me preocupaba mas porque no se fuera a notar lo que traía debajo del vestido ya que era holgado y se podía ver lo que traía debajo si hacía un movimiento muy repentino.
Cuando ya estaban por irse los amigos de mi hermana, no pude evitar notar, entre las copas que traía encima, y las que en general todos traiamos encima a esa altura, que Paola no dejaba de acariciarse la pierna por debajo del vestido, a veces a tal punto que casi podia ver su tanga, y no se porque eso comenzó a excitarme un poco, quizás por el alcohol, por lo que yo intentaba disimular cruzando las piernas para no hacer lo mismo que ella. Por fin después de 5 minutos de sentirme rara, sus amigos se fueron, eran las 12 de la noche y aún quedaba mucho por delante.
Despedimos a sus amigos y Paola y yo nos quedamos a tomar unos tragos en la mesa, ya que la cena había terminado mucho tiempo antes de lo planeado, podíamos estar un rato ahí conversando sin problemas, y en un momento totalmente inesperado, Paola se sentó a mi lado, ya ambas pasadas un poco de copas, y me preguntó de manera muy pícara que era lo que había planeado esa noche con mi novia. Yo jamás hubiera contestado a eso en circunstancias normales, pero ya me sentía un tanto ebria y no le di mucha importancia; asi que le comenté que mi novia me habia pedido usar el leotardo, que probablemente ibamos a hablar por skype y a tener una noche de cibersexo o algo así. Ella muy emocionada me preguntó si traía puesto el leotardo en ese momento y cuando le dije que si, un tanto sonrojada, ella no pudo evitar sonrojarse aún mas, diciendome, te has de ver de lo mas sexy así.
Yo no supe como reaccionar, me sentía excitada por las copas y confundida por su comentario y me quedé callada, pero ella inmediatamente rompió el silencio y me preguntó si podía ver mi pequeño "disfraz". En ese momento yo estaba muy sonrojada y le pregunté porque quería verme asi, a lo que ella respondió que quería comprarse uno pero le daba pena verse mal. Le contesté que como podría decir que se vería tan mal usando cualquier cosa? si ella era tan sexy y tenía un cuerpo asombroso y ella se sonrojó mucho y me cotestó que no me hiciera tonta, que le mostrara.
Cuando por fin accedí, ya me había tomado otros 5 vodkas, y ella también, así que le dije que subieramos a la habitación para que le mostrara. Al ir subiendo las escaleras yo temblaba por dentro por estar accediendo a eso con mi propia hermana, y también por el morbo de quitarme el vestido y dejarle ver mi atuendo especial para mi novia, que en ese momento ya ni pensaba en ella.
Al llegar a la habitación ella se sentó en la cama, aún con un vodka en la mano, y me apuró a que me quitara el vestido, entre risitas y una clara excitación que ya no podía ocultar, se rozaba el cuello con la mano, se agarraba las piernas y respiraba algo rápido. En ese momento le dije que le dejaría ver todo, pero que ella igual tendría que quitarse el vestido, para que me sintiera tranquila, pero la verdad era que moría por verla, me sentía excitada y necesitaba ver su tanga de encaje, sus senos, sus piernas.... no se porque me pasaba todo eso, simplemente necesitaba hacerlo.
Cuando por fin accedió, yo comencé a bajar el cierre de mi vestido, Paola respiraba muy agitada, sonrojada y casi sin darse cuenta llevaba sus manos entre sus piernas, al borde del vestido, yo lo noté pero seguí bajando el cierre. Poco a poco, el vestido calló, dejando ver mi cuerpo en ese leotardo negro, muy ajustado, de licra y tanga por detrás, ella no pudo evitar lanzar un leve sonido. Me acerqué a ella que estaba sentada al borde de la cama, con las piernas cerradas, asi que cuando sus rodillas me estorbaron, de manera inconsiente, abrí las mias al momento que seguía acercandome hacia ella, su cara era de sorpresa total, respiraba muy agitada, estaba totalmente roja, su cara daba casi directamente a mi abdomen, yo estaba muy nerviosa, confundida, mi corazón latía tanto que sentía que se me iba a salir, y de repente ella levantó una mano, como queriendo tocar mi abdomen, pero no llegó a su destino, la intentó bajar nuevamente, pero no la dejé, rápidamente tome su mano y suavemente la llevé al borde de mi leotardo, poniendola de tal manera que la punta de sus dedos quedara por debajo, ella casi no podía respirar ya en ese momento, y yo sentía que mis piernas me iban a fallar en cualquier instante.
No recuerdo con exactitud los diálogos, o se los pondría por aquí, entre otras cosas, recuerdo que le dije: está un tanto ajustado, no crees? Paola me respondió, apenas podía hablar: Si, pero se te ve muy bien, me gustaría tener uno así. Le respondí que ella también me debía algo, asi que me hice un paso para atrás y suavemente la tiré de las manos para que se levantara, ella no podía ni parpadear, así que le dije que le ayudaría, ella solo asintió en silencio.
Lo que pasó después fue el momento mas erótico de mi vida, mas excitante, mas confuso, mas completo. Poco a poco le quité el vestido, yo sentía que había 50 °C ahí, no podía respirar, me temblaban las manos, me sentía excitada y confundida, pero por fin cuando le quité el vestido, no lo dejé caer, me hinqué y fui acompañando su caída lentamente hasta sus talones, los cuales rocé con mis dedos, lentamente fui subiendo, hasta llegar arriba de su rodilla, donde ella soltó un gemido leve y ahogado, yo sabía que podía continuar.
Separé levemente sus piernas, ella estaba de pie, seguí subiendo hasta su vagina, la toqué suavemente y ella soltó otro gemido, esta vez mas fuerte, yo no podía respirar, estaba muy excitada, sentia como se mojaba mi vagina y lentamente el leotardo, seguí tocandola, sentí que ella igual se humedecía, separaba las piernas lentamente, gemía y se desabrochaba el sostén al mismo tiempo, no creía lo que estaba pasando, ni siquiera llegaba a asimilarlo, acerqué mi boca a su rodilla, ella lanzaba breves gemidos cada tanto, seguí subiendo hasta que llegue a su vagina nuevamente, ahora con mi boca.
Saqué mi lengua y lamí su vagina por encima de su tanga, ella se retorcía ahí mientras se esforzaba por estar de pie, y cuando iba a apartar su tanga a un lado, me tomó de la cara e hizo que me pusiera de pie, a lo que obedecí sin decir nada, pensé que algo malo pasaría, no sabía si decir algo, pero ella me contestó con un beso algo rudo incluso antes de que yo dijera algo. Sentía su lengua dentro de mi boca, me besaba descontrolada, me tocaba los senos, las caderas, las nalgas, todo lo que podía, hasta que su mano llegó a mi vagina, no pude reprimir un gemido fuerte cuando aparto el leotardo e introdujo 2 de sus dedos dentro de mi, sentia que estaba en en cielo, no podía pensar en nada mas que en sus dedos acariciándome por dentro, no lo resistí.
Rápidamente la tiré en la cama, me empecé a quitar el leotardo, pero ella me interrmpió: No te quites tu leotardo, déjatelo puesto, saca tus senos sin quitártelo y ven aquí, me dijo. Yo por supuesto le hice caso, me volví a poner los tirantes del leotardo, saqué mis senos al tiempo que ella se quitaba la tanga e inmediatamente yo me acosté sobre de ella, podía sentir su respiración, lentamente bajé mi mano a su intimidad, cada centimetro que bajaba, ella respiraba mas agitada, cuando introduje mis dedos en su vagina ella comenzó a gemir, por un momento se quedó paralizada pero reaccionó y como pudo metio sus dedos en mi vagina ya muy mojada, ambas gemiamos de placer y nos besábamos, nos asfixiábamos en orgasmos pero ella quería mas.
Me tomó por los hombros y me tiró a la cama, al momento me dijo que varias veces había fantaseado que me tocaba, que tocaba mi intimidad con sus dedos y los metía, que era su mas ansiada fantasía y que quería que todo se hiciera realidad. Antes de que pudiera preguntarle a que se refería con todo, lo entendí, se dió la vuelta y se subió en mi, puso su vagina en mi boca y comencé a lamerla, despacio al principio, nunca demasiado suave ni muy fuerte, lo hice justo como a mi me gusta, ella gemía algo fuerte pero no exagerado, tuvo un orgasmo casi inmediato y antes de cualquier otra cosa, bajó su cabeza a mis piernas, comenzó a hacer justo lo que yo hacía, al mismo ritmo, con la misma intensidad, yo sentía como sus fluidos corrían a mi boca y a la vez como los míos salían hacia la suya, era delicioso saborearla, la comía abriendo mi boca cuanto podía y ella hacía lo mismo, al final terminamos casi juntas, temblando de placer, me quité el leotardo negro y nos quedamos dormidas en unos minutos.
Desperté al otro día, mis padres estaban en su habitación, combatiendo la resaca, por lo que no habían entrado aún, mi hermana justo iba despertando, entré en pánico y no supe que hacer, no sabía si ella reaccionaría mal y le diría a mis padres o si se pondría a llorar o se enojaría o cualquier cosa, cuando despertó del todo y vió mi cara de angustia total, se dió vuelta para quedar frente a mi, me tomo del culo incluso tocando mi vagina y me dijo: Todo es mejor en familia. Acto seguido, me dió un beso de lengua algo breve pero profundo, quitó su mano de mis nalgas no sin antes rozar a propósito mi vagina con sus dedos, cosa que me excitó muchísimo, al igual que me confundió, se levantó, tomó mi leoardo, me dijo que a partir de ese día era de ella, me lanzo unos cacheteros que estaban en uno de mis cajones y salió hacia el baño a tomar una ducha, no sin antes decirle que eso era nuestro secreto, ella contestó que sería nuestro secreto cada fin de semana.
Hasta hoy, aunque no ha pasado tanto tiempo, cada semana repetimos nuestras aventuras, que posteriormente iré compartiendo con ustedes.
Mi historia comienza curiosamente al final, desnuda en una cama, sudando, vibrando; sintiendo cada fibra de mi cuerpo, extasiada, en el orgasmo. Debido a estas razones, y lo que es mas fuerte, la causa, decidí escribir esto, para por fin liberarme, para por fin vivir, para dar rienda suelta a mi mente y romper con las cadenas que me oprimen.
Mi familia esta compuesta por mi padre y madre, mi hermana Paola y yo, y mi relato de manera mas especifica esta compuesto por mi hermana Paola y yo, sin lugar a dudas, esta experiencia me marcó.
Paola tiene 19 años, y humildad a un lado, es una chica tal vez un poco por encima del promedio en todo sentido, es muy astuta, crítica e inteligente, y tiene un cuerpo que si bien no es de modelo, no se queda nada lejos: 1.68m de estatura, 40 kg de peso, tez blanca. Curvas muy marcadas, superadas cada una solo por la anterior, tiene senos grandes y firmes, redondos, pezones rosas y cabe resaltar que no existe manera de no verlos, aun cuando tampoco son excesivamente grandes; simplemente son perfectos.
En cuanto a lo demás, tiene un abdomen plano, con una figura delineada, estética y apenas ligeramente marcada, como el estereotipo de una bailarina de ballet. Incluso sus piernas son largas, no delgadas sino torneadas, con forma y sus muslos simplemente son el pecado que todos queremos cometer, pero que yo si cometí. Por demás, sus nalgas son muy firmes, levantadas, redondas, aunque quizás no muy grandes, del tamaño normal para una chica de su complexión y de su edad, que se ejercita constantemente y por lo mismo no son de un tamaño mayor.
En cuanto a mi, pues considero que no me comparo con ella, mido 1.65m, peso 34kg y realmente lo único en lo que puedo competir con ella, incluso por sus propias palabras es con mis senos, que si son grandes, casi como los de ella, redondos también y firmes, con pezones pequeños y rosados, que me delatan cada vez que estoy excitada, sin importar donde esté, como ahora, en mi cama, recordando todo de manera tan lúcida, como si estuviera pasando en este mismo momento.
Por lo demás, tengo piernas delgadas, no tan torneadas como las de Paola, mis nalgas considero que son bonitas pero pequeñas y mi abdomen es plano y medianamente marcado, ya que practico ballet aunque no de manera muy regular.
Pero basta de tanto preambulo, comencemos con la historia que les vine a contar...
Era un martes 9 de diciembre de 2014, un día como cualquier otro en un mes que para mí es como cualquier otro, estaba en mi casa, con mis padres y con pao, cada quien en lo suyo y haciendo planes para el transcurso del día; para mis padres, salir a una cena navideña un tanto apresurada y fuera de tiempo debido a que sus amigos no podían estar todos juntos otro día. En cuanto a mi hermana, se encontraba haciendo planes para hacer una fiesta, que mas que eso, una reunión a espaldas de mis papás en nada mas y nada menos que nuestra propia casa, y yo, sin ningún otro plan que tener una charla erótica con mi novia, que se encontraba fuera del estado dejándonos sin la posibilidad de gozar de la otra.
Cuando mis padres se fueron de casa, aproximadamente a las 8 de la noche, tanto Paola como yo sabíamos que no volverían hasta muy entrada la madrugada, tal vez entre 4 am y 6 am, a juzgar por su evento, y Paola y yo no dudamos en subir a nuestra habitación, cada quien a lo suyo y sin preguntar mucho, ya que yo sabía desde antes cual era su plan, y ella que ya sabía que yo era lesbiana, también sabía vagamente cual era mi plan. Nos apresuramos a cambiarnos, como dormimos juntas no nos queda de otra que cambiarnos juntas y ese dia no fue la excepción.
Yo le había prometido a mi novia ponerme algo sexy para la ocasión, ya que se supone que era una llamada por teléfono erótica, pero también había la posibilidad de una charla por videollamada, lo cual me haría tener que cumplir con mi promesa. Elegí para la especial ocasión un leotardo de ballet de tanga que a ella le gusta mucho, es para usar con medias y toda la cosa pero mi novia me pidió que me lo pusiera sin las medias, y mejor con una minifalda y unos tacones altos, asi que me dispuse a buscar mi ropa y a pesar de que sabía perfectamente donde estaba, decidí esperar para que Paola se cambiara primero, ya que me daba verguenza que viera lo que iba a hacer.
Paola no estaba muy preocupada por mis asuntos, ya que estaba pensando mas en sus propios planes, y en total silencio, mientras yo hacia tiempo para que saliera de la habitación, ella comenzó a desvestirse, y ahí fue donde noté que tenía muy buen cuerpo, recuerdo perfectamente que para su reunión, su vestimenta era un poco, reveladora: Se puso una tanga de encaje de corte muy alto, como tipo brasileña color negra, la cual dejaba apreciar perfectamente su bien depilada vagina, aunque yo fingía no hacer mucho caso a esto. Acompañó su vestimenta con un sostén parte del conjunto también negro, de encaje, igualmente revelador, media copa y muy sensual, y arriba se puso un vestido medio formal, muy sensual y ajustado que dejaba apreciar perfectamente su gran figura.
Al darme cuenta de esto, yo le pregunté a quien estaba esperando recibir hoy, ya que se estaba arreglando mucho como para una simple cena y unos tragos, a lo que ella me contestó que a unos amigos y amigas, todos de su preparatoria y que estaba muy arreglada porque habían quedado en ir todos un tanto formales.
Inmediatamente, Paola me preguntó cuáles eran mis planes para esa noche, a lo que yo le contesté, algo sonrojada, que iba a hablar con mi novia un rato y que después seguramente me iría a dormir, cosa que por supuesto no era tan sencillo, y que supongo que ella notó, debido a la sonrisa cómplice que me lanzó inmediatamente después.
Mientras Paola se arreglaba y yo perdía el tiempo, me invitó a cenar con sus amigos, una vez que yo hubiera terminado de hablar con mi novia, o incluso antes, dependiendo del horario de su cena y el horario de mi llamada, o videollamada, o lo que fuera, que ni yo terminaba de entender todavía. Le respondí que si me gustaba la idea de estar con ellos mientras mi novia me marcaba, ya que no quería estar sola y aburrida esperando una llamada, o lo que fuera, entonces comencé a buscar que ponerme para acompañarla en su cena, y después de un rato di con un vestidito sexy y lindo, color negro también, un poco menos escotado que el de ella, debido a que yo llevaba un leotardo abajo; holgado cintura para arriba y muy pegado hacia abajo.
Cuando al fin llegaron sus amigos, ambas bajamos a recibirlos y nos pusimos a tomar unos tragos y mas que a cenar, a charlar todos sobre sus planes navideños, tema que particularmente no me apasiona, ya que no festejo mucho eso. Mientras ellos conversaban y yo mas que conversar de vez en cuando aportaba algo, me preocupaba mas porque no se fuera a notar lo que traía debajo del vestido ya que era holgado y se podía ver lo que traía debajo si hacía un movimiento muy repentino.
Cuando ya estaban por irse los amigos de mi hermana, no pude evitar notar, entre las copas que traía encima, y las que en general todos traiamos encima a esa altura, que Paola no dejaba de acariciarse la pierna por debajo del vestido, a veces a tal punto que casi podia ver su tanga, y no se porque eso comenzó a excitarme un poco, quizás por el alcohol, por lo que yo intentaba disimular cruzando las piernas para no hacer lo mismo que ella. Por fin después de 5 minutos de sentirme rara, sus amigos se fueron, eran las 12 de la noche y aún quedaba mucho por delante.
Despedimos a sus amigos y Paola y yo nos quedamos a tomar unos tragos en la mesa, ya que la cena había terminado mucho tiempo antes de lo planeado, podíamos estar un rato ahí conversando sin problemas, y en un momento totalmente inesperado, Paola se sentó a mi lado, ya ambas pasadas un poco de copas, y me preguntó de manera muy pícara que era lo que había planeado esa noche con mi novia. Yo jamás hubiera contestado a eso en circunstancias normales, pero ya me sentía un tanto ebria y no le di mucha importancia; asi que le comenté que mi novia me habia pedido usar el leotardo, que probablemente ibamos a hablar por skype y a tener una noche de cibersexo o algo así. Ella muy emocionada me preguntó si traía puesto el leotardo en ese momento y cuando le dije que si, un tanto sonrojada, ella no pudo evitar sonrojarse aún mas, diciendome, te has de ver de lo mas sexy así.
Yo no supe como reaccionar, me sentía excitada por las copas y confundida por su comentario y me quedé callada, pero ella inmediatamente rompió el silencio y me preguntó si podía ver mi pequeño "disfraz". En ese momento yo estaba muy sonrojada y le pregunté porque quería verme asi, a lo que ella respondió que quería comprarse uno pero le daba pena verse mal. Le contesté que como podría decir que se vería tan mal usando cualquier cosa? si ella era tan sexy y tenía un cuerpo asombroso y ella se sonrojó mucho y me cotestó que no me hiciera tonta, que le mostrara.
Cuando por fin accedí, ya me había tomado otros 5 vodkas, y ella también, así que le dije que subieramos a la habitación para que le mostrara. Al ir subiendo las escaleras yo temblaba por dentro por estar accediendo a eso con mi propia hermana, y también por el morbo de quitarme el vestido y dejarle ver mi atuendo especial para mi novia, que en ese momento ya ni pensaba en ella.
Al llegar a la habitación ella se sentó en la cama, aún con un vodka en la mano, y me apuró a que me quitara el vestido, entre risitas y una clara excitación que ya no podía ocultar, se rozaba el cuello con la mano, se agarraba las piernas y respiraba algo rápido. En ese momento le dije que le dejaría ver todo, pero que ella igual tendría que quitarse el vestido, para que me sintiera tranquila, pero la verdad era que moría por verla, me sentía excitada y necesitaba ver su tanga de encaje, sus senos, sus piernas.... no se porque me pasaba todo eso, simplemente necesitaba hacerlo.
Cuando por fin accedió, yo comencé a bajar el cierre de mi vestido, Paola respiraba muy agitada, sonrojada y casi sin darse cuenta llevaba sus manos entre sus piernas, al borde del vestido, yo lo noté pero seguí bajando el cierre. Poco a poco, el vestido calló, dejando ver mi cuerpo en ese leotardo negro, muy ajustado, de licra y tanga por detrás, ella no pudo evitar lanzar un leve sonido. Me acerqué a ella que estaba sentada al borde de la cama, con las piernas cerradas, asi que cuando sus rodillas me estorbaron, de manera inconsiente, abrí las mias al momento que seguía acercandome hacia ella, su cara era de sorpresa total, respiraba muy agitada, estaba totalmente roja, su cara daba casi directamente a mi abdomen, yo estaba muy nerviosa, confundida, mi corazón latía tanto que sentía que se me iba a salir, y de repente ella levantó una mano, como queriendo tocar mi abdomen, pero no llegó a su destino, la intentó bajar nuevamente, pero no la dejé, rápidamente tome su mano y suavemente la llevé al borde de mi leotardo, poniendola de tal manera que la punta de sus dedos quedara por debajo, ella casi no podía respirar ya en ese momento, y yo sentía que mis piernas me iban a fallar en cualquier instante.
No recuerdo con exactitud los diálogos, o se los pondría por aquí, entre otras cosas, recuerdo que le dije: está un tanto ajustado, no crees? Paola me respondió, apenas podía hablar: Si, pero se te ve muy bien, me gustaría tener uno así. Le respondí que ella también me debía algo, asi que me hice un paso para atrás y suavemente la tiré de las manos para que se levantara, ella no podía ni parpadear, así que le dije que le ayudaría, ella solo asintió en silencio.
Lo que pasó después fue el momento mas erótico de mi vida, mas excitante, mas confuso, mas completo. Poco a poco le quité el vestido, yo sentía que había 50 °C ahí, no podía respirar, me temblaban las manos, me sentía excitada y confundida, pero por fin cuando le quité el vestido, no lo dejé caer, me hinqué y fui acompañando su caída lentamente hasta sus talones, los cuales rocé con mis dedos, lentamente fui subiendo, hasta llegar arriba de su rodilla, donde ella soltó un gemido leve y ahogado, yo sabía que podía continuar.
Separé levemente sus piernas, ella estaba de pie, seguí subiendo hasta su vagina, la toqué suavemente y ella soltó otro gemido, esta vez mas fuerte, yo no podía respirar, estaba muy excitada, sentia como se mojaba mi vagina y lentamente el leotardo, seguí tocandola, sentí que ella igual se humedecía, separaba las piernas lentamente, gemía y se desabrochaba el sostén al mismo tiempo, no creía lo que estaba pasando, ni siquiera llegaba a asimilarlo, acerqué mi boca a su rodilla, ella lanzaba breves gemidos cada tanto, seguí subiendo hasta que llegue a su vagina nuevamente, ahora con mi boca.
Saqué mi lengua y lamí su vagina por encima de su tanga, ella se retorcía ahí mientras se esforzaba por estar de pie, y cuando iba a apartar su tanga a un lado, me tomó de la cara e hizo que me pusiera de pie, a lo que obedecí sin decir nada, pensé que algo malo pasaría, no sabía si decir algo, pero ella me contestó con un beso algo rudo incluso antes de que yo dijera algo. Sentía su lengua dentro de mi boca, me besaba descontrolada, me tocaba los senos, las caderas, las nalgas, todo lo que podía, hasta que su mano llegó a mi vagina, no pude reprimir un gemido fuerte cuando aparto el leotardo e introdujo 2 de sus dedos dentro de mi, sentia que estaba en en cielo, no podía pensar en nada mas que en sus dedos acariciándome por dentro, no lo resistí.
Rápidamente la tiré en la cama, me empecé a quitar el leotardo, pero ella me interrmpió: No te quites tu leotardo, déjatelo puesto, saca tus senos sin quitártelo y ven aquí, me dijo. Yo por supuesto le hice caso, me volví a poner los tirantes del leotardo, saqué mis senos al tiempo que ella se quitaba la tanga e inmediatamente yo me acosté sobre de ella, podía sentir su respiración, lentamente bajé mi mano a su intimidad, cada centimetro que bajaba, ella respiraba mas agitada, cuando introduje mis dedos en su vagina ella comenzó a gemir, por un momento se quedó paralizada pero reaccionó y como pudo metio sus dedos en mi vagina ya muy mojada, ambas gemiamos de placer y nos besábamos, nos asfixiábamos en orgasmos pero ella quería mas.
Me tomó por los hombros y me tiró a la cama, al momento me dijo que varias veces había fantaseado que me tocaba, que tocaba mi intimidad con sus dedos y los metía, que era su mas ansiada fantasía y que quería que todo se hiciera realidad. Antes de que pudiera preguntarle a que se refería con todo, lo entendí, se dió la vuelta y se subió en mi, puso su vagina en mi boca y comencé a lamerla, despacio al principio, nunca demasiado suave ni muy fuerte, lo hice justo como a mi me gusta, ella gemía algo fuerte pero no exagerado, tuvo un orgasmo casi inmediato y antes de cualquier otra cosa, bajó su cabeza a mis piernas, comenzó a hacer justo lo que yo hacía, al mismo ritmo, con la misma intensidad, yo sentía como sus fluidos corrían a mi boca y a la vez como los míos salían hacia la suya, era delicioso saborearla, la comía abriendo mi boca cuanto podía y ella hacía lo mismo, al final terminamos casi juntas, temblando de placer, me quité el leotardo negro y nos quedamos dormidas en unos minutos.
Desperté al otro día, mis padres estaban en su habitación, combatiendo la resaca, por lo que no habían entrado aún, mi hermana justo iba despertando, entré en pánico y no supe que hacer, no sabía si ella reaccionaría mal y le diría a mis padres o si se pondría a llorar o se enojaría o cualquier cosa, cuando despertó del todo y vió mi cara de angustia total, se dió vuelta para quedar frente a mi, me tomo del culo incluso tocando mi vagina y me dijo: Todo es mejor en familia. Acto seguido, me dió un beso de lengua algo breve pero profundo, quitó su mano de mis nalgas no sin antes rozar a propósito mi vagina con sus dedos, cosa que me excitó muchísimo, al igual que me confundió, se levantó, tomó mi leoardo, me dijo que a partir de ese día era de ella, me lanzo unos cacheteros que estaban en uno de mis cajones y salió hacia el baño a tomar una ducha, no sin antes decirle que eso era nuestro secreto, ella contestó que sería nuestro secreto cada fin de semana.
Hasta hoy, aunque no ha pasado tanto tiempo, cada semana repetimos nuestras aventuras, que posteriormente iré compartiendo con ustedes.
11 comentarios - Todo es mejor en familia
Muy buen relato!