Este hermoso cuento me dió mucho placer cuando era chica tal vez no es tan fuerte recuerdo noches enteras imaginando esa situación caliente y tocarme hasta estallar en orgasmos 🙂 espero que les guste 🙂 🙂 🙂
La cabaña del placer de Ínes de la Puente Skorpiona
Nuestro encuentro acontece en una rústica y aislada cabaña, situada en el claro del bosque, donde este fin de semana disfrutaremos de dos días maravillosos, inolvidables.
En cuanto advierte mi llegada, se incorpora de la hamaca y con alegría me brinda una cálida bienvenida. Desde el primer instante que lo veo, quedo seducida por su porte varonil y arrolladora personalidad que lo distingue. Me aproximo a él y huelo el embriagador aroma de su perfume. Me abraza con firmeza y besa mi boca con cariño. Sentada en el rústico sofá, contemplo cómo acomoda la leña para encender la chimenea, fuego que nos alumbra como único testigo de nuestro ritual de amor.
Tomamos un aperitivo y con el fin de relajarnos, decidimos darnos juntos un baño de burbujas. Sin prisa me desnuda, con él hago lo mismo. Inmersos en el agua nos miramos, con locura nos deseamos mas no llegamos a tocarnos, sólo imaginamos los momentos de pasión que con euforia viviremos. Resbala con suavidad el jabón por todo mi cuerpo. Desliza sus manos espumosas, me acaricia ansioso y mi piel se enciende. Mis manos jabonosas juguetean entre sus piernas y el roce casual con su pene, provoca casi de inmediato su erección.
El fuego de la pasión corre como pólvora desbocada por nuestras venas y el deseo apremia los sentidos. Los corazones se agigantan y laten enardecidos, intuyen que el especial ritual ha comenzado. Permanecemos sentados frente a frente sobre la tupida alfombra. Los cuerpos desnudos se calientan con el calor proveniente de la chimenea. Se me acerca y besa mi boca con extremada pasión, sigue por el cuello, los senos y succiona los pezones, apuntala mis hombros y sus varoniles manos me acarician. Envuelta en una vorágine de sensaciones beso su cuello, sus hombros, mis labios mordisquean sus tetillas y mis manos bruscamente se detienen al tocar su pene erecto.
Me inclino, acerco la boca a su glande, mi lengua lame el fruto que despierta mis deseos y luego beso con pasión. Mis manos se apoderan de sus testículos, acariciándolos entre mis labios. Advierto en sus ojos que está embriagado de placer y al clavar su mirada en la mía, se da cuenta qué es lo que deseo con locura que me bese. Se voltea, besa mis muslos, abre mis piernas y percibo su aliento caliente que se acerca cada vez más, hasta que siento su lengua, sus labios, su boca en mi carnoso clítoris, gozando de un placer paradisíaco.
Permanecemos besándonos hasta que mi cuerpo engolosinado de placer, corona con un explosivo orgasmo. Acto seguido, me penetra muy lentamente y al sentirlo todo dentro de mi ser, prosigo en pleno gozo. Fundidos en una sola carne, continúa incansable con firmes movimientos hasta que su cuerpo sudoroso alcanza el clímax, vertiendo su ardiente lava que quema mis entrañas.
Desnudos y complacidos nos contemplamos con cariño. Tenemos reflejada la felicidad en el rostro, porque nuestros extenuados cuerpos: al máximo han gozado.
La cabaña del placer de Ínes de la Puente Skorpiona
Nuestro encuentro acontece en una rústica y aislada cabaña, situada en el claro del bosque, donde este fin de semana disfrutaremos de dos días maravillosos, inolvidables.
En cuanto advierte mi llegada, se incorpora de la hamaca y con alegría me brinda una cálida bienvenida. Desde el primer instante que lo veo, quedo seducida por su porte varonil y arrolladora personalidad que lo distingue. Me aproximo a él y huelo el embriagador aroma de su perfume. Me abraza con firmeza y besa mi boca con cariño. Sentada en el rústico sofá, contemplo cómo acomoda la leña para encender la chimenea, fuego que nos alumbra como único testigo de nuestro ritual de amor.
Tomamos un aperitivo y con el fin de relajarnos, decidimos darnos juntos un baño de burbujas. Sin prisa me desnuda, con él hago lo mismo. Inmersos en el agua nos miramos, con locura nos deseamos mas no llegamos a tocarnos, sólo imaginamos los momentos de pasión que con euforia viviremos. Resbala con suavidad el jabón por todo mi cuerpo. Desliza sus manos espumosas, me acaricia ansioso y mi piel se enciende. Mis manos jabonosas juguetean entre sus piernas y el roce casual con su pene, provoca casi de inmediato su erección.
El fuego de la pasión corre como pólvora desbocada por nuestras venas y el deseo apremia los sentidos. Los corazones se agigantan y laten enardecidos, intuyen que el especial ritual ha comenzado. Permanecemos sentados frente a frente sobre la tupida alfombra. Los cuerpos desnudos se calientan con el calor proveniente de la chimenea. Se me acerca y besa mi boca con extremada pasión, sigue por el cuello, los senos y succiona los pezones, apuntala mis hombros y sus varoniles manos me acarician. Envuelta en una vorágine de sensaciones beso su cuello, sus hombros, mis labios mordisquean sus tetillas y mis manos bruscamente se detienen al tocar su pene erecto.
Me inclino, acerco la boca a su glande, mi lengua lame el fruto que despierta mis deseos y luego beso con pasión. Mis manos se apoderan de sus testículos, acariciándolos entre mis labios. Advierto en sus ojos que está embriagado de placer y al clavar su mirada en la mía, se da cuenta qué es lo que deseo con locura que me bese. Se voltea, besa mis muslos, abre mis piernas y percibo su aliento caliente que se acerca cada vez más, hasta que siento su lengua, sus labios, su boca en mi carnoso clítoris, gozando de un placer paradisíaco.
Permanecemos besándonos hasta que mi cuerpo engolosinado de placer, corona con un explosivo orgasmo. Acto seguido, me penetra muy lentamente y al sentirlo todo dentro de mi ser, prosigo en pleno gozo. Fundidos en una sola carne, continúa incansable con firmes movimientos hasta que su cuerpo sudoroso alcanza el clímax, vertiendo su ardiente lava que quema mis entrañas.
Desnudos y complacidos nos contemplamos con cariño. Tenemos reflejada la felicidad en el rostro, porque nuestros extenuados cuerpos: al máximo han gozado.
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