Bueno antes que nada, es mi primer post así que sean comprensivos. Esto que les voy a contar me pasó hoy en la mañana.
Siempre fui muy degenerado, muy. Soy de ese tipo de personas que se quedan mirando culos en las calles, a veces si ando muy zarpado les digo algo, pero son ocasiones especiales. Entre todos mis morbos y todo lo degenerado que puedo llegar a ser, probablemente el más fuerte de ellos, es el de los indigentes. No sé cuál es el motivo, pero cuando veo uno que me gusta me dan ganas de meterme debajo de las mantas y chuparles bien la pija, de ser esa zorra que no esperan pero la misma que no quieren dejar ir.
Dada mi naturaleza, que ya les conté, ando por la calle y miro todo, y cuando veo a algunos en particular me digo a mi mismo “como te arreglo un poco y te llevo a casa”, a veces me los llevaría sin arreglar jaja.
El problema, claro está, que por temas sociales si una persona mira a un hombre o a una mujer (siempre indiscriminadamente, nada de disimulos) no queda tan mal visto, se llega a tomar hasta natural, pero con una persona de la calle “no da”. Uno debe adaptarse a lo que la sociedad impone.
El problema surge cuando uno está borracho y lo que la gente piensa le llega a chupar un huevo. Ahí comienza mi historia (era hora).
Anoche fue de esas noches salvajes, nunca me había divertido tanto en un boliche hetero, además de llenar el ojo, ya que ahí está lo que yo llamo “la esencia del puto”: el tipo de hombre de cualquier homosexual definitivamente está ahí, o en un gimnasio, de cualquier modo la idea que quiero dar es que llené el ojo abundante. Me apreté a una compañera de trabajo, le saqué el número a un pibe frente a las amigas. Me agarré un pedo de la puta madre y ya de paso le hice de mala influencia a una amiga que nunca salió.
Como de los tres soy el que más calle y noche tiene, además de ser el Hombre (así, con mayúscula) me tocó a mí acompañarlas a la casa y después partir por mi cuenta.
El tema fue que sin querer, entre el exceso de testosterona que había en ese lugar, más el pedo que tenía encima, más mi más-de-un-mes de no garchar (que me afecta) se me generó ese desequilibrio biológico que cualquiera llamaría: estaba alzado hasta las pelotas. De hecho le hice una carita al taxista y le miré nada disimulado la verga (otro morbo) y el muy hdp se quedó esperándome un rato.
Y así arranqué, alzado para mi casa. Agarré una de las calles principales de Montevideo y me extrañó lo tranquila que estaba la ciudad, o al menos esa calle. Y en determinado momento, cuando miro más adelante, ahí estaba la manzana prohibida, ese fruto podrido que tanto me gusta.
Un muchacho de poco más de 20, delgado, blanquito pelito negro cortito (fundamental, sin esa colita asquerosa que no sé por qué se dejan) dormía profundamente en la entrada de un super cerrado, estaba divino el muy maldito y yo muy alzado, seguí de largo y paré haciéndome el boludo a “contestar un mensaje” y comprobar como estaba la calle, venían tres personas en total de ambas direcciones. Asi que me preparé para “escribir”. Una vez que pasaron casualmente terminé de escribir el mensaje y esperé no sea cosa que apareciera alguien más. Como no apareció nadie, lo tomé como mi señal. Fui a despertarlo.
-Hey, hey, despertate.
El pibe se despertó y puso esa carita de perrito mojado que me dije a mi mismo “listo, lo re garcho”.
-¿Qué pasó? – tenía todos los dientes, última prueba superada.
-Dejame chuparte la verga que estoy re caliente – re romántico de mi parte.
-¡SALÍ DE ACÁ BOTIJA NO DE’CANSE’ CO’MIGO!
Epic fail. Como vi que iba a seguir gritando me fui con la esperanza que se durmiera y que en algún lugar hubiera una buena porno. Pero cuando hice dos o tres metros se ve que recapacitó.
-Pará pará – me di vuelta - ¿vo’ quere’ chuparme la pija?
-Sí, estoy re caliente.
-Uh perdona – se rió y corroboré que tuviera todos los dientes – e’ que me de’perta’te así y no caía, mira como me levanté – se bajó un poco el pantalón blanco y se asomó una verga de unos 15cm semi parada que se veía muy prometedora - ¿la queré’?
-Mi vida…. – hipnotizado – pero acá no podemos – nunca calculé eso.
-No pasa na’, hay un terreno baldio acá a la vuelta que e’ o’curo – soy tan puto que opuse la resistencia de mi vida -, perdoná que te hablé mal vo’ en serio.
-No pasa nada.
-¿Me deja’ llenarte de leche el culo?
Ya se había levantado cuando me dijo eso, mirándome fijo, había derribado mi penúltima defensa. Yo soy medio obrero pero cuando me hablan así tan poetas me puede.
-Me encantaría, pero sin forro no boludo no da, yo al menos no tengo forro – arrancamos a
caminar al terreno baldío mientras agradecía al sagrado alcohol por desinhibirme “un poco”.
-No pasa na’ yo si tengo – no me esperaba eso, caminó otro paso mas y detrás de una especie de depósito descansaba otro indigente – mirá e’te gil también duerme, ¿Queré’ te damo’ entre lo’ do’?
Lo pensé sin mirar al pibe, sabía que no tenía forro así que si me agarraban entre los dos, uno podía cojerme y el otro me agarraba (otro morbo), la idea era agradable pero no tenía ganas de ir a un hospital a hacerme exámenes. A su vez los terrenos baldíos en Montevideo no son grandes, así que si me violaban era muy arriesgado a que nos descubrieran, así que deseché esa idea. Igual en este país de mierda de seguro van presos dos días y salen por violar al puto que los despertó. Seamos realistas, yo los busqué. Me sorprende ahora pensando en frío (y ni tanto porque no aguanto manosearme de recordar las cosas) cómo razonaba con el pedo que tenía. Volvamos al relato, entonces después de pensar todo, por fin miro al pibe durmiendo y no me gustó.
-Dejalo que duerma, te la mamo a vos y listo.
-Ta bien, vení por acá – doblamos en una esquina y fuimos a unos árboles – no la puta madre cabeza había una tira de tre’ acá. ¿Te jode?
“No lpm vamos de una vez que no doy más”
-No pasa nada.
-Ta bueno seguime vamo’ al terreno.
En una cuadra y media llegamos al terreno, era grande, no lo suficiente para violar a alguien pero sí para hacer un buen pete. Fuimos hasta el fondo, estaba empezando a amanecer pero aún así mantenía mucha oscuridad.
Llegamos y me dice “perá que me voy a echar un meo”. En frente mío peló la verga y empezó a mear, no es que fuera un problema, sin ir mas lejos estaba por meter eso en mi boca, el problema era que no quería tomar meada. Igual estaba re caliente asi que me chupó un toque un huevo.
No podía parar de mirársela, seguía semi parada hasta que comprendí que realmente estaba dormida, lo cual me encantó.
Así como terminó de mear, se giró un poco y me dice “vení, prendete y límpiamela”
Señor sí señor.
Me agaché y me la metí de lleno en la boca, para ser el primer meo del día no era fuerte, se disipó bastante rápido, por las dudas chupé fuerte para que lo peor pasara rápido. Y a juzgar por su quejido y su mano en mi cabeza, esa pija era mía
La saque de mi boca y estaba un poco tiesa, estaba empezando a crecer y se veía muy jugosa. Pero la quería dura, dura en mi boca y a él agonizando de placer.
Bajé un poco y vi unas pelotas enormes, con algo de pelo, quisá de a una me entraban en la boca. Las empecé a lamer, y al ver que no tenían el mal olor que esperaba, las empecé a chupar con ganas. Eso lo enloqueció, había tocado su punto débil, lo lamí un poco y al enderezarme veo su pija gloriosa y enorme, durísima. De unos 20cm por unos 5cm de grosor, de esas vergas totalmente rectas, con una cabeza que sobresalía sin exagerar, hermosa de chupar. Una especie de flecha para embestir por la cola.
Mi calentura era tan grande y mi putismo había incrementado tanto que me la metí de lleno en la boca, metiéndomela y sacandomela, dándole el calor de mi boca y a su vez adentro una lamida para apreciar cada centímetro de esa belleza.
Él puso sus manos en mi cabeza y empezó a cojerme la boca a su antojo. Me encantaba, de hecho soy muy sumiso (por si no se notó), pero hacerlo a su ritmo implica que acabe cuando él quiera. Y no era la idea, hace un mes no garcho.
-Necesito metertela en el culo… Te voy a llenar de leche el culo… Y te lo voy a preñar todo – mi amor, no me hablés así… Me la saqué de la boca y le hablé con mi mejor cara de trola, es re porno pero no sé por qué la gente viaja tanto con eso; él me miraba con una cara de degenerado que me podía.
-Sin forro no – me la metí de nuevo.
-Dale vo’ no tengo nada. Lpm qué bien la chupa’ putito. – me la saqué de nuevo
-Igual, sin forro no da vo, creeme que quiero, pero sin forro no – me la metí de nuevo.
-Vo’ no tengo sida ni nada dejáme abrirte el culo y llenartelo de leche – “lpm culo roto dejame mamartela tranquilo”.
-No da, en serio – me la metí de nuevo.
Empezaba a acalambrarme la posición, pero no había mucho para hacer, a fin de cuentas por la calle empezaba a pasar gente, había que terminar pronto.
Así que me la saqué y empecé a masturbar esa poronga. Era tan hermosa que me subía la calentura y no podía aguantar. Así que cada tanto paraba de masturbarla y me la metía en la boca, hasta el fondo, y me quedaba ahí un rato, mientras mi lengua con vida propia la saboreaba por dentro, y mi nariz chocaba con sus pelos, que tampoco olían tan mal así que también me subía la calentura.
Chicos y chicas, siempre anden con forro en la calle.
Al momento de sacarme la poronga de la boca me quedaba chupando fuerte la cabeza, exactamente donde el tronco de la verga se pliega para formarla. Él me tiraba del pelo y me la metía, era la gloria. Y es impresionante las variedades de “ah” placentero que una persona puede hacer, éste tipo las cambiaba a cada rato.
-Por favor, necesito llenarte el culo de leche.
“Pibe te estas poniendo pesado”, no sabía cuánta resistencia podía seguir teniendo, el pibe estaba demasiado bueno (en mis parámetros dentro del morbo) y su verga era hermosa. Pero aún así negué con la cabeza con la pija adentro. Era hora de ir terminando o esto se iba a ir al carajo.
Le toqué los huevos y gimió.
Sólo se los toqué.
Se los empecé a apretar suavemente mientras mantenía mi ritmo de chupar hasta el fondo > lamer > sacármela > chupar la cabeza, él gemía y me decía a cada rato “¡como la chupa’!”.
Empecé a chupársela sin sentido, con la lengua muerta, pero rozando con mi labio la cabeza lo más que podía, ya había sido todo.
-Sí.. Sí sí sí… Seguí así.
Mantuve mi ritmo hasta que noté que él no se movía y que algo muy dulce y calentito descansaba en mi boca.
Me la saqué y tragué, muy rara vez tuve lechita con buen gusto en mi boca. Nunca supe en qué va eso.
Le di dos chupaditas de despedida y me levanté. Pero ahí no terminaba todo.
Se subió el pantalón y me agarró del hombro, fuerte, no me podía soltar. Su cara mutó.
-Puto de mierda me de’pertaste para chuparme la pija, ¡dame ya todo lo que tenga’!
Y no por nada había sido todo tan fácil. Acto seguido me intentó robar pero ahí la historia es un bajón.
Le di los $70 que me quedaban de todo lo que me tomé, me puteó bastante pero no me robó más nada.
No es el karma, es por puto.
Todo bien igual.
Siempre fui muy degenerado, muy. Soy de ese tipo de personas que se quedan mirando culos en las calles, a veces si ando muy zarpado les digo algo, pero son ocasiones especiales. Entre todos mis morbos y todo lo degenerado que puedo llegar a ser, probablemente el más fuerte de ellos, es el de los indigentes. No sé cuál es el motivo, pero cuando veo uno que me gusta me dan ganas de meterme debajo de las mantas y chuparles bien la pija, de ser esa zorra que no esperan pero la misma que no quieren dejar ir.
Dada mi naturaleza, que ya les conté, ando por la calle y miro todo, y cuando veo a algunos en particular me digo a mi mismo “como te arreglo un poco y te llevo a casa”, a veces me los llevaría sin arreglar jaja.
El problema, claro está, que por temas sociales si una persona mira a un hombre o a una mujer (siempre indiscriminadamente, nada de disimulos) no queda tan mal visto, se llega a tomar hasta natural, pero con una persona de la calle “no da”. Uno debe adaptarse a lo que la sociedad impone.
El problema surge cuando uno está borracho y lo que la gente piensa le llega a chupar un huevo. Ahí comienza mi historia (era hora).
Anoche fue de esas noches salvajes, nunca me había divertido tanto en un boliche hetero, además de llenar el ojo, ya que ahí está lo que yo llamo “la esencia del puto”: el tipo de hombre de cualquier homosexual definitivamente está ahí, o en un gimnasio, de cualquier modo la idea que quiero dar es que llené el ojo abundante. Me apreté a una compañera de trabajo, le saqué el número a un pibe frente a las amigas. Me agarré un pedo de la puta madre y ya de paso le hice de mala influencia a una amiga que nunca salió.
Como de los tres soy el que más calle y noche tiene, además de ser el Hombre (así, con mayúscula) me tocó a mí acompañarlas a la casa y después partir por mi cuenta.
El tema fue que sin querer, entre el exceso de testosterona que había en ese lugar, más el pedo que tenía encima, más mi más-de-un-mes de no garchar (que me afecta) se me generó ese desequilibrio biológico que cualquiera llamaría: estaba alzado hasta las pelotas. De hecho le hice una carita al taxista y le miré nada disimulado la verga (otro morbo) y el muy hdp se quedó esperándome un rato.
Y así arranqué, alzado para mi casa. Agarré una de las calles principales de Montevideo y me extrañó lo tranquila que estaba la ciudad, o al menos esa calle. Y en determinado momento, cuando miro más adelante, ahí estaba la manzana prohibida, ese fruto podrido que tanto me gusta.
Un muchacho de poco más de 20, delgado, blanquito pelito negro cortito (fundamental, sin esa colita asquerosa que no sé por qué se dejan) dormía profundamente en la entrada de un super cerrado, estaba divino el muy maldito y yo muy alzado, seguí de largo y paré haciéndome el boludo a “contestar un mensaje” y comprobar como estaba la calle, venían tres personas en total de ambas direcciones. Asi que me preparé para “escribir”. Una vez que pasaron casualmente terminé de escribir el mensaje y esperé no sea cosa que apareciera alguien más. Como no apareció nadie, lo tomé como mi señal. Fui a despertarlo.
-Hey, hey, despertate.
El pibe se despertó y puso esa carita de perrito mojado que me dije a mi mismo “listo, lo re garcho”.
-¿Qué pasó? – tenía todos los dientes, última prueba superada.
-Dejame chuparte la verga que estoy re caliente – re romántico de mi parte.
-¡SALÍ DE ACÁ BOTIJA NO DE’CANSE’ CO’MIGO!
Epic fail. Como vi que iba a seguir gritando me fui con la esperanza que se durmiera y que en algún lugar hubiera una buena porno. Pero cuando hice dos o tres metros se ve que recapacitó.
-Pará pará – me di vuelta - ¿vo’ quere’ chuparme la pija?
-Sí, estoy re caliente.
-Uh perdona – se rió y corroboré que tuviera todos los dientes – e’ que me de’perta’te así y no caía, mira como me levanté – se bajó un poco el pantalón blanco y se asomó una verga de unos 15cm semi parada que se veía muy prometedora - ¿la queré’?
-Mi vida…. – hipnotizado – pero acá no podemos – nunca calculé eso.
-No pasa na’, hay un terreno baldio acá a la vuelta que e’ o’curo – soy tan puto que opuse la resistencia de mi vida -, perdoná que te hablé mal vo’ en serio.
-No pasa nada.
-¿Me deja’ llenarte de leche el culo?
Ya se había levantado cuando me dijo eso, mirándome fijo, había derribado mi penúltima defensa. Yo soy medio obrero pero cuando me hablan así tan poetas me puede.
-Me encantaría, pero sin forro no boludo no da, yo al menos no tengo forro – arrancamos a
caminar al terreno baldío mientras agradecía al sagrado alcohol por desinhibirme “un poco”.
-No pasa na’ yo si tengo – no me esperaba eso, caminó otro paso mas y detrás de una especie de depósito descansaba otro indigente – mirá e’te gil también duerme, ¿Queré’ te damo’ entre lo’ do’?
Lo pensé sin mirar al pibe, sabía que no tenía forro así que si me agarraban entre los dos, uno podía cojerme y el otro me agarraba (otro morbo), la idea era agradable pero no tenía ganas de ir a un hospital a hacerme exámenes. A su vez los terrenos baldíos en Montevideo no son grandes, así que si me violaban era muy arriesgado a que nos descubrieran, así que deseché esa idea. Igual en este país de mierda de seguro van presos dos días y salen por violar al puto que los despertó. Seamos realistas, yo los busqué. Me sorprende ahora pensando en frío (y ni tanto porque no aguanto manosearme de recordar las cosas) cómo razonaba con el pedo que tenía. Volvamos al relato, entonces después de pensar todo, por fin miro al pibe durmiendo y no me gustó.
-Dejalo que duerma, te la mamo a vos y listo.
-Ta bien, vení por acá – doblamos en una esquina y fuimos a unos árboles – no la puta madre cabeza había una tira de tre’ acá. ¿Te jode?
“No lpm vamos de una vez que no doy más”
-No pasa nada.
-Ta bueno seguime vamo’ al terreno.
En una cuadra y media llegamos al terreno, era grande, no lo suficiente para violar a alguien pero sí para hacer un buen pete. Fuimos hasta el fondo, estaba empezando a amanecer pero aún así mantenía mucha oscuridad.
Llegamos y me dice “perá que me voy a echar un meo”. En frente mío peló la verga y empezó a mear, no es que fuera un problema, sin ir mas lejos estaba por meter eso en mi boca, el problema era que no quería tomar meada. Igual estaba re caliente asi que me chupó un toque un huevo.
No podía parar de mirársela, seguía semi parada hasta que comprendí que realmente estaba dormida, lo cual me encantó.
Así como terminó de mear, se giró un poco y me dice “vení, prendete y límpiamela”
Señor sí señor.
Me agaché y me la metí de lleno en la boca, para ser el primer meo del día no era fuerte, se disipó bastante rápido, por las dudas chupé fuerte para que lo peor pasara rápido. Y a juzgar por su quejido y su mano en mi cabeza, esa pija era mía
La saque de mi boca y estaba un poco tiesa, estaba empezando a crecer y se veía muy jugosa. Pero la quería dura, dura en mi boca y a él agonizando de placer.
Bajé un poco y vi unas pelotas enormes, con algo de pelo, quisá de a una me entraban en la boca. Las empecé a lamer, y al ver que no tenían el mal olor que esperaba, las empecé a chupar con ganas. Eso lo enloqueció, había tocado su punto débil, lo lamí un poco y al enderezarme veo su pija gloriosa y enorme, durísima. De unos 20cm por unos 5cm de grosor, de esas vergas totalmente rectas, con una cabeza que sobresalía sin exagerar, hermosa de chupar. Una especie de flecha para embestir por la cola.
Mi calentura era tan grande y mi putismo había incrementado tanto que me la metí de lleno en la boca, metiéndomela y sacandomela, dándole el calor de mi boca y a su vez adentro una lamida para apreciar cada centímetro de esa belleza.
Él puso sus manos en mi cabeza y empezó a cojerme la boca a su antojo. Me encantaba, de hecho soy muy sumiso (por si no se notó), pero hacerlo a su ritmo implica que acabe cuando él quiera. Y no era la idea, hace un mes no garcho.
-Necesito metertela en el culo… Te voy a llenar de leche el culo… Y te lo voy a preñar todo – mi amor, no me hablés así… Me la saqué de la boca y le hablé con mi mejor cara de trola, es re porno pero no sé por qué la gente viaja tanto con eso; él me miraba con una cara de degenerado que me podía.
-Sin forro no – me la metí de nuevo.
-Dale vo’ no tengo nada. Lpm qué bien la chupa’ putito. – me la saqué de nuevo
-Igual, sin forro no da vo, creeme que quiero, pero sin forro no – me la metí de nuevo.
-Vo’ no tengo sida ni nada dejáme abrirte el culo y llenartelo de leche – “lpm culo roto dejame mamartela tranquilo”.
-No da, en serio – me la metí de nuevo.
Empezaba a acalambrarme la posición, pero no había mucho para hacer, a fin de cuentas por la calle empezaba a pasar gente, había que terminar pronto.
Así que me la saqué y empecé a masturbar esa poronga. Era tan hermosa que me subía la calentura y no podía aguantar. Así que cada tanto paraba de masturbarla y me la metía en la boca, hasta el fondo, y me quedaba ahí un rato, mientras mi lengua con vida propia la saboreaba por dentro, y mi nariz chocaba con sus pelos, que tampoco olían tan mal así que también me subía la calentura.
Chicos y chicas, siempre anden con forro en la calle.
Al momento de sacarme la poronga de la boca me quedaba chupando fuerte la cabeza, exactamente donde el tronco de la verga se pliega para formarla. Él me tiraba del pelo y me la metía, era la gloria. Y es impresionante las variedades de “ah” placentero que una persona puede hacer, éste tipo las cambiaba a cada rato.
-Por favor, necesito llenarte el culo de leche.
“Pibe te estas poniendo pesado”, no sabía cuánta resistencia podía seguir teniendo, el pibe estaba demasiado bueno (en mis parámetros dentro del morbo) y su verga era hermosa. Pero aún así negué con la cabeza con la pija adentro. Era hora de ir terminando o esto se iba a ir al carajo.
Le toqué los huevos y gimió.
Sólo se los toqué.
Se los empecé a apretar suavemente mientras mantenía mi ritmo de chupar hasta el fondo > lamer > sacármela > chupar la cabeza, él gemía y me decía a cada rato “¡como la chupa’!”.
Empecé a chupársela sin sentido, con la lengua muerta, pero rozando con mi labio la cabeza lo más que podía, ya había sido todo.
-Sí.. Sí sí sí… Seguí así.
Mantuve mi ritmo hasta que noté que él no se movía y que algo muy dulce y calentito descansaba en mi boca.
Me la saqué y tragué, muy rara vez tuve lechita con buen gusto en mi boca. Nunca supe en qué va eso.
Le di dos chupaditas de despedida y me levanté. Pero ahí no terminaba todo.
Se subió el pantalón y me agarró del hombro, fuerte, no me podía soltar. Su cara mutó.
-Puto de mierda me de’pertaste para chuparme la pija, ¡dame ya todo lo que tenga’!
Y no por nada había sido todo tan fácil. Acto seguido me intentó robar pero ahí la historia es un bajón.
Le di los $70 que me quedaban de todo lo que me tomé, me puteó bastante pero no me robó más nada.
No es el karma, es por puto.
Todo bien igual.
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