Luego de un comienzo un tanto agitado de mis vacaciones de verano, llegaba el momento de partir de viaje con mi familia. Después de varios años yendo a Mar del Plata (donde por ejemplo, me hicieron la cola por primera vez o fui la putita de un grupo de chicos), ese año mis viejos decidieron cambiar por Brasil. Ese enero iba a ser terrible: 10 días en Brasil con mi familia, vuelta a Rosario y una semanita en la costa con mis amigas.
Mi mayor error fue pensar que esos 10 primeros días del año iban a ser tranquilos. De hecho, unas horas duró ese pensamiento.
Por la alta demanda, nos tocaron asientos separados en el micro. Mis viejos adelante, mi hermano en el medio y yo en los últimos lugares. Mi asiento era del lado del pasillo, pero yo me había puesto en la ventanilla esperando que terminara de subir la gente.
Minutos antes de partir, subió quien sería mi compañero de viaje por más de un día... no lo podía creer. Un brasuca, rubión, bronceado, alto; tenía una musculosa que mostraba sus brazos trabajados y el pelito revuelto. Por un instante me quedé sin hablar. Hasta que él me saludó.
Me dijo que tenía la ventanilla, pero que no me molestara. Casi ni hablaba español y yo estaba dispuesta a enseñarle... aunque yo tampoco hablaba portugués.
Durante el viaje tratamos de comunicarnos, de la manera que pudiéramos. Él tenía un diccionario que ayudó mucho. Resulta que el chabón jugaba al beach voley (me derretí) y había estado en un torneo en Argentina. Yo le conté que jugaba al hockey, y así seguimos hablando de deportes.
Afuera estaba oscuro, las luces del micro empezaron a atenuarse para que la gente empiece a dormir. Nosotros seguíamos enseñándonos el idioma (era cualquiera)... hasta que en un momento quedamos cara con cara y se pudrió todo. Me partió la boca de un beso, pero un beeeeeeeeeeeesooo que me mojó al instante que su lengua entró en mi boca. Si así entraba su lengua, no me quería imaginar lo que sería su pija.
Habían pasado solo unas horas del viaje y ya estaba re caliente. Mi cabeza estaba a mil, pensando como iba a hacer para aguantar hasta bajar de ese colectivo. Aunque, la cosa se empezó a poner más densa. Aprovechando una manta que nos dieron, nos tapamos de la cintura para abajo. Él empezó primero metiendo su mano por debajo de mi short, subiendo por mis muslos. Su dedo empezó a jugar en la entrada de mi conchita, que estaba empapada y solita se había dilatado para que me metiera lo que quisiera.
Su dedo se movía lentamente en círculos adentro mío. Yo estaba recostada sobre el asiento tapándome la boca para no gritar. Agarró una de mis manos, y la puso en su pija. La toqué por encima de la bermuda... era terriblemente larga. La agarré con fuerza y lo pajeaba mientras él seguía enterrando su dedo. Lo sacaba un poco, lo movía y lo volvía a enterrar. Yo estaba cada vez más mojada, mordiéndome la mano para callar mis gemidos.
El brasilero desabrochó su bermuda y en un rápido movimiento se la bajó hasta las rodillas. Ahí si, pude agarrar su pija y pajearlo con más fuerza. Sacó su mano de mis ropas, y yo sin perder tiempo, me perdí abajo de la manta que nos tapaba. Apoyé mi cabeza en su abdomen (terriblemente marcado, una delicia) y me empecé a comer su pija con ganas. No podía comerla mucho, primero por la posición incómoda y segundo porque era MUY larga. Así que enterraba lo que podía y todavía sobraba tronco para que con mi mano lo pajeara.
Sentimos que el micro bajaba la velocidad. Había frenado, para que subiera gente. Me senté y me acomodé un poco el pelo. Le di un beso con gusto a su pija. Agarré su dedo que me había estado metido en mi concha y se lo chupé. Le guiñé el ojo y me puse a ver por la ventanilla, como si nada hubiera pasado. Cuando arrancó el micro, esperamos un poco y volvimos a lo nuestro.
Lo tenía prácticamente encima mío, violándome la boca con su lengua. Era terrible el chabón como tranzaba, me ponía a mil. Su bermuda seguía baja y podía sentir como su pija rozaba mi panza. Volvió a su asiento y me dijo que bajara mi pantaloncito (bah, eso le entendí, y si no me dijo eso, yo me lo bajé igual). Levantó el apoyabrazo del medio y me acomodó de costado, mirando la ventanilla.
Él se puso cerca mío y sentí como su pija golpeaba mi concha. Yo estaba mojadísima, así que con la lubricación que tenía, no fue difícil enterrar esa pija brasilera en mi conchita. El chabón agarró la manta y nos tapó casi por completo, aunque por el movimiento cualquiera podía darse cuenta de lo que estábamos haciendo.
Como hacía, no se... pero el loco tenía una mano tocándome en la concha y otra en las tetas mientras bien despacito me enterraba la pija. Se podía sentir lo larga que era porque no terminaba de salir nunca. Yo agarré un pedazo de la manta y lo metí en la boca, mordiendo fuerte. Sentía como me chorreaba aun más, y como su pija deslizaba más fácil cuando entraba.
De repente se paró. Y sacó su pija. Había acabado. Me agaché y se la limpié. Y le dije que la próxima la quería sentir en mi cuerpo. Nos dormimos un rato. Nos despertaron con el desayuno. Todavía faltaba casi un día de viaje. Una tortura!!
Durante el día estuvimos más tranquis, charlando aunque nos franeleábamos a más no poder. Nos pusimos a ver una de las películas que pasaban, nos tapamos y por debajo de las frazadas las manos empezaron a jugar. Sus dedos volvieron a encontrar mojada mi conchita y yo su pija al palo.
Volvió a caer la noche. No se que problema tuvo el micro (o si era una parada programada) pero tuvimos que parar en una estación de servicio. Aprovechamos para bajar a estirar un poco las piernas. Yo fui al baño con mi mamá, y cuando salí me lo cruzo al brazuca. No había podido apreciarlo bien, pero estaba más bueno de lo que creía. Encima altísimo, me sacaba como 2 cabezas.
Sentí que el chabón me violó con la mirada. Mi mamá ya quería subir al micro, yo le dije que me quedaba un rato más, estaba cansada de estar sentada. Los baños estaban, digamos, en la parte de atrás de la estación. Me fui acercando despacio para ese lugar, hasta que lo veo salir. Me quiere dar un beso pero lo paré al toque porque podían estar mirando mis viejos.
Me agarró de la mano y me llevó atrás. Me arrinconó contra la pared que estaba entre las puertas de los dos baños. Algunos de los pasajeros salían y al vernos se reían, porque nos reconocían. De repente me soltó y se metió al baño de hombres. Salió y me dijo "no hay nadie". Lo miré como diciendo, estás en pedooo loco!! pero me insistió y la verdad... yo chorreaba.
Me metí rápido, entramos a uno y trabó la puerta (por suerte, eran limpios). Ni bien entré, me arrodillé y se la chupé un poco. Me paré y apoyando mis manos contra la pared, tiré mi cola para atrás y arqueando mi espalda le pedí que me cogiera.
Me la clavó de una, y me cogió con una bestialidad que si los baños eran de mala calidad creo que rompíamos todo. Me dio duro un rato hasta que la sacó y me largó dos terribles chorros de leche que cayeron espesamente en mi cola. Me pase la mano por mis cachetes desparramando todo, me subí el pantalón y le dije "vamos!".
Cuando salimos, con cuidado, volvimos al micro. Primero subí yo. Mi mamá me preguntó donde había estado y le dije que había ido al baño de nuevo (como buena hija que soy, no miento), y como ella sabe que su hija es una santa, no me dijo más nada.
Volví a mi asiento y al ratito llegó mi macho. Era ya el último trayecto del viaje, y estaba muy caliente todavía. Apenas arrancó el micro, hice desaparecer mi cabeza abajo de la frazada. Su pija estaba flácida y húmeda con olor a leche. Poco me importó y se la chupé hasta que volvió a ponerse dura.
Ahora quería acabar yo y había una sola manera de conseguirlo rápido. Me levanté y me aseguré que los otros pasejeros cercanos durmieran. Me senté arriba suyo. Agarré su pija y me senté de golpe. Me tuve que tapar la boca para no gritar. Con su verga enterrada comencé a moverme para adelante y para atrás. Sus grandes manos agarraban con fuerza mi cola y la apretaban. Me calentaba mucho. Aceleré y dejé escapar unos gemidos, que él tapó con un beso. Beso que me hizo explotar de placer y me hizo acabar de una forma violenta.
Tuve que frenar porque mis piernas quedaron tiesas temblando. Cuando me aflojé volví a sentarme en su pija que me desfondaba con cada embestida. Lo agarré de los pelos y le dije "sos un hijo de puta" mientras le volví a comer la boca y mis caderas seguían moviéndose para enterrar su verga.
Me bajé de su pija y sentada a su lado, lo hice acabar pajeándolo. El guacho seguía largando chorros de leche. Era un animal. Antes de llegar a destino, me dejó su teléfono. Por supuesto que (lamentablemente) no lo pude volver a ver, ni tuve nunca más contacto con él.
Mi familia ya me esperaba abajo (me había demorado despidiéndome del chabón). En la plataforma el saludo fue más tímido que arriba del micro, pero las miradas que nos echamos fueron suficientes para que mi hermano se diera cuenta de todo.
Me agarró del brazo y alejándonos de nuestros padres me dijo "no perdés el tiempo!". Le guiñé el ojo y se empezó a reir. "Puta como tu amiga" (en relación a Agustina, que se la cogió por varios años).
Si así habían empezado las vacaciones... me excitaba pensar en lo que podía llegar a venir. En el hotel me di una idea cuando fui a la barra a pedir una caipi y conocí al barman...
Parte 2
Parte 3
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Indice
Mi mayor error fue pensar que esos 10 primeros días del año iban a ser tranquilos. De hecho, unas horas duró ese pensamiento.
Por la alta demanda, nos tocaron asientos separados en el micro. Mis viejos adelante, mi hermano en el medio y yo en los últimos lugares. Mi asiento era del lado del pasillo, pero yo me había puesto en la ventanilla esperando que terminara de subir la gente.
Minutos antes de partir, subió quien sería mi compañero de viaje por más de un día... no lo podía creer. Un brasuca, rubión, bronceado, alto; tenía una musculosa que mostraba sus brazos trabajados y el pelito revuelto. Por un instante me quedé sin hablar. Hasta que él me saludó.
Me dijo que tenía la ventanilla, pero que no me molestara. Casi ni hablaba español y yo estaba dispuesta a enseñarle... aunque yo tampoco hablaba portugués.
Durante el viaje tratamos de comunicarnos, de la manera que pudiéramos. Él tenía un diccionario que ayudó mucho. Resulta que el chabón jugaba al beach voley (me derretí) y había estado en un torneo en Argentina. Yo le conté que jugaba al hockey, y así seguimos hablando de deportes.
Afuera estaba oscuro, las luces del micro empezaron a atenuarse para que la gente empiece a dormir. Nosotros seguíamos enseñándonos el idioma (era cualquiera)... hasta que en un momento quedamos cara con cara y se pudrió todo. Me partió la boca de un beso, pero un beeeeeeeeeeeesooo que me mojó al instante que su lengua entró en mi boca. Si así entraba su lengua, no me quería imaginar lo que sería su pija.
Habían pasado solo unas horas del viaje y ya estaba re caliente. Mi cabeza estaba a mil, pensando como iba a hacer para aguantar hasta bajar de ese colectivo. Aunque, la cosa se empezó a poner más densa. Aprovechando una manta que nos dieron, nos tapamos de la cintura para abajo. Él empezó primero metiendo su mano por debajo de mi short, subiendo por mis muslos. Su dedo empezó a jugar en la entrada de mi conchita, que estaba empapada y solita se había dilatado para que me metiera lo que quisiera.
Su dedo se movía lentamente en círculos adentro mío. Yo estaba recostada sobre el asiento tapándome la boca para no gritar. Agarró una de mis manos, y la puso en su pija. La toqué por encima de la bermuda... era terriblemente larga. La agarré con fuerza y lo pajeaba mientras él seguía enterrando su dedo. Lo sacaba un poco, lo movía y lo volvía a enterrar. Yo estaba cada vez más mojada, mordiéndome la mano para callar mis gemidos.
El brasilero desabrochó su bermuda y en un rápido movimiento se la bajó hasta las rodillas. Ahí si, pude agarrar su pija y pajearlo con más fuerza. Sacó su mano de mis ropas, y yo sin perder tiempo, me perdí abajo de la manta que nos tapaba. Apoyé mi cabeza en su abdomen (terriblemente marcado, una delicia) y me empecé a comer su pija con ganas. No podía comerla mucho, primero por la posición incómoda y segundo porque era MUY larga. Así que enterraba lo que podía y todavía sobraba tronco para que con mi mano lo pajeara.
Sentimos que el micro bajaba la velocidad. Había frenado, para que subiera gente. Me senté y me acomodé un poco el pelo. Le di un beso con gusto a su pija. Agarré su dedo que me había estado metido en mi concha y se lo chupé. Le guiñé el ojo y me puse a ver por la ventanilla, como si nada hubiera pasado. Cuando arrancó el micro, esperamos un poco y volvimos a lo nuestro.
Lo tenía prácticamente encima mío, violándome la boca con su lengua. Era terrible el chabón como tranzaba, me ponía a mil. Su bermuda seguía baja y podía sentir como su pija rozaba mi panza. Volvió a su asiento y me dijo que bajara mi pantaloncito (bah, eso le entendí, y si no me dijo eso, yo me lo bajé igual). Levantó el apoyabrazo del medio y me acomodó de costado, mirando la ventanilla.
Él se puso cerca mío y sentí como su pija golpeaba mi concha. Yo estaba mojadísima, así que con la lubricación que tenía, no fue difícil enterrar esa pija brasilera en mi conchita. El chabón agarró la manta y nos tapó casi por completo, aunque por el movimiento cualquiera podía darse cuenta de lo que estábamos haciendo.
Como hacía, no se... pero el loco tenía una mano tocándome en la concha y otra en las tetas mientras bien despacito me enterraba la pija. Se podía sentir lo larga que era porque no terminaba de salir nunca. Yo agarré un pedazo de la manta y lo metí en la boca, mordiendo fuerte. Sentía como me chorreaba aun más, y como su pija deslizaba más fácil cuando entraba.
De repente se paró. Y sacó su pija. Había acabado. Me agaché y se la limpié. Y le dije que la próxima la quería sentir en mi cuerpo. Nos dormimos un rato. Nos despertaron con el desayuno. Todavía faltaba casi un día de viaje. Una tortura!!
Durante el día estuvimos más tranquis, charlando aunque nos franeleábamos a más no poder. Nos pusimos a ver una de las películas que pasaban, nos tapamos y por debajo de las frazadas las manos empezaron a jugar. Sus dedos volvieron a encontrar mojada mi conchita y yo su pija al palo.
Volvió a caer la noche. No se que problema tuvo el micro (o si era una parada programada) pero tuvimos que parar en una estación de servicio. Aprovechamos para bajar a estirar un poco las piernas. Yo fui al baño con mi mamá, y cuando salí me lo cruzo al brazuca. No había podido apreciarlo bien, pero estaba más bueno de lo que creía. Encima altísimo, me sacaba como 2 cabezas.
Sentí que el chabón me violó con la mirada. Mi mamá ya quería subir al micro, yo le dije que me quedaba un rato más, estaba cansada de estar sentada. Los baños estaban, digamos, en la parte de atrás de la estación. Me fui acercando despacio para ese lugar, hasta que lo veo salir. Me quiere dar un beso pero lo paré al toque porque podían estar mirando mis viejos.
Me agarró de la mano y me llevó atrás. Me arrinconó contra la pared que estaba entre las puertas de los dos baños. Algunos de los pasajeros salían y al vernos se reían, porque nos reconocían. De repente me soltó y se metió al baño de hombres. Salió y me dijo "no hay nadie". Lo miré como diciendo, estás en pedooo loco!! pero me insistió y la verdad... yo chorreaba.
Me metí rápido, entramos a uno y trabó la puerta (por suerte, eran limpios). Ni bien entré, me arrodillé y se la chupé un poco. Me paré y apoyando mis manos contra la pared, tiré mi cola para atrás y arqueando mi espalda le pedí que me cogiera.
Me la clavó de una, y me cogió con una bestialidad que si los baños eran de mala calidad creo que rompíamos todo. Me dio duro un rato hasta que la sacó y me largó dos terribles chorros de leche que cayeron espesamente en mi cola. Me pase la mano por mis cachetes desparramando todo, me subí el pantalón y le dije "vamos!".
Cuando salimos, con cuidado, volvimos al micro. Primero subí yo. Mi mamá me preguntó donde había estado y le dije que había ido al baño de nuevo (como buena hija que soy, no miento), y como ella sabe que su hija es una santa, no me dijo más nada.
Volví a mi asiento y al ratito llegó mi macho. Era ya el último trayecto del viaje, y estaba muy caliente todavía. Apenas arrancó el micro, hice desaparecer mi cabeza abajo de la frazada. Su pija estaba flácida y húmeda con olor a leche. Poco me importó y se la chupé hasta que volvió a ponerse dura.
Ahora quería acabar yo y había una sola manera de conseguirlo rápido. Me levanté y me aseguré que los otros pasejeros cercanos durmieran. Me senté arriba suyo. Agarré su pija y me senté de golpe. Me tuve que tapar la boca para no gritar. Con su verga enterrada comencé a moverme para adelante y para atrás. Sus grandes manos agarraban con fuerza mi cola y la apretaban. Me calentaba mucho. Aceleré y dejé escapar unos gemidos, que él tapó con un beso. Beso que me hizo explotar de placer y me hizo acabar de una forma violenta.
Tuve que frenar porque mis piernas quedaron tiesas temblando. Cuando me aflojé volví a sentarme en su pija que me desfondaba con cada embestida. Lo agarré de los pelos y le dije "sos un hijo de puta" mientras le volví a comer la boca y mis caderas seguían moviéndose para enterrar su verga.
Me bajé de su pija y sentada a su lado, lo hice acabar pajeándolo. El guacho seguía largando chorros de leche. Era un animal. Antes de llegar a destino, me dejó su teléfono. Por supuesto que (lamentablemente) no lo pude volver a ver, ni tuve nunca más contacto con él.
Mi familia ya me esperaba abajo (me había demorado despidiéndome del chabón). En la plataforma el saludo fue más tímido que arriba del micro, pero las miradas que nos echamos fueron suficientes para que mi hermano se diera cuenta de todo.
Me agarró del brazo y alejándonos de nuestros padres me dijo "no perdés el tiempo!". Le guiñé el ojo y se empezó a reir. "Puta como tu amiga" (en relación a Agustina, que se la cogió por varios años).
Si así habían empezado las vacaciones... me excitaba pensar en lo que podía llegar a venir. En el hotel me di una idea cuando fui a la barra a pedir una caipi y conocí al barman...
Parte 2
Parte 3
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Indice
46 comentarios - Brazil Trilogy. Parte 1
gracias por pasar!
segui asi y espero la parte 2 y la 3 de la triologia jaja
beso
gracias por pasar!
gracias por pasar
gracias por pasar!
gracias por pasar!
Te pasás!
Besitos!
Vale un 10 para vos
gracias por pasar!
gracias por comentar!
gracias por pasar!
Ya sigo leyendo como sigue para ponerme añ dia!!
Excelente post!
Gracias por compartir
mas sabiendo que tuve una experiencia similar
besos genia.
Nunca una asi para mi ????????????
Prestame una brujula Juuli, porque estoy mas perdido que perro en cancha de bochas....
Bieeeeen, hubo enchastre , aunque no me parece la mejor opción a mitad de un viaje😜😜... Por los (varios ya) relatos que vengo leyendo, te encanta cabalgar, esas nalgas deben estar duritas como una piedra 🔥🔥😉😉
en otro momento leeré como sigue la trilogía. El arranque fue prometedor 😈...
fue una buena decisión leer un Julirelato una noche de lluvia para entretenerme un rato 😘
me alegra muccho cuando los relatos les hacen recordar situaciones placenteras jeje que tengas lindos sueños con esos recuerdos 😉