Hola amigxs de Poringa, vuelvo con los relatos. Ya voy a seguir la saga anterior, lo cierto que anduve muy ocupado pero ya me haré tiempo para retomarla.
Ahora les traigo este mail que imaginariamente le escribo al marido de una chica casada que me cogía. El mismo nunca fue ni será enviado al cornudo, pero toda la historia, detalles, diálogos son reales. Espero que les guste, es un poco perverso y maligno con el cornudo, pero bueno, un abrazo para todos.
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De: elmachodetumujer@tumujeresmiputita.com
Para: fabiancitocornudoporsiempre@mimujereslaputitadeotromacho.com
Asunto: Novedades
Hola Fabiancito, te escribo para contarte algunas cositas que no sabés de tu mujer, de esa hembra infernal que tenés al lado, no sólo te voy a contar lo que hice con tu mujer, mi puta, sino también las cosas que le gustan, no para que trates de hacerlo, porque se nota a la legua que no tenés los dotes necesarios para eso, sino para que lo sepas y en su caso, procures conseguirles machos acordes a los deseos de ella. Desde ya que te adelanto soy uno de los machos de ese grupo que saben como satisfacerla.
Antes que nada, te comento que a tu mujer me la cogí hace un par de años en un viaje que hicimos por cuestiones de trabajo, vos por supuesto que ya eras novio de ella, y agregaría "cornudo". Hacía ya tiempo que tenía ganas de garcharmela, y en ese viaje se dio, claro, compartiendo tanto tiempo juntos, terminamos cogiendo. Sé que le encantó, ella no sólo me lo dijo, sino también me confesó que se pajeaba pensando en mí y hasta cuando garchaba con vos, pensaba en mí para acabar.
Después, digamos que las cosas se enfriaron un poco, estate tranquilo que por uno o dos años solamente tranzamos un par de veces y en otra le chupé las tetas, aunque ella se sentía medio culpable de la situación, se ve que te quiere y no quería que fueses tan cornudo en forma constante, pero bueno, pasado el tiempo las cosas fueron cambiando.
Una noche volvíamos de comer juntos, y charlando como buenos amigos (yo ocupaba tu lugar asiduamente producto de las circunstancias, tu mujer pasaba más tiempo conmigo que con vos), cuando ELLA me dijo:
- Tengo ganas de dormir con vos.
Así nomás, enseguida aclaró: -Ojo, sólo dormir y nada más, eh? - Mirala vos a tu mujer, tomando la iniciativa para cogerse a otro macho!!!!!, y el cornudo del marido durmiendo en su casa.
Así que bueno, por supuesto que le dije que sí. Me la lleve a la cama, y estuvo muy bueno. Por supuesto que me la re garché, me chupaba la pija desesperada, la cogía literalmente por la boca, le comía la concha y muchas cositas más a esa hembra corneadora hambrienta de sexo. Te comento que se notaba que estaba muy necesitada, y gracias a Dios que estaba yo a su lado para saciarla. Por supuesto que nos dormimos juntos, con vos, cornudo, tan lejos, tu mujer podía darse estos gustos. De ahí en más empezamos a coger asiduamente, no sabés la cantidad de detalles que tengo para contarte: todas perlitas que se van a agregando a la abundante cornamenta que portás. Espero que a esta altura, después de haber leído esta introducción, ya te hayas aceptado como lo que sos, un cornudo, lisa y llanamente, un cornudo, y te aseguro que lo vas a seguir siendo cada vez que yo tenga acceso a tu mujer.
Entre los detalles, te comento que a la segunda o tercera noche de esta segunda etapa (acordate bien que ya me la había regarchado años antes), estábamos tranzando en la cama, ya los dos en pelotas, yo ya le había llenado la boca con mi pija y a punto de penetrarla.
- Bueno, me voy a poner el forro, no doy más y te la quiero poner! - le dije.
Y sabés lo que pasó??? Querés que te cuente, cornudo???? Pasó algo hermoso, ELLA, con cara de pícara y algo tímida, me dice, mirando mi pija parada: -Yo quiero probar un poquito así, sin forro.
No te imaginás mi alegría, qué lindo, cornudo, tu mujer pidiéndome que se la ponga SIN forro. Por supuesto que ahí nomás se la puse sin dudarlo, hermoso sentir como la concha mojada de tu mujer humedecía mi poronga, que entraba y salía constantemente. Ella estaba como loca, no paraba de repetir lo bien que se sentía, mi pija SIN forro adentro de su concha. No creo que se haya ni acordado que vos existías en ese momento, cuerno. Pero quedate tranquilo que acabé afuera, aunque estoy seguro que algo de presemen adentro seguro le quedó. Cuántas veces acabó ella? La verdad que no me acuerdo, pero fueron varias.
Otra frase memorable de esa noche que ella me dijo fue: - Con vos me mojo mucho más que con Fabián, no sé por qué.
Entonces le dije la verdad: - Seguro que es porque te gusto más, y porque tenés muchas más ganas de coger conmigo que con tu marido, o no? - Como respuesta, recibí un besote gigante de lengua y unos suspiros, las palabras sobraban.
El camino ya estaba abierto, alternábamos entre su cama y la mía, y por supuesto que siempre, pero siempre, sin forro. Ella siempre me decía:
- Probamos? - El "probamos", era un lenguaje que teníamos entre los dos, que significaba que ella me pedía que le dé sin forro, yo por supuesto que siempre accedía y estaba siempre dispuesto a que tus cuernos sean sin forro.
Recuerdo un día que tras pasar un fin de semana sin vernos, volvimos a coger. Después de cogérmela, sabés qué me dijo????? Te lo voy a contar, para que sepas que lo que tu mujer necesita, vos no podés darselo, cornudo. Agarrando mi verga, espontáneamente le salió un:
-Ahhh, esto era lo que necesitaba!!!!!
Qué alegría la mía escuchar eso, quizá en ese fin de semana vos te la cogiste, o quizá no, la verdad que eso no tiene ninguna importancia, ni para ella ni para mí: su comentario resaltaba la necesidad de su concha por mi pija, vos no existías más para ella, al menos sexualmente, por eso es que ella te hacía cada día más cornudo.
Un día se trajo un camisón violeta de seda que le quedaba bárbaro, vino a quedarse conmigo como si fuese realmente mi mujer, era hermoso verla actuar tan natural para su macho (o sea yo). Recuerdo que esa noche nos dormimos con mi dedo metido en su culo, ese culo tan apretadito que tiene que seguro que nunca se lo hiciste.
Seguimos así por mucho tiempo más, hasta que primero ella y después yo, fuimos cambiando de trabajo y con la distancia kilométrica de por medio, dejamos de vernos. Recuerdo ella por momentos se sentía culpable por tus grandes cuernos, pero al ver mi pija no dudaba un segundo en adorarla y coger conmigo sin ningún tipo de límite.
Yo sigo hablando con ella de tanto en tanto y ya vamos a hacer una reunión de ex compañeros de trabajo, y sabés que va a pasar ahí?
Sííí, cornudo!!!!! Me la voy a volver a coger, y sin forro. Espero que esta vez ella esté tomando pastillas porque te aseguro que cuando me la vuelva a coger a mi puta (tu señora), la voy a dejar bien llena de leche. Por otro lado, voy a tratar de abrirle la colita y desvirgarsela, después de todo, yo soy su macho, cornudo, y es mi derecho hacerlo. Espero hayas comprendido tu posición, cuerno. Yo soy su macho, ella mi puta, y vos su cornudo, y no pienso renunciar eso por nada del mundo, y estoy seguro que ella tampoco.
FIN
Si les gustó la historia, no dejen de ver mis otros relatos de cornudos que serán de su agrado.
Ahora les traigo este mail que imaginariamente le escribo al marido de una chica casada que me cogía. El mismo nunca fue ni será enviado al cornudo, pero toda la historia, detalles, diálogos son reales. Espero que les guste, es un poco perverso y maligno con el cornudo, pero bueno, un abrazo para todos.
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De: elmachodetumujer@tumujeresmiputita.com
Para: fabiancitocornudoporsiempre@mimujereslaputitadeotromacho.com
Asunto: Novedades
Hola Fabiancito, te escribo para contarte algunas cositas que no sabés de tu mujer, de esa hembra infernal que tenés al lado, no sólo te voy a contar lo que hice con tu mujer, mi puta, sino también las cosas que le gustan, no para que trates de hacerlo, porque se nota a la legua que no tenés los dotes necesarios para eso, sino para que lo sepas y en su caso, procures conseguirles machos acordes a los deseos de ella. Desde ya que te adelanto soy uno de los machos de ese grupo que saben como satisfacerla.
Antes que nada, te comento que a tu mujer me la cogí hace un par de años en un viaje que hicimos por cuestiones de trabajo, vos por supuesto que ya eras novio de ella, y agregaría "cornudo". Hacía ya tiempo que tenía ganas de garcharmela, y en ese viaje se dio, claro, compartiendo tanto tiempo juntos, terminamos cogiendo. Sé que le encantó, ella no sólo me lo dijo, sino también me confesó que se pajeaba pensando en mí y hasta cuando garchaba con vos, pensaba en mí para acabar.
Después, digamos que las cosas se enfriaron un poco, estate tranquilo que por uno o dos años solamente tranzamos un par de veces y en otra le chupé las tetas, aunque ella se sentía medio culpable de la situación, se ve que te quiere y no quería que fueses tan cornudo en forma constante, pero bueno, pasado el tiempo las cosas fueron cambiando.
Una noche volvíamos de comer juntos, y charlando como buenos amigos (yo ocupaba tu lugar asiduamente producto de las circunstancias, tu mujer pasaba más tiempo conmigo que con vos), cuando ELLA me dijo:
- Tengo ganas de dormir con vos.
Así nomás, enseguida aclaró: -Ojo, sólo dormir y nada más, eh? - Mirala vos a tu mujer, tomando la iniciativa para cogerse a otro macho!!!!!, y el cornudo del marido durmiendo en su casa.
Así que bueno, por supuesto que le dije que sí. Me la lleve a la cama, y estuvo muy bueno. Por supuesto que me la re garché, me chupaba la pija desesperada, la cogía literalmente por la boca, le comía la concha y muchas cositas más a esa hembra corneadora hambrienta de sexo. Te comento que se notaba que estaba muy necesitada, y gracias a Dios que estaba yo a su lado para saciarla. Por supuesto que nos dormimos juntos, con vos, cornudo, tan lejos, tu mujer podía darse estos gustos. De ahí en más empezamos a coger asiduamente, no sabés la cantidad de detalles que tengo para contarte: todas perlitas que se van a agregando a la abundante cornamenta que portás. Espero que a esta altura, después de haber leído esta introducción, ya te hayas aceptado como lo que sos, un cornudo, lisa y llanamente, un cornudo, y te aseguro que lo vas a seguir siendo cada vez que yo tenga acceso a tu mujer.
Entre los detalles, te comento que a la segunda o tercera noche de esta segunda etapa (acordate bien que ya me la había regarchado años antes), estábamos tranzando en la cama, ya los dos en pelotas, yo ya le había llenado la boca con mi pija y a punto de penetrarla.
- Bueno, me voy a poner el forro, no doy más y te la quiero poner! - le dije.
Y sabés lo que pasó??? Querés que te cuente, cornudo???? Pasó algo hermoso, ELLA, con cara de pícara y algo tímida, me dice, mirando mi pija parada: -Yo quiero probar un poquito así, sin forro.
No te imaginás mi alegría, qué lindo, cornudo, tu mujer pidiéndome que se la ponga SIN forro. Por supuesto que ahí nomás se la puse sin dudarlo, hermoso sentir como la concha mojada de tu mujer humedecía mi poronga, que entraba y salía constantemente. Ella estaba como loca, no paraba de repetir lo bien que se sentía, mi pija SIN forro adentro de su concha. No creo que se haya ni acordado que vos existías en ese momento, cuerno. Pero quedate tranquilo que acabé afuera, aunque estoy seguro que algo de presemen adentro seguro le quedó. Cuántas veces acabó ella? La verdad que no me acuerdo, pero fueron varias.
Otra frase memorable de esa noche que ella me dijo fue: - Con vos me mojo mucho más que con Fabián, no sé por qué.
Entonces le dije la verdad: - Seguro que es porque te gusto más, y porque tenés muchas más ganas de coger conmigo que con tu marido, o no? - Como respuesta, recibí un besote gigante de lengua y unos suspiros, las palabras sobraban.
El camino ya estaba abierto, alternábamos entre su cama y la mía, y por supuesto que siempre, pero siempre, sin forro. Ella siempre me decía:
- Probamos? - El "probamos", era un lenguaje que teníamos entre los dos, que significaba que ella me pedía que le dé sin forro, yo por supuesto que siempre accedía y estaba siempre dispuesto a que tus cuernos sean sin forro.
Recuerdo un día que tras pasar un fin de semana sin vernos, volvimos a coger. Después de cogérmela, sabés qué me dijo????? Te lo voy a contar, para que sepas que lo que tu mujer necesita, vos no podés darselo, cornudo. Agarrando mi verga, espontáneamente le salió un:
-Ahhh, esto era lo que necesitaba!!!!!
Qué alegría la mía escuchar eso, quizá en ese fin de semana vos te la cogiste, o quizá no, la verdad que eso no tiene ninguna importancia, ni para ella ni para mí: su comentario resaltaba la necesidad de su concha por mi pija, vos no existías más para ella, al menos sexualmente, por eso es que ella te hacía cada día más cornudo.
Un día se trajo un camisón violeta de seda que le quedaba bárbaro, vino a quedarse conmigo como si fuese realmente mi mujer, era hermoso verla actuar tan natural para su macho (o sea yo). Recuerdo que esa noche nos dormimos con mi dedo metido en su culo, ese culo tan apretadito que tiene que seguro que nunca se lo hiciste.
Seguimos así por mucho tiempo más, hasta que primero ella y después yo, fuimos cambiando de trabajo y con la distancia kilométrica de por medio, dejamos de vernos. Recuerdo ella por momentos se sentía culpable por tus grandes cuernos, pero al ver mi pija no dudaba un segundo en adorarla y coger conmigo sin ningún tipo de límite.
Yo sigo hablando con ella de tanto en tanto y ya vamos a hacer una reunión de ex compañeros de trabajo, y sabés que va a pasar ahí?
Sííí, cornudo!!!!! Me la voy a volver a coger, y sin forro. Espero que esta vez ella esté tomando pastillas porque te aseguro que cuando me la vuelva a coger a mi puta (tu señora), la voy a dejar bien llena de leche. Por otro lado, voy a tratar de abrirle la colita y desvirgarsela, después de todo, yo soy su macho, cornudo, y es mi derecho hacerlo. Espero hayas comprendido tu posición, cuerno. Yo soy su macho, ella mi puta, y vos su cornudo, y no pienso renunciar eso por nada del mundo, y estoy seguro que ella tampoco.
FIN
Si les gustó la historia, no dejen de ver mis otros relatos de cornudos que serán de su agrado.
20 comentarios - Atención Cornudo: tienes un e mail.
Besos