Desde que tengo conciencia, tengo recuerdos de mi hermana y yo, jugando..
Pero, para no ir tan atrás en el tiempo, describiré los días previos a nuestra primera vez, la efectiva, tal vez, en otras oportunidades podré mencionar, todas las escaramuzas y las previas muy calientes, pero, arranquemos con la primera vez.
Era verano, siempre las cosas sexuales con mi familia, fueron en esa estación estival. Quizás, el hecho que toda mi familia materna, sea del norte de nuestro país, donde el clima es caluroso al extremo, tanto es así, que la provincia natal de ellos (la de la familia de nuestra madre) es la capital de la siesta. Tal vez, era esto lo que hiciera que ambos, mi hermana y yo, tuviéramos predilección por esa época del año. Como así también, compartíamos las características de los oriundos (aunque más no sea a través de los genes) de esos lugares, habitantes dominados por sus pasiones y dirigidos por la lascivia desenfrenada. Pero vamos ya, sin más demoras, a la historia en si.
En una especie de alberca que había en nuestra casa, ella (mi hermana) como una sirena jugaba, y en su juego solitario, uno de los breteles del corpiño del traje de baño de dos piezas, se corrió y con el, la taza del mismo y el pezón de uno de sus senos afloró...
Yo, contemplándola, le propuse que se lo quitara para estar más cómoda, y ella, como algo normal, estuvo de acuerdo, se lo sacó para mi.
Sus fabulosas tetas redondas, bien formadas, me apuntaron, de todos modos, esto, no era algo especial, conocía de memoria su cuerpo, y ella el mío, nunca nos tuvimos vergüenza, y los tres, mi madre, mi hermana y yo, nos habíamos visto muchas veces desnudos.
Sin embargo, esta vez, sentí en el ambiente algo distinto, sus pezones erguidos, enfurecidos, me hicieron creer que ella estaba en "climax" lujurioso.
Le pedí que saliera y que fuéramos adentro, nuestra madre, entraba y salía haciendo las tareas de ama de casa, y ya, más de una vez, nos había advertido, que tengamos cuidado con los juegos que jugábamos, sospechaba de ambos, pero más de mi, y además me celaba.
Ella, mi hermana @hindami (la voy a llamar por su nombre, ustedes la conocen y ya no con el nombre en la historia de Felina) dudó, pero, cuando nuestra madre se metió a refrescarse dentro de la pileta, ella si salió.
Y un día, después de tantos juegos, mi hermanita @hindami "ex Felina" aceptó hacerlo de manera fáctica...
Ella fue directo al baño, para quitarse la malla mojada y darse una ducha rápida, para sacarse el cloro del natatorio, yo, la esperé en nuestro cuarto, en mi cama haciéndome el dormido.
Mi hermana salió, sólo con unas bragas negras como atuendo y desde el baño entró a la pieza que compartíamos, se subió a mi cama, entre mis piernas se acuclilló, pero, rápidamente se incorporó, se paró sobre mi cama y quitó sus bragas...
Cansado, con los huevos hinchados de la franela habitual, con mi verga explotando de calentura y sin mediar palabra alguna, me levanté, me quité el slip, la puse de espaldas, boca arriba y la penetré, todo esto, al oficio mudo, ambos dos. Ni siquiera hubo por parte de ella un contacto visual entre ambos, mis ojos fijos en su rostro, encontraban sus párpados cerrados.
Es decir, que ella lo había decidido, pasar de lo potencial al hecho en concreto, pero le habría costado, mucho, para no mirarme.
Previo a ese día, a la penetración, habíamos tenido encuentros furtivos en distintas partes de la casa, yo la atacaba y ella se defendía, pero de manera extraña, me rechazaba aunque buscándome, ya que me desafiaba al estar desnuda jugándome bromas con ademanes y gestos.
Sin embargo, y a partir de ese momento, todo ese verano nos lo pasamos cojiendo como conejos, innumerables veces al día, en diferentes lugares de la casa, donde podíamos, de manera rápida, sin que nos vieran, eran como ataques de guerrilleros, nos encontrábamos, cojíamos y nos íbamos, desaparecíamos uno del lado del otro.
De manera salvaje, de forma inconsciente, sin cuidarnos y sin saber nada, sólo, ponerla y cojer. De a poco nos fuimos informando, más yo que ella, aunque no hace tanto tiempo, la época era distinta, aún sin internet, sin tantas fuentes de información, más aún, en un barrio de clase media, eran más las presunciones que las certezas.
Yo buscaba informarme a través de mis amigos del barrio, y no por parte de los ex compañeros de la escuela, tanto o más neófitos que yo. Sino con los de la esquina, más vagos y atorrantes.
Sin embargo, eso tenía sus pros y sus contras, ya que todos eran "avispados" y había que tener sumo cuidado con lo que se decía, "él más lerdo se cojía a un avestruz corriendo".
No tenía que pisarme, ya que todos, más mal que bien, nos conocíamos y sabíamos de nuestras cosas, virtudes y defectos, más de las últimas, y me podía hundir y arruinar la reputación de mi familia, fundamentalmente la de mi hermana.
Y a pesar de ello, de los que buscaba mayor o más información, era específicamente, de los peores de mis "amigos" o mejor dicho conocidos, de los más tramposos, todos desocupados, malandras, ladronzuelos, que andaban en la mala vida, los que molestaban a las chicas del barrio, y a los que me imaginaba, de ellos saberlo, avanzarían a mi hermana sin ningún miramiento.[/size]
Con mi madre, con la cual podía hablar de cualquier cosa, tampoco de esto podía hacerlo. No sólo por lo específico del tema, sino porque si había algo que ella quería retardar en mi, era eso, que conociera otras mujeres que no sea, ella. Era capaz de acosarme y hacérmela pasar mal..
Con mi padre, no tenía ninguna relación, era el hombre que se iba de noche y volvía de noche, y los fines de semana o estaba dedicado a mi madre o haciendo tareas en la casa.
Pero, más lo primero, por lo menos en esos tiempos...
Y si todavía le quedan dudas a alguno de ustedes, @hindami no le hacía asco a nada, tal vez, yo fui el culpable de enviciarla, pero, sin dudas ella, genéticamente, tenía ansias de aquellos juegos sexuales. En más de una fiesta familiar la encontré siendo manoseada por nuestros primos, lamentablemente para mi, todos varones del lado de mi madre, con los que teníamos más afinidad y más nos visitábamos.
Hasta la encontré en situaciones equívocas con nuestros tíos solteros, los más jóvenes hermanos de mi madre. Como no esperar lo peor de los pibes de la esquina, de quienes rescataba información preciada para ambos, mi hermana y yo.
Recuerdo, que en las casas de nuestros familiares, siempre desaparecía y al buscarla fundamentalmente mi madre y yo, siempre estaba en la cama de un cuarto masculino, la de algún tío de los solteros y nunca sola, siempre con un par de tíos queridos.
Pero una de la peores experiencia que viví, fue cuando la encontré con nuestros primos, los mellizos de Boulogne, siendo manoseada, desnuda y chupándole la pija a uno de ellos y el otro puerteándole el orto en el fondo de nuestra casa, lugar nuestro, de juegos sexuales y exclusivo de los dos, que ella, no tuvo consideración o alguna culpa, de compartir con foráneos, a pesar de ser familiares, hijos ambos de una hermana de mi madre, la tía Lidia, la menor de las mujeres de la familia de mi madre.
Esa vez llegué a tiempo, y evité que sea bendecida por otra garcha ajena, extraña, sin embargo, yo fui la última clase que realizó el servicio militar obligatorio, y en mi ausencia, esos dos mierdas, consumieron lo que habían empezado y yo interrumpí. Se la lastraron, y más de una vez..
Pero, perdón, como no estoy canchero para escribir, me estoy delirando y no me enfoco en lo que quería contarles, me estoy yendo por las ramas y adelantándoles otros relatos que escribiré, contando cada una de esas experiencias.
De todos modos y para terminar con este relato que se desvirtuó, proseguiré con el mismo en una segunda parte, ya que se extendió con nimiedades. Debo decir, que a esas altura de mi relación con mi hermana, ella no era tan promiscua como terminó siéndolo, o por lo menos yo, si fue lo contrario, lo desconocía...
Pero, para no ir tan atrás en el tiempo, describiré los días previos a nuestra primera vez, la efectiva, tal vez, en otras oportunidades podré mencionar, todas las escaramuzas y las previas muy calientes, pero, arranquemos con la primera vez.
Era verano, siempre las cosas sexuales con mi familia, fueron en esa estación estival. Quizás, el hecho que toda mi familia materna, sea del norte de nuestro país, donde el clima es caluroso al extremo, tanto es así, que la provincia natal de ellos (la de la familia de nuestra madre) es la capital de la siesta. Tal vez, era esto lo que hiciera que ambos, mi hermana y yo, tuviéramos predilección por esa época del año. Como así también, compartíamos las características de los oriundos (aunque más no sea a través de los genes) de esos lugares, habitantes dominados por sus pasiones y dirigidos por la lascivia desenfrenada. Pero vamos ya, sin más demoras, a la historia en si.
En una especie de alberca que había en nuestra casa, ella (mi hermana) como una sirena jugaba, y en su juego solitario, uno de los breteles del corpiño del traje de baño de dos piezas, se corrió y con el, la taza del mismo y el pezón de uno de sus senos afloró...
Yo, contemplándola, le propuse que se lo quitara para estar más cómoda, y ella, como algo normal, estuvo de acuerdo, se lo sacó para mi.
Sus fabulosas tetas redondas, bien formadas, me apuntaron, de todos modos, esto, no era algo especial, conocía de memoria su cuerpo, y ella el mío, nunca nos tuvimos vergüenza, y los tres, mi madre, mi hermana y yo, nos habíamos visto muchas veces desnudos.
Sin embargo, esta vez, sentí en el ambiente algo distinto, sus pezones erguidos, enfurecidos, me hicieron creer que ella estaba en "climax" lujurioso.
Le pedí que saliera y que fuéramos adentro, nuestra madre, entraba y salía haciendo las tareas de ama de casa, y ya, más de una vez, nos había advertido, que tengamos cuidado con los juegos que jugábamos, sospechaba de ambos, pero más de mi, y además me celaba.
Ella, mi hermana @hindami (la voy a llamar por su nombre, ustedes la conocen y ya no con el nombre en la historia de Felina) dudó, pero, cuando nuestra madre se metió a refrescarse dentro de la pileta, ella si salió.
Y un día, después de tantos juegos, mi hermanita @hindami "ex Felina" aceptó hacerlo de manera fáctica...
Ella fue directo al baño, para quitarse la malla mojada y darse una ducha rápida, para sacarse el cloro del natatorio, yo, la esperé en nuestro cuarto, en mi cama haciéndome el dormido.
Mi hermana salió, sólo con unas bragas negras como atuendo y desde el baño entró a la pieza que compartíamos, se subió a mi cama, entre mis piernas se acuclilló, pero, rápidamente se incorporó, se paró sobre mi cama y quitó sus bragas...
Cansado, con los huevos hinchados de la franela habitual, con mi verga explotando de calentura y sin mediar palabra alguna, me levanté, me quité el slip, la puse de espaldas, boca arriba y la penetré, todo esto, al oficio mudo, ambos dos. Ni siquiera hubo por parte de ella un contacto visual entre ambos, mis ojos fijos en su rostro, encontraban sus párpados cerrados.
Es decir, que ella lo había decidido, pasar de lo potencial al hecho en concreto, pero le habría costado, mucho, para no mirarme.
Previo a ese día, a la penetración, habíamos tenido encuentros furtivos en distintas partes de la casa, yo la atacaba y ella se defendía, pero de manera extraña, me rechazaba aunque buscándome, ya que me desafiaba al estar desnuda jugándome bromas con ademanes y gestos.
Sin embargo, y a partir de ese momento, todo ese verano nos lo pasamos cojiendo como conejos, innumerables veces al día, en diferentes lugares de la casa, donde podíamos, de manera rápida, sin que nos vieran, eran como ataques de guerrilleros, nos encontrábamos, cojíamos y nos íbamos, desaparecíamos uno del lado del otro.
De manera salvaje, de forma inconsciente, sin cuidarnos y sin saber nada, sólo, ponerla y cojer. De a poco nos fuimos informando, más yo que ella, aunque no hace tanto tiempo, la época era distinta, aún sin internet, sin tantas fuentes de información, más aún, en un barrio de clase media, eran más las presunciones que las certezas.
Yo buscaba informarme a través de mis amigos del barrio, y no por parte de los ex compañeros de la escuela, tanto o más neófitos que yo. Sino con los de la esquina, más vagos y atorrantes.
Sin embargo, eso tenía sus pros y sus contras, ya que todos eran "avispados" y había que tener sumo cuidado con lo que se decía, "él más lerdo se cojía a un avestruz corriendo".
No tenía que pisarme, ya que todos, más mal que bien, nos conocíamos y sabíamos de nuestras cosas, virtudes y defectos, más de las últimas, y me podía hundir y arruinar la reputación de mi familia, fundamentalmente la de mi hermana.
Y a pesar de ello, de los que buscaba mayor o más información, era específicamente, de los peores de mis "amigos" o mejor dicho conocidos, de los más tramposos, todos desocupados, malandras, ladronzuelos, que andaban en la mala vida, los que molestaban a las chicas del barrio, y a los que me imaginaba, de ellos saberlo, avanzarían a mi hermana sin ningún miramiento.[/size]
Con mi madre, con la cual podía hablar de cualquier cosa, tampoco de esto podía hacerlo. No sólo por lo específico del tema, sino porque si había algo que ella quería retardar en mi, era eso, que conociera otras mujeres que no sea, ella. Era capaz de acosarme y hacérmela pasar mal..
Con mi padre, no tenía ninguna relación, era el hombre que se iba de noche y volvía de noche, y los fines de semana o estaba dedicado a mi madre o haciendo tareas en la casa.
Pero, más lo primero, por lo menos en esos tiempos...
Y si todavía le quedan dudas a alguno de ustedes, @hindami no le hacía asco a nada, tal vez, yo fui el culpable de enviciarla, pero, sin dudas ella, genéticamente, tenía ansias de aquellos juegos sexuales. En más de una fiesta familiar la encontré siendo manoseada por nuestros primos, lamentablemente para mi, todos varones del lado de mi madre, con los que teníamos más afinidad y más nos visitábamos.
Hasta la encontré en situaciones equívocas con nuestros tíos solteros, los más jóvenes hermanos de mi madre. Como no esperar lo peor de los pibes de la esquina, de quienes rescataba información preciada para ambos, mi hermana y yo.
Recuerdo, que en las casas de nuestros familiares, siempre desaparecía y al buscarla fundamentalmente mi madre y yo, siempre estaba en la cama de un cuarto masculino, la de algún tío de los solteros y nunca sola, siempre con un par de tíos queridos.
Pero una de la peores experiencia que viví, fue cuando la encontré con nuestros primos, los mellizos de Boulogne, siendo manoseada, desnuda y chupándole la pija a uno de ellos y el otro puerteándole el orto en el fondo de nuestra casa, lugar nuestro, de juegos sexuales y exclusivo de los dos, que ella, no tuvo consideración o alguna culpa, de compartir con foráneos, a pesar de ser familiares, hijos ambos de una hermana de mi madre, la tía Lidia, la menor de las mujeres de la familia de mi madre.
Esa vez llegué a tiempo, y evité que sea bendecida por otra garcha ajena, extraña, sin embargo, yo fui la última clase que realizó el servicio militar obligatorio, y en mi ausencia, esos dos mierdas, consumieron lo que habían empezado y yo interrumpí. Se la lastraron, y más de una vez..
Pero, perdón, como no estoy canchero para escribir, me estoy delirando y no me enfoco en lo que quería contarles, me estoy yendo por las ramas y adelantándoles otros relatos que escribiré, contando cada una de esas experiencias.
De todos modos y para terminar con este relato que se desvirtuó, proseguiré con el mismo en una segunda parte, ya que se extendió con nimiedades. Debo decir, que a esas altura de mi relación con mi hermana, ella no era tan promiscua como terminó siéndolo, o por lo menos yo, si fue lo contrario, lo desconocía...
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