Era una noche fria de junio, otra tranquila noche de trabajo en un hotel en la ciudad de Mar del Plata. Todo transcurria con tranquilidad, las horas parecian no pasar. Nada hacia suponer que se convertiria en una noche que marcaria un cambio en mi vida, en mis gustos. Esta noche conoceria realmente lo que es el placer. No fue sino hasta entrada la madrugada cuando comenzaron a suceder los hechos que se van a narrar a continuacion.
Estaba todo muy calmo, como un calma anterior a un huracan, un huracan sexual, de placer, de comenzar a experimentar cosas nunca antes vividas.
Levanté la vista y la vi, era una mujer imponente, con solo verla se podia apreciar su caracter. La veo dirigiendose hacia el hotel y me apresuro a ayudarla con su equipaje; traia una cantidad de valijas importantes, algo anormal para ser una mujer sola, pero al principio le reste importancia. Al hacer contacto con ella la saludo con un: - buenas noches y bienvenida.
Me mira de manera altanera, y con un tono despectivo me responde: - buenas noches...
Estabamos ambos ahi, cumpliendo con los procedimientos normales.
Acompaño a la mujer hasta su habitacion, vuelvo a ayudarla a trasladar su equipaje, y luego de una brevisima charla regreso a mi puesto de trabajo a seguir cumpliendo con mis actividades. En ese momento y pese a lo breve del contacto comencé a notar que algo era diferente, experimentaba sensaciones nunca vividas.
Luego de regresar a mi puesto de trabajo, y con la tranquila noche siguiendo su curso escucho el sonido del telefono. La misteriosa mujer me estaba llamando, solicitaba (con un tono autoritario) si podía dirigirme a su habitación debido a que había encontrado una serie de problemas. Inmediatamente subo hasta la habitación, golpeo la puerta y se oye su voz que dice:
- adelante, la puerta esta abierta.
Ingreso cautelosamente, y la encuentro cubierta con las toallas de baño. Me informa que al momento de tomar una ducha nota que el agua caliente no funciona de manera correcta. Como se hace en estos casos verifico y noto que efectivamente la mujer tenía razón. Luego de unos breves instantes logro solucionar su problema, pero al momento de retirarme escucho nuevamente su voz:
- Quieto ahí perro (me dijo con la voz un tanto elevada y un tono totalmente autoritario)
Doy la vuelta y noto que deja caer las toallas que la envolvían quedando vestida con un ajustado traje de cuero negro. Mi reacción fue de sorpresa frente a esta situación. Su voz se escucha nuevamente:
- ¿Dónde pensas que vas? Desnudate inmediatamente.
No comprendía que estaba sucediendo, quede atonito mirandola y vuelvo a escuchar su voz, con un tono aun mas elevado. Note toda su figura impactante, sus tetas apretadas en el traje, su culo bien redondo y parado apretado por aquel traje tan ajustado.
-Desnudate inmediatamente hijo de puta!!!! (me ordenó la mujer mientras mientras tomaba un látigo de entre sus pertenencias). Quede inmóvil frente a este hecho, y ella se dirigió hacía mí con el látigo en mano. Me dio un golpe en la espalda y volvió a ordenarme:
- No estoy jugando, desnudate hijo de puta, vas a saber lo que es la discplina! (volvió a golpearme con su látigo).
No se que sucedió pero poco a poco comencé a sentir una excitación incomparable y a obedecerla sin chistar. Me desnudé y ahí estaba completamente sin ropa frente a esta mujer extraña. Se oye su voz firme que me dice:
- De rodillas!!! Desde ahora y hasta que yo lo decida serás mío, me perteneceras y harás todo lo que ordene. Entendido!???
Mi excitación aumentaba segundo a segundo, mi pene explotaba de placer y solo pude decir:
- Si señora.
Me dijo que por ser tan desobediente correspondía que me diera un castigo, asíque tomo su látigo nuevamente y golpeó incansablemente mis nalgas y mi espalda. Acepté la dominación a la cuál estaba siendo somentido, pensaba que no tenía otra cosa por hacer, realmente lo sentía y disfruté de cada uno de sus golpes. Ella reía diciendo que había encontrado al sumiso perfecto.
Cuando los golpes con el látigo cesaron inmediatamente me ordeno que permanezca inmóvil. Y así lo hice, me quede de rodillas esperando nuevas ordenes.
Luego de unos minutos ella comenzó a acariciar todo mi cuerpo repitiendo una y otra vez que era de ella, que yo le pertenecía y que haría conmigo lo que se le de la gana.
Se puso de pie frente a mí y me ordenó:
- Vas a chuparme la concha como nunca se la chupaste a nadie, haceme sentir placer hijo de puta!!
Con su concha descubierta comence a chupar, mientras ella dirigia mis manos por todo su cuerpo. Sentía el placer de aquella mujer. Mientras lo hacía comenzó a darme cachetadas, preguntando todo el tiempo:
-Quien manda aca esclavo?
- Usted señora (era siempre mi respuesta, lo cual excitaba cada vez mas a aquella señora).
Me obligo a cojerla incansablemente, siempre para su propio placer, nunca el mio. Ella repetía:
- Tu placer no me importa, perro. Solo tienes que lograr que yo lo tenga. Fue así como castigaba cada acción incorrecta mía. Cojimos de muchas formas, y en caso de que yo acabara antes que ella el castigo era terrible. Golpes en todo el cuerpo, humillación verbal. Yo solo estaba ahí para lograr su placer, y lo disfrutaba de todas formas.
Seguimos por un período de dos horas aproximadamente (ya ni me preocupaban mis compañeros, quienes seguramente estaban preguntando porque demoraba tanto), cojiendo sin parar, con ella obligandome a cambiar de posición a su antojo, haciendo todo lo que deseaba. Cuando finalmente acabo me dijo:
- Para ser tu primera vez y por tu falta de experiencia debo decir que tenes futuro como sumiso.
Fue su unico cumplido durante toda la noche.
Antes de vestirme me ordeno:
- Ponete nuevamente de rodillas.
Se paró frente a mi, tomo mi cara con sus manos y escupió mi rostro. Luego de eso solo se acostó a dormir, y me dijo ya podés retirarte, hasta mañana esclavo.
Agarré mi ropa, me vestí y volví a ocupar mi lugar de trabajo.
Este fue el comienzo de mi experencia en el mundo del sadomasoquismo, pero no el final.
Ya vendrán nuevas historias...
Estaba todo muy calmo, como un calma anterior a un huracan, un huracan sexual, de placer, de comenzar a experimentar cosas nunca antes vividas.
Levanté la vista y la vi, era una mujer imponente, con solo verla se podia apreciar su caracter. La veo dirigiendose hacia el hotel y me apresuro a ayudarla con su equipaje; traia una cantidad de valijas importantes, algo anormal para ser una mujer sola, pero al principio le reste importancia. Al hacer contacto con ella la saludo con un: - buenas noches y bienvenida.
Me mira de manera altanera, y con un tono despectivo me responde: - buenas noches...
Estabamos ambos ahi, cumpliendo con los procedimientos normales.
Acompaño a la mujer hasta su habitacion, vuelvo a ayudarla a trasladar su equipaje, y luego de una brevisima charla regreso a mi puesto de trabajo a seguir cumpliendo con mis actividades. En ese momento y pese a lo breve del contacto comencé a notar que algo era diferente, experimentaba sensaciones nunca vividas.
Luego de regresar a mi puesto de trabajo, y con la tranquila noche siguiendo su curso escucho el sonido del telefono. La misteriosa mujer me estaba llamando, solicitaba (con un tono autoritario) si podía dirigirme a su habitación debido a que había encontrado una serie de problemas. Inmediatamente subo hasta la habitación, golpeo la puerta y se oye su voz que dice:
- adelante, la puerta esta abierta.
Ingreso cautelosamente, y la encuentro cubierta con las toallas de baño. Me informa que al momento de tomar una ducha nota que el agua caliente no funciona de manera correcta. Como se hace en estos casos verifico y noto que efectivamente la mujer tenía razón. Luego de unos breves instantes logro solucionar su problema, pero al momento de retirarme escucho nuevamente su voz:
- Quieto ahí perro (me dijo con la voz un tanto elevada y un tono totalmente autoritario)
Doy la vuelta y noto que deja caer las toallas que la envolvían quedando vestida con un ajustado traje de cuero negro. Mi reacción fue de sorpresa frente a esta situación. Su voz se escucha nuevamente:
- ¿Dónde pensas que vas? Desnudate inmediatamente.
No comprendía que estaba sucediendo, quede atonito mirandola y vuelvo a escuchar su voz, con un tono aun mas elevado. Note toda su figura impactante, sus tetas apretadas en el traje, su culo bien redondo y parado apretado por aquel traje tan ajustado.
-Desnudate inmediatamente hijo de puta!!!! (me ordenó la mujer mientras mientras tomaba un látigo de entre sus pertenencias). Quede inmóvil frente a este hecho, y ella se dirigió hacía mí con el látigo en mano. Me dio un golpe en la espalda y volvió a ordenarme:
- No estoy jugando, desnudate hijo de puta, vas a saber lo que es la discplina! (volvió a golpearme con su látigo).
No se que sucedió pero poco a poco comencé a sentir una excitación incomparable y a obedecerla sin chistar. Me desnudé y ahí estaba completamente sin ropa frente a esta mujer extraña. Se oye su voz firme que me dice:
- De rodillas!!! Desde ahora y hasta que yo lo decida serás mío, me perteneceras y harás todo lo que ordene. Entendido!???
Mi excitación aumentaba segundo a segundo, mi pene explotaba de placer y solo pude decir:
- Si señora.
Me dijo que por ser tan desobediente correspondía que me diera un castigo, asíque tomo su látigo nuevamente y golpeó incansablemente mis nalgas y mi espalda. Acepté la dominación a la cuál estaba siendo somentido, pensaba que no tenía otra cosa por hacer, realmente lo sentía y disfruté de cada uno de sus golpes. Ella reía diciendo que había encontrado al sumiso perfecto.
Cuando los golpes con el látigo cesaron inmediatamente me ordeno que permanezca inmóvil. Y así lo hice, me quede de rodillas esperando nuevas ordenes.
Luego de unos minutos ella comenzó a acariciar todo mi cuerpo repitiendo una y otra vez que era de ella, que yo le pertenecía y que haría conmigo lo que se le de la gana.
Se puso de pie frente a mí y me ordenó:
- Vas a chuparme la concha como nunca se la chupaste a nadie, haceme sentir placer hijo de puta!!
Con su concha descubierta comence a chupar, mientras ella dirigia mis manos por todo su cuerpo. Sentía el placer de aquella mujer. Mientras lo hacía comenzó a darme cachetadas, preguntando todo el tiempo:
-Quien manda aca esclavo?
- Usted señora (era siempre mi respuesta, lo cual excitaba cada vez mas a aquella señora).
Me obligo a cojerla incansablemente, siempre para su propio placer, nunca el mio. Ella repetía:
- Tu placer no me importa, perro. Solo tienes que lograr que yo lo tenga. Fue así como castigaba cada acción incorrecta mía. Cojimos de muchas formas, y en caso de que yo acabara antes que ella el castigo era terrible. Golpes en todo el cuerpo, humillación verbal. Yo solo estaba ahí para lograr su placer, y lo disfrutaba de todas formas.
Seguimos por un período de dos horas aproximadamente (ya ni me preocupaban mis compañeros, quienes seguramente estaban preguntando porque demoraba tanto), cojiendo sin parar, con ella obligandome a cambiar de posición a su antojo, haciendo todo lo que deseaba. Cuando finalmente acabo me dijo:
- Para ser tu primera vez y por tu falta de experiencia debo decir que tenes futuro como sumiso.
Fue su unico cumplido durante toda la noche.
Antes de vestirme me ordeno:
- Ponete nuevamente de rodillas.
Se paró frente a mi, tomo mi cara con sus manos y escupió mi rostro. Luego de eso solo se acostó a dormir, y me dijo ya podés retirarte, hasta mañana esclavo.
Agarré mi ropa, me vestí y volví a ocupar mi lugar de trabajo.
Este fue el comienzo de mi experencia en el mundo del sadomasoquismo, pero no el final.
Ya vendrán nuevas historias...
3 comentarios - Aprendiz de sadomasoquismo
"si señora" 😉