La noche que conocí a @Analia_laprofe (inolvidable noche)

Bueno comunidad, esta noche pasada ocurrió. Al fin conocí a Ani ( @Analia_laprofe ). Ya lo habíamos hablado, planeado y organizado. Ahora aprovechando unas horas que tengo antes de estar sin conexión casi 2 dos días (salvo encontrar algún wifi puntualmente al que conectarme) publico como fue el encuentro. He preferido escribirlo ahora, porque así cuanto más fresco, mejor recuerdo todo y no solo por vosotr@s comunidad, sino porque así también yo me guardo este gran recuerdo mejor en mi mente. Espero que disfrutéis, pero no creo que podáis llegar a disfrutar tanto como he podido hacerlo yo esta noche.




Hace ya un tiempo que conocí a Ani por aquí, por poringa. Desde un principio hubo buen rollo. Al principio empezamos hablando, sin llegar si quiera a más que conversar muy tranquilamente. Pero no tardamos mucho en empezar a entretenernos un poco más. Lo siguiente fue empezar a hablar de experiencias, de historias y de fantasías. Aquello iba calentándonos a ambos, ella imaginaba estar dentro de mis fantasías, yo dentro de las suyas. Compartíamos deseos y añoranzas. El tiempo pasaba y casi era costumbre que cada día intercambiásemos mensajes, algunos cargados con más que palabras. El deseo crecía y la distancia era el único impedimento.

A mí personalmente se me hicieron largas las dos veces que “desapareció” de poringa durante unos días, poringa parecía menos caliente. Pero tras cada vuelta, los mensajes hacían crecer nuestra necesidad. Conocíamos nuestras fantasías mutuas y nuestros deseos. Y llevamos nuestra calentura incluso fuera de nuestros mensajes privados, shouteando, que lo único que hacían era aumentar nuestra calentura común.

Yo llevaba tiempo sin tomarme unas merecidas vacaciones, y esta era el momento indicado para tomármelas. Así que empezamos a organizarlo todo. Hay cosas en esta vida que no se deben dejar pasar y esta es una de las de obligado cumplimiento. Prepare todo para el viaje con el tiempo necesario, ni más ni menos, porque no quería demorar más mis merecidas vacaciones y el encuentro. Aprovecharía a viajar antes de la época de Navidad, disfrutaría de unas vacaciones que me vendría bien tanto para aumentar mis conocimientos profesionales, como para saciar mis apetitos carnales.

Y así es como he estado estos últimos días. Vagabundeando por estas tierras, disfrutando de los placeres que aquí he encontrado, pero pensando en casi el final del viaje, porque es cuando habíamos concretado conocernos Ani y yo. Nos hemos ido calentando estos días, por privado, más en público, daba igual, ambos estábamos deseando que llegara el momento. Y así fue que ayer llegue a la última noche de mi viaje. Estuve viajando durante el día, llegue al hotel, deje las cosas preparadas para no tener demasiado que organizar hoy. Estuve haciendo tiempo mirando cualquier cosa por el hotel, pues aún faltaban unas horas hasta la hora concretada, y no quería dejarme llevar por mis ansias. Aun así nos fuimos escribiendo algunos mensajes, quizá más para quitarnos los nervios por el encuentro y mientras fui preparándome para ese momento.

Ani me había invitado a una cena en su casa. Así que me puse las mejores galas que tenía en la maleta, me adecente lo mejor que pude y llegado el momento me encamine en busca de un taxi que me llevara a su encuentro. Conmigo llevaba un par de cosas: un par de botellas de vino tinto para acompañar la cena, y un ramo de las flores que sé que más le gustan. El trayecto se me hizo raro, sensaciones de nerviosismo, miedo, ansia, deseo. Le había escrito a Ani diciéndole que estaba de camino, ella me respondió que me esperaba con un mensaje a su manera, caliente como es ella. Ufff se me quitaron muchos nervios solo con ese mensaje y se incrementó mi deseo. Iba hablando de cualquier cosa con el taxista para así terminar de templarme y que el trayecto se me hiciera aún más corto. Me dejó justo a la puerta de la casa, el buen hombre se despidió deseándome una buena velada.

Cuando al fin estaba ante la puerta que nos separaba se volvieron de golpe todos mis sentimientos encontrados, todos a una. Fue una sensación brutal, parte malestar, parte sentirme a las puertas del cielo. La puerta se abrió y ahí me encontré con Ani. Una morenaza que de un golpe me arranco todo lo malo que llevaba en mi interior. Iba muy elegante. Una minifalda negra que le llegaba hasta medio muslo así que podía ver esas piernas tan bien trabajadas por el ejercicio, y tan ajustada que su cola se marcaba una barbaridad. Pero también pude ver cómo había una balconada por la que mostraba sus tetas, apretadas dejando un cañón entre ellas por la que cualquier aventurero desearía perderse, dentro del top negro que llevaba, y tan ajustado como su falda. Su boca era cautivadora, unos labios carnosos dignos para pensar en el pecado. Me saco de mi ensoñamiento y me volvió al mundo real.


Ani: Mi vasco preferido! Al fin has llegado.

Yo: Vaya, si… eh… pensé que me había equivocado y el taxista me acababa de traer a las puertas del cielo, pero ya veo que me dejo en un lugar mejor.


Nos dimos un par de besos y le di el ramo de flores.


Ani: Tienes buena memoria. Pasa, no te vas a quedar en la puerta toda la noche, también tendrás que entrar dentro. – Me guiño un ojo sonriéndome.

Yo: Y espero que buen gusto, también traje un par de botellas de buen tinto para que me dejaras más fácilmente entrar. – Le devolví la sonrisa.


Entre y me guio por la casa hasta la mesa preparada para cenar. La verdad, no puedo recordar prácticamente nada de la casa, ella iba delante y mi vista iba clavada en su cola. Esa minifalda era bien ajustada y realzaba esa gran cola. Ella termino de preparar la cena para servirla y mientras yo abrí una de las botellas de vino, serví dos copas y le acerque una antes de sentarnos a la mesa.


Yo: Por mi anfitriona, que la cena que me ha preparado este tan rica como ella!

Ani: Por mi huésped, que todo lo que haya traído no sea flores y vino!


Bebimos y nos pusimos a la mesa. La conversación era algo extraña, en parte buscábamos hablamos de cómo me habían ido estos días, como le habían ido a ella también… un poco de charla formal, aunque de vez en cuando soltábamos alguna cosa incitando a empezar una conversación más cálida. La cena avanzaba y fuimos hablando de todas las cosas que habíamos hablado desde que nos conocíamos, mensajes, fantasías, confidencias… no hacía falta tener muchas luces para darse cuenta que ambos nos estábamos calentando entre el vino y la conversación. Así con la tontería habíamos terminado una botella y aún quedaba el postre. Paramos la cena antes del postre, ninguno quería levantarse y dejar la conversación. No recuerdo muy bien cuál fue el momento, cual fue la frase, solo sé que de una Ani se levantó, como si la calentura le hubiera podido me clavo un beso que no rehuí. Se había abalanzado sobre mí, como una pantera salta a por su presa.

Todo se fue a la mierda desde ese momento. Yo alargué mi mano y la puse entre sus muslos y empecé a subirla por debajo de la minifalda. Llegue a su tanga y la empecé a acariciar sobre él. Estaba tan mojada que se notaba la humedad en el tanga. Estuvimos un par de minutos así, ella empezó a desabrocharme la camisa, y pasar su boca por mi pecho. Iba agachándose y yo veía esas tetas pidiendo ser liberadas, ese cañón que formaban. Y cuando bajo aún más, veía su espalda y como su cola se levantaba marcándose aún más bajo la falda. Yo había echado hacia afuera la silla, separándola lo justo de la mesa, para que así ella tuviese más espacio. Yo aproveche como estaba recostada hacia mí, tire de su top. No fue muy difícil quitárselo. Y ella misma se quitó la minifalda a la vez. Debajo llevaba un sujetador negro y un tanga negro que llamaban a quitárselos con los dientes.

No había mucho espacio para que ella se colocara entre la mesa y yo, y en vez de separarme más de la mesa lo que hizo me puso aún más cachondo. Aparto los platos, copas y todo, se subió encima y se colocó como si una gata fuese a cuatro patas. Se agacho y llego a desabrocharme el pantalón y sacarme mi pija del bóxer. Yo ya estaba con ella bien dura. Y Ani empezó algo que yo al verlo pensaba que era imposible hacerse. Agarrándose del borde de la mesa se dejaba caer hacia delante y empezó a jugar con su lengua sobre la cabeza de mi pija. Así en esa posición su espalda caía hacia delante, hacia mí, y su cola quedaba levantada y en pompa mirando al otro lado de la mesa. Suspire y al fin alguien rompió el silencio que se había creado desde hacía un rato.


Yo: Eres una gata, me estas cazando como a un ratón acorralado. Tienes un cuerpo de la hostia. Sigue Ani, sigue, que acabaras ganándote la lechecita como una buena gatita.


Ani dejo de lamerme el tiempo justo para responderme.


Ani: ¿Te gusta como cazo mis presas? Me gusta subirme a las alturas para saltar sobre ellas.

Yo: Dios, tu dale, que empezando así vas a tomarte mucha leche hoy. Te estuve reservando toda para ti estos días.


Y Ani volvió a lo que estaba. Me lamia la cabeza, pasaba la lengua arriba y abajo, abajo y arriba y al final se metió la cabeza de mi pija en la boca. Me arranco un suspiro de placer. Como estaba alargue los brazos y le solté el sujetador que de golpe libero esas ricas tetas. Pase mis manos hasta llegar a ellas y empecé a acariciarlas, a apretarlas, a masajearlas. Los pezones los tenía ya duritos, y yo los pellizcaba. Parecía que mientras ella iba a saltar en cualquier momento sobre mí, yo la intentaba ordeñar esas tetas. Yo sentía su cabeza subir y bajar, mamándome la pija, la metía casi hasta el fondo, eran movimientos rápidos, pero no terminaba de comérsela toda. Me eche un poco hacia delante y lanzando mi mano le di un azote en la cola que así levantada parecía que se estaba moviendo como la de una gatita mala. Ani soltó un gritito porque no se lo esperaba, paro, saco mi pija.


Ani: ¿Quieres jugar duro? Si empiezas con azotes igual después tengo que cambiar mis planes.

Yo: Estabas moviendo la colita, pensé que me estabas pidiendo traviesamente que te azotara, jajajaja. Cambia lo que quieras tus planes, solo tenemos una noche, hay que hacer todo lo que se nos antoje.


Como respuesta Ani me escupió en la pija y despacio empezó a tragarla, se la enterró entera hasta que note su nariz tocar mi panza. Escuche como le vino una pequeña arcada y sentí como reaccionaba su cuerpo. Aguanto así unos segundo y la saco de nuevo despacio. Repitió 3 o 4 veces, tantas veces como yo gemí. La pare, porque si no iba a ir demasiado rápido todo y no quería acabar. La agarre por los hombros, la ayude a incorporarse un poco sobre la mesa y la bese. Tenía la boca llena de babas, notaba mi propio sabor.


Yo: Ya vale, ahora me toca a mí saborear.


Ani me miro sonriéndome, la tumbe sobre la mesa quedando sus piernas fuera, me lance a por sus tetas, aun las había lamido y quería hacerlo. Ufff que ricos pezones, esas montañas sí que son para explorar y perderse por ellas. La mordisqueaba, me encanta jugar con mis dientes por el cuerpo de una mujer. Tire con mis dientes de sus pezones, que al soltarse de ellos rebotaban y se quedaban duros mirándome. Seguí bajando por su cuerpo, me detuve en su ombligo un momento. Se nota como Ani se cuida el cuerpo, es espectacular. Continúe mi camino y llegue a sus piernas. El tanga estaba ya completamente mojado, pase la lengua 3, 4 veces por encima del y después tirando de sus elásticos laterales se lo deslice por las piernas hasta quitárselo.

Ahora si estaba ante las puertas del paraíso y lo iba a disfrutar. Me agache, puse sus piernas sobre mis hombros y empecé a pasear mi lengua sobre sus labios, saboreando la humedad que ya tenía, deslizando con caricias de la punta de mi lengua sobre su concha. Ani estaba ya empezando a disfrutar, podía ver como se pasaba las manos por las tetas. Anche todo lo que pude mi lengua e hice un barrido con ella desde el agujerito de su colita hasta recorrer toda su concha, apretando bien, separando con mi lengua sus labios. Pare en su clítoris y le di un par de vueltas con la puntita de mi lengua. Ani parecía enloquecer, así que repetí varias veces más, y al final me quede jugando solo con su clítoris. Palpitaba al pasarle mi lengua rozándole. Coloque dos dedos pasando por sus labios, humedeciéndolos bien con la humedad de su concha, y después fueron a perderse bien dentro de ella. Mientras le comía el clítoris, mis dedos entraban y salían despacio. Fue una delicia escucharle su respiración, sus gemidos, su placer. Así que volví a crecerme y empecé a subir el ritmo de mis dedos. Ella empezó a gemir más, puso una mano sobre mi cabeza y empezó a apretarme hacia ella. Note como empezaba a jadear y gemir descontroladamente, como su cuerpo se tensaba, así que deje mis dedos dentro y jugué con ellos como un ganchito acariciándola por dentro frenéticamente. Su cuerpo empezó a convulsionarse y entre gemidos y apretándome contra ella, acabo en un tremendo squirt que me baño por completo. Seguí hasta que vi que su cuerpo se aflojaba lo justo y me soltaba la cabeza.

Me separe lo justo de ella. Me quite la camisa ya desabrochada hacía rato y me quite los pantalones y el boxer mientras ella recuperaba un poco la respiración.


Ani: ¿Te gusto lo que recibiste?

Yo: Me has bañado entero, cabrona. Pero ha sido delicioso. Ahora déjame que te sorprenda yo.

Ani: ¿Qué pretendes?

Yo: Bueno, brindaste diciendo que esperabas que no solo hubiera traído las flores y el vino. A ver qué te parece esto.


Y le acerque una cajita, como la de un anillo. Ani puso cara de susto, ¿A dónde va este hombre? Al abrir la caja soltó una risotada.


Ani: Me has asustado. Si es esto lo que quieres, te diré que si, jajajaja.


Se sentó sobre la mesa, nos comimos la boca mientras nuestras manos se paseaban por nuestros cuerpos. Ella me pajeaba bien, lo quería bien duro. Se separó de mí, saco lo que había en la caja y me lo puso. Obvio era un anillo, pero un anillo vibrador, jajajaja. Nos preparamos un poco, la recosté de nuevo sobre la mesa, pase mi pija varias veces sobre su concha, apretando y separando sus labios, hasta que mi cabeza chocaba con su clítoris y la frotaba contra él. Finalmente la apoye y le enterré suavemente toda la pija hasta el fondo. Le estaba abriendo bien la conchita. El anillo llegaba a tocar su clítoris y ambos notábamos esa vibración. Me quede ahí con la pija enterrada mientras Ani movía su cintura como en movimientos circulares, sintiendo como la llenaba de carne y como el anillo estimulaba su clítoris. La agarre las tetas y empecé a bombear despacio. Intentaba hacerla disfrutar lo máximo que podía. Vuelvo a repetir, sus tetas son increíbles, era como un niño pequeño con unos juguetes nuevos, disfrutaba con ellas, pellizcando los pezones, estimulándolos, masajeándolas. Me iba dejando llevar y tanto que al final empecé a ir más rápido cogiéndola. Sus gemidos me estaban sacándome de mi mismo, la agarre de la cintura y empecé a pegarle unos buenos empujones. Ahí Ani empezó a gemir más fuerte, incluso a gritar. Yo solo podía hacer que gemir y gruñir. Al pegarle empujones fuertes no iba con un ritmo rápido, iba despacio clavándosela, partiéndola a la mitad, con cada empujón ella gritaba. Y así de nuevo empezó a tensarse y llegar a otro nuevo orgasmo.

Yo ya estaba que no podía controlarme casi. Después de que ella acabo, la gire poniéndola con su colita para mí, con los pies ya apoyados en el suelo. Le empecé a chupar la cola, la baboseaba bien, y empecé a clavarle mi lengua como intentando penetrarla con ella. Fui metiendo mis dedos en el juego, no dejaba de escupir y poner saliva, y la iba dilatando el culo. Enterraba un dedo poco a poco, lo dejaba unos segundos y empezaba a bombearla. Así paso el primer dedo, el segundo, incluso un tercero le enterré. Y Ani no aguanto más.


Ani: Rómpeme la cola de una puta vez! – Me grito.

Yo: Lo estoy deseando. Te la voy a partir a la mitad.


Apreté mi pija en el agujero de su culo. La cabeza entro más o menos fácil, pero no es la parte más gruesa que tengo. Así que fui un poco más despacio después, pero sin parar. Se aguantó bien aunque con algo de dolor la parte más ancha, así que después bien entro hasta el fondo.


Yo: Mira, empezaste como una dama la cena, acabaras con el culo roto como una puta.


La volví a agarrar de la cintura y empecé un suave bombeo. Despacio, que su culo se acostumbrase. Ani gemía mientras se separaba las nalgas para que pudiera entrar mejor. Sus gemidos me estaban enloqueciendo. Ese culo a mí me tiene loco, desde hacía mucho soñaba con partirlo y en ese momento estaba cumpliendo mi primera fantasía. Así que me fui dejando llevar. La agarre del pelo como si fueran unas riendas, y empecé a cogerla como si montara una yegua. Ani gritaba, yo gruñía y gemía. Ahora ella se agarraba al otro borde de la mesa. La estaba dando con todo lo que tenía, yo ya estaba en estado salvaje y sus gritos me calentaban más y más. La veía disfrutar, la veía volar y eso me hacía a mí excitarme aún más, disfrutar increíblemente. Le daba rápido, y gritaba. Me pedía que la partiera, me insultaba, me calentaba, me retaba a ir más allá. Cuando notaba que perdía un poco el control sobre mí mismo, frenaba el ritmo lo justo para alargar la cogida. Iba más lento, pero le envestía con fuerza, 2, 3, 4, 5 envestidas, iba un poco más rápido de nuevo. Paraba otra vez, y otras cuantas envestidas. Conseguí controlarme un poco, pero ya deseaba acabar. Volví a cogerla rápido, hasta que vi que iba a terminar.


Yo: No voy a aguantar más, voy a terminar.

Ani: Nooo, aguanta… espera… la quiero en la boca…


La saque rápido, y ella se giró y agacho rápido, fue a por su premio. Y empezó a terminar de mamármela hasta que unos segundos después se llevó una buena lechada guardada durante varios días reservada solo para ella. Le salpico por la boca, la cara y las tetas. Me mostro con sonrisa de putita como se tragaba lo que tenía en la boca, como recogía lo que le había manchado y hacia lo mismo. Y después me lamio la polla hasta dejármela bien limpia. Al final se levantó, nos besamos.


Yo: Te tomaste toda la leche que te reserve estos días, la gatita tenía que tomarse su alimento.

Ani: No iba a dejarla derramarse si la guardaste para mí. Seguro que tienes aún más para darme.


Me beso, y continuamos con una gran noche cumpliendo fantasías habladas anteriormente. Esta mañana me hizo una mamada que me llevo como recuerdo de Buenos Aires y de la gran noche con mi buena amiga Ani. He pasado por el hotel solo a por las cosas para emprender el viaje de regreso de mis cortas y merecidas vacaciones. Nunca las olvidaré y siempre llevaré un buen recuerdo de ellas.