Hola poringueros y poringueras. Tengo 40 años, soy casado y con hijos. Pero puse todo en riesgo llevado por la calentura...
Todo empezó en una reunión familiar en la casa de mi tía Iliana. Ella tiene 48 años pero sin embargo la muy guarra se mantiene muy apetecible. Desde que se separó de mi tío Luis vive a dietas y gym, se hizo lolas nuevas y se viste lo más apendejada posible.
Después de la cena, ella insistió para que fuéramos a comprar helados hasta que consiguió su propósito. Mi mujer me puso una cara como diciendo "mirá esta vieja puta", y si la hubieran visto les habrían dado la razón. Vestida con una musculosa de algodón y lycra azul, pantalón blanco elastizado que le daba un calce perfecto realzando su culo hermoso y unos zapatos de tacos altos también blancos. Su pelo lacio rubio caía sobre sus hombros, un fino perfume importado la acompañaba y sus labios estaban pintados con un brillo perlado que lucía sexy. Si, como decía mi esposa con su mirada, estaba bien puta. Apenas arrancamos con el auto y cuando estaba por poner la segunda marcha me toma de la mano y me pide que doblemos en la primera calle a la derecha y nos detengamos. Al frenar, ella se me abalanzó y me comió la boca. Su lengua invadía el interior de mi boca y jugaba con la mía, mientras sus manos acariciaban mi pecho.
-No puedo más, Fede!!!! -me dijo al tiempo que con sus manos me desabrochaba el pantalón, me bajaba el cierre y sacaba mi pene para empezar a chuparlo con esmero. De reojo la veo que su pantalón tiro corto dejaba asomar su reducida tanga del tipo hilo dental. Con dificultad trataba de deslizar mi mano dentro de su pantalón para acariciar su raya. Sin dejar de chuparme el pene se desabrocha su pantalón permitiendo así que mi mano se mueva con más facilidad. Ella pajeaba mi pija y la chupaba en forma alternada mientras con los dedos de mi mano buscaba entrar en su conchita ya lubricada. Mis gruesos dedos entrando en su conchita eran un aliciente para alimentar su calentura y arrancar leves gemidos. La chupaba como la mejor de las putas; y quizás sea la mejor de las putas, quien sabe. Sin dejar de chupármela tomó la mano libre y la llevó a sus tetas buscando que jugara con ellas. Soy un hombre alto y como se imaginarán muy cómodo no estaba dentro de un Volkswagen Gol pero nada me importó, gozaba de mi tía y su soberana tirada de goma. Al cabo de un rato le largué un regio chorro de leche calentita y espesa que tragó como una golosa chanchita que es. Nos reacomodamos la ropa y de allí, con la calentura a más no dar, nos fuimos a un telo para seguirla.
Todo empezó en una reunión familiar en la casa de mi tía Iliana. Ella tiene 48 años pero sin embargo la muy guarra se mantiene muy apetecible. Desde que se separó de mi tío Luis vive a dietas y gym, se hizo lolas nuevas y se viste lo más apendejada posible.
Después de la cena, ella insistió para que fuéramos a comprar helados hasta que consiguió su propósito. Mi mujer me puso una cara como diciendo "mirá esta vieja puta", y si la hubieran visto les habrían dado la razón. Vestida con una musculosa de algodón y lycra azul, pantalón blanco elastizado que le daba un calce perfecto realzando su culo hermoso y unos zapatos de tacos altos también blancos. Su pelo lacio rubio caía sobre sus hombros, un fino perfume importado la acompañaba y sus labios estaban pintados con un brillo perlado que lucía sexy. Si, como decía mi esposa con su mirada, estaba bien puta. Apenas arrancamos con el auto y cuando estaba por poner la segunda marcha me toma de la mano y me pide que doblemos en la primera calle a la derecha y nos detengamos. Al frenar, ella se me abalanzó y me comió la boca. Su lengua invadía el interior de mi boca y jugaba con la mía, mientras sus manos acariciaban mi pecho.
-No puedo más, Fede!!!! -me dijo al tiempo que con sus manos me desabrochaba el pantalón, me bajaba el cierre y sacaba mi pene para empezar a chuparlo con esmero. De reojo la veo que su pantalón tiro corto dejaba asomar su reducida tanga del tipo hilo dental. Con dificultad trataba de deslizar mi mano dentro de su pantalón para acariciar su raya. Sin dejar de chuparme el pene se desabrocha su pantalón permitiendo así que mi mano se mueva con más facilidad. Ella pajeaba mi pija y la chupaba en forma alternada mientras con los dedos de mi mano buscaba entrar en su conchita ya lubricada. Mis gruesos dedos entrando en su conchita eran un aliciente para alimentar su calentura y arrancar leves gemidos. La chupaba como la mejor de las putas; y quizás sea la mejor de las putas, quien sabe. Sin dejar de chupármela tomó la mano libre y la llevó a sus tetas buscando que jugara con ellas. Soy un hombre alto y como se imaginarán muy cómodo no estaba dentro de un Volkswagen Gol pero nada me importó, gozaba de mi tía y su soberana tirada de goma. Al cabo de un rato le largué un regio chorro de leche calentita y espesa que tragó como una golosa chanchita que es. Nos reacomodamos la ropa y de allí, con la calentura a más no dar, nos fuimos a un telo para seguirla.
9 comentarios - Mi tía me da una buena mamada
Uu es ella o foto ilustrativa ... si es ella que buena esta saca foto pliss
me muero si mi tia E me hace eso...aunque con las tetas que se hizo....creo que prefiero una turca o que entregue la cola