Cornudo y feliz

Hola poringueros y poringueras. Acababamos de hacer el amor con mi esposa, nos fumamos un churrito a medias y, aún calientes, hablábamos de nuestras fantasías. Ella me hablaba de tríos, orgías, swingers, pero nada en serio. Influenciados por el faso se echaba a reir ante cada comentario.
Mientras le acariciaba su conchita aún con mis restos dentro le dije que fantaseaba erla con otro hombre. Se sorprendió pero no m dijo que no. Fue solo cuestión de tiempo para convencerla.
El fin de semana pasado caminábamos por Av. Cabildo buscando un restaurant, cuando nos encontramos con un mulato que nos ofrecía relojes y otras baratijas. Su nombre era Jester, senegalés, su piel era oscurísima, alto y flaco. No le compramos nada pero, a cambio, le ofrecí a mi mujer. El senegalés no cabía en su asombro, miraba a mi esposa y no entendía nada. Ella estaba vestida con una mini de jeans cortísima, una musculosa de algodón fina que no podían ocultar sus pezones erectos y unos zapatos color negros con plataforma y tacos altos que la estilizaban, marcando sus formas femeninas. El negro no entendía nada pero, por las dudas, accedió ir con nosotros.
Una vez en casa fui a la cocina para servir unos tragos. Al volver los encuentro a ellos enrredados en un apasionado beso. Ella acariciaba su oscuro pecho mientras él deslizaba sus manos por debajo de la mini y acariciaba el culito de mi esposa. Ella interrumpió ese beso para largar un sonoro suspiro.
En muy pocos segundos estaban ambos desnudos, mi esposa le daba la espalda a Jester para que este le diera un beso negro que la estremecía. De sus pechos eran notorios sus pezones erectos y duros que ella mismo pellizcaba. A esa altura deje los tragos en la mesa y me acerqué con mi pija firme y dura pero mucho más chica que la de Jester, y me empecé a pajear delante de ella. Ella sacó mi mano y empezó a pajearme mientras la lengua de Jester invadía lo más profundo de su ser. Se pudo desprender de aquel moreno por un instante y le empezó a chupar su falo oscuro y grueso hasta dejarlo limpito y brillante.
-Chupa perra!!!!! -le dijo Jester mientras gozaba de la sensacional mamada.
Increiblemente tragaba cada milímetro de esa polla, hasta por momentos provacaba arcadas, pero estaba dispuesta a hacer gozar al mulato.
Jester se sentó en una silla y la acomodó a mi esposa para que pueda montar su brillante pija. Con cierta dificultad penetró su estrecha conchita ya bien lubricadita.
Ella se movía de bajo para arriba y sus tetas acompañaban su movimiento. Jester los empezó a chupar con esmero y sus oscuras manos la tomaban de la cintura haciendo un enorme contraste con la blanca piel de ella.
-Por dios!!!!! Qué buena pija!!!!!!!!! Viste cornudo? -exclamó ensimismada mi esposa.
Jester le largó un espeso chorro de esperma que saturó la cavidad de mi esposa. De allí brotaba chorros de semen como si fuera un manantial.
Por supuesto que yo tampoco pude aguantarme y acabé, aunque en menor proporción que el moreno.
Me relajé y me serví un trago mientras mi mujer iba al baño a bañarse. Jester la siguió. A los pocos minutos se siente un grito fuerte viniendo del baño. Temí lo peor. Cuando llego al baño la veo a mi esposa agachada sosteniéndose de la pileta del baño mientras Jester penetraba su ano. Gritaba de dolor, dolor por haber desgarrado su culo, pero dolor que luego se fue transformando en placer, gritos que se transformaron en sonidos gemidos, gemidos guturales. Poseída recibía las arremetidas de su oscuro amante. Su cola recibía un trozo de la más grande y oscura carne y ella jadeaba como si estuviera pariendo. Pareció interminable pero al rato le largó abundante esperma dentro de su culo. Cuando Jester sacó su pija del culo de mi esposa brotaban restos de esperma como un volcán en erupción. Jester me ve con mi pija en la mano pajeándome a más no poder.
Después de eso Jester se higienizó, se vistió y se fue. Al hacerlo canturreaba en un español dificultoso y con voz aguda "...La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida..."