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Alex-Isa_rubita

Había tenido varios relaciones amorosas, hombres aproximadamente de mi edad, ya mayores de los 40 años, sin importancia, no me consideraba una mujer que estuviera con una sola persona, en un solo sitio, no, era más que nada una persona que le gustaba experimentar, vivir, en ese entonces yo había experimentado una ruptura amorosa, simplemente el ciclo entre él y yo ya había acabado.
En aquel verano, las cosas no eran diferentes a las anteriores, un verano normal en la casa de campo, entre arboladas grandes, una cabaña que había adquirido ya hace algún tiempo, la ruptura con aquel hombre si me había dañado emocionalmente, era 1 año y medio que andábamos, no era cualquier cosas, entonces se me ocurrió invitar a mi amiga Lorena, a pasar un verano en la cabaña así como a su hijo Alejandro, pensé que invitándolos no me sentiría tan sola en aquel lugar, le marque a su celular y estaba encantada, sobre todo porque Alejandro había terminado de competir en las olimpiadas de su zona, ganando la medalla de oro, así que a Lorena como a Alejandro le vendría bien un viaje a una zona montañosa y bonita como en donde estaba la cabaña.

Acepto encantada, le explique a grandes rasgos como llegar a ella, me dijo que en dos días llegaría, tenía que recoger a Alex al aeropuerto junto con su padre, Mario, él prefería quedarse en la ciudad, ya había viajado junto a su hijo por las competencias, que solo deseaba quedarse a descansar, no lo culpaba, me interesaba la visita de mi amiga más que la de Mario.

Arregle la cabaña y acomode un cuarto para Lorena y otro para Alejandro, Lorena tenía más o menos la misma edad que yo, en cambio Alejandro no debía rondar los 15 o 16 años, un joven muy bien portado y algo tímido, como sabía que Lorena no le gustaba dormir en las plantas altas, acomode un cuarto en la planta baja para ella, mientras que con Alejandro le acondicione el estudio que estaba casi enfrente de mi habitación, todo iba de maravilla, fui al pueblo a traer algunos víveres para ellos, el plan era que no se sintieran incomodos, llego el ansiado día, Lorena me marca diciendo que en 40 min llegaban, estaba nerviosa, no la había visto desde 2 años o tres, no recuerdo.

Me metí a la ducha, me desvestí, mire mi cuerpo, era envidiada por muchas de mis amigas y no es por ser presumida, pero lucia muy bien para mi edad, tenía 39 años, no me asustaba decirlo, me cuidaba, hacía ejercicio, mis glúteos aún estaban firmes, me opere los senos, para agrandarlos un poco y evitar el efecto de la gravedad, tenía unos bonitos senos, me decía, tenía cintura, no se notaban los años en mí, termine de bañarme, me vestí, utilice una tanga color rosa, y un brasier del mismo color, todo iba de maravilla, de pronto un claxon suena, me termino de arreglar y bajo en seguida, salgo, un carro Volvo se estaciona enfrente, baja mi amiga Lorena, pero que guapa estaba ese día.

-Pero que alegría el verte

-Lo mismo digo, pero mírate nada más que guapa estas

-Ay gracias, tú también estas divina-le dije

-¿No tuvieron dificultad para llegar?

-No, todo bien

En ese momento la puerta de atrás se abre, un hombre muy apuesto sale, alto, el cabello un poco rubio, ojos azules, una rastro de barba sin afeitar se asoma en su rostro.

-¿Alejandro?

-Hola, ¿cómo estás?

-Pero mírate nada más, ya estas hecho un hombre-río, la verdad no me esperaba eso, cuando lo mire por última vez era solo un adolescente de 15 años, no puede ser que de pronto se allá convertido en una máquina de testosterona, muy fuerte, atlético, el suéter rojo que llevaba puesto resaltaba muy bien su cuerpo musculoso.

-Tú también estas muy guapa-dice

-Gracias

-Sí, es el ejercicio, lo que lo ha trasformado, se le metió la idea de irse a la olimpiadas en Brasil, su papá no quería, ni yo tampoco, pero insistió tanto que, míralo nada más, se trajo la medalla de oro

-¿Y en qué ejercicio estas?

-Oh, en gimnasia, como el aro, el caballo, ¿tu sabes?

-Sí, me imagino- estaba muy sorprendida, ya no veía al niño de hace dos años, el que veía ahora era todo un hombre, me dejo impresionada y muy, excitada, me daba pena admitirlo, pero me cautivo

-Muy bonita tu casa, amiga

-¿Te gusta?

-Sí, esta enorme

-Y hay un lago en la parte de atrás si quieren nadar

Al entrar, les indico donde están sus habitaciones, para fortuna Alejandro estaba casi enfrente de mi cuarto.

-Espero te guste tu cuarto, Alex, es el estudio, pero mira ese sofá se hace cama, así cuando quieras ver la televisión puede ser un sofá, ok

-Sí, está bien, gracias, oye me gustaría tomarme un baño, no sé si pueda

-Pero por supuesto que sí, solo que hay un problema, el baño de abajo no tiene regadera, solo el que está aquí arriba

-oh entiendo

Bajo las escaleras para platicar con mi amiga.

En esos días iba todo de maravilla, platicábamos por mucho tiempo con Lorena, hasta que un día salió a la conversación Alejandro.

-Ay amiga si te contara

-Que paso

-Mira, hace unos meses tuvimos un problema

-Sí, cuéntame

-Bueno, Alejandro tenía una novia, Ximena, una jovencita de su preparatoria, salían juntos, ya tenían un año como novios, iba a la casa con toda confianza, visitaba a Alex, él a ella, hasta que un día Alex supo que ella andaba con otro, no sabes, hubo muchos problemas, se puso como loco, fue a su casa de ella, le reclamo, después ella muy sínica le dijo que sí andaban, que salía con otro, no, ni sabes el problemón, yo no sabía qué hacer

-No me digas, pero ¡cómo!

-Sí, él del enojo fue con el “otro”, lo enfrento, se peleó, lo dejo al pobre muy mal, imagínate hace ejercicio, tiene fuerza, no podíamos apartarlos, se puso como loco

-Pero ahorita, ya ¿todo bien?

-Sí, ya se calmaron las cosas, ya no la quiere ni ver, está aún muy dolido, por eso lo traje, para que se le pase un poco la frustración, el enojo

-No te preocupes aquí se va a recuperar

Así pasaron los días, ya llevaban una semana y media, nos metimos al agua, Alex y yo, no sabía cómo concentrarme, ese muchacho era enigmático, una perfección, su cuerpo era sublime y embriagador, hasta tal punto de ser alucinante, estuvimos en el lago, mientras mi amiga tomaba el sol, así pasamos aquel día, ya en la noche, platicamos de nuestra vida con Lorena, de mi vida, como había rompido con mi ex pareja, saque un vino, empezamos a tomar, Alejandro solo tomo una copa y luego subió a dormirse, pero mi amiga termino un poco mareada, yo estaba tomada pero no al grado de terminar en el suelo, la lleve a su habitación, la acosté y cerré la puerta, al subir a mi habitación entre al baño, estaba un poco excitada, caliente, deseaba que me tomaran, busco entre mis cosas un condón, sabía lo que hacía y lo deseaba, voy a mi habitación, me quito la ropa y me pongo una bata rosa muy sexi.

Abro la puerta de Alejandro, dormía, con el torso desnudo, tapado con una sábana delgada, aun por el frío, la chimenea estaba encendida, los leños ardiendo, abro lentamente la puerta, pero esta me delata con un chillido, lo que hace que mi huésped despierte un poco adormilado.

-¿Qué haces?- me pregunta, cierro la puerta con cautela de no hacer mucho ruido, pongo el cerrojo

-Solo quiero entrar-le dije

-Pero no debes estar aquí

-Por qué?

-No debemos

-Ya eres un hombre, ¿ya puedes?

-Si pero…- se calla cuando me desnudo enfrente de él, ya estaba empezando a lubricarme

-Sí, pero ¿qué?- me deslizo sobre su cama, mis pezones rosados estaban al tope de excitados, mi cueva mojada por completo, un leve bulto note en su entrepierna-vamos, voy hacer que olvides a Ximena

-¿Cómo?

Era tarde, mi mano ya buscaba su miembro, estaba duro, fuerte, deslizo un poco la sabana, no dejaba de mirarme, él también estaba excitado, descubro que solo tiene puesto un bóxer rojo

-Qué lindo bóxer rojo, y que lindo lo que esconde- dije traviesamente- quiero comerlo, olvidaras a Ximena cuando la tenga en mi boca

-Es lo que quiero- me dice, una sonrisa traviesa

Poso mis labios sobre aquel bulto que su bóxer me dejaba notar, lo aprisiono entre mi boca, mis ojos van a los suyos, traga saliva, bajo lentamente con mis dientes su bóxer hasta que su vara es descubierta, era tal su excitación y dureza que al ser liberada me golpea en el pómulo, sonrío al sentir el golpe

-Que duro, que rico

-Pruébalo

-Te voy hacer olvidar a Ximena

-Eso quiero

Mi lengua recorre del tronco a la cabeza, para después metérmela a la boca lentamente, haciendo que disfrute el momento, que disfrute mis labios sobre su vara, lo aprisiono, lo mamo, se apoya con los codos en la cama, mira al techo, jadea de placer

-Te gusta,

-Me encanta, sigue así

-Claro

Lo sigo haciendo, no dejo que piense, solo que disfrute, que disfrute mi lengua, mi saliva, mis labios, mi succión, mi velocidad, su mano toma mis pezones, los acaricia suavemente

-Ven te los quiero chupar

Me acerco hasta él, mis senos estaban enfrente de su rostro, su lengua va hacia ellos, los lame, los succiona, toco su cabeza, su cabello, sus ojos azules, su boca, su picor de su barba no afeitada, mis manos exploran su torso, su cuerpo esculpido, su hombros cual roca, sus pezones erectos, su abdomen, su boca chupando mis senos, jugando con ellos, mientras yo le masturbo, nuestras bocas se juntaron, la lenguas jugaban, cada una exploraba a la otra, besos apasionados, llenos de lujuria, de pasión

-No aguanto más, penétrame, te lo ruego.

Le quito su bóxer rojo, su miembro y bolas se asoman, estaba depilado, era perfecto, tomo el condón, se lo pongo

-Ven

Me acomodo sobre él, me acomodo lentamente su miembro en mí, hasta tenerlo dentro, aprisionado entre mis glúteos

-Que mojada y apretadita estas

-Solo para ti

-te va a encantar

La tenía dentro, mis líquidos bañaban aquella virilidad cubierta por látex, me lo saca y vuelve a meter, cierro los ojos, era grande y gruesa

-ohh, que rico, que grande ohhhhh, sí, así así así- grito, en verdad se movía bien, sabía lo que hacía- oh si papi, sigue así ohhh si

-eres mi $%#”

- si soy tu $%#”, dímelo fuerte, cojéeme ohhh si

Su cuerpo sudaba, mis manos se apoyaban en el respaldo de la cama, mientras brincaba en él, era enorme y fuerte que perfecto

Se acomoda, me levanta y me pone en cuatro, me da duro por atrás, era enorme y fuerte, su cuerpo hermoso, enfrente de mi un ventanal con vista al lago hacía las veces de espejo, lo veía a él atrás de mí, fuerte, musculo y sexi, dándome duro, agarrando mis nalgas, diciéndome groserías que me excitaba, me pegaba en mis glúteos, me los apretaba, sus gestos, su cara, sus manos en mi cintura atrayéndola a él, ensartándome más duro, más fuerte, era embriagador lo que me hacía, era enorme, me volvía loca, movimientos rápidos, aullidos salían de mí envuelta en placer, en un sexo que jamás había experimentado

-Muévete, muévete, así, así, que rica estas, que deliciosa, así, ohh me gustas, me enloqueces, muévete, ohhhhh sí, no puedo más, no puedo más,

Saca su miembro y hace que me hinque, sus chorros bañan mi cara, bajan por mi rostro, hasta mi boca, pruebo un poco, lo veía sudoroso, envuelto en una pasión desmedida, rico.

-Ven, vamos a bañarnos

-¡qué!

Salimos de su cuarto, cruzamos el pasillo y entramos al baño, el agua estaba caliente, ahí me baña mi cara, nos besamos, sus manos fuertes recorren cada parte de mi cuerpo borrando con el jabón cada marca de pecado, hasta que llega a mi sexo, mete su dedo

-ohh, que haces

-aun no termino

-ohhh por dios, ohhh que haces ohhh

Su dedo era rápido, me estremecía, jadeaba, cerraba los ojos, solo eso hacía, me dejaba guiar por eso joven de 18 años, no era un joven era todo un hombre, un hombre que sabía complacer a las mujeres, sabía cómo hacerlas caer ante sus pies

-Date la vuelta, alguna vez te lo han metido por atrás

-¡qué!

-tienes otro condón

Busque en un cajón del baño, encontré uno, se lo di, se lo puso, me voltea

-No, espera

-Qué, eres virgen de atrás

-No, solo que

-Te va a gustar

-Pero…- era tarde ya me sometía, su punta estaba en mi ano, era fuerte

-Si que eres virgen, ya está dentro- solo grito, sin importar que nos escuchen, grito, un dolor, agudo, para después ser placer

-Que apretadita, que rica estas, que nalgas

Sus manos jugaban con mis pezones, mientras que su miembro estaba en mí culo, sometiéndolo, quitándole su virginidad

-Te gusta?

-Si... me… encan…-no pude terminar la frase, era fuerte y me daba por atrás con una intensidad, me dolía, pero me gustaba, me gustaba y no podía hacer nada para detenerlo

El agua sigue bañándonos a los dos, hasta que

-Me vengo, me vengo- saca su verga, se quita el condón y me baña la espalda y la parte baja de ella, su leche caliente se mezcla con el agua, terminamos abrazados un largo rato, con el agua mojándonos.

Así se convirtió en mi amante, una pasión desenfrenada que me obligaba a rendirme ante él y su virilidad deseosa de jugar con mi entrepierna, cada que nos veíamos nos entregamos al placer que nuestros cuerpos no podían contener.

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