Pedro le tiende una trampa a Eva para saber si realmente lo desea, Eva no lo pudo evitar....
Llegó el martes. Lo despidió en la puerta, como siempre, con un beso. Sus miradas se encontraron. Y notó algo extraño. Lo notó nervioso,
-¿Pasa algo, tesoro?
-No, nada, mamá. Hasta liego
-Hasta luego, mi vida.
Esperó unos minutos y fue a por su diario. Se acostó en la cama dispuesta a gozar una vez más.
"Desde hace tiempo, desde que empezaron las miradas, he sospechado algo. Empecé a pensar que ella sabía como la deseo.
Al principio creí que eran imaginaciones mías, pero me fui convenciendo de que era real.
¿Pero cómo podría ella saberlo? ¿Por cómo la miro? Podría ser.
Un día me vino una idea loca a la cabeza. ¿Y si ella...?. Pero no. Si ella había hecho lo que yo pensaba, me habría dicho algo.
Tenía que saberlo. Tenía que saber si mis sospechas eran o no ciertas."
El corazón de Eva latía con fuerza.
"Ayer lo comprobé. Ahora sé que es cierto. Sé que mi madre ha estado leyendo mi diario. Dejé dentro un papelito que sólo se caería si el diario era abierto."
Eva se tensó. La había descubierto. Ahora todo se sabía. ¿Qué pensaría él de ella? Había traicionado su confianza. Había violado su intimidad. Casi se echa a llorar.
"Me flaquearon las piernas. Ella ha estado leyendo mis más ocultos pensamientos desde hace días. Sabe todo lo que pienso de ella, todas mis fantasías. Las cosas que mi mente imagina sobre ella.
Sabe cuanto la deseo. Sabe cuanto su hijo la desea.
Al principio me quise morir. No podría volver a mirarle a la cara. ¿Qué pensaría ella de mí? Que era un depravado. Que mi mente estaba corrupta.
Cerré los ojos. Y recapacité. Ella llevaba ya tiempo leyéndolo. Y no me había dicho nada. Su trato hacia mí era el de siempre. Sólo había cambiado una cosa. Sus miradas. Y los abrazos.
¿Y si ella no estaba enfada? ¿Y si saber lo que siento por ella no le disgusta? ¿Y si mi madre también tiene deseos hacia mí?
He estado toda la tarde nervioso. Sin saber que hacer. Buscando la manera de salir de todo esto. Y siempre acababa en el mismo sitio. Sé que no es la razón la que me lleva a ese sitio, sino mi deseo.
Mamá... Eva. Mi preciosa Eva. Sé que estarás leyendo esto. Lo voy a decir bien claro. Te deseo. Me estoy volviendo loco por ti.
Ya no puedo más, mamá. Esto tiene que acabar. De una u otra manera.
Si piensas que todo esto está mal, que es algo horrible, lo entenderé. No hagas nada. Cuando llegue a casa destruiré el diario y los dos actuaremos como si nada hubiese pasado.
Pero, si me deseas como yo te deseo a ti, coge tu móvil. Mándame un sms que diga "Ven" e iré corriendo a casa a...amarte".
No había nada más. Ahí terminaba el diario. El cuerpo de Eva temblaba. Si no hacía nada, si seguía con sus cosas, todo terminaría para siempre. Las cosas serían como antes.
Eso es lo que tenía que pasar. Era lo correcto
"No. Nada va a terminar. Siempre lo vas a desear. Siempre lo mirarás y tu mente te echará en sus brazos. Lo deseas como nunca antes habías deseado a nadie. Como nunca más vas a volver a desear a nadie."
Se levantó de la cama. Fue a la entrada, en donde tenía su móvil. Lo cogió y escribió un Sms para Pedro que decía:
-VEN
Lo miró más de cinco minutos, con el dedo pulgar sobre la tecla de envío. Al final, cerró los ojos y pulsó el botón
Todo estaba hecho.
Se sorprendió al oír un bib-bip. Era el sonido de un móvil que recibía un mensaje. El sonido venía de detrás de la puerta de la calle.
Se quedó petrificada. Oyó como una llave entraba en la cerradura. Como se abría la puerta. Y allí, delante de ella, estaba Pedro.
-Hola mamá. Esperaba con todo mi ser que me mandaras el mansaje.
-Pedro...mi vida. Estamos locos.
Pedro se acercó a su madre. Le quitó el teléfono de las manos.
-Lo sé.
Acercó su boca a la suya y la besó. Primero con suavidad, pero después con pasión. Sus cuerpo se pegaron. Eva notó en su barriga la dura polla de su hijo.
-Ummm mi vida...
Pedro llevó sus manos a su culo y se lo acarició, se lo estrujó. La apretó contra él. Ella se frotó contra su polla.
-¿Todo eso que has escrito es verdad?
-Todo. Hasta la última palabra.
-Oh, Pedro...Pedro...
-Mamá...Te deseo. Quiero...follarte.
Eva llevó su mano hasta la polla y la empezó a acariciar.
-Ummm, que dura tienes la polla. ¿Quieres follarte a mami?
-Sí, sí siiiiiiiiiiiiii.
-En mi cama, ¿Verdad? Quieres follarme en mi cama.
-En tu cama - la besó - En la cocina - la besó- En el salón- La besó
-Y en tu cama. Me follarás también en tu cama.
Pedro le subió la falda y le acarició las nalgas sobre las bragas.
-¿Te gusta el culito de mami?
-Tienes el culito más lindo del mundo.
Eva miró a su hijo a los ojos. Sus ojos brillaban. Acercó su boca su oreja y le susurró.
-Mami está deseando que su niño se la folle por el culito.
Le cogió de la mano y lo llevó a su cama.
+++++
Pedro continuó escribiendo su diario. Y Eva, leyéndolo.
Pero ya no eran fantasías. Ahora Pedro escribía todo lo que hacían.
Fin.
Llegó el martes. Lo despidió en la puerta, como siempre, con un beso. Sus miradas se encontraron. Y notó algo extraño. Lo notó nervioso,
-¿Pasa algo, tesoro?
-No, nada, mamá. Hasta liego
-Hasta luego, mi vida.
Esperó unos minutos y fue a por su diario. Se acostó en la cama dispuesta a gozar una vez más.
"Desde hace tiempo, desde que empezaron las miradas, he sospechado algo. Empecé a pensar que ella sabía como la deseo.
Al principio creí que eran imaginaciones mías, pero me fui convenciendo de que era real.
¿Pero cómo podría ella saberlo? ¿Por cómo la miro? Podría ser.
Un día me vino una idea loca a la cabeza. ¿Y si ella...?. Pero no. Si ella había hecho lo que yo pensaba, me habría dicho algo.
Tenía que saberlo. Tenía que saber si mis sospechas eran o no ciertas."
El corazón de Eva latía con fuerza.
"Ayer lo comprobé. Ahora sé que es cierto. Sé que mi madre ha estado leyendo mi diario. Dejé dentro un papelito que sólo se caería si el diario era abierto."
Eva se tensó. La había descubierto. Ahora todo se sabía. ¿Qué pensaría él de ella? Había traicionado su confianza. Había violado su intimidad. Casi se echa a llorar.
"Me flaquearon las piernas. Ella ha estado leyendo mis más ocultos pensamientos desde hace días. Sabe todo lo que pienso de ella, todas mis fantasías. Las cosas que mi mente imagina sobre ella.
Sabe cuanto la deseo. Sabe cuanto su hijo la desea.
Al principio me quise morir. No podría volver a mirarle a la cara. ¿Qué pensaría ella de mí? Que era un depravado. Que mi mente estaba corrupta.
Cerré los ojos. Y recapacité. Ella llevaba ya tiempo leyéndolo. Y no me había dicho nada. Su trato hacia mí era el de siempre. Sólo había cambiado una cosa. Sus miradas. Y los abrazos.
¿Y si ella no estaba enfada? ¿Y si saber lo que siento por ella no le disgusta? ¿Y si mi madre también tiene deseos hacia mí?
He estado toda la tarde nervioso. Sin saber que hacer. Buscando la manera de salir de todo esto. Y siempre acababa en el mismo sitio. Sé que no es la razón la que me lleva a ese sitio, sino mi deseo.
Mamá... Eva. Mi preciosa Eva. Sé que estarás leyendo esto. Lo voy a decir bien claro. Te deseo. Me estoy volviendo loco por ti.
Ya no puedo más, mamá. Esto tiene que acabar. De una u otra manera.
Si piensas que todo esto está mal, que es algo horrible, lo entenderé. No hagas nada. Cuando llegue a casa destruiré el diario y los dos actuaremos como si nada hubiese pasado.
Pero, si me deseas como yo te deseo a ti, coge tu móvil. Mándame un sms que diga "Ven" e iré corriendo a casa a...amarte".
No había nada más. Ahí terminaba el diario. El cuerpo de Eva temblaba. Si no hacía nada, si seguía con sus cosas, todo terminaría para siempre. Las cosas serían como antes.
Eso es lo que tenía que pasar. Era lo correcto
"No. Nada va a terminar. Siempre lo vas a desear. Siempre lo mirarás y tu mente te echará en sus brazos. Lo deseas como nunca antes habías deseado a nadie. Como nunca más vas a volver a desear a nadie."
Se levantó de la cama. Fue a la entrada, en donde tenía su móvil. Lo cogió y escribió un Sms para Pedro que decía:
-VEN
Lo miró más de cinco minutos, con el dedo pulgar sobre la tecla de envío. Al final, cerró los ojos y pulsó el botón
Todo estaba hecho.
Se sorprendió al oír un bib-bip. Era el sonido de un móvil que recibía un mensaje. El sonido venía de detrás de la puerta de la calle.
Se quedó petrificada. Oyó como una llave entraba en la cerradura. Como se abría la puerta. Y allí, delante de ella, estaba Pedro.
-Hola mamá. Esperaba con todo mi ser que me mandaras el mansaje.
-Pedro...mi vida. Estamos locos.
Pedro se acercó a su madre. Le quitó el teléfono de las manos.
-Lo sé.
Acercó su boca a la suya y la besó. Primero con suavidad, pero después con pasión. Sus cuerpo se pegaron. Eva notó en su barriga la dura polla de su hijo.
-Ummm mi vida...
Pedro llevó sus manos a su culo y se lo acarició, se lo estrujó. La apretó contra él. Ella se frotó contra su polla.
-¿Todo eso que has escrito es verdad?
-Todo. Hasta la última palabra.
-Oh, Pedro...Pedro...
-Mamá...Te deseo. Quiero...follarte.
Eva llevó su mano hasta la polla y la empezó a acariciar.
-Ummm, que dura tienes la polla. ¿Quieres follarte a mami?
-Sí, sí siiiiiiiiiiiiii.
-En mi cama, ¿Verdad? Quieres follarme en mi cama.
-En tu cama - la besó - En la cocina - la besó- En el salón- La besó
-Y en tu cama. Me follarás también en tu cama.
Pedro le subió la falda y le acarició las nalgas sobre las bragas.
-¿Te gusta el culito de mami?
-Tienes el culito más lindo del mundo.
Eva miró a su hijo a los ojos. Sus ojos brillaban. Acercó su boca su oreja y le susurró.
-Mami está deseando que su niño se la folle por el culito.
Le cogió de la mano y lo llevó a su cama.
+++++
Pedro continuó escribiendo su diario. Y Eva, leyéndolo.
Pero ya no eran fantasías. Ahora Pedro escribía todo lo que hacían.
Fin.
21 comentarios - Deseo de hijo, deseo de madre: El diario (Parte 9) Final
quisiera lees el otro final
Porfa, si alguien sabe si publico el otro final, porfa pasen el link!!
o mejor, @mcrazor7 si lees esto, respondeme porfa!!
gracias!!! 🤘