Siguiendo la serie con Luz, este relato da un poco más de ratones; puesto que por fin le di mas que un garche. Sí querés ver el post anterior lo dejo aquí:
http://www.poringa.net/posts/relatos/2593022/No-respondo.html
La relación con ella iba bien, todo tranquilo y la familia de ella me quería mucho, mi familia hacía lo mismo por Luz. Habíamos ido y venido a varios lugares, siempre metiendo mano en su blusa y ella haciendo pajitas, algunas veces nos llegaban a ver los del colectivo; nos calentaba mas.
Una ocasión íbamos de noche en el subterráneo, nada de gente alrededor. De broma le comenté que estaría rebueno si me la mamaba allí, sin esperar mucho me sacó la chota medio dura y la empezó a comer. Me veía a los ojos y hacía ruidos cachondos con su boca, se sacaba la chota y "plop" de tanta presión que metía, me encantaba por que al momento de sacarla jalaba aire y jadeaba delicioso! Sshhh aaah, shaaah (y a engullir de nuevo) me manoseaba las bolas con maestría y estilo, nadie me la ha mamado así desde ese entonces. Al sentir acabar le dije que pusiera las tetas, se bajó la blusa y el sujetador, puso un brazo bajo sus tetas para levantarlas y me dijo:
- Anda papi, dale lechita a tu nena, quiero tu lechita en mis tetas.
Uno, dos y tres chorros fueron contra las tetas y uno contra su carita. Nos bajamos del tren y nos dirigimos a casa de ella, que estaba cerca de la mía.
Llegando se da cuenta que había dejado las llaves en casa, y su mamá estaba en el trabajo (la mamá es chef de eventos especiales y anda toda la noche fuera). Hablámos con su vieja por el móvil y nos dijo que nos fuéramos a mi casa, que ella pasaba por Luz en cuanto fuera para el rumbo.
Con una sonrisa pícara, Luz me dijo:
-me dijo la vieja que te comiera la pija toda la noche, y que si tienes suerte me comas el bollito.
Al momento de decir bollito tomo mi mano y se la pasó por encima del jean, y yo no podía creer que anduviera tan zafada ese día. Llegamos a casa, me preparé algo de tomar y ella me pidió una cerveza. Nos sentamos a ver televisión y ella en un rato se durmió, allá iban mis esperanzas de comerle el coño, gracias a cumplirle el capricho de ver la tv.
La cargué en brazos y la llevé al cuarto de huéspedes, de esa manera la mamá no se hacía ideas de más. Al llegar a la cama y dejarla sobre ella, Luz medio despertó y me pidió que me recostara con ella, así lo hice y nos tapamos con la sábana. Empecé a rozar sus tetas, ricas, jugosas, con el pezón justo al centro, de color claro sin llegar a ser rosa, y una areola de tamaño mediano. Como me gustaba mamarlos, en los garches que teníamos era lo que mas me gustaba hacer. Ella respondía con gemidos y palabras entrecortadas: -déjame dormir, che... No aguanto el sueño.
Seguí jugando un rato con sus lolas y de allí me atreví a meter la mano por debajo del jean. En el relato anterior les dije que se le hacía un pequeño monte sobre la panty, marcando así lo que yo pensaba sería una mata de pelos increíble. Al momento de hacer presión nada se hundió, como harían los pelos comúnmente, sin embargo mi sorpresa fue grande al ver que ese montecito era su monte de venus; protuberante y liso... Sí, no se sentía pelo alguno. Hice movimientos circulares, y empecé a notar la panty mojada, ella ya más alerta no solo gemía, sino movía sus caderas acompañando mi mano.
Besos en el cuello, apretones en su vulva, subía a manosear sus tetas y por fin despertó!
-Mi vida, no podés esperar a otro día verdad?
-Lucecita, me tenés loco mi amor. Anda, déjame comer tu coñito.
-Travieso!! Sí, hoy podés comerme la concha, pero ni hablar de cogerme que si llega mi vieja por mí, te corta la verga y me coce con hilo la concha.
El desabrochar sus tenis y bajar el jeans jamás había sido tan eterno, pero allí estaba; ese rico pubis libre de vellos, protuberante, salido a manera perfecta, mostrando los juguitos lubricando y una conchita cerrada...
-Pero, sé gentil por favor, Ricardo nunca llegó a esto (el jodido ex abusador) y me da pena..
Quise grabar ese momento en mi memoria, así que besaba sus muslos, jugaba con sus pezones usando mis manos; y al momento de acercar mi rostro a su sexo, lo olí... Era un aroma delicioso, no de un coño normal, este tenía algo diferente, era perfecto. Suave, agradable al contacto e incitaba a lamerlo. Poco a poco fui comiendo ese tajito, apretado por los labios mayores, completamente cerrado para los invasores.
Posé mi boca a manera de poder succionar el clítoris, y pasar mi lengua por la rajita, sus manos apretaban mi rostro contra ella y gemía con suavidad:
-Ay, sigue amor, sigue... Siento rico bebé, décime que soy tu nena, anda décime que soy tuya nada más..
-Amor, sos mía solamente. Me encanta tu conchita, bebé; ya anda acaba en mi boquita
-Siento rico, seguí mamando, siento que acabo pronto mi amor, sigue, sigue... Pellizca mis tetitas, hazlo que me vengo, acabo mi amor acabooo... Shhhaaah (ese jadeo tan excitante jamás lo he oído en otra mina)
Mi rostro estaba lleno de su acabada, de saliva y felicidad. Masajeando su pelvis un tiempo mas seguimos platicando y boludeando de que haríamos después de esto, que era algo serio y que no quería ella que nos separáramos. Me dió un masaje de verga, pero sin ser paja, un besito de buenas noches y se durmió. A pesar de su edad, seguía siendo una niña mimada.
Su mamá llegó a las dos horas después, la recibí sin problema en casa y se bebió un whisky.
Despertó a Luz y sin más, se fueron. A las 12 del día recibí la llamada de mi novia:
-Che, dice la vieja que si querés venir a comer, que sobró un poco del platillo de ayer...
No supe si era comida hecha por la mamá, o me estaba invitando a comerle el coño mi novia.
http://www.poringa.net/posts/relatos/2593022/No-respondo.html
La relación con ella iba bien, todo tranquilo y la familia de ella me quería mucho, mi familia hacía lo mismo por Luz. Habíamos ido y venido a varios lugares, siempre metiendo mano en su blusa y ella haciendo pajitas, algunas veces nos llegaban a ver los del colectivo; nos calentaba mas.
Una ocasión íbamos de noche en el subterráneo, nada de gente alrededor. De broma le comenté que estaría rebueno si me la mamaba allí, sin esperar mucho me sacó la chota medio dura y la empezó a comer. Me veía a los ojos y hacía ruidos cachondos con su boca, se sacaba la chota y "plop" de tanta presión que metía, me encantaba por que al momento de sacarla jalaba aire y jadeaba delicioso! Sshhh aaah, shaaah (y a engullir de nuevo) me manoseaba las bolas con maestría y estilo, nadie me la ha mamado así desde ese entonces. Al sentir acabar le dije que pusiera las tetas, se bajó la blusa y el sujetador, puso un brazo bajo sus tetas para levantarlas y me dijo:
- Anda papi, dale lechita a tu nena, quiero tu lechita en mis tetas.
Uno, dos y tres chorros fueron contra las tetas y uno contra su carita. Nos bajamos del tren y nos dirigimos a casa de ella, que estaba cerca de la mía.
Llegando se da cuenta que había dejado las llaves en casa, y su mamá estaba en el trabajo (la mamá es chef de eventos especiales y anda toda la noche fuera). Hablámos con su vieja por el móvil y nos dijo que nos fuéramos a mi casa, que ella pasaba por Luz en cuanto fuera para el rumbo.
Con una sonrisa pícara, Luz me dijo:
-me dijo la vieja que te comiera la pija toda la noche, y que si tienes suerte me comas el bollito.
Al momento de decir bollito tomo mi mano y se la pasó por encima del jean, y yo no podía creer que anduviera tan zafada ese día. Llegamos a casa, me preparé algo de tomar y ella me pidió una cerveza. Nos sentamos a ver televisión y ella en un rato se durmió, allá iban mis esperanzas de comerle el coño, gracias a cumplirle el capricho de ver la tv.
La cargué en brazos y la llevé al cuarto de huéspedes, de esa manera la mamá no se hacía ideas de más. Al llegar a la cama y dejarla sobre ella, Luz medio despertó y me pidió que me recostara con ella, así lo hice y nos tapamos con la sábana. Empecé a rozar sus tetas, ricas, jugosas, con el pezón justo al centro, de color claro sin llegar a ser rosa, y una areola de tamaño mediano. Como me gustaba mamarlos, en los garches que teníamos era lo que mas me gustaba hacer. Ella respondía con gemidos y palabras entrecortadas: -déjame dormir, che... No aguanto el sueño.
Seguí jugando un rato con sus lolas y de allí me atreví a meter la mano por debajo del jean. En el relato anterior les dije que se le hacía un pequeño monte sobre la panty, marcando así lo que yo pensaba sería una mata de pelos increíble. Al momento de hacer presión nada se hundió, como harían los pelos comúnmente, sin embargo mi sorpresa fue grande al ver que ese montecito era su monte de venus; protuberante y liso... Sí, no se sentía pelo alguno. Hice movimientos circulares, y empecé a notar la panty mojada, ella ya más alerta no solo gemía, sino movía sus caderas acompañando mi mano.
Besos en el cuello, apretones en su vulva, subía a manosear sus tetas y por fin despertó!
-Mi vida, no podés esperar a otro día verdad?
-Lucecita, me tenés loco mi amor. Anda, déjame comer tu coñito.
-Travieso!! Sí, hoy podés comerme la concha, pero ni hablar de cogerme que si llega mi vieja por mí, te corta la verga y me coce con hilo la concha.
El desabrochar sus tenis y bajar el jeans jamás había sido tan eterno, pero allí estaba; ese rico pubis libre de vellos, protuberante, salido a manera perfecta, mostrando los juguitos lubricando y una conchita cerrada...
-Pero, sé gentil por favor, Ricardo nunca llegó a esto (el jodido ex abusador) y me da pena..
Quise grabar ese momento en mi memoria, así que besaba sus muslos, jugaba con sus pezones usando mis manos; y al momento de acercar mi rostro a su sexo, lo olí... Era un aroma delicioso, no de un coño normal, este tenía algo diferente, era perfecto. Suave, agradable al contacto e incitaba a lamerlo. Poco a poco fui comiendo ese tajito, apretado por los labios mayores, completamente cerrado para los invasores.
Posé mi boca a manera de poder succionar el clítoris, y pasar mi lengua por la rajita, sus manos apretaban mi rostro contra ella y gemía con suavidad:
-Ay, sigue amor, sigue... Siento rico bebé, décime que soy tu nena, anda décime que soy tuya nada más..
-Amor, sos mía solamente. Me encanta tu conchita, bebé; ya anda acaba en mi boquita
-Siento rico, seguí mamando, siento que acabo pronto mi amor, sigue, sigue... Pellizca mis tetitas, hazlo que me vengo, acabo mi amor acabooo... Shhhaaah (ese jadeo tan excitante jamás lo he oído en otra mina)
Mi rostro estaba lleno de su acabada, de saliva y felicidad. Masajeando su pelvis un tiempo mas seguimos platicando y boludeando de que haríamos después de esto, que era algo serio y que no quería ella que nos separáramos. Me dió un masaje de verga, pero sin ser paja, un besito de buenas noches y se durmió. A pesar de su edad, seguía siendo una niña mimada.
Su mamá llegó a las dos horas después, la recibí sin problema en casa y se bebió un whisky.
Despertó a Luz y sin más, se fueron. A las 12 del día recibí la llamada de mi novia:
-Che, dice la vieja que si querés venir a comer, que sobró un poco del platillo de ayer...
No supe si era comida hecha por la mamá, o me estaba invitando a comerle el coño mi novia.
5 comentarios - El montecito.
Saludos hermosa.
Nos encanta tu historia amigo @RedKirara!!!
"Anda papi, dale lechita a tu nena, quiero tu lechita en mis tetas" esta frase es de pura turrita... Luz es de las nuestras 😉
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