A la vuelta de vacaciones, Brandi se convirtió en una chica más asequible y generosa. No evitaba a los chicos y trataba de coquetear continuamente. Sus compañeros de clase pudieron complacerse del cambio comportamiento y muchos de ellos tuvieron la oportunidad de follarla. Brandi se convirtió en la chica más popular del instituto.
Todos querían follarla. Y Brandi ardía de deseo por ser follada. Brandi se sentía deseada, amada, correspondida y sabía agradecer a los chicos que tanto la mimaban con cariño. Recuerda con agrado una tarde después de la clase de educación física, en la que se atrevió a compartir las duchas en el vestuario de los chicos, junto a sus queridos compañeros de clase. Resultó maravilloso encontrarse totalmente desnuda, compartiendo las duchas con sus compañeros de clase y saberse deseada. Fue divertido y agradable comprobar cómo sus amigos se ofrecían a lavarla, con el firme propósito de meterla mano. Brandi lo sabía y dejaba a los chicos actuar con plena confianza. Ellos no se cortaban y manoseaban su cuerpo con total desfachatez, sobándola con total descaro.
Las exuberantes tetas de Brandi eran continuamente manoseadas, sobadas y palpadas, y numerosas manos se disputaban con ansia frotar su apetecible coño. Brandi se sentía orgullosa al apreciar cómo su hermoso cuerpo era materialmente asediado por una multitud de ansiosas manos. Podía sentir al mismo tiempo varias manos frotando sus tetas, hurgando en su coño y sobando su estupendo culo. Brandi se regocijó mirando las pollas de sus compañeros de clase, tratando de descubrir aquel que la tuviera más grande. Estaba entusiasmada, contemplar tantas pollas, ocultas hasta entonces y en aquel momento tan familiar. A partir de aquel día, Brandi podría encontrarse en clase con un chico charlando con normalidad y saber que su polla le resultaba conocida Pero aquella tarde Brandi quería ir más lejos, no se contentaba tan sólo con hallarse desnuda ante sus compañeros de clase y consentirles que manosearan su asequible cuerpo.
Deseaba chuparle la polla a cada uno de sus compañeros de clase y rogarles que se corrieran en su boca. Ansiaba tragarse el semen de sus compañeros de clase. Y así fue. Nunca hasta entonces Brandi se había sentido tan puta, tan guarra, y le encantaba. Se sentía una auténtica hembra, tan asequible, tan sumisa. Los chicos no acababan de ponerse de acuerdo en el turno, pero Brandi los tranquilizó y les aseguró que no debían preocuparse y que todos tendrían su oportunidad. Les aseguró que pensaba comerles la polla a todos sin excepción y tragarse su semen. Se arrodilló frente a ellos, sumisa, y comenzó a chupar una polla tras otra, mamando con entusiasmo y cariño. Los chicos estaban eufóricos al ver cómo la inocentona Brandi, su tímida compañera de clase, se había convertido en una auténtica puta. Brandi no cesaba de chupar pollas. Cuando había apartado de su boca la polla de uno de los chicos, enseguida otro compañero aprovechaba para follarla por la boca.
Incluso, Brandi, trató de tener dos pollas en la boca al mismo tiempo. Se sentía tan complacida y correspondida por sus compañeros de clase. Pero lo mejor no tardaría en llegar. Brandi suplicó con todos sus deseos a los chicos que se corrieran en su boca, deseaba sentir en su boca torrentes de semen calentito y espeso. Y así fue. Brandi procuraba tragarse hasta la última gota de leche y consentía a los chicos que arrojaran toda la leche en el interior de su boca. Eran tantos chicos, diez hermosos chicos, y sus corridas tan abundantes que Brandi se veía obligada a escupir leche que se esparcía por su barbilla y manchaba sus tetas. Sus labios se relamían de gusto, saboreando el sabroso semen que se esparcía por los mismos. Y con sus manos se extendía por su bonito rostro toda la leche que escupía su boca, dotándole de un brillo especial.
Aquella tarde Brandi se había limitado a chuparle la polla a sus amigos, pero les prometió que la próxima vez podrían follarla todos al mismo tiempo. Y Brandi, sumisa, cumplió su promesa. No podía faltar a su palabra. Todos los compañeros de su clase tuvieron ocasión de follarla. Brandi, claro, deseaba ser cariñosa con todos ellos y consentirles que pudieran gozar de su hermoso y asequible cuerpo. Cuando entraba en clase y sabía que todos sus compañeros en alguna ocasión habían tenido oportunidad de follarla le producía una grata sensación de orgullo. No existía ningún chico de su clase que no se la hubiera follado. Pero no sólo fueron sus compañeros de clase los que pudieron disfrutar de su cuerpo. Brandi sabía que su profesor de ciencias la miraba siempre de una manera muy especial, sobre todo, cuando lucía escotes atrevidos y escasas minifaldas que permitían la contemplación de sus hermosas piernas. Sabía que su profesor deseaba fervientemente su cuerpo. Brandi, claro, estaba dispuesta a brindar su cuerpo a su profesor, pero antes quería saber algo de él. Averiguó que estaba separado, tenía una hija que vivía con su ex-mujer y que vivía sólo en un pequeño apartamento y que no se le conocía novia alguna.
Le gustaba su profesor, era tan apuesto y tan tímido. Brandi, aprovechando que no obtenía buenas calificaciones en ciencias se le ocurrió proponerle a su profesor que la ayudara dándole clases particulares en su casa. Sería una buena oportunidad de estar sola con Brian, su profesor, y dar rienda suelta a sus poderes de seducción. Su profesor aceptó la propuesta ante la complacencia de Brandi. La primera tarde que Brandi fue al apartamento de su querido profesor lo encontró bonito y acogedor, se movió por el mismo con naturalidad y quiso echar un vistazo a su dormitorio donde halló una cama espaciosa. Brandi se divertía en comprobar cómo su profesor se esforzaba en atenderla en el apartamento. Brandi se sentía halagada por el trato que le dispensaba su profesor. Su profesor le ofreció una bebida.
- Ay, gracias, profesor. Me gustaría una limonada. Gracias. -
- Pues, espero tener. No recuerdo, la verdad. -
- Gracias, Brandi. Es pequeño pero ya es suficiente para mi. -
- Y bueno, muchas gracias por dedicar este tiempo para mi. Es muy importante para mi mejorar mis notas en ciencias. Le estoy muy agradecida, profesor. Bueno, todavía no me ha dicho cuanto le tengo que pagar. -
- No te preocupes, Brandi. No tienes por qué pagarme nada. Yo lo hago con mucho gusto. El deber de un profesor es velar por el bien de sus alumnas. -
- Ay, muchas gracias, profesor. Es muy amable por su parte, pero claro, está dedicando su tiempo libre para que yo, una simple alumna, mejore mis notas, por que no soy capaz de estudiar lo suficiente. Es que no soy capaz de concentrarme yo sola. -
- Yo creo, Brandi, que eres una chica inteligente. Sólo necesitas un pequeño empujón. -
- Ay, gracias, profesor. Es muy atento. Lo que sucede es que me gustan mucho los chicos y siempre pienso en ellos, y no consigo concentrarme en los estudios. Sabe, profesor, los chicos me encuentran muy apetecible. Usted cree que soy una chica bonita. -
- Bueno, Brandi, yo creo que eres una chica muy atractiva. -
- Sabe, señor profesor, creo que ya sé la manera de compensarle el tiempo que me dedica. Si lo desea puedo desnudarme para usted y dejarle que me meta mano. -
- Pero qué dices, Brandi. -
- Sí, puedo enseñarle mis encantos desnudos. A mi no me molesta estar desnuda ante usted. Además, creo que le encantaría verme desnuda. Según mis amigos estoy muy buena. Sobre todo les atraen mis voluminosas tetas. -
- Bueno, Brandi, eres una chica realmente deliciosa, pero me has dejado tan sorprendido. No es muy corriente que una joven alumna se ofrezca a desnudarse para su profesor. Me has dejado helado. Sabes, me recuerdas mucho a mi hija, tiene tu misma edad y también es una chica preciosa. -
- Bueno ¿ qué ? ¿ le gustaría verme desnuda, sí o no ? -
- Si quieres que te sea sincero, Brandi, lo cierto es que debido a mi actual estado de separado hace algún tiempo que no tengo la oportunidad de ver desnuda a una chica tan preciosa como tú. -
- Pues, no se hable más, señor profesor. Ya verá que bien. Además debe reconocer que resulta muy morboso y gratificante que una de sus alumnas se desnude para usted, como si de un acto de sumisión se tratare. - - Sí, la verdad, Brandi.
Brandi, coqueta y muy sensual comenzó a desnudarse ante su sorprendido profesor. Brandi disfrutaba de aquella nueva experiencia, resultaba ser tan placentero la posibilidad de desnudarse ante su propio profesor de ciencias. Comenzó desabrochando los botones de su vaporosa camisa y cuando la lanzó al suelo, su profesor pudo adivinar con claridad el verdadero tamaño y esplendor de sus tetas que se escondían en su diminuto sujetador. Prosiguió desprendiéndose de su minifalda y tras quedar en ropa interior, Brandi se giró varias veces ante su profesor para que pudiera apreciar la rotundidad de sus apetecibles formas. Su profesor la miraba sonriente y maravillado ante la generosidad de su alumna.
Brandi no tardó en completar su striptease. Pronto sus sostenes y sus braguitas resbalaron por su mórbido cuerpo y cayeron al suelo. Completamente desnuda, Brandi, sabía como contonear su cuerpo para provocar suspiros a su profesor. Se cogía las tetas con ambas manos y las mostraba a su profesor en un acto muy seductor. Su espectacular figura, plena de rotundas formas brillaba con luz propia. Brandi comenzó a moverse y agitarse con gracia y picardía, exhibiéndose, enseñando cada pliegue de su espléndido y soberbio cuerpo desnudo, la firmeza de sus voluminosas y turgentes tetas, su sublime y prominente culo. Brandi era consciente de su impresionante cuerpo y le gustaba enseñarlo y que la mirasen. Brandi se sentía en la obligación de mostrar su cuerpo desnudo, y ante su profesor se esmeraba lo máximo para que disfrutara contemplándola.
- Bueno, señor profesor, que tal. ¿ Estoy buena ? Veo que se ha quedado pasmado. Le gusta mi cuerpo desnudo, verdad. Me alegro que sea así. Sabe, profesor, tengo que admitir que me encanta que me vean totalmente desnuda, sentir cómo me miran las tetas, el coño No sé, me siento obligada y necesitada.
- Estoy desconcertado, Brandi. Eres encantadora. Me parece esta situación tan extraña, yo sentado en mi sofá contemplando desnuda a una de mis alumnas. Nunca hasta ahora me había pasado algo parecido.
- Me alegro que le guste, señor profesor. Me encanta mostrar mi cuerpo desnudo a los hombres y saber que mi cuerpo despierta satisfacción contemplarlo. ¿ A que le encanta que una de sus alumnas se desnude para usted, señor profesor ? Yo considero que una chica debe ser generosa y enseñar su cuerpo desnudo a los hombres. Supongo que será fantástico para usted, señor profesor, que le muestre mi cuerpo desnudo. Y más, teniendo en cuenta que hace ya tiempo que no tiene oportunidad de contemplar el cuerpo desnudo de una chica cachonda como yo. -
- Bueno, Brandi, debo reconocer que estoy encantado que una preciosa alumna mía, que podría ser mi hija, esté completamente desnuda delante mío. Y sí, ya no recuerdo la última vez que contemplé a una joven desnuda. Bueno, sabes, te voy a contar algo confidencial. La última vez que disfruté con la visión del cuerpo desnudo de una joven, fue precisamente el cuerpo desnudo de mi hija. -
- De veras, señor profesor, cuénteme. Me encantan las historias pícaras.
Brandi, coqueta, se había sentado junto a su profesor en el sofá, arrimándose hasta pegar su cuerpo al de su profesor, transmitiéndole el calor que desprendía. Se arrimó de tal modo que una de sus tetas frotaba con ardor el hombro de su profesor que, más distendido se atrevió a posar su mano derecha sobre uno de los muslos tersos de Brandi y acariciarlos con suavidad, rozando su entrepierna.
- No tiene importancia, Brandi. Fue el año pasado. Como te decía tengo una hija de tu misma edad, diecinueve años, que vive con mi ex-mujer. Pues el año pasado vino a casa a pasar unos días antes de marchar a los Estados Unidos para continuar allí sus estudios. Resulta que mi hija Sandra se estaba tomando una ducha. Yo, mientras, en el salón de estar no recordaba donde había puesto mi reloj de pulsera y me acordé entonces que lo había dejado en la bañera. No pensé que mi hija se estaba duchando y me dirigí al cuarto de baño que no tiene pestillo. Abrí la puerta y allí estaba duchándose mi hija. Recuerdo que me quedé helado, Brandi. -
- Sí, señor profesor. Y qué hizo su hija. Se avergonzó. -
- No, qué va. Eso fue lo más sorprendente. En todo caso quién se sintió avergonzado fui yo, su padre. Mi hija, completamente desnuda y mojada, cubierta de abundante espuma por su cuerpo, no trató ni siquiera de cubrirse sus partes íntimas. De frente, mirándome, me dijo hola papá y que el agua estaba buenísima, calentita. Nunca había visto desnuda a mi hija, sabes, Brandi. -
- Y qué más, señor profesor. Se marchó entonces. -
- Pues me excusé y le comenté que no sabía donde había puesto mi reloj de pulsera. Mi hija Sandra entonces me descubrió donde se hallaba y me pidió que me acercara. Y sin cubrirse lo más mínimo. Yo claro, no estaba acostumbrado a ver a mi hija desnuda. Verla allí, desnuda, mojada, mirar sus tetas que son tan grandes como las tuyas, e incluso su coño, el coño de mi propia hija. -
- ¡ Qué emocionante, señor profesor ! Y qué más. -
- Pues una vez recogí mi reloj me dispuse a marcharme, pero las palabras de mi hija me obligaron a volverme.
- " Ay, papi, qué gracia, nunca hasta ahora me habías visto desnuda, verdad. Cuando abriste la puerta del baño me quedé un poco atónita, pero no me da nada de vergüenza. De hecho eres mi padre y no tiene por qué darme corte. Aunque no sé si alguna de mis amigas la han visto desnuda su padre. A mi me hace gracia " Yo miré a mi hija y le esbocé una sonrisa clara. " Bueno, hijita, ya te has convertido en una preciosa mujer, la verdad, y no sé si mirarte las tetas, hija." " Míramelas, papi, resulta divertido. " -
- Señor profesor, yo con lo putilla que soy, tengo que reconocer que nunca mi padre me ha visto completamente desnuda. Vaya, tendré que arreglarlo. -
- Pues, Brandi, como vi a mi hija muy cariñosa, se me ocurrió ofrecerme a frotar su espalda. Mi hija Sandra pareció dudar unos segundos pero enseguida asintió confiada. Sabes, Brandi, mientras frotaba la espalda de mi hija no sabía donde colocar la mano libre. La dejaba sobre su vientre liso pero tan resbaladizo que sin darme cuenta descendió hacia su coño. Me asusté y la retiré enseguida. Me sentí avergonzado. Mi hija Sandra parecía divertida con el hecho de que su padre la bañara a sus diecinueve años y me pidió que no me limitara a la espalda, que frotara todo su cuerpo. " Bueno, hijita, no eres ya mayorcita para que te lave tu padre. " " Sí, papi, pero me parece gracioso, que seas tú, papi, quien me lave." -
- Vaya con su hija, señor profesor. -
- Sí, sí, Brandi. Mi hija se mostraba muy despreocupada. Yo entonces me dispuse a lavar a mi hija y recorrí con la esponja cada rincón del cuerpo desnudo de mi hija. En un principio debo reconocer que me sentí algo turbado cuando, por ejemplo, froté el coño de mi hija pero en seguida me sentí cómodo. Además, Brandi, si quieres que te sea sincero me alegraba la idea de acariciar el espléndido cuerpo desnudo de mi hija. -
- Vaya, vaya con mi profesor. Está usted hecho un pillo. Mira que aprovecharse de su hija y meterle mano. Qué bien, verdad señor profesor, poder bañar a su preciosa hija y disfrutar de las caricias de su cuerpo desnudo. Bueno, señor profesor, yo no seré su hija pero también estoy muy buena, y si usted quiere puede meterme mano. -
- Vaya, Brandi, eres muy generosa. No puedo creer que esto me esté pasando a mi. No creo que sea el tipo de profesor atractivo que seduce a sus jóvenes alumnas. -
- Quizás no, señor profesor, pero es usted tan bueno conmigo que me siento obligada a complacerle. Quiero que usted esté a gusto. Bueno y cuénteme cómo acaba la historia con su hija Sandra. Resulta fascinante, luego le contaré alguna travesura mía. Su historia me ha puesto un poco cachonda, la verdad. -
- Bueno, Brandi, bañé a mi hija con naturalidad, sin obsesión, con serenidad. No me preocupé si mis manos rozaban sus partes íntimas. Mi hija Sandra es un encanto y se mostraba muy suelta y natural. Lo pasé fenomenal, eso de lavar a mi encantadora hija resultaba muy gratificante. Cuando froté el coño de mi hija me temblaron las manos, restregar su chocho y ver cómo rezumaba abundante jabón aceleró mi corazón. Frotar su delicado vientre y ver cómo la espuma fluía y salpicaba su vello púbico, mientras mi mano izquierda manoseaba el culo de mi hija. " Ay, papi, qué bien me siento. Sabes, se me ocurre que estos días aquí en casa podrías bañarme, vale papá. Resulta muy gracioso y divertido que me bañes tú, papá. " No sé, Brandi, mi hija se mostraba tan espontánea, que sin querer se me ocurrió manosear una de sus grandes tetas. Se me escapó la mano y me encontré manoseando una de las tetas de mi hija. Su piel era tan sedosa y resbaladiza. Yo fingí que mi interés era refregarla para asearla, pero lo cierto era que deseaba acariciar las tetas de mi hija. Aquellos días fueron muy agradables porque mi hija Sandra a raíz de aquella tarde, se mostró muy natural conmigo y su desnudez fue algo habitual en casa. Dormía desnuda y yo solía entrar en su dormitorio para despertarla por la mañana. Ver a mi encantadora hija tumbada sobre la cama, totalmente desnuda, radiante e inocente, ciertamente me alegraba la vista y el día que comenzaba. -
- Entonces, señor profesor, le excitaba ver a su hija Sandra desnuda. -
- Pues para ser sincero debo reconocer que sí. Sí, es mi propia hija pero también se ha convertido en una espléndida mujer. -
- Vaya, vaya, señor profesor. Me sorprende usted. Yo le creía más comedido. Bueno, señor profesor, volviendo a mi sugerencia, si usted lo desea puede meterme mano. Usted me da clases de ciencias y yo a cambio le obsequio con mi cuerpo. Creo que es un buen acuerdo. -
- ¿ Hablas en serio, Brandi ? -
- Claro, señor profesor. -
- Pues, no sé, Brandi. Todo esto es tan repentino y sorprendente. Eres una alumna mía, que te veo cada día en clase. No sé cómo reaccionaría en el instituto al verte, sabiendo que he tenido ocasión de manosear tu hermoso cuerpo. Eres tan bonita, tan sensual y posees un cuerpo tan impresionante. Debería sentirme orgulloso y complacido de recibir una oferta como la tuya, Brandi. Y claro, debería aprovecharla. Eres muy generosa. Estoy tan aturdido. Me sentiría como si me aprovechara de una de mis alumnas. -
- Y es lo que quiero, profesor, que se aproveche de mi. Yo estoy muy buena y seguro que le pongo cachondo. No tiene por qué temer pedirme cualquier cosa para satisfacerle, yo estoy totalmente dispuesta. No crea que me voy a enfadar por comprobar que usted se aprovecha de mi. Es lo que quiero, señor profesor. -
- Pues...
Por fin Brandi vio cómo su profesor se decidía a hacer un primer paso y alargaba su mano para sobar sus grandes tetas. Brandi le respondió con una sonrisa clara para animarle a continuar. Su profesor le devolvió la sonrisa y con ambas manos comenzó a manosear sus tetas, apretándolas, pellizcando sus rosados pezones. Estaba eufórico. No podía creerse que aquello le estuviera sucediendo a él, que una de sus sensuales alumnas se mostrara tan generosa y asequible. Era tan maravilloso sobar aquellas magníficas tetas, tan grandes y turgentes y sabiendo que su joven alumna consentía con entera naturalidad y complacencia. Era un sueño.
- Ve qué fácil, señor profesor, manoseéme toda. Quiero ser su alumna favorita. Es estupendo, verdad profesor, que me muestre tan desprendida. A que le encanta meterme mano, señor profesor. -
- Brandi, es tan agradable acariciar tu cuerpo desnudo, es tan delicado, tan suave, tan sensual. Hacía tanto tiempo que no sobaba unas tetas como las tuyas, Brandi. Y es estupendo que me pase a mi, sabes. Es increíble. Y vaya tetas que tienes Brandi. Son exuberantes. Tienes unas tetas magníficas, Brandi. -
- ¿ Quiere que le coma la polla, señor profesor ? -
- ¡ Cómo dices, Brandi ! -
- Sí, señor profesor, si le apetece le como la polla. De hecho, me encantaría comerle la polla, señor profesor. Me sentiría muy orgullosa y agradecida si me lo permitiera. ¿ Qué me dice, profesor, me permite que le chupe la polla ? -
- Pues no sé, Brandi. Ahora sí que me has sorprendido de verdad. Me has dejado estupefacto. Así que quieres comerme la polla. Esto es sorprendente e increíble. ¿ Tú estás bien de la cabeza, Brandi ? Creo que estás un poco loca. Esto no es muy normal. -
- Bueno, señor profesor, sólo soy una chica joven y muy cachonda. Soy una chica muy generosa y sé que a los hombres les encanta que le chupen la polla, y yo soy muy buena chica. Además usted es mi profesor y me gustaría que lo pasara bien conmigo. -
- Bueno, Brandi. todo esto es increíble. -
- Además, señor profesor, no se preocupe que de todo esto no se enterará nadie en el instituto. Será un secreto entre nosotros, vale. Ay, se me ocurre que bien podría convertirme en su querida.
Brandi enseguida llevó sus manos a la entrepierna de su profesor. Bajó la cremallera de su pantalón y sacó su polla ya enardecida. Comenzó a menearla con destreza y toquetear sus cojones bajo la mirada aturdida de su profesor. A Brandi le encantaba jugar y excitar a su profesor y no paraba de manosear su polla.
- Vaya, señor profesor, tiene una polla magnífica. Me encanta su polla. -
- Brandi, debo confesar que nunca antes una mujer me ha chupado la polla. -
- De veras. No puedo creerlo. Y su ex-mujer, ¿ no le gustaba chuparle la polla, señor profesor ? -
- Pues, no, Brandi.. Le parecía asqueroso. -
- Vaya. Bueno, no se preocupe, hoy por fin verá como una chica le come la polla, señor profesor. Soy tan buena alumna.
Brandi agarró la polla de su profesor y su boca pronto la capturó con ansia. Su profesor pudo sentir cómo su polla desaparecía en el interior de la boca. Brandi mamaba la polla de su profesor con verdadero deleite, con anhelo, la lamía con cariño y pasión, besándola, mordisqueándola, mojándola con su saliva embriagadora. Brandi quiso probar sus cojones y su boca comenzó a lamerlos con delirio. Su profesor se sentía eufórico. Era tal la excitación que le provocaba su joven alumna mientras le chupaba la polla, que no pudo retardar mucho tiempo su orgasmo. Justo en el instante que Brandi tragaba su polla, su profesor disparó una abundante descarga de semen en el interior de su boca. Hacía tanto tiempo que no se corría que su polla no paraba de soltar leche. Brandi deseaba tragarse hasta la última gota de semen de su profesor, y no soltó su polla de la boca, así que pudo sentir cada uno de los chorros de leche que su profesor expulsaba y alojaba en su boca.
Brandi se sentía abrumada y jadeante, abrió la boca y una abundante cantidad de semen se desparramó por sus labios, extendiéndose por su cara y por su barbilla. Descubriólengua totalmente pringada de semen y no tuvo ningún inconveniente en relamerse los labios para continuar degustando el sabor del semen. Brandi tomó restos de leche esparcido por su barbilla y lo extendió por su angelical y bonito rostro, proporcionándole un especial brillo y lustre. A continuación volvió a chupar la polla de su profesor y limpiarle del resto de semen con su propia boca.
- Brandi, gracias, ha sido fantástico. No puedo creerlo. Lo que siempre soñé y que mi ex-mujer siempre me había negado, tú, Brandi, me lo has proporcionado. Correrme en tu boca ha sido maravilloso, Brandi, sentir cómo mi leche inundaba tu boquita. -
- No me dé las gracias, señor profesor. Yo lo he hecho con mucho gusto. Me encanta el sabor del semen. Aunque, no veas, no esperaba tanto semen. Tengo la boca llena de leche. Casi me ahoga, señor profesor. Bueno, tengo que marchar ahora, señor profesor. Me quedaría con usted y volvería a chuparle la polla, pero he quedado con un amigo y se me hace tarde. -
- ¿ Tu novio ? -
- No, es un buen amigo. Yo no tengo novio, sólo buenos amigos. No me diga que está celoso. No se preocupe, siempre que lo desee yo estaré dispuesta y asequible para usted. He pasado una tarde maravillosa con usted, y me ha encantado comerle la polla. Sabe, señor profesor, mañana también vendré a su casa para complacerle. -
- Bueno, hasta mañana, Brandi. Y gracias por todo.
Todos querían follarla. Y Brandi ardía de deseo por ser follada. Brandi se sentía deseada, amada, correspondida y sabía agradecer a los chicos que tanto la mimaban con cariño. Recuerda con agrado una tarde después de la clase de educación física, en la que se atrevió a compartir las duchas en el vestuario de los chicos, junto a sus queridos compañeros de clase. Resultó maravilloso encontrarse totalmente desnuda, compartiendo las duchas con sus compañeros de clase y saberse deseada. Fue divertido y agradable comprobar cómo sus amigos se ofrecían a lavarla, con el firme propósito de meterla mano. Brandi lo sabía y dejaba a los chicos actuar con plena confianza. Ellos no se cortaban y manoseaban su cuerpo con total desfachatez, sobándola con total descaro.
Las exuberantes tetas de Brandi eran continuamente manoseadas, sobadas y palpadas, y numerosas manos se disputaban con ansia frotar su apetecible coño. Brandi se sentía orgullosa al apreciar cómo su hermoso cuerpo era materialmente asediado por una multitud de ansiosas manos. Podía sentir al mismo tiempo varias manos frotando sus tetas, hurgando en su coño y sobando su estupendo culo. Brandi se regocijó mirando las pollas de sus compañeros de clase, tratando de descubrir aquel que la tuviera más grande. Estaba entusiasmada, contemplar tantas pollas, ocultas hasta entonces y en aquel momento tan familiar. A partir de aquel día, Brandi podría encontrarse en clase con un chico charlando con normalidad y saber que su polla le resultaba conocida Pero aquella tarde Brandi quería ir más lejos, no se contentaba tan sólo con hallarse desnuda ante sus compañeros de clase y consentirles que manosearan su asequible cuerpo.
Deseaba chuparle la polla a cada uno de sus compañeros de clase y rogarles que se corrieran en su boca. Ansiaba tragarse el semen de sus compañeros de clase. Y así fue. Nunca hasta entonces Brandi se había sentido tan puta, tan guarra, y le encantaba. Se sentía una auténtica hembra, tan asequible, tan sumisa. Los chicos no acababan de ponerse de acuerdo en el turno, pero Brandi los tranquilizó y les aseguró que no debían preocuparse y que todos tendrían su oportunidad. Les aseguró que pensaba comerles la polla a todos sin excepción y tragarse su semen. Se arrodilló frente a ellos, sumisa, y comenzó a chupar una polla tras otra, mamando con entusiasmo y cariño. Los chicos estaban eufóricos al ver cómo la inocentona Brandi, su tímida compañera de clase, se había convertido en una auténtica puta. Brandi no cesaba de chupar pollas. Cuando había apartado de su boca la polla de uno de los chicos, enseguida otro compañero aprovechaba para follarla por la boca.
Incluso, Brandi, trató de tener dos pollas en la boca al mismo tiempo. Se sentía tan complacida y correspondida por sus compañeros de clase. Pero lo mejor no tardaría en llegar. Brandi suplicó con todos sus deseos a los chicos que se corrieran en su boca, deseaba sentir en su boca torrentes de semen calentito y espeso. Y así fue. Brandi procuraba tragarse hasta la última gota de leche y consentía a los chicos que arrojaran toda la leche en el interior de su boca. Eran tantos chicos, diez hermosos chicos, y sus corridas tan abundantes que Brandi se veía obligada a escupir leche que se esparcía por su barbilla y manchaba sus tetas. Sus labios se relamían de gusto, saboreando el sabroso semen que se esparcía por los mismos. Y con sus manos se extendía por su bonito rostro toda la leche que escupía su boca, dotándole de un brillo especial.
Aquella tarde Brandi se había limitado a chuparle la polla a sus amigos, pero les prometió que la próxima vez podrían follarla todos al mismo tiempo. Y Brandi, sumisa, cumplió su promesa. No podía faltar a su palabra. Todos los compañeros de su clase tuvieron ocasión de follarla. Brandi, claro, deseaba ser cariñosa con todos ellos y consentirles que pudieran gozar de su hermoso y asequible cuerpo. Cuando entraba en clase y sabía que todos sus compañeros en alguna ocasión habían tenido oportunidad de follarla le producía una grata sensación de orgullo. No existía ningún chico de su clase que no se la hubiera follado. Pero no sólo fueron sus compañeros de clase los que pudieron disfrutar de su cuerpo. Brandi sabía que su profesor de ciencias la miraba siempre de una manera muy especial, sobre todo, cuando lucía escotes atrevidos y escasas minifaldas que permitían la contemplación de sus hermosas piernas. Sabía que su profesor deseaba fervientemente su cuerpo. Brandi, claro, estaba dispuesta a brindar su cuerpo a su profesor, pero antes quería saber algo de él. Averiguó que estaba separado, tenía una hija que vivía con su ex-mujer y que vivía sólo en un pequeño apartamento y que no se le conocía novia alguna.
Le gustaba su profesor, era tan apuesto y tan tímido. Brandi, aprovechando que no obtenía buenas calificaciones en ciencias se le ocurrió proponerle a su profesor que la ayudara dándole clases particulares en su casa. Sería una buena oportunidad de estar sola con Brian, su profesor, y dar rienda suelta a sus poderes de seducción. Su profesor aceptó la propuesta ante la complacencia de Brandi. La primera tarde que Brandi fue al apartamento de su querido profesor lo encontró bonito y acogedor, se movió por el mismo con naturalidad y quiso echar un vistazo a su dormitorio donde halló una cama espaciosa. Brandi se divertía en comprobar cómo su profesor se esforzaba en atenderla en el apartamento. Brandi se sentía halagada por el trato que le dispensaba su profesor. Su profesor le ofreció una bebida.
- Ay, gracias, profesor. Me gustaría una limonada. Gracias. -
- Pues, espero tener. No recuerdo, la verdad. -
- Gracias, Brandi. Es pequeño pero ya es suficiente para mi. -
- Y bueno, muchas gracias por dedicar este tiempo para mi. Es muy importante para mi mejorar mis notas en ciencias. Le estoy muy agradecida, profesor. Bueno, todavía no me ha dicho cuanto le tengo que pagar. -
- No te preocupes, Brandi. No tienes por qué pagarme nada. Yo lo hago con mucho gusto. El deber de un profesor es velar por el bien de sus alumnas. -
- Ay, muchas gracias, profesor. Es muy amable por su parte, pero claro, está dedicando su tiempo libre para que yo, una simple alumna, mejore mis notas, por que no soy capaz de estudiar lo suficiente. Es que no soy capaz de concentrarme yo sola. -
- Yo creo, Brandi, que eres una chica inteligente. Sólo necesitas un pequeño empujón. -
- Ay, gracias, profesor. Es muy atento. Lo que sucede es que me gustan mucho los chicos y siempre pienso en ellos, y no consigo concentrarme en los estudios. Sabe, profesor, los chicos me encuentran muy apetecible. Usted cree que soy una chica bonita. -
- Bueno, Brandi, yo creo que eres una chica muy atractiva. -
- Sabe, señor profesor, creo que ya sé la manera de compensarle el tiempo que me dedica. Si lo desea puedo desnudarme para usted y dejarle que me meta mano. -
- Pero qué dices, Brandi. -
- Sí, puedo enseñarle mis encantos desnudos. A mi no me molesta estar desnuda ante usted. Además, creo que le encantaría verme desnuda. Según mis amigos estoy muy buena. Sobre todo les atraen mis voluminosas tetas. -
- Bueno, Brandi, eres una chica realmente deliciosa, pero me has dejado tan sorprendido. No es muy corriente que una joven alumna se ofrezca a desnudarse para su profesor. Me has dejado helado. Sabes, me recuerdas mucho a mi hija, tiene tu misma edad y también es una chica preciosa. -
- Bueno ¿ qué ? ¿ le gustaría verme desnuda, sí o no ? -
- Si quieres que te sea sincero, Brandi, lo cierto es que debido a mi actual estado de separado hace algún tiempo que no tengo la oportunidad de ver desnuda a una chica tan preciosa como tú. -
- Pues, no se hable más, señor profesor. Ya verá que bien. Además debe reconocer que resulta muy morboso y gratificante que una de sus alumnas se desnude para usted, como si de un acto de sumisión se tratare. - - Sí, la verdad, Brandi.
Brandi, coqueta y muy sensual comenzó a desnudarse ante su sorprendido profesor. Brandi disfrutaba de aquella nueva experiencia, resultaba ser tan placentero la posibilidad de desnudarse ante su propio profesor de ciencias. Comenzó desabrochando los botones de su vaporosa camisa y cuando la lanzó al suelo, su profesor pudo adivinar con claridad el verdadero tamaño y esplendor de sus tetas que se escondían en su diminuto sujetador. Prosiguió desprendiéndose de su minifalda y tras quedar en ropa interior, Brandi se giró varias veces ante su profesor para que pudiera apreciar la rotundidad de sus apetecibles formas. Su profesor la miraba sonriente y maravillado ante la generosidad de su alumna.
Brandi no tardó en completar su striptease. Pronto sus sostenes y sus braguitas resbalaron por su mórbido cuerpo y cayeron al suelo. Completamente desnuda, Brandi, sabía como contonear su cuerpo para provocar suspiros a su profesor. Se cogía las tetas con ambas manos y las mostraba a su profesor en un acto muy seductor. Su espectacular figura, plena de rotundas formas brillaba con luz propia. Brandi comenzó a moverse y agitarse con gracia y picardía, exhibiéndose, enseñando cada pliegue de su espléndido y soberbio cuerpo desnudo, la firmeza de sus voluminosas y turgentes tetas, su sublime y prominente culo. Brandi era consciente de su impresionante cuerpo y le gustaba enseñarlo y que la mirasen. Brandi se sentía en la obligación de mostrar su cuerpo desnudo, y ante su profesor se esmeraba lo máximo para que disfrutara contemplándola.
- Bueno, señor profesor, que tal. ¿ Estoy buena ? Veo que se ha quedado pasmado. Le gusta mi cuerpo desnudo, verdad. Me alegro que sea así. Sabe, profesor, tengo que admitir que me encanta que me vean totalmente desnuda, sentir cómo me miran las tetas, el coño No sé, me siento obligada y necesitada.
- Estoy desconcertado, Brandi. Eres encantadora. Me parece esta situación tan extraña, yo sentado en mi sofá contemplando desnuda a una de mis alumnas. Nunca hasta ahora me había pasado algo parecido.
- Me alegro que le guste, señor profesor. Me encanta mostrar mi cuerpo desnudo a los hombres y saber que mi cuerpo despierta satisfacción contemplarlo. ¿ A que le encanta que una de sus alumnas se desnude para usted, señor profesor ? Yo considero que una chica debe ser generosa y enseñar su cuerpo desnudo a los hombres. Supongo que será fantástico para usted, señor profesor, que le muestre mi cuerpo desnudo. Y más, teniendo en cuenta que hace ya tiempo que no tiene oportunidad de contemplar el cuerpo desnudo de una chica cachonda como yo. -
- Bueno, Brandi, debo reconocer que estoy encantado que una preciosa alumna mía, que podría ser mi hija, esté completamente desnuda delante mío. Y sí, ya no recuerdo la última vez que contemplé a una joven desnuda. Bueno, sabes, te voy a contar algo confidencial. La última vez que disfruté con la visión del cuerpo desnudo de una joven, fue precisamente el cuerpo desnudo de mi hija. -
- De veras, señor profesor, cuénteme. Me encantan las historias pícaras.
Brandi, coqueta, se había sentado junto a su profesor en el sofá, arrimándose hasta pegar su cuerpo al de su profesor, transmitiéndole el calor que desprendía. Se arrimó de tal modo que una de sus tetas frotaba con ardor el hombro de su profesor que, más distendido se atrevió a posar su mano derecha sobre uno de los muslos tersos de Brandi y acariciarlos con suavidad, rozando su entrepierna.
- No tiene importancia, Brandi. Fue el año pasado. Como te decía tengo una hija de tu misma edad, diecinueve años, que vive con mi ex-mujer. Pues el año pasado vino a casa a pasar unos días antes de marchar a los Estados Unidos para continuar allí sus estudios. Resulta que mi hija Sandra se estaba tomando una ducha. Yo, mientras, en el salón de estar no recordaba donde había puesto mi reloj de pulsera y me acordé entonces que lo había dejado en la bañera. No pensé que mi hija se estaba duchando y me dirigí al cuarto de baño que no tiene pestillo. Abrí la puerta y allí estaba duchándose mi hija. Recuerdo que me quedé helado, Brandi. -
- Sí, señor profesor. Y qué hizo su hija. Se avergonzó. -
- No, qué va. Eso fue lo más sorprendente. En todo caso quién se sintió avergonzado fui yo, su padre. Mi hija, completamente desnuda y mojada, cubierta de abundante espuma por su cuerpo, no trató ni siquiera de cubrirse sus partes íntimas. De frente, mirándome, me dijo hola papá y que el agua estaba buenísima, calentita. Nunca había visto desnuda a mi hija, sabes, Brandi. -
- Y qué más, señor profesor. Se marchó entonces. -
- Pues me excusé y le comenté que no sabía donde había puesto mi reloj de pulsera. Mi hija Sandra entonces me descubrió donde se hallaba y me pidió que me acercara. Y sin cubrirse lo más mínimo. Yo claro, no estaba acostumbrado a ver a mi hija desnuda. Verla allí, desnuda, mojada, mirar sus tetas que son tan grandes como las tuyas, e incluso su coño, el coño de mi propia hija. -
- ¡ Qué emocionante, señor profesor ! Y qué más. -
- Pues una vez recogí mi reloj me dispuse a marcharme, pero las palabras de mi hija me obligaron a volverme.
- " Ay, papi, qué gracia, nunca hasta ahora me habías visto desnuda, verdad. Cuando abriste la puerta del baño me quedé un poco atónita, pero no me da nada de vergüenza. De hecho eres mi padre y no tiene por qué darme corte. Aunque no sé si alguna de mis amigas la han visto desnuda su padre. A mi me hace gracia " Yo miré a mi hija y le esbocé una sonrisa clara. " Bueno, hijita, ya te has convertido en una preciosa mujer, la verdad, y no sé si mirarte las tetas, hija." " Míramelas, papi, resulta divertido. " -
- Señor profesor, yo con lo putilla que soy, tengo que reconocer que nunca mi padre me ha visto completamente desnuda. Vaya, tendré que arreglarlo. -
- Pues, Brandi, como vi a mi hija muy cariñosa, se me ocurrió ofrecerme a frotar su espalda. Mi hija Sandra pareció dudar unos segundos pero enseguida asintió confiada. Sabes, Brandi, mientras frotaba la espalda de mi hija no sabía donde colocar la mano libre. La dejaba sobre su vientre liso pero tan resbaladizo que sin darme cuenta descendió hacia su coño. Me asusté y la retiré enseguida. Me sentí avergonzado. Mi hija Sandra parecía divertida con el hecho de que su padre la bañara a sus diecinueve años y me pidió que no me limitara a la espalda, que frotara todo su cuerpo. " Bueno, hijita, no eres ya mayorcita para que te lave tu padre. " " Sí, papi, pero me parece gracioso, que seas tú, papi, quien me lave." -
- Vaya con su hija, señor profesor. -
- Sí, sí, Brandi. Mi hija se mostraba muy despreocupada. Yo entonces me dispuse a lavar a mi hija y recorrí con la esponja cada rincón del cuerpo desnudo de mi hija. En un principio debo reconocer que me sentí algo turbado cuando, por ejemplo, froté el coño de mi hija pero en seguida me sentí cómodo. Además, Brandi, si quieres que te sea sincero me alegraba la idea de acariciar el espléndido cuerpo desnudo de mi hija. -
- Vaya, vaya con mi profesor. Está usted hecho un pillo. Mira que aprovecharse de su hija y meterle mano. Qué bien, verdad señor profesor, poder bañar a su preciosa hija y disfrutar de las caricias de su cuerpo desnudo. Bueno, señor profesor, yo no seré su hija pero también estoy muy buena, y si usted quiere puede meterme mano. -
- Vaya, Brandi, eres muy generosa. No puedo creer que esto me esté pasando a mi. No creo que sea el tipo de profesor atractivo que seduce a sus jóvenes alumnas. -
- Quizás no, señor profesor, pero es usted tan bueno conmigo que me siento obligada a complacerle. Quiero que usted esté a gusto. Bueno y cuénteme cómo acaba la historia con su hija Sandra. Resulta fascinante, luego le contaré alguna travesura mía. Su historia me ha puesto un poco cachonda, la verdad. -
- Bueno, Brandi, bañé a mi hija con naturalidad, sin obsesión, con serenidad. No me preocupé si mis manos rozaban sus partes íntimas. Mi hija Sandra es un encanto y se mostraba muy suelta y natural. Lo pasé fenomenal, eso de lavar a mi encantadora hija resultaba muy gratificante. Cuando froté el coño de mi hija me temblaron las manos, restregar su chocho y ver cómo rezumaba abundante jabón aceleró mi corazón. Frotar su delicado vientre y ver cómo la espuma fluía y salpicaba su vello púbico, mientras mi mano izquierda manoseaba el culo de mi hija. " Ay, papi, qué bien me siento. Sabes, se me ocurre que estos días aquí en casa podrías bañarme, vale papá. Resulta muy gracioso y divertido que me bañes tú, papá. " No sé, Brandi, mi hija se mostraba tan espontánea, que sin querer se me ocurrió manosear una de sus grandes tetas. Se me escapó la mano y me encontré manoseando una de las tetas de mi hija. Su piel era tan sedosa y resbaladiza. Yo fingí que mi interés era refregarla para asearla, pero lo cierto era que deseaba acariciar las tetas de mi hija. Aquellos días fueron muy agradables porque mi hija Sandra a raíz de aquella tarde, se mostró muy natural conmigo y su desnudez fue algo habitual en casa. Dormía desnuda y yo solía entrar en su dormitorio para despertarla por la mañana. Ver a mi encantadora hija tumbada sobre la cama, totalmente desnuda, radiante e inocente, ciertamente me alegraba la vista y el día que comenzaba. -
- Entonces, señor profesor, le excitaba ver a su hija Sandra desnuda. -
- Pues para ser sincero debo reconocer que sí. Sí, es mi propia hija pero también se ha convertido en una espléndida mujer. -
- Vaya, vaya, señor profesor. Me sorprende usted. Yo le creía más comedido. Bueno, señor profesor, volviendo a mi sugerencia, si usted lo desea puede meterme mano. Usted me da clases de ciencias y yo a cambio le obsequio con mi cuerpo. Creo que es un buen acuerdo. -
- ¿ Hablas en serio, Brandi ? -
- Claro, señor profesor. -
- Pues, no sé, Brandi. Todo esto es tan repentino y sorprendente. Eres una alumna mía, que te veo cada día en clase. No sé cómo reaccionaría en el instituto al verte, sabiendo que he tenido ocasión de manosear tu hermoso cuerpo. Eres tan bonita, tan sensual y posees un cuerpo tan impresionante. Debería sentirme orgulloso y complacido de recibir una oferta como la tuya, Brandi. Y claro, debería aprovecharla. Eres muy generosa. Estoy tan aturdido. Me sentiría como si me aprovechara de una de mis alumnas. -
- Y es lo que quiero, profesor, que se aproveche de mi. Yo estoy muy buena y seguro que le pongo cachondo. No tiene por qué temer pedirme cualquier cosa para satisfacerle, yo estoy totalmente dispuesta. No crea que me voy a enfadar por comprobar que usted se aprovecha de mi. Es lo que quiero, señor profesor. -
- Pues...
Por fin Brandi vio cómo su profesor se decidía a hacer un primer paso y alargaba su mano para sobar sus grandes tetas. Brandi le respondió con una sonrisa clara para animarle a continuar. Su profesor le devolvió la sonrisa y con ambas manos comenzó a manosear sus tetas, apretándolas, pellizcando sus rosados pezones. Estaba eufórico. No podía creerse que aquello le estuviera sucediendo a él, que una de sus sensuales alumnas se mostrara tan generosa y asequible. Era tan maravilloso sobar aquellas magníficas tetas, tan grandes y turgentes y sabiendo que su joven alumna consentía con entera naturalidad y complacencia. Era un sueño.
- Ve qué fácil, señor profesor, manoseéme toda. Quiero ser su alumna favorita. Es estupendo, verdad profesor, que me muestre tan desprendida. A que le encanta meterme mano, señor profesor. -
- Brandi, es tan agradable acariciar tu cuerpo desnudo, es tan delicado, tan suave, tan sensual. Hacía tanto tiempo que no sobaba unas tetas como las tuyas, Brandi. Y es estupendo que me pase a mi, sabes. Es increíble. Y vaya tetas que tienes Brandi. Son exuberantes. Tienes unas tetas magníficas, Brandi. -
- ¿ Quiere que le coma la polla, señor profesor ? -
- ¡ Cómo dices, Brandi ! -
- Sí, señor profesor, si le apetece le como la polla. De hecho, me encantaría comerle la polla, señor profesor. Me sentiría muy orgullosa y agradecida si me lo permitiera. ¿ Qué me dice, profesor, me permite que le chupe la polla ? -
- Pues no sé, Brandi. Ahora sí que me has sorprendido de verdad. Me has dejado estupefacto. Así que quieres comerme la polla. Esto es sorprendente e increíble. ¿ Tú estás bien de la cabeza, Brandi ? Creo que estás un poco loca. Esto no es muy normal. -
- Bueno, señor profesor, sólo soy una chica joven y muy cachonda. Soy una chica muy generosa y sé que a los hombres les encanta que le chupen la polla, y yo soy muy buena chica. Además usted es mi profesor y me gustaría que lo pasara bien conmigo. -
- Bueno, Brandi. todo esto es increíble. -
- Además, señor profesor, no se preocupe que de todo esto no se enterará nadie en el instituto. Será un secreto entre nosotros, vale. Ay, se me ocurre que bien podría convertirme en su querida.
Brandi enseguida llevó sus manos a la entrepierna de su profesor. Bajó la cremallera de su pantalón y sacó su polla ya enardecida. Comenzó a menearla con destreza y toquetear sus cojones bajo la mirada aturdida de su profesor. A Brandi le encantaba jugar y excitar a su profesor y no paraba de manosear su polla.
- Vaya, señor profesor, tiene una polla magnífica. Me encanta su polla. -
- Brandi, debo confesar que nunca antes una mujer me ha chupado la polla. -
- De veras. No puedo creerlo. Y su ex-mujer, ¿ no le gustaba chuparle la polla, señor profesor ? -
- Pues, no, Brandi.. Le parecía asqueroso. -
- Vaya. Bueno, no se preocupe, hoy por fin verá como una chica le come la polla, señor profesor. Soy tan buena alumna.
Brandi agarró la polla de su profesor y su boca pronto la capturó con ansia. Su profesor pudo sentir cómo su polla desaparecía en el interior de la boca. Brandi mamaba la polla de su profesor con verdadero deleite, con anhelo, la lamía con cariño y pasión, besándola, mordisqueándola, mojándola con su saliva embriagadora. Brandi quiso probar sus cojones y su boca comenzó a lamerlos con delirio. Su profesor se sentía eufórico. Era tal la excitación que le provocaba su joven alumna mientras le chupaba la polla, que no pudo retardar mucho tiempo su orgasmo. Justo en el instante que Brandi tragaba su polla, su profesor disparó una abundante descarga de semen en el interior de su boca. Hacía tanto tiempo que no se corría que su polla no paraba de soltar leche. Brandi deseaba tragarse hasta la última gota de semen de su profesor, y no soltó su polla de la boca, así que pudo sentir cada uno de los chorros de leche que su profesor expulsaba y alojaba en su boca.
Brandi se sentía abrumada y jadeante, abrió la boca y una abundante cantidad de semen se desparramó por sus labios, extendiéndose por su cara y por su barbilla. Descubriólengua totalmente pringada de semen y no tuvo ningún inconveniente en relamerse los labios para continuar degustando el sabor del semen. Brandi tomó restos de leche esparcido por su barbilla y lo extendió por su angelical y bonito rostro, proporcionándole un especial brillo y lustre. A continuación volvió a chupar la polla de su profesor y limpiarle del resto de semen con su propia boca.
- Brandi, gracias, ha sido fantástico. No puedo creerlo. Lo que siempre soñé y que mi ex-mujer siempre me había negado, tú, Brandi, me lo has proporcionado. Correrme en tu boca ha sido maravilloso, Brandi, sentir cómo mi leche inundaba tu boquita. -
- No me dé las gracias, señor profesor. Yo lo he hecho con mucho gusto. Me encanta el sabor del semen. Aunque, no veas, no esperaba tanto semen. Tengo la boca llena de leche. Casi me ahoga, señor profesor. Bueno, tengo que marchar ahora, señor profesor. Me quedaría con usted y volvería a chuparle la polla, pero he quedado con un amigo y se me hace tarde. -
- ¿ Tu novio ? -
- No, es un buen amigo. Yo no tengo novio, sólo buenos amigos. No me diga que está celoso. No se preocupe, siempre que lo desee yo estaré dispuesta y asequible para usted. He pasado una tarde maravillosa con usted, y me ha encantado comerle la polla. Sabe, señor profesor, mañana también vendré a su casa para complacerle. -
- Bueno, hasta mañana, Brandi. Y gracias por todo.
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