Estuvimos viéndonos ya varias veces con P (la misma del relato anterior http://www.poringa.net/posts/relatos/2564352/Un-viejo-amor.html), tuvimos nuestros encuentros furtivos sin que su marido se entere, pero esta vez era diferente, era la primera vez que nos íbamos a un telo juntos, ella manejaba su camioneta, estaba vestida para la guerra literalmente, pantalón cargo y un top blanco, su pelo rubio le llegaba a un poco mas de los hombros, los dos estabamos nerviosos, era la primera tarde que pasábamos juntos, entramos al hotel, por Capital Federal, ella manejaba, fuimos directo a la habitación, nos besamos, nos desnudamos, que cuerpo hermoso que tenia, ropa interior negra, de encaje, unos pechos sabrosos, un cuerpazo, y era toda mia, nos besamos, ella me tiro en la cama, se tiro encima mio, nos tocabamos, ella me masturbaba y yo hacia lo mismo, hasta que ella deja de besarme y comienza a chuparme el pene, que bien lo hacia, despacio, mirandome fijo, saboreando a cada paso, cuando estaba bien dura, comienza a subir, se sienta encima mio, nos besamos, yo comienzo a comer esos deliciosos pechos, ella comienza a gemir, noto como se empieza a humedecer su vagina, bien depilada, se sienta encima mio, comienza a subir y bajar despacio, gimiendo, disfrutando a cada movimiento, yo sigo entretenido en sus pechos, le tomo la cola, la ayudo a subir y bajar, abriendola un poco, ella se mueve cada vez mas rápido, le pido que se ponga en cuatro patas, ella lo hace encantada, yo me acomodo, rozo con mi pene su vagina, ella me pide que se la meta, y asi lo hago, esta bien lubricada, al principio me muevo despacio, sintiendo cada centimetro de recorrido, comienzo a moverme mas rapido y mas rapido, ella gime, se retuerce con un orgasmo que la deja recostada, me mira y me dice, ahora te toca a vos, me tira en la cama y comienza nuevamente a cabalgarme furiosamente, con ganas, mirandome fijo en cada movimiento, y cuando no puedo mas, la inundo con mi semen, ella se recuesta encima mio y se queda asi hasta que se va la erección.
Nos quedamos acostados, acariciandonos, besandonos, hasta que todo vuelve a comenzar...
Esa mujer, incluso 10 años después, aun me sigue volando la cabeza...
Lamento el día que la perdí.
Nos quedamos acostados, acariciandonos, besandonos, hasta que todo vuelve a comenzar...
Esa mujer, incluso 10 años después, aun me sigue volando la cabeza...
Lamento el día que la perdí.
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