Hace unos días estaba entrenando en el gimnasio y había un chico muy alto, moreno, cachas y sobre todo muy guapo era imposible apartar la mirada de el y eso que estoy acostumbrada a ver a mis compañeros modelos, pero este era un sueño, yo le miraba sin que el se diera cuenta y iba haciendo los aparatos que estuvieran cerca de el, para admirar su cuerpo de deseo tensarse cuando hacia algún movimiento con las pesas. lo deseaba quería que me poseyera en los distintos aparatos, estaba tan inmersa en ver ese cuerpo de deseo e imaginándome como me follaba, que no medí cuenta, que el me había visto todo el tiempo por los espejos y supo lo que quería y vaya si me lo dio. Fue hacia mi sin miramientos, me cogió por la cadera y me subió hacia su cintura, yo le rodee con las piernas y entrelace mis manos alrededor de su cuello, el a su vez me cogió con una mano por el pelo con fuerza y me llevo hacia su boca, mientras me agarraba con la otra el culo, me dio un beso, que hizo humedecerme entera, mas que si hubiera corrido una hora. Me quito la parte de arriba y dejó al descubierto mis pechos y comenzó a chupármelos, como nunca me lo habían hecho antes, nos arrancamos toda la ropa mutuamente, como animales y sin saber como lo hizo, de un solo movimiento me cogió por una pierna, me levanto a la vez que me daba media vuelta en el aire y ponía mis piernas hacía arriba con los muslos abiertos y su cara en medio, a la altura de mi coño depilado entero, y yo boca abajo a la altura de su polla enorme y dura como el hierro. Empecé a chupársela a la vez que le masturbaba, por que era inmensa y ni me entraba toda en la boca, el empezó a besarme los muslos y no tardo en meterme la lengua en mi coño supercaliente y húmedo de lo cachondisima que estaba, nunca me lo habían comido tan bien, que hasta mi clítoris palpitaba como si tuviera un corazón propio, yo intercalaba el chuparsela con chuparle los huevos, y se volvía loco, sin dejar de machacarsela con fuerza y cada vez mas rápido, sus gemidos me indicaban que le encantaba. De la misma manera que me puso en esa posición, me volvió a poner en el suelo y frenar un poco, estábamos supercachondos y un gimnasio entero del que disfrutar, se sentó en un banco que se usa para levantar pesas, se puede reclinar el respaldo, pero estaba estirado del todo, me puso de pie con las piernas abiertas, justo encima de su polla y con sus manos cogiéndome por las caderas, me empujo hacia abajo y me metió la polla entera hasta que no entraba mas. Entrelazamos las manos y empecé como loca a subir y bajar, como haciendo sentadillas sobre su polla, mientras gritábamos los dos de placer, una y otra vez, no queríamos que acabara, e intentamos estirar el orgasmo lo mas posible, aunque estábamos al limite, así que con las mismas, se levanto conmigo encima, como si nada, me saco la polla de mi chocho deseoso de que no saliera, me dio la vuelta dándole la espalda, me apoye las manos en un inmenso espejo, y viendo como el, con una mano me cogía por el pelo y con la otra cogía su polla y me la metía por el culo sin contemplación. Solté un chillido de placer, y el cada vez me la metía mas fuerte, era increíble lo cachondos que estábamos, y mas viendo como disfrutábamos los dos, mirándonos por el espejo, hasta que no podíamos mas, y sin mediar palabra, no hacia falta, lo veíamos en la cara del otro, nos corrimos los dos a la vez, el con la polla dentro de mi culo y yo chorree todo por mis piernas, fue increíble, nunca volví a sentir un orgasmo tan intenso, como aquel, entrenando en el gimnasio.
1 comentarios - En el gimnasio-Isa_rubita