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La complicidad y nuestro sueño prohibido

Hola gente, les dejo un relato, que ahora es un recuerdo solamente, pero que fue una de mis mejores cojidas


link: https://www.youtube.com/watch?v=w_hdJU-tK8o
Esta canción nos acompañaba cuando viajabamos entre el placer y las palabras

Ante cada mirada punzante siempre trataba de evitar el deseo de tenerla, a ella, la maldita profesora de artes que me saco algo más que una mirada lujuriosa, la conocí gracias a una ex que tuve, con quien aprendí la mayoría de las cosas que sabía de sexo, conocer a esta profesora fue la que me hizo querer probar mi primer fantasía, estar con una mujer mayor que yo, ella tenía 31, dos hijos, ojos verdes y un par de tetas que de mirarlas quieres estar entre ellas, era una mujer fogosa, desde que comenzamos a conocernos (como amigos), había cierta llama que aunque yo fuera mucho menor que ella, ambos sentíamos. Comenzamos escribiendo relatos calientes, poesía en donde ambos nos follábamos en parajes desconocidos lejos de todas las miradas, (de ahí viene mi gusto por la escritura) siempre soñábamos con ese encuentro que nunca concretábamos, luego de un año y medio, Salí con un par de amigos a sacar fotos a un bosque cerca de su casa y nos quedamos toda la noche allá, a la mañana siguiente la llame para saber si podía ir a verla un rato, fue la primera vez que mis labios tocaron los suyos, en un beso que ambos evitábamos y que fue el que me hizo desearla cada vez mas, su lengua entró en mi boca sin pedir permiso y con fuerza la movía dentro de mi boca, era imposible querer que parara.

En eso resumo la historia entre ambos para que por ultimo tengan un contexto de lo que hablo, ahora les contaré lo bueno.


Siempre hubo un tabú entre ambos, yo la busqué mas que ella a mi pero nos evitábamos, quizás por el miedo a que supieran de nosotros, un día tipo 2 Am, estaba conectada en Facebook y le pregunté si podía ir a verla para conversar, siempre quería ir a verla y ella me rechazaba, pero esta vez accedió, Sali de mi casa y fui caminando hasta donde ella vivía, demoré como 40 minutos en llegar allá, cuando llegue la llame para que abriera, y ella bajo en silencio ya que sus hijos dormían, nos quedamos en la cocina, y conversamos largo rato, de ambos, de cosas sin sentido, nos reíamos de estupideces, hasta que ella me dijo que la mirara dos minutos seguidos a los ojos y le dijera que pensaba. Fueron los dos minutos mas largos de mi vida, mi corazón latió mas fuerte, y sentía las ganas de sentarla en la mesa y sacarle la bata que traía, ambos deseábamos al otro y eso era mas fuerte que la razón, hasta que ella me dijo que le besara el cuello, yo me acerqué y se lo besé desde su hombro hasta su oreja, yo no podía parar pero ella sabía que no podíamos seguir con lo que estábamos haciendo, solo le pedi que me dejara besarla un par de minutos, ella accedió, la senté arriba de la mesa y comencé a besar sus labios, a comer su lengua, mis manos rápidamente tocaron sus tetas, las que cada vez mas me sorprendían con su tamaño, luego de un rato ella me dijo que parara, pero ambos ya estábamos re calientes, fue difícil detenerse.


La tomé y puse contra la pared, después de que me costó convercerla pude sacarle la bata y ver como ese par de tetas estaba a mi disposición, puse mi cuerpo apretado al de ella, mientras se movía de lado a lado para sentir como mi pene duro se frotaba con su cuerpo, le mordía los pezones mientras ella me sacaba los pantalones para poder masturbarme, apagué la luz de la cocina mientras nos movíamos despacio para no despertar a nadie, su pelo rubio suelto colgaba hasta sus pechos, y de la pura idea de penetrarla se me hervía la sangre, me dijo al oído que quería llegar hasta el final y bajó hasta quedar al frente de mi pene, su mano se deslizaba suavemente por el tronco hasta que abrió su boca y me chupó cada centímetro, su boca humeda y su saliva caliente me excitaban y sus ojos no se despegaron jamás de los mios. Sin dudas sabía lo que estaba haciendo, su lengua recorría mi glande y con sus manos acariciaba mis huevos, quede sin moverme un largo rato, mi mente se había ido. Luego de un largo rato con mi pene en su boca decidí darle un poco de la misma medicina, puse la bata en el suelo y la recosté, lo que mas me calentaba era ver sus ojos pegados a los mios, le empecé a tocar su vulva suavemente, y al ver como esa vagina ya se había humedecido un poco le meti mi dedo índice una y otra vez, y comencé a pasar mi lengua por sus labios, su sabor era mágico, su clítoris ya se había endurecido un poco por lo que la punta de mi lengua jugueteaba con el sin parar, luego de un rato me senté en su estomago y puse mi pene entre sus dos tetas, le pegaba en los pezones mientras ella apretaba con sus manos y me chupaba el glande mientras yo me movía hacia adelante y atrás, estaba totalmente decidido al mirar ese par de ojos, me salí y la besé sin parar, su lengua caliente me empapaba entero, ella se paró y se sentó en la mesa mientras tomó mi pene con su mano y lo puso en su vagina, listo para que yo la penetrara, no podía resistirme, abrí un poco mas sus piernas y lentamente comencé a penetrarla, entrando y saliendo, golpeando hasta mas no poder su interior, se sentía caliente estar ahí, el ruido de sus flujos moviéndose en mi pene sonaban dulcemente, no podía gemir demasiado fuerte por miedo a que se despertaran sus hijos y eso me causaba algo de gracia, me tenia recaliente ese par de tetas moviéndose y chocando en mi pecho mientras seguía metiéndole mi pene una y otra vez. Se detuvo un poco y bajó a lamerme el pene de nuevo, su lengua recorría desde mis huevos hasta llegar al glande todo mojado con sus fluidos, me hechó un poco de saliva y me masturbó, no podía creer lo que sentía, como lo hacía tan bien, se volvió una zorra con el premio entre sus manos, la tomé de la cintura y la apoye sobre la mesa, abriendo bien sus piernas me gané detrás suyo y se lo metí sin previas, sabía como le gustaba, asi que le tomé el cabello y con mis dedos le apretaba los pezones, mientras ella gemía y repetía que no dejara de metérselo, ambos desnudos en la cocina con el corazón el mano, luego de un rato ella se levantó y se puso en cuatro en el suelo, sin hacer mucho ruido me dijo que quería algo un poco mas duro, que si me daba asco hacerlo por atrás, yo quede anonadado y con la calentura era obvio cual sería mi respuesta, así que con cuidado, puse saliva en mi glande, y también en su culo, y comencé a darle por ahí, culeando ese trasero que era la envidia de todos en el colegio, ese culo que robaba miradas y dejaba pijas paradas por todos lados, y yo, ahí, sin que nadie lo supiera, lo estaba partiendo, mi pene entraba apretado y ella a veces giraba a mirarme, estaba en cuatro y con una mano se apretaba un pezón, ya había aguantado mas de lo que creía, con manso culo que tenia adelante, después de un rato ya ni costaba que entrara, cada vez trataba de metérselo mas adentro y ella lo disfrutaba igual, ya mi pene no podía seguir quería llenarla de semen a mas no poder, pero como todo un caballero le pregunté donde quería que me fuera, y me pidió que en la boca, en un movimiento brusco se arrodilló y me chupó lo mas que pudo hasta que su boca y su lengua quedó llena de mi leche.


Después de salir del colegio siempre la he buscado queriendo repetir este acto, quizás uno de los mas calientes que he tenido, pero me vuelve a evitar, creo que está con otro ahora, y me da pena saber que este recuerdo solo quedara vivo en mi mente.

Saludines, espero les haya gustado, ya que fue una parte bonita de mi vida, aunque me de pena acordarme de esos ojos que me asesinaron y me llenaron de placer.

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