Me despierto nerviosa. Otro día que tengo que ir a la escuela y realmente no tengo ganas.
Tan solo pensar en ese sueño hace que me quiera convertir en un ser minúsculo, casi invisible.
Mi estómago estaba muy cerrado, así que no pude ni siquiera oler la comida.
Al final Pablo no pudo venir, estaba de vacaciones en Singapur así que dentro de un mes no estará cerca mío. Traté de mandarme dedo, pero, siempre que me relajaba y disfrutaba, en mi mente terminaba la imagen de los ojos verdes de Joaquín. Así que siento una insatisfacción asquerosa. Para colmo, el auto se me rompió y tengo que ir en taxi que sale fortuna.
Llego a la puerta del aula realmente no sé que hacer. Luego de ese sueño erótico no sé que decirle o como mirarlo. Respiro profundamente y deslizo la mano en el picaporte. Abro y me encuentro con 5 alumnos.
Milagrosamente Joaquín es el ausente. Lejos de salvarme, me preocupa, pero bueno, tengo que dar las clases.
Con el alivio de no verlo, mi apetito vuelve. Así que decido ir al Mc Donalds que está a dos cuadras de acá, cuando el timbre suene.
30 minutos mas tarde, estoy en la caja de Mc Donalds pidiendo un café con medialunas.
Una vez hecho y pagado decido ir al primer piso. El ventanal que tienen da justo hacia todo lo urbano de la ciudad y me fascina apreciarlo.
Termino de subir las escaleras y a tres mesas de donde me voy a sentar, veo a una pareja de jóvenes literalmente comiéndose entre ellos.[Realmente, hay un telo aquí a dos cuadras] pienso hasta que...
El joven, mientras sigue besando a la chica, me mira y me encuentro con los ojos verdes de Joaquín. Genial.
Él sigue besándola ferozmente ahora que me mira. Agarra su cara entre sus dos manos y comienza a devorarla con devoción mientras sigue mirándome fijamente. No sé por qué no puedo dejar de mirar la situación, ni sus ojos. Se separa de la chica y ésta a su vez se levanta, agarra sus cosas y se va. Como si nada.
Voy a mi mesa y me siento como si no hubiera visto nada, o eso es realmente lo que deseo. Bajo la mirada hacia mi café y trato de tomarlo. Veo como una sombra en mi vista se interpone frente mío.
-Hola Profe ¿ Me puedo sentar?- Dice con cara de ángel. Asiento suavemente y empiezo a comer mi medialuna.
-¿Está bien?- Pregunta nuevamente. Asiento suavemente de nuevo. Exhala con aire desganado- Mire profe, no me agrada ver... su cara de... tristeza... Eso-¿Realmente se preocupa por mí? Eso es... raro.
-No me pasa nada señor Suarez, solamente tuve una mala noche. Ya sabe, insomnio- Miento nerviosa- ¿Y usted? No fue al colegio hoy- Le pregunto tanto como para sacarme de encima el tema como de curiosa que soy.
-Sinceramente, no tenía ganas de ir- Dice mientras yo sigo mirando hacia abajo- Obvio que no es por usted. Sus clases me gustan, y no podría perderme de vista su belleza- Levanto la mirada y veo su cara. Maldición, está diciendo la verdad.
-Ummm... Gracias... Supongo- Digo nerviosa. Varias imágenes de él y yo, arriba de esta misma mesa fornicando como conejos aparecieron.
-¿Se siente bien?-Pregunta, lo miro confundida- Se acaba de poner muy colorada.
Dios, DIOS, MARIANA ¿Perdiste la cabeza? No te podes poner así por un, crío.
Intentando dejar de humillarme a mí misma frente a uno de mis alumnos, miro hacia el gran ventanal y veo la tormenta que se aproxima. Demonios, y yo sin auto. Joaquín empieza a reírse como desquiciado.
-¿Qué le pasa?- Pregunto completamente perdida. Joaquín se saca las lágrimas de sus ojos para mirarme e intentar hablarme. Lo peor es que su risa me está contagiando.
-Es... que...- Respira entrecortado- Su... cara... No... puedo... respirar...-Y se vuelve a reír.
-¿Qué tiene de malo mi cara?- Pregunto herida. Realmente debería irme.
Joaquín, como por arte de magia, deja de reírse y me mira preocupado.
-Yo... No quise reírme de usted, no era mi intención. Es que, es muy expresiva y me hizo acordar a mi hermanita mas chica, que cuando se enoja hace su misma cara.
-¿Mi misma cara?
-Sí, así, mire- Su cara toma un aspecto triste y tierno. Sus cejas gruesas rubias oscuras caen por encima de sus ojos verdes. Sus pestañas son tan largas que tocan sus cejas. Su nariz, algo gruesa y aguileña. Su labio inferior sale completamente, tapando al superior. En cuanto termino de verlo una carcajada explota de mi garganta.
-Hey! No se ría de mi- Dice, pero apenas puedo escucharlo. Hace días que no me reía de esta manera. Desde que me he mudado y todos los problemas que he tenido, no tuve tiempo de reírme de esta manera.
Cuando termino de reírme, habrán pasado unos 5 minutos, levanto la vista y veo que Joaquín me mira, de nuevo, embelesado.
-¿Qué?- Le digo algo nerviosa de que me mire de esa manera.
-Usted es hermosa- Dice sin mas preámbulos. Mi cara nuevamente está sonrojada. Me siento acalorada y automáticamente, muerde mi labio inferior. Veo como si mirada pasa de mis ojos a mis labios.
-Suarez, por favor,no se olvide que es mi alumno.
- No estamos en la escuela.
-No importa eso...- Digo con aire desganado. Él deja salir un suspiro de la misma tonalidad.
Hablamos un poco mas de nuestras cosas algo personales, o de temas de noticieros hasta que termino de desayunar. Agarro mis cosas y bajo las escaleras hasta llegar a la entrada principal.
Veo el cielo, maldición está gris, oscuro. En cualquier segundo se larga y no creo tener suficiente dinero para un taxi.
Siento a Joaquín detrás mío antes de que él hable.
-¿Y su auto?- Pregunta con tono serio.
-Se rompió esta mañana- Digo con tristeza.
-Venga conmigo- Dice mientras empieza a caminar hacia el garage de la esquina.
Entramos al lugar y un frío me congela hasta los huesos.
Joaquín termina de caminar y cuando veo lo que está en frente mío busco la manera de salir corriendo.
DEMONIOS, tiene una inmensa motocicleta. Creo que la miro con los ojos fuera de órbita.
-¿Una Harley Davidson Iron 883? ¿En serio?- Le pregunto anonadada.
- ¿Usted sabe de motos?- Pregunta él aún mas sorprendido por mi reconocimiento de las motos.
-Bueno... Ya sabe... Cuando era adolescente tuve un novio... Al que le gustaban...-Divago- ¡Ese no es asunto suyo! ¿Cómo va a tener esa moto? Se puede lastimar- Me mira con aire gracioso.
- Así que... la profesora se preocupa por mí- Dice mientras se acerca y me acaricia la mejilla con su mano. Sus dedos terminan en mi pera- Es muy linda ¿Se lo dije?- Lo miro a los ojos y asiento. Esboza una sonrisa- Será mejor que nos vayamos.
Se monta a la moto y toma mi mano. Con su ayuda monto la misma. Enciende el motor y ruge dejando un gran eco en el estacionamiento.
-¿No se piensa agarrar?- Me pregunta-Ah, y toma el casco- Se lo saca del codo y me lo pasa.
-Pero... ¿Y usted?- Le pregunto mientras paso mis manos por su abdomen. A pesar de la ropa, se siente la dureza.
-No se preocupe, usted llévelo puesto y agárrese fuerte- Dice en el instante en que empieza marcha a dar marcha atrás.
-¿Cuál es su dirección?- Le respondo y al instante, siento como el viento pega en mi cara.
El viaje es algo largo, pero ¡llegamos rápido con esta máquina!
Bajamos de la moto y le entrego su casco. Él lo agarra, no sin antes acariciar suavemente mi mano.
-Yo... Estem... Gracias-Le digo mirando el suelo.
-De nada profe ¿Nos vemos mañana?- Asiento y me doy vuelta para entrar en casa.
-Joaquín...- Le digo antes de que se monte en su moto. Él me mira y, como si fuera una fuerza de atracción, , corro hacia él tirando todas las cosas. Me pego a su cuerpo y lo beso, como si no hubiera un mañana.
Al principio, Joaquín se queda quieto. Me espanto e intento de retroceder antes de seguir haciendo el ridículo, pero él me demuestra lo contrario. Me agarra de la cadera y me sienta en el asiento de la moto.
Sus labios se abren y dejan pasar toda su lengua al interior en mi boca. Sus manos acarician mi cara, mi frente, mis mejillas, bajando por mi cuello. Siempre tan delicadamente, como si fuera algo frágil.
Mis piernas están abiertas y acunan su cuerpo. Mis manos están acariciando su nuca, jalando sus pelos. SUs besos me están provocando estragos.
Nos miramos a los ojos y muerde mi labio inferior y nos separamos. Caigo en la realidad y me suelto como puedo. Agarro mis cosas, abro la puerta y entro como un huracán a casa.
Cierro la puerta y me apoyo contra ésta... Pero ¿ Qué hice? De un sueño tonto, pasé a besar a mi alumno...
Mientras mis pensamientos me consumen, escucho como el motor de la Harley Davidson ruge y el sonido se va alejando.
Inconsciente, relamo y muerdo mis labios.
"¿Besó bien no?". Estúpido cerebro.
Tan solo pensar en ese sueño hace que me quiera convertir en un ser minúsculo, casi invisible.
Mi estómago estaba muy cerrado, así que no pude ni siquiera oler la comida.
Al final Pablo no pudo venir, estaba de vacaciones en Singapur así que dentro de un mes no estará cerca mío. Traté de mandarme dedo, pero, siempre que me relajaba y disfrutaba, en mi mente terminaba la imagen de los ojos verdes de Joaquín. Así que siento una insatisfacción asquerosa. Para colmo, el auto se me rompió y tengo que ir en taxi que sale fortuna.
Llego a la puerta del aula realmente no sé que hacer. Luego de ese sueño erótico no sé que decirle o como mirarlo. Respiro profundamente y deslizo la mano en el picaporte. Abro y me encuentro con 5 alumnos.
Milagrosamente Joaquín es el ausente. Lejos de salvarme, me preocupa, pero bueno, tengo que dar las clases.
Con el alivio de no verlo, mi apetito vuelve. Así que decido ir al Mc Donalds que está a dos cuadras de acá, cuando el timbre suene.
30 minutos mas tarde, estoy en la caja de Mc Donalds pidiendo un café con medialunas.
Una vez hecho y pagado decido ir al primer piso. El ventanal que tienen da justo hacia todo lo urbano de la ciudad y me fascina apreciarlo.
Termino de subir las escaleras y a tres mesas de donde me voy a sentar, veo a una pareja de jóvenes literalmente comiéndose entre ellos.[Realmente, hay un telo aquí a dos cuadras] pienso hasta que...
El joven, mientras sigue besando a la chica, me mira y me encuentro con los ojos verdes de Joaquín. Genial.
Él sigue besándola ferozmente ahora que me mira. Agarra su cara entre sus dos manos y comienza a devorarla con devoción mientras sigue mirándome fijamente. No sé por qué no puedo dejar de mirar la situación, ni sus ojos. Se separa de la chica y ésta a su vez se levanta, agarra sus cosas y se va. Como si nada.
Voy a mi mesa y me siento como si no hubiera visto nada, o eso es realmente lo que deseo. Bajo la mirada hacia mi café y trato de tomarlo. Veo como una sombra en mi vista se interpone frente mío.
-Hola Profe ¿ Me puedo sentar?- Dice con cara de ángel. Asiento suavemente y empiezo a comer mi medialuna.
-¿Está bien?- Pregunta nuevamente. Asiento suavemente de nuevo. Exhala con aire desganado- Mire profe, no me agrada ver... su cara de... tristeza... Eso-¿Realmente se preocupa por mí? Eso es... raro.
-No me pasa nada señor Suarez, solamente tuve una mala noche. Ya sabe, insomnio- Miento nerviosa- ¿Y usted? No fue al colegio hoy- Le pregunto tanto como para sacarme de encima el tema como de curiosa que soy.
-Sinceramente, no tenía ganas de ir- Dice mientras yo sigo mirando hacia abajo- Obvio que no es por usted. Sus clases me gustan, y no podría perderme de vista su belleza- Levanto la mirada y veo su cara. Maldición, está diciendo la verdad.
-Ummm... Gracias... Supongo- Digo nerviosa. Varias imágenes de él y yo, arriba de esta misma mesa fornicando como conejos aparecieron.
-¿Se siente bien?-Pregunta, lo miro confundida- Se acaba de poner muy colorada.
Dios, DIOS, MARIANA ¿Perdiste la cabeza? No te podes poner así por un, crío.
Intentando dejar de humillarme a mí misma frente a uno de mis alumnos, miro hacia el gran ventanal y veo la tormenta que se aproxima. Demonios, y yo sin auto. Joaquín empieza a reírse como desquiciado.
-¿Qué le pasa?- Pregunto completamente perdida. Joaquín se saca las lágrimas de sus ojos para mirarme e intentar hablarme. Lo peor es que su risa me está contagiando.
-Es... que...- Respira entrecortado- Su... cara... No... puedo... respirar...-Y se vuelve a reír.
-¿Qué tiene de malo mi cara?- Pregunto herida. Realmente debería irme.
Joaquín, como por arte de magia, deja de reírse y me mira preocupado.
-Yo... No quise reírme de usted, no era mi intención. Es que, es muy expresiva y me hizo acordar a mi hermanita mas chica, que cuando se enoja hace su misma cara.
-¿Mi misma cara?
-Sí, así, mire- Su cara toma un aspecto triste y tierno. Sus cejas gruesas rubias oscuras caen por encima de sus ojos verdes. Sus pestañas son tan largas que tocan sus cejas. Su nariz, algo gruesa y aguileña. Su labio inferior sale completamente, tapando al superior. En cuanto termino de verlo una carcajada explota de mi garganta.
-Hey! No se ría de mi- Dice, pero apenas puedo escucharlo. Hace días que no me reía de esta manera. Desde que me he mudado y todos los problemas que he tenido, no tuve tiempo de reírme de esta manera.
Cuando termino de reírme, habrán pasado unos 5 minutos, levanto la vista y veo que Joaquín me mira, de nuevo, embelesado.
-¿Qué?- Le digo algo nerviosa de que me mire de esa manera.
-Usted es hermosa- Dice sin mas preámbulos. Mi cara nuevamente está sonrojada. Me siento acalorada y automáticamente, muerde mi labio inferior. Veo como si mirada pasa de mis ojos a mis labios.
-Suarez, por favor,no se olvide que es mi alumno.
- No estamos en la escuela.
-No importa eso...- Digo con aire desganado. Él deja salir un suspiro de la misma tonalidad.
Hablamos un poco mas de nuestras cosas algo personales, o de temas de noticieros hasta que termino de desayunar. Agarro mis cosas y bajo las escaleras hasta llegar a la entrada principal.
Veo el cielo, maldición está gris, oscuro. En cualquier segundo se larga y no creo tener suficiente dinero para un taxi.
Siento a Joaquín detrás mío antes de que él hable.
-¿Y su auto?- Pregunta con tono serio.
-Se rompió esta mañana- Digo con tristeza.
-Venga conmigo- Dice mientras empieza a caminar hacia el garage de la esquina.
Entramos al lugar y un frío me congela hasta los huesos.
Joaquín termina de caminar y cuando veo lo que está en frente mío busco la manera de salir corriendo.
DEMONIOS, tiene una inmensa motocicleta. Creo que la miro con los ojos fuera de órbita.
-¿Una Harley Davidson Iron 883? ¿En serio?- Le pregunto anonadada.
- ¿Usted sabe de motos?- Pregunta él aún mas sorprendido por mi reconocimiento de las motos.
-Bueno... Ya sabe... Cuando era adolescente tuve un novio... Al que le gustaban...-Divago- ¡Ese no es asunto suyo! ¿Cómo va a tener esa moto? Se puede lastimar- Me mira con aire gracioso.
- Así que... la profesora se preocupa por mí- Dice mientras se acerca y me acaricia la mejilla con su mano. Sus dedos terminan en mi pera- Es muy linda ¿Se lo dije?- Lo miro a los ojos y asiento. Esboza una sonrisa- Será mejor que nos vayamos.
Se monta a la moto y toma mi mano. Con su ayuda monto la misma. Enciende el motor y ruge dejando un gran eco en el estacionamiento.
-¿No se piensa agarrar?- Me pregunta-Ah, y toma el casco- Se lo saca del codo y me lo pasa.
-Pero... ¿Y usted?- Le pregunto mientras paso mis manos por su abdomen. A pesar de la ropa, se siente la dureza.
-No se preocupe, usted llévelo puesto y agárrese fuerte- Dice en el instante en que empieza marcha a dar marcha atrás.
-¿Cuál es su dirección?- Le respondo y al instante, siento como el viento pega en mi cara.
El viaje es algo largo, pero ¡llegamos rápido con esta máquina!
Bajamos de la moto y le entrego su casco. Él lo agarra, no sin antes acariciar suavemente mi mano.
-Yo... Estem... Gracias-Le digo mirando el suelo.
-De nada profe ¿Nos vemos mañana?- Asiento y me doy vuelta para entrar en casa.
-Joaquín...- Le digo antes de que se monte en su moto. Él me mira y, como si fuera una fuerza de atracción, , corro hacia él tirando todas las cosas. Me pego a su cuerpo y lo beso, como si no hubiera un mañana.
Al principio, Joaquín se queda quieto. Me espanto e intento de retroceder antes de seguir haciendo el ridículo, pero él me demuestra lo contrario. Me agarra de la cadera y me sienta en el asiento de la moto.
Sus labios se abren y dejan pasar toda su lengua al interior en mi boca. Sus manos acarician mi cara, mi frente, mis mejillas, bajando por mi cuello. Siempre tan delicadamente, como si fuera algo frágil.
Mis piernas están abiertas y acunan su cuerpo. Mis manos están acariciando su nuca, jalando sus pelos. SUs besos me están provocando estragos.
Nos miramos a los ojos y muerde mi labio inferior y nos separamos. Caigo en la realidad y me suelto como puedo. Agarro mis cosas, abro la puerta y entro como un huracán a casa.
Cierro la puerta y me apoyo contra ésta... Pero ¿ Qué hice? De un sueño tonto, pasé a besar a mi alumno...
Mientras mis pensamientos me consumen, escucho como el motor de la Harley Davidson ruge y el sonido se va alejando.
Inconsciente, relamo y muerdo mis labios.
"¿Besó bien no?". Estúpido cerebro.
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