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La negra colombiana

Querida comunidad Poringuera aquí les comparto un nuevo relato. Si les gusta por favor comenten y dejen puntos.


Este relato es acerca de una fantasía que llevaba tiempo con ganas de cumplir; cogerme una negra, me gustan sus proporciones generalmente tienen colas bien grandes como a mi me gustan, con mis 25 años apunto generalmente a ese tipo estético de mujer sin embargo nunca había podido concretar una encuentro sexual con una negra. Las mujeres con colas grandes y pechos enormes me encantan así que hoy les voy a contar de mi primer y caliente encuentro con D. Siempre en estas páginas web para crear amigos hay mujeres con ganas de satisfacer sus deseos sexuales y así es como termine chateando con D, una colombiana bella de 27 años, charlamos, intercambiamos celular y continuamos por whatsapp. La charla subió de tono, nos pasamos fotos eróticas y acordamos una cita en los próximos días, todo esto en menos de 20 minutos. La cita fue acordada para un viernes, la pase a buscar por el barrio de San Telmo por la noche y fuimos a un bar a picar algo, charlar, beber y conocernos. D estaba muy linda, digamos que mide 1.70 cm, tiene unas tetas normales y una manzanita hermosa combinado con su figura esbelta me calentaba mucho en proporciones era 90-65-95. La charla fue amena, hablamos de lo habitual hasta que no pusimos a hablar de sexo como dos personas adultas y coincidimos en que ambos buscábamos buen sexo, en un marco de respeto y adultez. Hablamos de las cosas que nos gustaban y cuales no, la charla continua hasta que pedimos la cuenta. Salimos del bar caminamos hasta la cochera donde deje el auto, en el camino nos besamos, en el auto también así que conduje hasta una zona oscura en Puerto Madero para que la cosa se pusiera un poco más caliente y me realizo una muy linda chupada de pija dejándome caliente pero lamentablemente esa misma noche ella tenia un cumpleaños del cual no podía escapar así que acordamos una maratónica sesión de sexo para el sábado por la noche. 24 horas después la paso a buscar por su casa y cuando la vi bajar del departamento quede en estado de shock; estaba fatal, minifalda luciendo sus piernas de abajo hacía arriba culminando en un culo divino, una camisa blanca encima, maquillada, labios pintados y cuando se acerco a saludarme sentí un perfume femenino en ese mismo instante supe que iba a ser una noche memorable. Maneje como siempre a la casa de mi tío que me presta su departamento en Lanús pero estaba vez la conducción fue diferente; iba muy caliente sabiendo que esta iba a ser la primera vez que tendría sexo con una negra colombiana fatal como las que veía hasta el cansancio en películas porno. Estaba tan acelerado que olvide detenerme en una estación de servicio a comprar chocolates para la charla postsexo pero a esta altura no importaba nada de nada; finalmente llegamos. Estacione el auto en la cochera y subimos por el ascensor hasta el 5º piso, abrí la puerta; el departamento hermoso como siempre, bien perfumado, todo en su lugar, el aposento ideal para coger toda la noche. Me senté en el sillón y ella me dijo voy al baño a cambiarme, en esa dulce espera con mi corazón latiendo rápido como nunca me saque los zapatos, medias, pantalón y solo me quede con mi bóxer y camisa desabrochada; debo confesarles que bóxer y camisa desabrochada es en mi mente la indumentaria como me siento un campeón antes de tener una maratónica sesión de sexo, algo así como la embestidura de un gladiador antes de entrar al coliseo romano; suena loco pero les aseguro que en mi mente funciona. Mis morbos explotaban, mientras las espera se hacía eterna pero ya tenía un plan de como podía comenzar la sesión así que me senté en el suelo de tal manera que apoyaba mi espalda en el sillón recostando mi cabeza en el mismo, quería ella sentara ese hermoso culo sobre todo mi rostro. La espera se termino, escuche la luz del baño apagarse, la puerta abrirse, entre toda la oscuridad del departamento pude verla, sexy, única, fuego estaba con un conjunto de encaje y puntilla azul oscuro compuesto por la tanga y el corpiño, si vestida parecía letal de esta manera en ropa interior era el mismísimo infierno sobre la tierra, hecho mujer, frente a mi y a punto de coger toda la noche; en este momento que lees este relato debes creer que era el hijo de puta más afortunado en el planeta y créeme que lo era. Se me acerco caminando, sensual, única y le dije que quería que me pusiera el culo en la cara y lo hizo sin dudar, se sentó sobre mi rostro pasándome ese culo hermoso sin dudarlo le hice la tanga a un lado y metí dos dedos en su conchita instantáneamente comenzaron sus gemidos, sutilmente comenzó a chupármela con la noche anterior y lo hacía muy bien, mientras yo con mis dedos en su concha aprovechaba y le chupaba con ganas ese culo que deseaba penetrar, digamos que estábamos practicando una exquisita variante del 69. Paso siguiente la puse en cuatro contra el sillón bañe todo su culo con aceite comestible sabor lima para que se viera a un mejor y comencé a introducirle unas bolas chicas por su culo, una a una, despacio entraron todas a la perfección, con todo eso dentro de ella metía dos dedos en su conchita y los movía en forma circular, sentía un calor tan intenso dentro; su cola en forma de manzana aceitada y el juguete dentro eran un espectáculo, saque cuidadosamente todo lo que había dentro de su cola le pedí por favor que me la chupara para calentarme aún más mientras yo me colocaba un preservativo, colocado y aceitado me senté en el sillón ropa interior y camisa arrojadas sin ver por la oscuridad donde cayeron. Le dije que se sentara de espaldas sobre mi pija, sin dudarlo y como una esclava sexual lo hizo; sublime la situación, de espaldas ensartándose mi pija con fuerza, con ganas, cabalgándola de espaldas, mis manos en su cintura, yo pegándole en su cola diciéndole un montón de cosas bien chanchas, una locura; ella lo disfrutaba, gozaba, sentía su concha caliente y como de a poco apuraba el ritmo; se sentaba de espaldas cada vez más fuerte, con más ganas hasta que sus gritos aumentaron, se agito y luego relajo; había conseguido su primer orgasmo de la noche. Pero ella es una guerrera sexual y me dijo que quería más y aún mas fuerte se puso contra la pared; me invito a que siguiera penetrándola más fuerte, dicho y hecho sin dudarlo y como un perro sediento de sexo le hice caso. El show continúo ella contra la pared y yo penetrándola, con fuerza, pegándole en cola, arañándola, tomándola del cuello, cada vez más guarro y morboso. Los orgasmos caían del cielo para ella, no paraba de gritar, gemir con fuerza, enroscarse y transpirar. A continuación me ordeno que fuéramos a la cama y que yo me pusiera sobre ella; en un segundo nos encontrábamos cogiendo de esa manera en la cama. La penetraba hasta el fondo, la metía hasta más no poder mientras jugaba con sus pechos, de todas formas posibles, con sus piernas bien abiertas, ambas piernas cerradas pero lo mejor esperaba, se hacia desear hasta que de su boca escuche la siguiente frase; “penétramela la cola”. Ella como una leona sexual se coloco en una de las esquinas la cama, parada con sus pechos sobre las sabanas para poder mantenerse erguida y con ambas manos se abrió bien el culo, nuevamente un espectáculo frente a mis ojos sin dudarlo la metí en su cola, entro la punta, el tronco y cuando quise darme cuenta estaba toda adentro. Con igual fuerza, calentura y calentura que antes pero con menos fuerza a pedido de ella le penetre la cola, fue una sensación única, estaba tan caliente, tan abierta, sentir mi pija ahí dentro, entrando y saliendo era tremendo. Las penetraciones continuaban a ritmo de un reloj suizo, sincronizadas con calentura pero sin tanta fuerza a pedido de ella porque le causaba dolor. El final fue soberbio; ella se tocaba su clítoris con una mano, lo frotaba con fuerza mientras yo seguía cogiendo su cola hasta que consiguió otro orgasmo y me dijo; “me encanto acabar mientras penetrabas mi cola”. Unos minutos después de que me dijo eso con mis últimas energías y mi calentura al máximo; me saque el preservativo me masturbe con fuerza, con mucha calentura y un pequeño grito acabe con fuerza toda mi leche salía en grandes cantidades, cayendo sobre su culo, ella continuaba con sus manos abriéndolo, toda pero toda su cola estaba cubierta por mi semen a lo cual ella dijo; “me encanta que salga bien caliente”. Caí agotado sobre la cama agotado, ella se fue a bañar, luego fui yo y cogimos un par de veces más hasta el amanecer. Termine agotado. Esta fue la increíble noche cuando me cogí por primera vez a una mujer mulata.

1 comentarios - La negra colombiana

AlejandroKro
Q hermosura, buen relato. Comparto mismos gustos con vos.