De golpe la luz de la mañana lo despertó, era Liliana que abrÃa las cortinas y los llamaba avisando que el desayuno estaba listo.
Los tres estaban desnudos desparramados en la cama, no habÃa que deducir mucho lo que habÃa pasado esa noche, ¿EstarÃa Liliana acostumbrada a hallarlos asÃ?
Vero y Damián despertaron con naturalidad y agradecieron a Liliana por despertarlos.
-Buen dÃa –dijo Vero y besó a sus dos hombres en la boca, enseguida se abrazaron entre los tres y comenzaron a tocarse, pero Vero les recordó que el desayuno estaba listo, se pusieron una bata y bajaron a desayunar.
Liliana habÃa preparado una abundante mesa y ya les traÃa café y leche.
Pedro miraba con vergüenza a Liliana, esta le sonrió, era obvio que la muchacha estaba acostumbrada a verlos asà y ellos también, solo a él le avergonzaba la situación, pero ya se acostumbrarÃa.
Desayunaron y charlaron plácidamente, Damián le dijo que estaban más que contentos con él, que habÃa superado todas las expectativas y que esa semana, si le parecÃa bien, se podÃa mudar.
Él también les dijo que estaba contento y que lo habÃa disfrutado mucho, en sÃ, no podÃa creer lo bien que lo habÃa pasado y aunque sabÃa que todas las noches no iban a ser asÃ, estaba feliz por la nueva vida que comenzaba.
Se despidió de ellos no sin antes arreglar con Damián su comienzo laboral para ese lunes y como el jueves terminaba el mes, serÃa un buen dÃa para mudarse.
Corrió al súper donde trabajaban sus amigos para contarles como le habÃa ido y los detalles de todo lo sucedido.
Doris estaba de franco pero encontró a Willy y le contó todo, este se puso contento por lo bien que le habÃa ido.
Caminó las pocas cuadras que separaban el súper de la pensión pensando en lo que le habÃa vivido…
Estaba temeroso, habÃa sucedido todo tan rápido y tan bien que temÃa que algo vaya a estropearlo, pero recordó las palabras que una vez le dijera un viejo muy respetado en su pueblo:
-Todos nos merecemos cosas buenas y vivir bien, si tenemos actitud positiva, todo sale bien, si somos temerosos de lo que podrÃa salir mal, eso sucede…. ¡Atraemos lo que pensamos!
Recordar eso lo puso de buen ánimo, se prometió disfrutar de lo que estaba pasando y agradecer al universo por todo lo recibido.
Cuando llegó a su pieza se tiró en la cama pensando en todo eso, ya le habÃa dado hambre, bajarÃa a comprar algo para comer.
De pronto golpearon a la puerta, era Doris, con una caja de pizza en una mano, una cerveza frÃa en la otra y una sonrisa de oreja a oreja.
-¡Vengo a que me cuentes todo!
Pedro sonrió pensando en cómo el universo estaba satisfaciendo sus deseos…..
Comieron y charlaron, cada vez que Pedro se encontraba con Doris sentÃa que se le iluminaba el alma…. Nunca le habÃa ocurrido algo asÃ…. Ni siquiera con su novia en el Chaco, ¿Se estarÃa enamorando?...no era el momento más apropiado para enamorarse, prefirió dejar que las cosas sucedan como sea, vivirlas y dejarse llevar…
A Doris las anécdotas de Pedro la empezaron a calentar, sintió que su conchita estaba cada vez más mojada y un deseo irrefrenable de bajar su mano hasta ella la asaltó de repente…. Obviamente lo hizo y a Pedro le perturbó la situación….
Primero acarició su concha por encima de su ajustado jean, luego lo desabrochó para permitir que su mano llegue a acariciarla, gimió y volvió a sacar sus dedos chorreando para metérselos en su boca, saborearlos y volver a empezar…
Pedro estaba tan perturbado por la escena que ya no pudo seguir con el relato, pero Doris lo retó y le dijo que siguiera.
Entonces ella se sacó el pantalón y la tanga, se sentó en su cama y abriendo las piernas continuó con el jueguito…
El muchacho estaba enloquecido, ver masturbarse a su amiga era algo que lo volvÃa muy loco. Se paró, se sacó el pantalón y el slip y tomando una silla se sentó delante de ella y continuó el relato.
Trató de hacerlo con lujo de detalles, exageró escenas, haciéndolas lo más caliente posible, ella se pajeaba lentamente, metÃa dos dedos dentro de su concha y con la otra mano se frotaba el clÃtoris, jadeaba y gemÃa mientras Pedro le contaba sus aventuras y comenzaba a pajearse el también. Lo hacÃa muy lentamente, no querÃa acabar asÃ.
La chica seguÃa en lo suyo y pronto tuvo un gran orgasmo, Pedro no aguantó más y fue directo a lamerle la concha, Doris seguÃa masturbándose y Pedro lamÃa sus dedos, su concha, bebÃa sus jugos…. Ella no tardó en tener otro orgasmo y cayó desparramada en la cama, Pedro aprovechó para acostarse junto a ella y ponerse para un 69.
-Dame toda tu leche corazón –le decÃa mientras le chupaba desesperadamente la pija, Pedro gemÃa y seguÃa chupándosela, el cosquilleo en sus huevos le anunciaban que iba a explotar muy pronto, quiso aguantar lo más posible pero la forma en que Doris se la chupaba no ayudaba para nada.
Se puso boca arriba y la chica se situó entre sus piernas para seguir chupándosela, él le acarició sus cabellos y gritando fuertemente acabó en su boca llegando a un éxtasis inigualable… Los chorros de semen caliente colmaron su boca, ella sonriendo se los tragaba, se bebió hasta la última gota y subió besando su cuerpo hasta llegar a sus labios y fundirse en el más apasionado de los besos. Ahà habÃa más que sexo.
Media pizza se enfrió y un cuarto de cerveza se calentó sobre la mesa. Ellos seguÃan acariciándose y besándose apasionadamente, Pedro ya estaba duro de nuevo y no tardó en entrar dentro de Doris para darle pasión muy suavemente, abrazados y sin dejar de besarse locamente.
Estuvieron asà más de media hora haciéndose el amor de la manera más tierna que existe. Llegaron juntos al éxtasis y quedaron abrazados, cuerpo a cuerpo, piel a piel, gozando de tanta pasión.
-Creo que me enamoré de vos –le dijo Pedro asà sin anestesia-
-No…no es el momento ahora para enamorarte de mà –le dijo ella- se te pueden estropear todos los planes…
-Pero yo…
-¡Nada! –Dijo ella- dejemos por ahora las cosas como están que asà están bien….y no pienses que te vas a librar de cogerme porque lo haces con ellos…jaja…ya sabes cómo me gustan las cosas a mÃ, seamos libres y disfrutemos todo lo más posible…y por nada del mundo te pierdas la posibilidad que se te dio.
En si Pedro estaba de acuerdo, pero también sentÃa que su corazón le pedÃa estar con ella… tendrÃa que aprender a separar las cosas y disfrutar de la compañÃa de Doris cada vez que pudiera.
Ese lunes amaneció temprano, estudió toda la mañana, comió algo y con sus mejores ropas fue hacia la escribanÃa de Damián, algo nervioso pero feliz, hacia su primer dÃa de trabajo.
Damián lo estaba esperando y lo presentó como su sobrino el interior que estaba estudiando derecho en la capital.
Todos lo saludaron, trabajaban más empleados que lo que él creÃa, ya los irÃa conociendo, en principio le habÃan parecido un grupo de gente distinguida y amable…ya habrÃa tiempo para conocerlos bien.
Damián notó que el muchacho estaba vestido con la misma ropa que usó para ir a su casa, por suerte la camisa estaba salvada de la mancha.
Le mostró todas las instalaciones y en un momento en que estaba solos le dijo:
- Acá lo importante es que seas discreto, yo estoy seguro que lo sos, por eso te traje acá, limÃtate a hacer lo que te pidan, aunque la mayorÃa de las cosas te las voy a pedir yo.
Ah, … veo que no tenes mucha ropa, ¿no?
-No –dijo el muchacho- la verdad es que no tengo mucha ropa
-Bien, ya me acompañas a comprar –replicó Damián.
Salieron de compras a un conocido shopping de la capital, compraron bastante ropa, le dejó algo al muchacho para esos dÃas y llevó el resto con él para su casa, asà tendrÃa menos para mudar.
Martes y miércoles pasaron rápido entre el estudio y él trabajo, el jueves se levantó y miró su cuarto, habÃa llegado el dÃa de dejarlo. Guardó sus pocas pertenencias en un par de bolsos y llevó sus utensilios de cocina y algunos trastos que le serÃan inútiles a lo de los hermanos…esa serÃa su nueva casa cuando no estuviera en lo de Damián, asà se lo habÃan ofrecido ellos y él estaba contento.
Llevó esas cosas a lo de Doris y Willy y se quedó a almorzar con ellos, Damián le habÃa dado franco para mudarse y lo pasarÃa a buscar a eso de las cuatro.
Los hermanos decidieron darle una despedida especial, después de comer se desnudaron y lo desnudaron, comenzaron a besarlo, acariciarlo y franelearlo, Willy lamia su cuello mientras Doris besaba sus tetillas… Pedro estaba al re palo, los hermanos lo volvÃan loco besándolo y lamiéndole todo el cuerpo…ninguno de los dos fue más allá…de repente lo dejaron:
-Te dejamos bien calentito para la bienvenida que te van a dar…jaja… te dejamos los huevitos bien llenos de leche para que los disfrutes con ellos…jaja
-¡Están los dos locos! –dijo Pedro…jaja…. ¿qué hago asà al palo ahora?
Los tres rieron juntos, Pedro se vistió y fue en búsqueda de Damián… abrazó a sus amigos que aún estaban desnudos y se fue cargando sus bolsos hasta la esquina donde lo encontrarÃa Damián.
Los hermanos se abrazaron y pronto comenzaron a besarse frenéticamente.
-Me preocupa mucho nuestro incesto –dijo Willy- es cada vez más seguido….
-Si –le contestó su hermana- tenes razón, mañana lo hablamos…ahora estoy muy caliente…
Cayeron en una cama y se prodigaron sexo desenfrenado hasta la noche y luego se durmieron abrazados.
A la hora convenida, Damián pasó a buscar al muchacho y lo llevó para su casa. Pedro estaba muy feliz, le duraba la calentura que le habÃan dejado sus amigos y su pija estaba muy dura, además, toda la excitación que le daba esta nueva vida ayudaba a que permaneciera asà al palo.
Entró en su habitación y guardó sus pocas pertenencias en el amplio placard, sobre la cama estaban las cosas que habÃan comprado con Damián y un poco más de ropa que estaba mirando cuando entró Vero a saludarlo.
Le dio un húmedo beso en la boca y le dijo que ella le habÃa comprado esa ropa que se habÃa encontrado, él le agradeció con otro beso en la boca… ¡estaba tan caliente! … pero no quiso seguirla, recordaba lo que le habÃa dicho Damián sobre el sexo solo cuando estuvieran los tres y querÃa cumplir con las reglas.
-Seguro te querrás dar un baño, ¿no? – Dijo ella- ahà en tu baño tenes todo lo necesario…
Pedro terminó de acomodar toda la ropa y se dio una larga y hermosa ducha, hacÃa calor, se puso un short de los suyos y una de las remeras que le regalara Vero y bajó, allà la estaba esperando ella y tomaron un té.
Charlaron de banalidades y de cosas de la casa pero no de sexo, Pedro seguÃa muy excitado y eso se podÃa ver muy fácilmente por su short, incluso Vero lo notó pero no dijo nada.
Al parecer, el sexo solo era un tema para tratar de a tres pensó él…pero estaba muy equivocado.
Más tarde llegó Damián, la tarde terminó entre charlas amables y distendidas, luego cenaron algo liviano y cada uno se retiró, Damián sugirió que aunque era la bienvenida de Pedro, esa noche no tuvieran sexo, debÃa levantarse muy temprano y tendrÃa un dÃa muy complicado…por eso habÃa suplicado que lo dejen dormir temprano…los tres rieron y quedaron de acuerdo. Él fue a bañarse, Vero a leer un libro y Pedro aprovechó a ordenar un poco sus papeles en su nuevo escritorio, al otro dÃa debÃa retomar sus estudios para no atrasarse.
Estaba en eso cuando Vero se acercó hasta su habitación y le dijo:
-Ni pienses que no vamos a coger esta noche nosotros dos… ¿ eh?
-No hay problema –Dijo el muchacho- …pero como Damián dijo que la regla era…
-La regla es decirle que si a Damián y hacer lo que dice Vero… ¿entendiste?
-¡Bueno! -dijo Pedro riendo… ¿Pero si se entera? , no le va a gustar…
-Mirá, Damián toma pastillas para dormir, tardan un poco en hacerles efecto, pero después duerme como un tronco…vos te vas a acostar, me esperas desnudito en la cama y cuando él se duerma, yo me encargo de despertarte…
-No hay problema…asà te voy a esperar –dijo el muchacho y ella se retiró.
Terminó de arreglar sus papeles y se fue a acostar, desnudo, como le habÃa pedido ella.
Le gustó la sensación de las suaves sabanas sobre su piel desnuda y pensó que de ahora en más asà dormirÃa, además, parecÃa que debÃa estar siempre listo, el roce de la suave sabana sobre su pija lo excitaba mucho, estaba muy duro pero de eso se encargarÃa Vero más tarde.
Las cosas estaban cambiando y se dio cuenta que el matrimonio estaba dispuesto a todo, hasta romper sus propias reglas para provecho propio y él debÃa disfrutar de eso.
Se durmió pensando en eso y lo despertó un suave ruido cuando ella entró en su habitación, se hizo el dormido para seguirle el juego, ella subió gateando por los pies de la cama y cuando llegó a su pija comenzó a lamerla, estaba tan dura que se la metió en la boca y se la pajeó violentamente, luego de un rato, subió por su cuerpo y él pudo agarrarla de sus duras tet… -¡Esas tetas no son duras! ¡ y son más grandes! …-se dijo-… ¿Liliana? –le preguntó…-que haces, si viene Vero se pudre todo…
-No te hagas problema… recién se acostaron y hasta que no se duerma Damián no va a venir…escuché lo que te dijo y me pareció que era una buena manera de que cogiéramos…no te me ibas a escapar.
Y diciéndole esto se le tiró encima besándolo y agarrando su pija con una mano y enterrándosela en lo más profundo de su concha para comenzar una cabalgata frenética que duró diez largos minutos, el chupaba y mordisqueaba sus tetas y ella gemÃa despacio, como acostumbrada a ser discreta y no paró hasta que el muchacho le regaló todo su néctar, llenándole su carnosa concha y dejándola satisfecha.
El muchacho fue al baño, se lavó un poco y se volvió a la cama, su mente no podÃa razonar lo que le habÃa pasado y esperaba la llegada de Vero y asà se volvió a dormir.
Una hora más tarde entró Vero, no fue discreta como Liliana, se arrojó en brazos del muchacho besándolo con mucha pasión.
Vestida con un mÃnimo camisón de seda color beige que la hacÃa más sexy aun y que Pedro prefirió dejarle puesto. Tanta pasión lo puso al palo nuevamente, a la edad de él eso es normal y gracias a eso no lo delatarÃa.
Ella lo besaba con desesperación mientras el agarraba su hermoso culo con las dos manos, ella refregaba su concha ya muy mojada contra su pija dura y él estaba enloqueciendo...
Como pudo salió debajo de ella, la puso culo para arriba y comenzó a lamérselo con toda la pasión que tenÃa, su lengua recorrÃa todo su precioso culo y bajaba hasta su concha y ella mordÃa la almohada para no gritar y asÃ, como la tenÃa, le enterró la pija en su concha hasta los huevos, bien adentro.
-Dame duro pendejo… -susurró ella- y el la dio lo más duro que pudo, sin parar, ella hundÃa la cabeza en la almohada y su grito se oÃa sordo…. Acabó un par de veces pero Pedro querÃa penetrar y adueñarse de su hermoso culo.
Ya estaba mojado asà que no le costó entrar en él y lo hizo de forma violenta, en un golpe entró la cabeza y en el segundo ya estaba todo adentro….
De ahà en más le dio duro como antes, una mezcla de dolor y placer se adueñó de ella que gemÃa y tapaba su boca con la almohada, solo se calmó cuando sintió el chorro de leche caliente entrando de prepo en su culo.
El muchacho cayó desfalleciente en la cama, ella le pidió de ducharse en su baño para no despertar a Damián.
Cuando sintió el ruido del agua se metió bajo la ducha con ella, quedaba tiempo para lamerle la concha bajo la ducha para hacerla acabar otra vez, era evidente que el motor de esa casa era el sexo y que la que manejaba todo era Vero…por lo tanto, habÃa que tenerla contenta.
Los tres estaban desnudos desparramados en la cama, no habÃa que deducir mucho lo que habÃa pasado esa noche, ¿EstarÃa Liliana acostumbrada a hallarlos asÃ?
Vero y Damián despertaron con naturalidad y agradecieron a Liliana por despertarlos.
-Buen dÃa –dijo Vero y besó a sus dos hombres en la boca, enseguida se abrazaron entre los tres y comenzaron a tocarse, pero Vero les recordó que el desayuno estaba listo, se pusieron una bata y bajaron a desayunar.
Liliana habÃa preparado una abundante mesa y ya les traÃa café y leche.
Pedro miraba con vergüenza a Liliana, esta le sonrió, era obvio que la muchacha estaba acostumbrada a verlos asà y ellos también, solo a él le avergonzaba la situación, pero ya se acostumbrarÃa.
Desayunaron y charlaron plácidamente, Damián le dijo que estaban más que contentos con él, que habÃa superado todas las expectativas y que esa semana, si le parecÃa bien, se podÃa mudar.
Él también les dijo que estaba contento y que lo habÃa disfrutado mucho, en sÃ, no podÃa creer lo bien que lo habÃa pasado y aunque sabÃa que todas las noches no iban a ser asÃ, estaba feliz por la nueva vida que comenzaba.
Se despidió de ellos no sin antes arreglar con Damián su comienzo laboral para ese lunes y como el jueves terminaba el mes, serÃa un buen dÃa para mudarse.
Corrió al súper donde trabajaban sus amigos para contarles como le habÃa ido y los detalles de todo lo sucedido.
Doris estaba de franco pero encontró a Willy y le contó todo, este se puso contento por lo bien que le habÃa ido.
Caminó las pocas cuadras que separaban el súper de la pensión pensando en lo que le habÃa vivido…
Estaba temeroso, habÃa sucedido todo tan rápido y tan bien que temÃa que algo vaya a estropearlo, pero recordó las palabras que una vez le dijera un viejo muy respetado en su pueblo:
-Todos nos merecemos cosas buenas y vivir bien, si tenemos actitud positiva, todo sale bien, si somos temerosos de lo que podrÃa salir mal, eso sucede…. ¡Atraemos lo que pensamos!
Recordar eso lo puso de buen ánimo, se prometió disfrutar de lo que estaba pasando y agradecer al universo por todo lo recibido.
Cuando llegó a su pieza se tiró en la cama pensando en todo eso, ya le habÃa dado hambre, bajarÃa a comprar algo para comer.
De pronto golpearon a la puerta, era Doris, con una caja de pizza en una mano, una cerveza frÃa en la otra y una sonrisa de oreja a oreja.
-¡Vengo a que me cuentes todo!
Pedro sonrió pensando en cómo el universo estaba satisfaciendo sus deseos…..
Comieron y charlaron, cada vez que Pedro se encontraba con Doris sentÃa que se le iluminaba el alma…. Nunca le habÃa ocurrido algo asÃ…. Ni siquiera con su novia en el Chaco, ¿Se estarÃa enamorando?...no era el momento más apropiado para enamorarse, prefirió dejar que las cosas sucedan como sea, vivirlas y dejarse llevar…
A Doris las anécdotas de Pedro la empezaron a calentar, sintió que su conchita estaba cada vez más mojada y un deseo irrefrenable de bajar su mano hasta ella la asaltó de repente…. Obviamente lo hizo y a Pedro le perturbó la situación….
Primero acarició su concha por encima de su ajustado jean, luego lo desabrochó para permitir que su mano llegue a acariciarla, gimió y volvió a sacar sus dedos chorreando para metérselos en su boca, saborearlos y volver a empezar…
Pedro estaba tan perturbado por la escena que ya no pudo seguir con el relato, pero Doris lo retó y le dijo que siguiera.
Entonces ella se sacó el pantalón y la tanga, se sentó en su cama y abriendo las piernas continuó con el jueguito…
El muchacho estaba enloquecido, ver masturbarse a su amiga era algo que lo volvÃa muy loco. Se paró, se sacó el pantalón y el slip y tomando una silla se sentó delante de ella y continuó el relato.
Trató de hacerlo con lujo de detalles, exageró escenas, haciéndolas lo más caliente posible, ella se pajeaba lentamente, metÃa dos dedos dentro de su concha y con la otra mano se frotaba el clÃtoris, jadeaba y gemÃa mientras Pedro le contaba sus aventuras y comenzaba a pajearse el también. Lo hacÃa muy lentamente, no querÃa acabar asÃ.
La chica seguÃa en lo suyo y pronto tuvo un gran orgasmo, Pedro no aguantó más y fue directo a lamerle la concha, Doris seguÃa masturbándose y Pedro lamÃa sus dedos, su concha, bebÃa sus jugos…. Ella no tardó en tener otro orgasmo y cayó desparramada en la cama, Pedro aprovechó para acostarse junto a ella y ponerse para un 69.
-Dame toda tu leche corazón –le decÃa mientras le chupaba desesperadamente la pija, Pedro gemÃa y seguÃa chupándosela, el cosquilleo en sus huevos le anunciaban que iba a explotar muy pronto, quiso aguantar lo más posible pero la forma en que Doris se la chupaba no ayudaba para nada.
Se puso boca arriba y la chica se situó entre sus piernas para seguir chupándosela, él le acarició sus cabellos y gritando fuertemente acabó en su boca llegando a un éxtasis inigualable… Los chorros de semen caliente colmaron su boca, ella sonriendo se los tragaba, se bebió hasta la última gota y subió besando su cuerpo hasta llegar a sus labios y fundirse en el más apasionado de los besos. Ahà habÃa más que sexo.
Media pizza se enfrió y un cuarto de cerveza se calentó sobre la mesa. Ellos seguÃan acariciándose y besándose apasionadamente, Pedro ya estaba duro de nuevo y no tardó en entrar dentro de Doris para darle pasión muy suavemente, abrazados y sin dejar de besarse locamente.
Estuvieron asà más de media hora haciéndose el amor de la manera más tierna que existe. Llegaron juntos al éxtasis y quedaron abrazados, cuerpo a cuerpo, piel a piel, gozando de tanta pasión.
-Creo que me enamoré de vos –le dijo Pedro asà sin anestesia-
-No…no es el momento ahora para enamorarte de mà –le dijo ella- se te pueden estropear todos los planes…
-Pero yo…
-¡Nada! –Dijo ella- dejemos por ahora las cosas como están que asà están bien….y no pienses que te vas a librar de cogerme porque lo haces con ellos…jaja…ya sabes cómo me gustan las cosas a mÃ, seamos libres y disfrutemos todo lo más posible…y por nada del mundo te pierdas la posibilidad que se te dio.
En si Pedro estaba de acuerdo, pero también sentÃa que su corazón le pedÃa estar con ella… tendrÃa que aprender a separar las cosas y disfrutar de la compañÃa de Doris cada vez que pudiera.
Ese lunes amaneció temprano, estudió toda la mañana, comió algo y con sus mejores ropas fue hacia la escribanÃa de Damián, algo nervioso pero feliz, hacia su primer dÃa de trabajo.
Damián lo estaba esperando y lo presentó como su sobrino el interior que estaba estudiando derecho en la capital.
Todos lo saludaron, trabajaban más empleados que lo que él creÃa, ya los irÃa conociendo, en principio le habÃan parecido un grupo de gente distinguida y amable…ya habrÃa tiempo para conocerlos bien.
Damián notó que el muchacho estaba vestido con la misma ropa que usó para ir a su casa, por suerte la camisa estaba salvada de la mancha.
Le mostró todas las instalaciones y en un momento en que estaba solos le dijo:
- Acá lo importante es que seas discreto, yo estoy seguro que lo sos, por eso te traje acá, limÃtate a hacer lo que te pidan, aunque la mayorÃa de las cosas te las voy a pedir yo.
Ah, … veo que no tenes mucha ropa, ¿no?
-No –dijo el muchacho- la verdad es que no tengo mucha ropa
-Bien, ya me acompañas a comprar –replicó Damián.
Salieron de compras a un conocido shopping de la capital, compraron bastante ropa, le dejó algo al muchacho para esos dÃas y llevó el resto con él para su casa, asà tendrÃa menos para mudar.
Martes y miércoles pasaron rápido entre el estudio y él trabajo, el jueves se levantó y miró su cuarto, habÃa llegado el dÃa de dejarlo. Guardó sus pocas pertenencias en un par de bolsos y llevó sus utensilios de cocina y algunos trastos que le serÃan inútiles a lo de los hermanos…esa serÃa su nueva casa cuando no estuviera en lo de Damián, asà se lo habÃan ofrecido ellos y él estaba contento.
Llevó esas cosas a lo de Doris y Willy y se quedó a almorzar con ellos, Damián le habÃa dado franco para mudarse y lo pasarÃa a buscar a eso de las cuatro.
Los hermanos decidieron darle una despedida especial, después de comer se desnudaron y lo desnudaron, comenzaron a besarlo, acariciarlo y franelearlo, Willy lamia su cuello mientras Doris besaba sus tetillas… Pedro estaba al re palo, los hermanos lo volvÃan loco besándolo y lamiéndole todo el cuerpo…ninguno de los dos fue más allá…de repente lo dejaron:
-Te dejamos bien calentito para la bienvenida que te van a dar…jaja… te dejamos los huevitos bien llenos de leche para que los disfrutes con ellos…jaja
-¡Están los dos locos! –dijo Pedro…jaja…. ¿qué hago asà al palo ahora?
Los tres rieron juntos, Pedro se vistió y fue en búsqueda de Damián… abrazó a sus amigos que aún estaban desnudos y se fue cargando sus bolsos hasta la esquina donde lo encontrarÃa Damián.
Los hermanos se abrazaron y pronto comenzaron a besarse frenéticamente.
-Me preocupa mucho nuestro incesto –dijo Willy- es cada vez más seguido….
-Si –le contestó su hermana- tenes razón, mañana lo hablamos…ahora estoy muy caliente…
Cayeron en una cama y se prodigaron sexo desenfrenado hasta la noche y luego se durmieron abrazados.
A la hora convenida, Damián pasó a buscar al muchacho y lo llevó para su casa. Pedro estaba muy feliz, le duraba la calentura que le habÃan dejado sus amigos y su pija estaba muy dura, además, toda la excitación que le daba esta nueva vida ayudaba a que permaneciera asà al palo.
Entró en su habitación y guardó sus pocas pertenencias en el amplio placard, sobre la cama estaban las cosas que habÃan comprado con Damián y un poco más de ropa que estaba mirando cuando entró Vero a saludarlo.
Le dio un húmedo beso en la boca y le dijo que ella le habÃa comprado esa ropa que se habÃa encontrado, él le agradeció con otro beso en la boca… ¡estaba tan caliente! … pero no quiso seguirla, recordaba lo que le habÃa dicho Damián sobre el sexo solo cuando estuvieran los tres y querÃa cumplir con las reglas.
-Seguro te querrás dar un baño, ¿no? – Dijo ella- ahà en tu baño tenes todo lo necesario…
Pedro terminó de acomodar toda la ropa y se dio una larga y hermosa ducha, hacÃa calor, se puso un short de los suyos y una de las remeras que le regalara Vero y bajó, allà la estaba esperando ella y tomaron un té.
Charlaron de banalidades y de cosas de la casa pero no de sexo, Pedro seguÃa muy excitado y eso se podÃa ver muy fácilmente por su short, incluso Vero lo notó pero no dijo nada.
Al parecer, el sexo solo era un tema para tratar de a tres pensó él…pero estaba muy equivocado.
Más tarde llegó Damián, la tarde terminó entre charlas amables y distendidas, luego cenaron algo liviano y cada uno se retiró, Damián sugirió que aunque era la bienvenida de Pedro, esa noche no tuvieran sexo, debÃa levantarse muy temprano y tendrÃa un dÃa muy complicado…por eso habÃa suplicado que lo dejen dormir temprano…los tres rieron y quedaron de acuerdo. Él fue a bañarse, Vero a leer un libro y Pedro aprovechó a ordenar un poco sus papeles en su nuevo escritorio, al otro dÃa debÃa retomar sus estudios para no atrasarse.
Estaba en eso cuando Vero se acercó hasta su habitación y le dijo:
-Ni pienses que no vamos a coger esta noche nosotros dos… ¿ eh?
-No hay problema –Dijo el muchacho- …pero como Damián dijo que la regla era…
-La regla es decirle que si a Damián y hacer lo que dice Vero… ¿entendiste?
-¡Bueno! -dijo Pedro riendo… ¿Pero si se entera? , no le va a gustar…
-Mirá, Damián toma pastillas para dormir, tardan un poco en hacerles efecto, pero después duerme como un tronco…vos te vas a acostar, me esperas desnudito en la cama y cuando él se duerma, yo me encargo de despertarte…
-No hay problema…asà te voy a esperar –dijo el muchacho y ella se retiró.
Terminó de arreglar sus papeles y se fue a acostar, desnudo, como le habÃa pedido ella.
Le gustó la sensación de las suaves sabanas sobre su piel desnuda y pensó que de ahora en más asà dormirÃa, además, parecÃa que debÃa estar siempre listo, el roce de la suave sabana sobre su pija lo excitaba mucho, estaba muy duro pero de eso se encargarÃa Vero más tarde.
Las cosas estaban cambiando y se dio cuenta que el matrimonio estaba dispuesto a todo, hasta romper sus propias reglas para provecho propio y él debÃa disfrutar de eso.
Se durmió pensando en eso y lo despertó un suave ruido cuando ella entró en su habitación, se hizo el dormido para seguirle el juego, ella subió gateando por los pies de la cama y cuando llegó a su pija comenzó a lamerla, estaba tan dura que se la metió en la boca y se la pajeó violentamente, luego de un rato, subió por su cuerpo y él pudo agarrarla de sus duras tet… -¡Esas tetas no son duras! ¡ y son más grandes! …-se dijo-… ¿Liliana? –le preguntó…-que haces, si viene Vero se pudre todo…
-No te hagas problema… recién se acostaron y hasta que no se duerma Damián no va a venir…escuché lo que te dijo y me pareció que era una buena manera de que cogiéramos…no te me ibas a escapar.
Y diciéndole esto se le tiró encima besándolo y agarrando su pija con una mano y enterrándosela en lo más profundo de su concha para comenzar una cabalgata frenética que duró diez largos minutos, el chupaba y mordisqueaba sus tetas y ella gemÃa despacio, como acostumbrada a ser discreta y no paró hasta que el muchacho le regaló todo su néctar, llenándole su carnosa concha y dejándola satisfecha.
El muchacho fue al baño, se lavó un poco y se volvió a la cama, su mente no podÃa razonar lo que le habÃa pasado y esperaba la llegada de Vero y asà se volvió a dormir.
Una hora más tarde entró Vero, no fue discreta como Liliana, se arrojó en brazos del muchacho besándolo con mucha pasión.
Vestida con un mÃnimo camisón de seda color beige que la hacÃa más sexy aun y que Pedro prefirió dejarle puesto. Tanta pasión lo puso al palo nuevamente, a la edad de él eso es normal y gracias a eso no lo delatarÃa.
Ella lo besaba con desesperación mientras el agarraba su hermoso culo con las dos manos, ella refregaba su concha ya muy mojada contra su pija dura y él estaba enloqueciendo...
Como pudo salió debajo de ella, la puso culo para arriba y comenzó a lamérselo con toda la pasión que tenÃa, su lengua recorrÃa todo su precioso culo y bajaba hasta su concha y ella mordÃa la almohada para no gritar y asÃ, como la tenÃa, le enterró la pija en su concha hasta los huevos, bien adentro.
-Dame duro pendejo… -susurró ella- y el la dio lo más duro que pudo, sin parar, ella hundÃa la cabeza en la almohada y su grito se oÃa sordo…. Acabó un par de veces pero Pedro querÃa penetrar y adueñarse de su hermoso culo.
Ya estaba mojado asà que no le costó entrar en él y lo hizo de forma violenta, en un golpe entró la cabeza y en el segundo ya estaba todo adentro….
De ahà en más le dio duro como antes, una mezcla de dolor y placer se adueñó de ella que gemÃa y tapaba su boca con la almohada, solo se calmó cuando sintió el chorro de leche caliente entrando de prepo en su culo.
El muchacho cayó desfalleciente en la cama, ella le pidió de ducharse en su baño para no despertar a Damián.
Cuando sintió el ruido del agua se metió bajo la ducha con ella, quedaba tiempo para lamerle la concha bajo la ducha para hacerla acabar otra vez, era evidente que el motor de esa casa era el sexo y que la que manejaba todo era Vero…por lo tanto, habÃa que tenerla contenta.
6 comentarios - Adoptado (cap. 4)