La chica de leopardo

Era un miércoles, en el que salí, temprano de la facu, cursaba una sola materia y podía irme tipo, las 8, de la noche. Esa noche había especial de cross en un boliche y quería ir, así que llamé a mi casa, y dije que me iba para lo de Carlita, una buena amiga, que de sexo, no entiende una goma.
Y así fue, me tomé el bondi, y llegué al boliche, dejé el morral, y la campera en el guardarropas, y con mi consumición me fuí a un sillón.
Eran pasadas, las 10, cuando vi entrar a una pelirroja, zarpada en linda. 1,75, delgada, pechitos chicos, pero una cola, que era de +10, vestía un camisolín tipo baby doll, de leopardo, botas altas y de cuero negro con mucho taco. Sus ojos eran turquesas, y su piel era blanca, suave y olía a jazmín. Entró con un tipo onda muy inferior a ella, en altura, y en clase. Nos miramos unos segundos y yo me hice la distraída. Pero hicimos contacto visual.
Entrada la madrugada, todos los que estaban, cogían, y bebían como orgía romana. En cambio yo seguía enloquecida con la pelirroja, que estaba en un rincón con el tipo que la había traído. Desilusionada, por no haber concretado nada, me estaba yendo a la puerta, a buscar mis cosas, cuando una mano suave y fría me agarra la muñeca.
-¡No te vayas! -me dice suplicante. Observo y era ella, la bonita chica que me gustó. La miré unos segundos, el tipo la había dejado sola. Me senté a su lado y le dije:-hola, por vos me quedo.-respiré su perfume, y su tristeza.-¿pasa algo?-quise saber.
-Sácame de acá y te cuento.-la miré otra vez y poniéndole mi campera la saqué del boliche. Caminamos unas cuadras y llegamos a un bar, por suerte abierto. Le invité un café.
-Me llamo Melina. Y ese tipo me había pagado, por coger con él, y me dio asco.-bebió un sorbo, mientras me decía angustiada.
-Yo me llamo Sol, pero, nadie me pagó por ir, ni coger con nadie que no me gustase, salvo que alguien me gustó hoy-enarqué la ceja, y le agarré la mano, ya no estaba tan fría.
-P Pero, Sol.-tembló al decir mi nombre.-No podemos. En ningún telo podemos entrar.
-No te preocupes, yo lo arreglo. -pagué los cafés y fuimos a un telo muy humilde, me até el pelo oculté un poco mis tetotas y fingiendo la voz dije:-¿qué haces capo? Un turnito. -el viejo sonrió y nos dió la pieza 04, entramos, y la besé. No me aguantaba más la ropa. Me desnudé y la tiré en la cama. Como si fuera un capullo se fue abriendo, me dejaba tocarla, chuparle sus pequeñas tetas y sus jugosos pezones ya duros y rozados golpeaban mi lengua. Bajé a su panza, y me acerqué como una bestia a su monte de Venus, lo lamia, sus gritos retumbaban en mi ser y en la pieza, gemía como si jamás le habían dado tanto goce. Con mi mano derecha abrí su conchita depilada, la oli, le di pequeños besitos, y luego como si fuera una pequeña pija le mandé mi lengua caliente y húmeda haciendo circulitos en su punto g, la tenía a mi merced, era mía, sus manos acariciaban mi cabeza, su voz se quebraba gritando mi nombre, cuando sintió que iba a acabar se tapó la cara, yo le sonreí. Y recibí su orgasmo en mi boca. Me lo tragué. Me fui a lavar la cara, onda no daba para salir con la cara llena de olor a conchita y menos de semejante orgasmo, y se acercó se posó detrás mío, me besó el cuello, y la espalda, sus manos iban directo a mi concha. Yo sabía que quería darme un poco de placer, no me negué, me abrí de piernas y le facilité el trabajo, mientras me colaba los dedos, me volvía cada vez más loca, yo también gritaba su nombre mientras un poderoso Squirt bañaba su carita preciosa.
Mientras se bañaba me contaba que tenía 21 y que era promotora de celulares, y que estaba haciendo un curso de cocina. Terminando el turno, me dio su celular, nos vimos dos meses más y cogíamos como conejas, pero yo me quedé sin laburo y por orgullo no quería pagase ella. Después de eso no supe más nada de Meli, la chica de Leopardo.