Derecho. Parte 1.

Me siento algo nerviosa. Es el primero día en la cual voy a mostrar mis aptitudes para ser profesora. Aunque solamente sea de suplente y por unos días, está en juego mi futuro.
Me visto lo mas prolija que puedo. Una camisa de seda blanca, que deja ver mi corpiño un poco, pero dudo en sacarme el blazer azul bordado con dorado (Regalo de mis padres). Me pongo un jean, para sacar un poco de seriedad y para finalizar unos brillantes pumps negros. Algo femenino, serio pero a la vez bastante inspirador de confianza. Por suerte, a mis 27 años puedo vestirme de esta manera sin verme ridícula. No soy gorda, pero por suerte relleno bastante bien los corpiños y los pantalones.
Recojo mi pelo largo y moreno en un moño algo mal hecho.
Maquillo mis cejas, dejándolas perfectamente arqueadas. Paso un poco de corrector en las ojeras que me han salido en mis años de Universidad. Me paso bastante máscara en mis pestañas, me agrada resaltar el color verde de mis ojos. Para finalizar pongo labial claro y bastante perfume.
Miro al espejo y me veo bastante presentable. Estoy conforme.
Sorbo lo último que me queda de café, salgo de casa, cierro la puerta y me subo al coche.
Vivo a unos barrios de la Escuela secundaria en la cual voy a trabajar, así que hasta que llego pongo algo de música.
Cuando llego veo a muchos estudiantes entrar, al igual que algunos profesores.
Me siento muy contenta y cómoda, como en casa.
Todos se preparan para la formación, los alumnos bien parados, los profesores con una mano en el corazón invocando el "Aurora" (Canción a la bandera Argentina).
Casi llegando al final, veo que unos jóvenes, de unos 20 años, se están riendo mientras molestan a uno de sus compañeros.
Me acerco a ellos.-Chicos, perdón por interrumpir su diversión pero estamos en la formación- Digo intentando imponer autoridad.
Todos me miran. Son alrededor de cinco chicos los que veo, uno es rubio, los demás son caucásicos. A pesar de llevar pumps, a la mayoría le llego a línea de las cejas, así qei sin ellos, podrían hasta sacarme una cabeza.
El rubio, me mira de arriba abajo y esboza una sonrisa burlona.- ¿Quién se supone que sos vos para decirnos eso nenita?- Dice con toda la voz llena de seguridad, a pesar de que su voz es bastante melosa, como si estuviera ronroneando.
Lo miro a los ojos y lo desafío- La suplente de la profesora Ruiz Diaz que da Derecho.
Todos me miran como si fuese un bicho raro, creo que me puse colorada, siento vergüenza de no poder controlar la situación. Siento que alguien agarra mi codo y me acobija en su espalda, es el director.
-Haber chicos, ¿Ya están espantando a la profesora Nuñez? Miren que ella es la que se va a encargar este mes de ustedes- Mis ojos se salen de órbita cuando miro al director, y el de los alumnos... Se me escapa una pequeña carcajada al verlos. El rubio la escucha y me mira con cara de bulldog.
Terminan de izar la bandera y todos entran a sus respectivos salones.
El director me lleva la dirección mientras no pierde de vista la figura de mis senos en mi camisa.
:-Señorita Nuñez, usted va a dar derecho a las personas que están recuperando el último año de secundaria. La profesora que estaba con ellos necesita dar unos exámenes al Consejo Directivo para el armado de la materia del cuatrimestre siguiente ¿Comprende?- Asiento con la cabeza rogando que lo que pienso se haga realidad- Acompáñeme- Dice mientras lo sigo terminando en el aula mas alejada de la zona habitada por alumnos de 12 a 18 años.
Al entrar en el salón, que es bastante espacioso, veo en el fondo de éste, cinco alumnos de genero masculino despeinando a una chica de mas o menos su misma edad.
:- ¡SEÑORES!- Grita el director haciendo que pegue un bote bárbaro.
Los alumnos inmediatamente se sientan en sus respectivos pupitres al igual que la señorita, a la cual los pelos le quedaron parados, como si se hubiera pasado un globo.
:- Les voy a presentar a su profesora suplente, la señorita Nuñez. Espero que la traten bien y le hagan caso- Dice el director mientras mira a los ojos, desafiante, al rubio que intenté hacer respetar la formación. Sus amigos se entran sentados en círculo a él, entre las tres filas de pupitres.
En total son 6 personas las que hay en el aula. Los chicos de 20 años y la chica sola de 19 años.
El director se retira y entra el preceptor a tomar lista. Descubro que los chicos se llaman Joaquín, Mario, Esteban, José y Facundo. Y la única chica tiene el nombre de mi amiga, Lucía.
Una vez que el preceptor toma lista y se va me presento. Digo que mi nombre es Mariana Nuñez, y que momentáneamente seré el reemplazo de la profesora Ruiz Diaz, en la materia Derechos. Los chicos me preguntan si yo tengo el título, ya que me ven joven, a lo que respondo que no, que tengo 27 años y esta es una experiencia para ver como sería mi profesión en el futuro.
Joaquín, el rubio, no dice ni una sola palabra, sólo me mira.
Los demás me integran muy rápido. Así que empiezo a dar clases sobre los derechos, tipos e historia.
Suena el timbre del recreo y todos salen corriendo. Yo me tardo, tengo que guardar mis cosas, ver que no me olvido nada y anotar los progresos de los alumnos.
Terminando de cerrar y ordenar mi maletín, levanto la vista y veo que Joaquín no se ha levantado de su asiento. Solamente me mira.
:-Señor Suarez ¿ Le pasa algo?- Le pregunto preocupada por su comportamiento. Al principio ni siquiera saca la vista de mi cuerpo, pero luego me responde:
- Sí, no quiero perderme de ningún detalle. Es la mujer de mis sueños- Dice con aire jocoso y los ojos brillando hacia mí. Siento como mi cara se entibia, completamente avergonzada de gustarle a un crío, aunque tenga 7 años más que él.
- Amm...-Tartamudeo- Gra.. gracias supongo, pero sería mejor, mucho mejor, que te vayas al recreo ahora mismo, voy a cerrar la puerta del aula hasta que vuelva el otro profesor.
Abro la puerta y el inmediatamente se pone detrás mío. Mientras camina hacia mí, aprecio la actitud jovial, seguro de sí mismo y el cuerpo de atleta.
- ¿Hace algún deporte usted?- Le pregunto para sacarme de la miseria de que todo esté tan callado y yo tan nerviosa.
-Natación, me gusta nadar- Dice mientras hace una brazada de estilo pecho en el aire- ¿Le gusta?
Lo miro a los ojos y le respondo:
-¿ El deporte? Mucho, es muy entretenido de ver, aunque las veces que intenté nadar fueron un desastre- Me río con los recuerdos que viene a mi cabeza.
-¿Y mi físico?- Me pregunta sin vergüenza alguna.
-Yo... No... Si, tiene un lindo cuerpo, pero es mi alumno. No quiero dar falsas expectativas.
- Entonces, ¿Yo no le gusto?- Dice mientras me atrapa contra la puerta.
Mis nervios empeoran haciendo que me tiemblen y suden las manos. El maletín se cae e inmediatamente me agacho para recoger las cosas. Mi cabeza queda frente a su entrepierna, por lo cual espero a que se vaya para poder levantarme y seguir teniendo algo de dignidad.
Joaquín, por el contrario, cuando me ve terminar y dudar si levantarme o no, agarra mi rostro con sus suaves manos y la levanta, logrando que nos miremos a los ojos.
- Si pensaba que antes era preciosa, ahora pienso que usted es muy sexy- Lo miro confundida, se percata de eso y me explica- Usted de cuclillas frente a mi entrepierna, mirando con esa cara de niña buena y dejando adivinar la silueta de sus senos. Es realmente excitante.
Avergonzada y frustrada, me levanto con mi maletín y salgo pitando hacia afuera. No sin antes sentir como sus manos acarician mi trasero. Miro hacia atrás y veo que esboza una sonrisa.
-Lindo trasero, profe.