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La Ducha

Era una tarde calurosa de agosto, una tarde pegajosa incluso, una tarde de muslos empapados en sudor y de bocas secas, tan secas que se podía llegar a escupir algodón...

Fue ese tipo de tarde en la que tú abriste la puerta del cuarto de baño de aquel hotel sin aire acondicionado, encontrándote mi ropa por el suelo de baldosas, dibujando un sendero que conducía hasta la bañera. Primero la camiseta, a continuación los vaqueros hechos una bola y por ultimo los bóxer justo a los pies de una cortina de plástico transparente que dejaba entre ver mi silueta desnuda empapada de agua tibia.
Te quedaste inmóvil, observando esa silueta que movía los brazos aclarando su cuerpo...
De pronto, la silueta dejo de moverse y se puso de perfil, ya no oías que tararease ninguna canción y la única música que escuchabas era la del agua cayendo por mi cuerpo desnudo. Vistes claramente como la figura de mi mano iba hasta la entrepierna y como empezaba a juguetear con mi pene que empezaba a hincharse por momentos.

Te apoyaste contra la pared para seguir deleitándote con el espectáculo de una forma mas cómoda y tus ojos irradiaban deseo, comenzaste tú también entonces a notar otro tipo de calor, diferente al que llevabas soportando todo el día y sin saber como, empezaste a palparte por debajo de la minifalda blanca de algodón que llevabas, humedeciendo ese tanga tan pequeño de color verde. Tus pezones se hincharon y marcaron tu camiseta de tirantes ajustada, ya no podías aguantarlo mas y tuviste que quitártelo todo, de un tirón abriste la cortina y me sorprendiste desnudo, húmedo y excitado con mi polla en la mano. Te miré entera, todo tu cuerpo... tus ojos pidiendo a gritos lo que tu boca callaba, tus labios húmedos antojándose con los míos, tus pechos medio sudorosos, subiendo y bajando por la respiración entrecortada, tu vientre suave y tu pubis con algo de vello que se notaba húmedo a simple vista.

Me miraste a los ojos y me dijiste con esa voz que me pone mas que cualquier otra cosa: No quiero que acabes tu solo, yo también me siento algo sucia y necesito lavarme....

Te cogí de la mano y entraste en la bañera, rodee mis brazos entorno a tu cuello y tu hiciste lo mismo entorno a mi cintura, notaste la frescura del agua en mi piel y yo noté lo caliente que estabas en ese momento. Cuando nos abrazamos y nuestras bocas se unieron y nuestras lenguas jugaron a encontrarse saciaste tu sed.-Me encanta sentir eso tan duro cerca de mi.- Me dijiste cuando separamos nuestras bocas y volviste a abrir los ojos.

Sin que yo te dijese nada te arrodillaste hasta tener mi polla a un palmo de tu cara, la sostuviste firmemente con tu mano y me pediste que te mojara con el grifo de la ducha para a continuación empezar a lamerla, sacando el glande, lo embadurnaste bien con tu saliva y acto seguido te lo metiste en la boca para saborearlo mejor, y arrancándome directamente de mi pecho los primeros suspiros que oíste de mi. Mientras te iba mojando bien con agua templada, tú seguías acariciando mis huevos con una mano mientras me pajeabas con la otra y me mirabas llena de lujuria, te metiste entero el trozo de polla que aún no habías saboreado chupándolo enérgicamente y moviendo tu cabeza como si de la mejor actriz porno se tratase.

Tuve que pedir que pararas para que no se acabase aquí la fiesta, te levanté y fui directo buscando tus pechos para recorrerlos con mi boca y detenerme en la aureola y mordisquear suavemente tus pezones solo por el placer de arrancarte un suspiro, te apoye contra la pared alicatada de la bañera y sosteniendo una pierna tuya conseguí tener tu rajita en perfecta situación para ir palpándola y masajeándola a mi antojo. Por el ritmo de tu respiración, tus jadeos, tus suspiros y la creciente humedad de tu coño, adivinaba por donde debía tocarte, acto seguido introduje dos dedos en tu boca que chupaste sin vacilar mientras me mirabas a los ojos suplicando mas acción, y yo no quiera negártela...

Comencé un masaje por la zona de tu clítoris que cada vez se notaba mas hinchado, me dedique en cuerpo y alma a esa zona concreta recreándome en los movimientos pélvicos como resultado de tu excitación, entre jadeos murmurabas con los ojos cerrados que no parase de acerté eso a la par que me agarrabas del pelo y estirabas con fuerza.
Me gritaste que querías polla y sacando los dedos de tu coño y metiéndomelos en mi boca, te torturé diciéndote que aun era pronto, me senté en la bañera y mojándote bien la raja con la manguera de la ducha empecé a comértelo sin miramientos recorriendo con mis labios y mi lengua todos los recovecos de tu sexo, llenándolo de agua fresca y bebiéndome todo lo que querías regalarme....

Estabas ya extasiada después de un buen rato, y las piernas casi no te sostenían ya, fue el momento idóneo para levantarme, darte la vuelta y fijando mi vista en ese culo tan bonito que tienes te dije al oído:- Ahora es cuando tomo las riendas de esto zorrita mía- Y te repasé con mi capullo tu entrada de arriba a bajo y notaste como empezaba a introducirse sin dificultad alguna llenándote de repente hasta el fondo. Con una mano sobaba a placer tus pechos y con la otra seguía masturbándote sin descanso mientras nuestros cuerpos resbalaban entre si chapoteando el agua en cada embestida, cada vez mas rápido, cada vez mas fuerte, cada vez mas duro, mas caliente... chillando mas los dos, agarrándote de los pelos y echando tu cabeza hacia atrás para lamerte el cuello y morderlo.

El ritmo frenético de mi cintura contra tu culo no cesaba sino que además busque en penetrarte desde otros ángulos y removiendo mi polla dentro de ti para darte el máximo placer posible.
Cambiamos entonces de postura, te la saqué de golpe te di un azote en el culo y te dije que te giraras, agarre tus muslos y te levante sin dificultad para apoyarte en la pared, te agarraste fuerte a mí y volví a bombearte mas fuerte otra vez, respirando a la vez y acompasando nuestros corazones al unísono, tenia tus tetas a la altura de mi cara y no quise perder la ocasión de volver a comerme tan delicioso fruto. No parabas de contonear tu pelvis y de gritarme que te follase mas y mas fuerte, estabas fuera de si y botando sobre mi polla no pudiste contenerte mas y tu coño exploto en una fiesta de sensaciones que te recorrió todo tu cuerpo como una corriente eléctrica desde las puntas de los pies hasta tu cerebro pasando por toda tu espina dorsal. Fui aflojando el ritmo hasta que cesaron las convulsiones de tu cuerpo y tu respiración fue calmándose.

Te hice bajar y sacando mi polla todavía tiesa te pedí que me aliviases ahora a mi, volviste a agacharte para succionarme los huevos con pasión mientras pajeabas la tranca sin contemplaciones viendo feliz como estaba en tus manos. Sin poder resistirlo mas, te la tragaste entera y te avise de la ola de leche que se acercaba, la sacaste de repente y dejando tu boca abierta me masturbaste hasta que con un grito di rienda suelta a mi semen que cubrió en un par o tres de escupidas parte de tu cara y tu boca y fue cayendo por tus pechos.

Al rato estábamos los dos sentados en el suelo de la bañera yo apoyado en uno de los laterales con tu espalda pegada a mi besando tus hombros. -Mira como estamos, necesitamos una buena ducha. - Dijiste, y giraste tu cabeza para mirarme dedicándome una sonrisa tentadora.

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