Así empezó todo. Como suelen pasar estas cosas por pensar poco y ser muy impulsiva. No se en que estaba pensando pero no me arrepiento de nada. Bueno, todos saben como soy y las amistades que tengo. Nos gusta divertirnos mucho y a la noche a veces las cosas se descontrolan un poco.
Era verano y nos fuimos con mi familia de vacaciones a la costa. Como soy la única mujer, me dejaron invitar a una amiga para divertirme. Y obviamente elegí a mi best friend Jime. Alquilamos una casita bastante comoda. Tenía una habitación con cama de dos plazas para mis viejos, una con dos camas que agarraron mis hermanos y otra con una cama cucheta que quedó para nosotras dos.
Como somos muy inquietas, salimos a conocer la ciudad a toda hora, aprovechabamos cada rato libre para pasear. En una de esas salidas, nos colgamos mirando unos anillos y ella se quedó charlando en frances con un morocho que los vendía. Yo no entendía nada, y en un momento me dice.
- Dejate puesto ese. Dice que te lo regala jaja
- No como me lo voy a llevar - la corté. Pero el negro me hablaba rápido y me hacía señas de que me lo lleve.
- Dice a vos te queda lindo como todo - me tradujo mi amiga. Y yo me sonreí y le agradecí con un beso en la mejilla. Nos fuimos de inmediato riendonos de lo sucedido y ella siguió contándome todo lo que habló con él
Mis papás no tardaron nada en hacer amistades con los otros turistas que alquilaban ahí y ese fin de semana organizaron un asado entre todos. Eran 3 familias más o menos pero el patio era grande así que no había problemas. A mi no me gustaba porque quería salir a bailar y la casa iba a ser un lío. De todas formas se hizo. Durante la noche la pasamos bastante bien y mi papá se trenzó en una partida de truco con mi hermano menor y unos invitados.
Yo me quedé colgada mirando y perdí de vista a Jime pero asumí que estaba cambiándose. Después de un buen rato, calculé que estaría lista y fui a arreglarme yo. Cuando iba para mi pieza siento un sonido que llamó mi atención. Al acercarme a la puerta de la pieza de los chicos, pude ver el culito blanco de mi hermano de lejos, y en el espejo los rulos colorados de Jime que se movían rápidamente. Estaba dandole una sabrosa mamada al gordo.
Podía ver un poco de perfil el intenso placer en la cara del muy degenerado. No les importaba tener la casa llena de gente.
- Te gusta nene? Estas vacaciones vas a aprender lo que es gozar - le susurraba Jime mientras pasaba su lengua por la gorda y cargada punta de su pija.
- Enseñame mi amor, haceme lo que quieras - le respondió el muy alzado.
Y con una sonrisa de gata mirándolo con esos ojos verdes, fijamente se metió entera la pija en la boca y moviendo su lengua lo hacía temblar de placer.
La verdad es que me gustaba ver esa pija gorda chorreando líquidos que no se cortaban hasta la cara de mi amiga. No pensé que fuera tan puta de hacérselo a mi hermano pero lo estaba haciendo y yo los miraba hipnotizada. De pronto comenzó a brotar entre sus labios la deliciosa leche, mientras mi hermano trataba de contener el fuerte gemido. Yo sabía que mi amiga le gusta tragar hasta las últimas gotas por eso no me sorprendí de que chupara todo y succionara como una bomba dejando totalmente satisfecho a mi hermanito, regalandole el espectáculo de chupar el resto luego de juntarlo con sus dedos.
Cuando terminó con todo eso, se levantó y empezó a besarlo con toda la boca abierta y jugando con su lengua así como estaba. Yo aproveche ese momento para irme a la ducha y bajar mi propia calentura antes de salir a bailar. Cuando salí de la ducha me la encontré cambiada y maquillándose con un chicle en la boca. Me hice la que no sabía nada y salimos vestidas de mellizas. Las dos con mini shorts (yo de jean y ella negro) que dejaban ver nuestras tanguitas, unas remeras bien al cuerpo (la mía negra y la de ella blanca) y tacos altos.
Para la hora de salir, la mayoría de los invitados se habían ido y mi viejo se ofreció alcanzarnos hasta la zona de los pubs. En el camino al auto me pareció ver alguna mirada demasiado furtiva de mi papá por nuestro aspecto. Lo pude terminar de comprobar cuando llegamos y prendió la luz del auto para darme algo más de plata. Temblaba al buscar en la billetera y lo más evidente fue que tenía una terrible carpa en el medio de la entrepierna. Parece que nos habíamos vestido muy zorras y el cuerpo de papi no distinguió. Le di un beso en la mejilla y bajamos. Creo que Jime no lo notó.
Estando adentro del pub, como es de costumbre se nos empezaron a acercar hombres con tragos y chamuyos baratos. Jime que nunca pierde el tiempo pronto estaba enredada con un viejo y yo fui a dar una vuelta sola. Mientras caminaba siento una mano enorme que me agarra el hombro y me dice
- bonita niña, baila? - con un tono tosco y ente cortado. Me di vuelta y era el vendedor de anillos, con una musculosa rallada que dejaba ver ese torso enorme y musculoso mojado por el calor del lugar.
Nos pusimos a bailar y el me tomaba de la cintura y me hacía menear muy cerca. Pronto el baile se convirtió en franeleo y él me hablaba pero yo no le entendía una sola palabra. En eso que estábamos de lo más entretenidos, pasa junto a mi, Jime. La agarré fuerte del brazo y le mostré con quien estaba. Al verla el negro sonrío y le dio un beso. Empezaron a hablar pero ella me traducía la mitad. Decía cosas lindas de las dos y nos contaba cosas de él, como que se llamaba Nigel y era de Senegal. Mientras charlábamos como podíamos seguíamos tomando alcohol y confianza.
Ya estaba un poco borracha y Jime me dijo
- Vamos, Nigel tiene auto y nos alcanza
- A donde vamos? - le dije yo un poco confundida
- Eso vamos a ver - me dijo guiñandome el ojo Jime.
Salimos, con una mano en la cintura de cada una y entre risas. Yo entendiendo cada vez menos y el senegales cada vez más toqueton. Al ver el auto, me di cuenta por qué vendía anillos. Era un mamarracho de no se que año, polarizado y pintado de todos colores. Subí rápido para que nadie me viera ahí. Mi amiga se subió después en el asiento de atrás. Apenas cerramos la puerta, Jime desde el asiento trasero, le empieza a levantar la remera al musculoso morocho y este a desabrocharse el pantalón.
Juro que nunca había visto algo tan grande en toda mi vida. Apareció de golpe una impresionante pija negra que me paralizó. Jime desde atrás le acariciaba el pecho y eso hacía que increíblemente aumentara más aún de tamaño. No podía creer lo que veía. De pronto Nigel se canso de verme tan quieta y me agarro la mano para que se la toque. Estaba muy caliente y era gigante. La agarré con las dos manos y empece a acariciarla en todo el largo de esa cosa. Mientras la sentía entre mis manos, apoyó su mano sobre mi cabeza y me la apoyó en la boca, yo lo miré con los ojos bien grandes y abrí mi boca para que entre ese pedazo enorme. El gemido de placer largo y fuerte fue lo primero que le entendí claramente. Jimena le hablaba al oído en francés y le chupaba la oreja tratando de calentarlo más aún.
Yo me arrodille en mi asiento y me acomodé bien para poder chupar lo mejor posible esa cosa mientras el negro reclinaba el suyo y Jime lo besaba apasionada. A mi me agarró con las dos manos y me hundió esa pija hasta la garganta, tenía la boca lo más abierta que podía y me esforzaba por tragarla toda pero apenas se acercaba a la mitad y no podía más.
Pronto la lengua de mi amiga se unió a la tarea y entre las dos lamiamos y chupabamos alternadamente mirandolo a los ojos como dos putas. Me sacó de un tiron la remera y yo me saqué el corpiño y me fui hacia arriba mientras mi amiga lo complacía y se prendió a mis tetas como un bebe hambriento. Esos labios gruesos chupaban mis pechos con desesperación y su lengua me hacía gozar como loca. Mientras con una mano me apretaba fuerte una nalga. Era rustico pero intenso para todo. La otra mano estaba en la nuca de mi amiga que se ahogaba con tanta carne en la boca.
La mano de Nigel fue moviendose más hasta meterse adentro de mi short. Sus dedos gruesos y largos eran como un manojo de pijas y rozaban en lo más intimo de mi provocando mis gemidos y mi humedad. La boca de mi amiga estaba lamiendo sin parar los huevos también exageradamente grandes mientras lo masturbaba con fuerza. Yo me incliné para seguir chupando esa pija soñada y él corrió sin mucho esfuerzo mi short y metió su lengua en mi concha mojada y al ver como me gustaba empezó a meter también el dedo indice de a poco, disfrutando a cada centímetro mis reacciones.
Estaba disfrutando mucho mientras chupaba esa pija que chorreaba de gozo, hasta que Jime ya casi desnuda, me empujó diciendome
- La quiero sentir, permiso - y me comió la boca toda húmeda por dentro y por fuera.
La agarró acomodandola para arriba y se empezó a sentar de a poco sintiendo ese potente fierro penetrarla lentamente. Sentir esa conchita tan apretada lo volvió loco y sin ningún cuidado la penetro toda, provocando un grito de dolor y placer que no paraba. Para cortarlo, empecé a besarla mientras ya dos de esos enormes dedos me estaban penetrando a mi.
Estabamos los tres en un nivel de excitación que pocas veces viví, tuve un orgasmo que fue de lo más humedo que experimenté hasta ahora y eso lo hizo cambiar sus planes. Dejó a mi amiga descansar un poco de su salvaje clavada y me recostó de costado en el asiento de atras, mirando a la puerta. Lo único que sé es que lo que sentí después fue lo más grande que tuve adentro en mi vida. Enloquecí completamente y gritaba como loca por el dolor que me produjo algo tan enorme. Se afirmó fuerte de mi cintura y empezó a bombear muy rapido. Estaba roja no podía parar de gritar. Sentía que cada vez llegaba más adentro y me parecía increíble lo que estaba aguantando.
Mi amiga me miraba rendida en el asiento de adelante con evidente excitación pero sabiendo lo que era tener ese increíble pene adentro. En ese momento, con esa imagen y viéndome en el vidrio con ese potente negro cogiéndome cerré los ojos y llegó el segundo orgasmo. Casi perdí el conocimiento, de no ser porque él nos agarró a las dos de la cabeza, y nos puso boca contra boca como para besarnos pero empezó a pasar su verga entre nuestras dos bocas. Ahí estabamos las dos, con la boca abierta, lamiendo cada una la mitad de su pija, era como si se masturbara con nuestras lenguas y nuestros labios. Nos tenía quietas y movia su pija de arriba a abajo gozando evidentemente como buscando la ansiada acabada.
No pasó mucho tiempo, con mis ojos café y los ojos verdes de Jime clavados en los suyos y nuestras bocas a cada lado de su pija empezó a temblar y nos llenó la mitad de la cara con cuatro o cinco chorros, abundantes y espesos que llenaron de calor nuestras mejillas, bocas y más. Le dijo algo que yo no podía entender y mi amiga empezó a lamer de mi rostro toda la leche y a tragar cada gota, no pasó mucho para que yo hiciera lo mismo con la gran acabada que ella tenía en el suyo. Cuando terminamos el africano nos besó y le preguntó a mi amiga traductora a donde llevarnos. Nos dejó en la puerta de casa. Esperando a que entremos desde su auto, con una sonrisa que resaltaba la satisfacción que tenía.
Llegamos tarde a la madrugada. El sonido del viejo auto de Nigel se escuchaba claramente hasta pasadas unas cuadras. Entramos a casa con los zapatos en las manos para no hacer ruido pero en el living, sentado al lado de la ventana estaba mi papá, con un baso de whisky en la mano y por la cara que tenía no era el primero que había tomado. Al parecer nos estaba esperando.
- Quien era ese negro? No te dí plata para que te tomes un taxi en la puerta? - me reprochó apenas entré
- Un amigo que conocimos en la feria, don... - intentó decir Jimena pero fue interrumpida por un enérgico
- a vos no te hablé - de mi papi que parecía muy nervioso.
El alcohol le había pegado mal y eso que no es de tomar. El detalle siguiente nos hizo entender su enojo.
- Llegan con un desconocido, totalmente despeinadas, con el maquillaje corrido y vos con la remera de ella, se piensan que no me doy cuenta de nada? - nos gritó, ante nuestras caras pálidas e inexpresivas.
Todo lo de más era excusable pero en la oscuridad y el apuro nos pusimos las dos la remera de la otra.
- Papi no, es que nos cambiamos en el baño - traté de mentirle improvisando algo. Pero me agarró la cara y apretando mis cachetes me hizo abrir la boca para comprobar lo que pensaba.
- Y ese olor que es? mi propia hija! sos una trola de lo peor y esta otra también - dijo ya con más tristeza que enojo.
Increíblemente, la colorada le contestó con algo tan irrefutable como nuestro comportamiento.
- Y vos sos un viejo bastante perverso. Mira como estas de ver a tu hija y su amiga tan putitas - y le señaló la pija. Estaba muy caliente y su pantalón lo delataba de manera indiscutible.
- Pa! Mira como te pusiste - le dije con una sonrisa cómplice.
- Su esposa no tendría que saber ni lo nuestro ni sus pensamientos tan oscuros señor - le dijo ella mientras le frotaba la pija.
Mi papá tartamudeaba sin saber que hacer ni decir.
-Shhh no digas nada papi. Tenes razón somos unas trolas, ahora vas a ver cuanto - le dije con voz de nenita
Mientras todos dormían y asomaban por la ventana ya algunos rayos de sol, calló el pantalón de papá hasta sus tobillos y las dos arrodilladas mirándolo a los ojos le dimos una placentera muestra oral de lo que le esperaba para el resto de las vacaciones.
Era verano y nos fuimos con mi familia de vacaciones a la costa. Como soy la única mujer, me dejaron invitar a una amiga para divertirme. Y obviamente elegí a mi best friend Jime. Alquilamos una casita bastante comoda. Tenía una habitación con cama de dos plazas para mis viejos, una con dos camas que agarraron mis hermanos y otra con una cama cucheta que quedó para nosotras dos.
Como somos muy inquietas, salimos a conocer la ciudad a toda hora, aprovechabamos cada rato libre para pasear. En una de esas salidas, nos colgamos mirando unos anillos y ella se quedó charlando en frances con un morocho que los vendía. Yo no entendía nada, y en un momento me dice.
- Dejate puesto ese. Dice que te lo regala jaja
- No como me lo voy a llevar - la corté. Pero el negro me hablaba rápido y me hacía señas de que me lo lleve.
- Dice a vos te queda lindo como todo - me tradujo mi amiga. Y yo me sonreí y le agradecí con un beso en la mejilla. Nos fuimos de inmediato riendonos de lo sucedido y ella siguió contándome todo lo que habló con él
Mis papás no tardaron nada en hacer amistades con los otros turistas que alquilaban ahí y ese fin de semana organizaron un asado entre todos. Eran 3 familias más o menos pero el patio era grande así que no había problemas. A mi no me gustaba porque quería salir a bailar y la casa iba a ser un lío. De todas formas se hizo. Durante la noche la pasamos bastante bien y mi papá se trenzó en una partida de truco con mi hermano menor y unos invitados.
Yo me quedé colgada mirando y perdí de vista a Jime pero asumí que estaba cambiándose. Después de un buen rato, calculé que estaría lista y fui a arreglarme yo. Cuando iba para mi pieza siento un sonido que llamó mi atención. Al acercarme a la puerta de la pieza de los chicos, pude ver el culito blanco de mi hermano de lejos, y en el espejo los rulos colorados de Jime que se movían rápidamente. Estaba dandole una sabrosa mamada al gordo.
Podía ver un poco de perfil el intenso placer en la cara del muy degenerado. No les importaba tener la casa llena de gente.
- Te gusta nene? Estas vacaciones vas a aprender lo que es gozar - le susurraba Jime mientras pasaba su lengua por la gorda y cargada punta de su pija.
- Enseñame mi amor, haceme lo que quieras - le respondió el muy alzado.
Y con una sonrisa de gata mirándolo con esos ojos verdes, fijamente se metió entera la pija en la boca y moviendo su lengua lo hacía temblar de placer.
La verdad es que me gustaba ver esa pija gorda chorreando líquidos que no se cortaban hasta la cara de mi amiga. No pensé que fuera tan puta de hacérselo a mi hermano pero lo estaba haciendo y yo los miraba hipnotizada. De pronto comenzó a brotar entre sus labios la deliciosa leche, mientras mi hermano trataba de contener el fuerte gemido. Yo sabía que mi amiga le gusta tragar hasta las últimas gotas por eso no me sorprendí de que chupara todo y succionara como una bomba dejando totalmente satisfecho a mi hermanito, regalandole el espectáculo de chupar el resto luego de juntarlo con sus dedos.
Cuando terminó con todo eso, se levantó y empezó a besarlo con toda la boca abierta y jugando con su lengua así como estaba. Yo aproveche ese momento para irme a la ducha y bajar mi propia calentura antes de salir a bailar. Cuando salí de la ducha me la encontré cambiada y maquillándose con un chicle en la boca. Me hice la que no sabía nada y salimos vestidas de mellizas. Las dos con mini shorts (yo de jean y ella negro) que dejaban ver nuestras tanguitas, unas remeras bien al cuerpo (la mía negra y la de ella blanca) y tacos altos.
Para la hora de salir, la mayoría de los invitados se habían ido y mi viejo se ofreció alcanzarnos hasta la zona de los pubs. En el camino al auto me pareció ver alguna mirada demasiado furtiva de mi papá por nuestro aspecto. Lo pude terminar de comprobar cuando llegamos y prendió la luz del auto para darme algo más de plata. Temblaba al buscar en la billetera y lo más evidente fue que tenía una terrible carpa en el medio de la entrepierna. Parece que nos habíamos vestido muy zorras y el cuerpo de papi no distinguió. Le di un beso en la mejilla y bajamos. Creo que Jime no lo notó.
Estando adentro del pub, como es de costumbre se nos empezaron a acercar hombres con tragos y chamuyos baratos. Jime que nunca pierde el tiempo pronto estaba enredada con un viejo y yo fui a dar una vuelta sola. Mientras caminaba siento una mano enorme que me agarra el hombro y me dice
- bonita niña, baila? - con un tono tosco y ente cortado. Me di vuelta y era el vendedor de anillos, con una musculosa rallada que dejaba ver ese torso enorme y musculoso mojado por el calor del lugar.
Nos pusimos a bailar y el me tomaba de la cintura y me hacía menear muy cerca. Pronto el baile se convirtió en franeleo y él me hablaba pero yo no le entendía una sola palabra. En eso que estábamos de lo más entretenidos, pasa junto a mi, Jime. La agarré fuerte del brazo y le mostré con quien estaba. Al verla el negro sonrío y le dio un beso. Empezaron a hablar pero ella me traducía la mitad. Decía cosas lindas de las dos y nos contaba cosas de él, como que se llamaba Nigel y era de Senegal. Mientras charlábamos como podíamos seguíamos tomando alcohol y confianza.
Ya estaba un poco borracha y Jime me dijo
- Vamos, Nigel tiene auto y nos alcanza
- A donde vamos? - le dije yo un poco confundida
- Eso vamos a ver - me dijo guiñandome el ojo Jime.
Salimos, con una mano en la cintura de cada una y entre risas. Yo entendiendo cada vez menos y el senegales cada vez más toqueton. Al ver el auto, me di cuenta por qué vendía anillos. Era un mamarracho de no se que año, polarizado y pintado de todos colores. Subí rápido para que nadie me viera ahí. Mi amiga se subió después en el asiento de atrás. Apenas cerramos la puerta, Jime desde el asiento trasero, le empieza a levantar la remera al musculoso morocho y este a desabrocharse el pantalón.
Juro que nunca había visto algo tan grande en toda mi vida. Apareció de golpe una impresionante pija negra que me paralizó. Jime desde atrás le acariciaba el pecho y eso hacía que increíblemente aumentara más aún de tamaño. No podía creer lo que veía. De pronto Nigel se canso de verme tan quieta y me agarro la mano para que se la toque. Estaba muy caliente y era gigante. La agarré con las dos manos y empece a acariciarla en todo el largo de esa cosa. Mientras la sentía entre mis manos, apoyó su mano sobre mi cabeza y me la apoyó en la boca, yo lo miré con los ojos bien grandes y abrí mi boca para que entre ese pedazo enorme. El gemido de placer largo y fuerte fue lo primero que le entendí claramente. Jimena le hablaba al oído en francés y le chupaba la oreja tratando de calentarlo más aún.
Yo me arrodille en mi asiento y me acomodé bien para poder chupar lo mejor posible esa cosa mientras el negro reclinaba el suyo y Jime lo besaba apasionada. A mi me agarró con las dos manos y me hundió esa pija hasta la garganta, tenía la boca lo más abierta que podía y me esforzaba por tragarla toda pero apenas se acercaba a la mitad y no podía más.
Pronto la lengua de mi amiga se unió a la tarea y entre las dos lamiamos y chupabamos alternadamente mirandolo a los ojos como dos putas. Me sacó de un tiron la remera y yo me saqué el corpiño y me fui hacia arriba mientras mi amiga lo complacía y se prendió a mis tetas como un bebe hambriento. Esos labios gruesos chupaban mis pechos con desesperación y su lengua me hacía gozar como loca. Mientras con una mano me apretaba fuerte una nalga. Era rustico pero intenso para todo. La otra mano estaba en la nuca de mi amiga que se ahogaba con tanta carne en la boca.
La mano de Nigel fue moviendose más hasta meterse adentro de mi short. Sus dedos gruesos y largos eran como un manojo de pijas y rozaban en lo más intimo de mi provocando mis gemidos y mi humedad. La boca de mi amiga estaba lamiendo sin parar los huevos también exageradamente grandes mientras lo masturbaba con fuerza. Yo me incliné para seguir chupando esa pija soñada y él corrió sin mucho esfuerzo mi short y metió su lengua en mi concha mojada y al ver como me gustaba empezó a meter también el dedo indice de a poco, disfrutando a cada centímetro mis reacciones.
Estaba disfrutando mucho mientras chupaba esa pija que chorreaba de gozo, hasta que Jime ya casi desnuda, me empujó diciendome
- La quiero sentir, permiso - y me comió la boca toda húmeda por dentro y por fuera.
La agarró acomodandola para arriba y se empezó a sentar de a poco sintiendo ese potente fierro penetrarla lentamente. Sentir esa conchita tan apretada lo volvió loco y sin ningún cuidado la penetro toda, provocando un grito de dolor y placer que no paraba. Para cortarlo, empecé a besarla mientras ya dos de esos enormes dedos me estaban penetrando a mi.
Estabamos los tres en un nivel de excitación que pocas veces viví, tuve un orgasmo que fue de lo más humedo que experimenté hasta ahora y eso lo hizo cambiar sus planes. Dejó a mi amiga descansar un poco de su salvaje clavada y me recostó de costado en el asiento de atras, mirando a la puerta. Lo único que sé es que lo que sentí después fue lo más grande que tuve adentro en mi vida. Enloquecí completamente y gritaba como loca por el dolor que me produjo algo tan enorme. Se afirmó fuerte de mi cintura y empezó a bombear muy rapido. Estaba roja no podía parar de gritar. Sentía que cada vez llegaba más adentro y me parecía increíble lo que estaba aguantando.
Mi amiga me miraba rendida en el asiento de adelante con evidente excitación pero sabiendo lo que era tener ese increíble pene adentro. En ese momento, con esa imagen y viéndome en el vidrio con ese potente negro cogiéndome cerré los ojos y llegó el segundo orgasmo. Casi perdí el conocimiento, de no ser porque él nos agarró a las dos de la cabeza, y nos puso boca contra boca como para besarnos pero empezó a pasar su verga entre nuestras dos bocas. Ahí estabamos las dos, con la boca abierta, lamiendo cada una la mitad de su pija, era como si se masturbara con nuestras lenguas y nuestros labios. Nos tenía quietas y movia su pija de arriba a abajo gozando evidentemente como buscando la ansiada acabada.
No pasó mucho tiempo, con mis ojos café y los ojos verdes de Jime clavados en los suyos y nuestras bocas a cada lado de su pija empezó a temblar y nos llenó la mitad de la cara con cuatro o cinco chorros, abundantes y espesos que llenaron de calor nuestras mejillas, bocas y más. Le dijo algo que yo no podía entender y mi amiga empezó a lamer de mi rostro toda la leche y a tragar cada gota, no pasó mucho para que yo hiciera lo mismo con la gran acabada que ella tenía en el suyo. Cuando terminamos el africano nos besó y le preguntó a mi amiga traductora a donde llevarnos. Nos dejó en la puerta de casa. Esperando a que entremos desde su auto, con una sonrisa que resaltaba la satisfacción que tenía.
Llegamos tarde a la madrugada. El sonido del viejo auto de Nigel se escuchaba claramente hasta pasadas unas cuadras. Entramos a casa con los zapatos en las manos para no hacer ruido pero en el living, sentado al lado de la ventana estaba mi papá, con un baso de whisky en la mano y por la cara que tenía no era el primero que había tomado. Al parecer nos estaba esperando.
- Quien era ese negro? No te dí plata para que te tomes un taxi en la puerta? - me reprochó apenas entré
- Un amigo que conocimos en la feria, don... - intentó decir Jimena pero fue interrumpida por un enérgico
- a vos no te hablé - de mi papi que parecía muy nervioso.
El alcohol le había pegado mal y eso que no es de tomar. El detalle siguiente nos hizo entender su enojo.
- Llegan con un desconocido, totalmente despeinadas, con el maquillaje corrido y vos con la remera de ella, se piensan que no me doy cuenta de nada? - nos gritó, ante nuestras caras pálidas e inexpresivas.
Todo lo de más era excusable pero en la oscuridad y el apuro nos pusimos las dos la remera de la otra.
- Papi no, es que nos cambiamos en el baño - traté de mentirle improvisando algo. Pero me agarró la cara y apretando mis cachetes me hizo abrir la boca para comprobar lo que pensaba.
- Y ese olor que es? mi propia hija! sos una trola de lo peor y esta otra también - dijo ya con más tristeza que enojo.
Increíblemente, la colorada le contestó con algo tan irrefutable como nuestro comportamiento.
- Y vos sos un viejo bastante perverso. Mira como estas de ver a tu hija y su amiga tan putitas - y le señaló la pija. Estaba muy caliente y su pantalón lo delataba de manera indiscutible.
- Pa! Mira como te pusiste - le dije con una sonrisa cómplice.
- Su esposa no tendría que saber ni lo nuestro ni sus pensamientos tan oscuros señor - le dijo ella mientras le frotaba la pija.
Mi papá tartamudeaba sin saber que hacer ni decir.
-Shhh no digas nada papi. Tenes razón somos unas trolas, ahora vas a ver cuanto - le dije con voz de nenita
Mientras todos dormían y asomaban por la ventana ya algunos rayos de sol, calló el pantalón de papá hasta sus tobillos y las dos arrodilladas mirándolo a los ojos le dimos una placentera muestra oral de lo que le esperaba para el resto de las vacaciones.
17 comentarios - Vacaciones familiares con Jime
Muuuy caliente!!
Gracia spor compartir
como siempre
Mas a la noche leo el otro asi me puedo tocar tranqui...
besitos 😘