5 años de pareja. 3 años de casados. Uno pensaría que encontré a la mujer indicada, alguien en quien confiar, entregar todo de sí para que la relación prospere. Cuando lo necesitó le compré un auto para que se moviera sola y no dependiera de mí. Quería conocer Europa, realizamos varios viajes en estos 8 años juntos. Quiso nadar con delfines, la lleve a México y le di el gusto.
De sexo no me puedo quejar, aun casados parecemos una pareja de novios adolescentes. Lo hacemos varias veces por semana. Ella se disfraza, usa juguetes. Cogemos como desaforados, bien fuerte y duro. A los pocos meses de novios me entregó la cola y nunca más me la prohibió.
Pero hacía ya unos meses que la notaba extraña, como distante. Fin de semana por medio, cada uno lo destinaba para juntarse con amigos. En ese momento salía durante la semana y volvía trasnochada, destruida. Uno a veces no quiere pensar en lo peor, en la infidelidad, pero “la curiosidad mató al ratón” dicen por ahí.
Una noche, ella se preparaba para salir con amigas. Mientras se duchaba le revisé la cartera y encontré su celular. Revisé todas las conversaciones y no encontré nada sospechoso. El agua de la ducha se detuvo, dejé todo tal como lo había encontrado sintiéndome mal por mi actitud. Ella salió del baño con una toalla sujetada por debajo del cuello. Pasó por delante de mi con una sensualidad exquisita. La miré de reojo y pude verle la cola y esa conchita rosadita que se asomaba curiosamente. No lo pude contener y se me empezó a poner dura. Me acerqué, ella estaba de espaldas encremándose las piernas. La apoyé y lo sintió duro justo en el medio del culo. Le besé el cuello, la espalda y baje mis dedos a su entrepierna para encontrarlo hiper húmedo. La toqué como a ella le gusta, gimió y gimió mucho. Acabó un par de veces antes de sacarse por completo la toalla pero no me dejó cogerla. Me obligó a sentarme en una silla y me ató con las esposas. Dedicó el tiempo a vestirse suavemente. Primero las medias, después la tanga de encaje y por último el corpiño para sujetar esos pechos hermosos y redondos, perfectos. Después se puso un vestido hiperajustado que dejaba entrever parte de la cola si se agachaba un poco. Se acercó despacio y me preguntó:
- cómo estoy?
- Muy puta, me la dejaste dura de verte pedazo de puta.
Sabía que cuanto más le dijera puta, más caliente se ponía. Se acercó y se arrodilló. Me bajó el cierre del pantalón y sacó la verga afuera. Me dio la mejor chupada de pija que se puede desear. Cuando estaba por acabar, se levantó me dio la espalda y me pidió que le chupara el culo y lo hice. Y me dejó así de caliente, me desató y se fue.
Como era un día de semana no tenía planes previos para salir. Al otro día me despertaba muy temprano para ir a laburar. Me arme un lindo porro y me lo puse a fumar en el balcón. Super relajado me acosté en la cama y casi cuando me estaba por quedar dormido me suena el celular. Un mensaje de whattsap con una imagen. El contacto? Una compañera de oficina. La foto se aclara, era la foto de una mujer con un vestido negro levantado por la cintura siendo doblemente penetrada a la vez que con una mano pajeaba una pija y con la otra sostenia una verga metida adentro de la boca.
- que onda boluda que me mandas esto?
- no te das cuenta quien es?
- jodeme que sos vos! Naa alta trola sos!!
. Dale boludo, mira bien.
Entre que la foto estaba medio oscura y el faso que tenia encima no podía ver bien.
- Es Yamila pelotudo, tu esposa!
No lo podía creer. Yo sabia que Sonia, mi compañera de trabajo, tenía onda conmigo no sólo por sus actitudes para conmigo sino porque más de una vez me lo había dicho. En alguna que otra fiesta de fin de año, recuerdo que me arrinconó en el baño y si no fuera porque estaba media oficina me la cogía ahí mismo. Pensé por un momento que me estaba jodiendo, pero después empecé a ver con detalle la foto y me terminó de cerrar. Yamila, MI esposa, estaba garchando con al menos 5 personas en un boliche y yo como un boludo, drogado en mi casa.
- Boludo, perdón que te mande esto y así, pero considero que deberías de saberlo. No es la primera noche que la veo acá, hace más de seis meses que viene con otra amiga, una rubia (Laura, conocida por su facilidad para coger) y se terminan enfiestando con cuanto macho se cruzan.
- No lo puedo creer, ahora entiendo. Este boliche está abierto toda la semana, no?
- Si, la noche explota los miércoles y jueves.
- Ok! Gracias Sonia. Nos, nos vemos mañana.
Corté. Dejé el celular en la mesa de luz, y así a oscuras me quedé. No sé a qué hora llegó Yamila, yo me había ido mucho más temprano de lo normal. Fui el primero en llegar a la oficina y alrededor de las 10 de la mañana, recibí un mensaje de ella: “Dónde estás? Llegué y no te vi”. No se lo respondí. No sabía qué hacer.
Muchas veces habíamos hablado de la posibilidad de hacer un trio con otra mujer, pero ella se había rehusado. No me quería compartir con otra. Y ahora esto. Ella se había dejado coger por otros hombres, pero cuántos? Sonia entró en mi oficina. Estaba muy atractiva, pero como siempre. La facilidad de ser un gerente es que uno recibe una oficina privada. Se cierra la puerta, se corren las cortinas y de lo que pase ahí dentro, queda ahí mismo. En más de una oportunidad habíamos cogido con Yamila en mi oficina, pero siempre en el horario de almuerzo o cuando finalizaba el horario laboral, siempre solos.
- Cómo estás?
- Bien, normal.
- Tenés cara de no haber dormido mucho anoche.
- Pretendías que hiciera de cuenta que nada había pasado? Esperabas que cerrara los ojos y ya?!
- Bueno perdóname, no supe que hacer anoche, quizás me equivoqué!
- Cuánto hace que lo sabías y no me dijiste nada?
- Hace un par de meses, te lo dije anoche. No se cuantos, no los conté. Pero se que hace meses y hace meses que no sabia como decírtelo.
- lo hubieses hecho de la misma manera que lo hiciste anoche.
- Pensé que si no tenía “pruebas” ibas a pensar que era una estrategia para acostarme con vos. Pensé que podías pensar que lo hacía para tirarle tierra encima.
- y no lo hiciste para eso?
- No boludo, lo hice porque más allá de todo yo te aprecio. Hace 10 años que nos conocemos, que laburamos juntos, se todo de vos y no quiero que alguien te haga daño.
Se quedó mirando a través del ventanal de la oficina que tiene vista a la reserva ecológica. Yo quedé mirándole las piernas y la curva hacia la cola. Nos teníamos en una red social, mirábamos las fotos que cada uno compartía. Conocía a la perfección sus curvas a través de las fotos de sus viajes a las costas caribeñas, cada centímetro de su cuerpo. Sabía que se había operado las tetas, no sólo por las fotos sino porque usaba escotes amplios. Tenía en conocimiento que disponía de una cola digna de promotora, de la promotora que alguna vez fue. Y por ultimo sabia que en la cama entregaba todo y se convertía en la mas putas de todas, porque los videos circulan y ella circuló en varias camas, tanto de hombres como de mujeres.
Llegó el horario de almuerzo. Me vinieron a buscar algunos compañeros ajenos a mi situación pero los rechacé a todos. En mi cabeza seguía la idea de mi actual esposa cogiendo con otros tipos. En la foto se veía que no usaban forro y la verdad que no entendía cómo ella podía acceder. Qué la motivaba, por qué lo hacía. Esa noche no volví a casa pero tampoco respondí a sus llamados. La dejé expectante, intentando que pensara en qué estaba sucediendo.
Dormí en lo de Sonia, pero no pasó nada. Creo que si bien las ganas no faltaron, esta vez ella no hizo ningún intento por acostarse conmigo. Pero creo que si lo hubiese intentado la hubiese cogido como se lo merece. A la mañana siguiente, me desperté un poco más temprano y me fui a mi casa a bañarme y cambiarme. Cuando llegué le pregunté al portero si la había visto a Yamila salir a la noche y me dijo que no. Le pregunté algún que otro visitante desconocido y también me lo negó. Me dediqué algunos minutos a ver las cámaras de seguridad con Mario y vimos lo de siempre, la del 5to A cogiendo en el estacionamiento con el del 3ro B, mientras su esposa cuidaba a los chicos enfermos. Nadie entró o salió de mi casa, más que ella cuando había llegado la noche anterior.
Después de entrar en el departamento, Yamila se despertó y salió a mi encuentro en camisón. Tenía una cara de susto de aquellas, como quien sabe que se mandó una cagada y teme de haber sido descubierta. Mi saludo fue como el de todas las mañanas, amoroso y tierno. Ella me buscó para coger, pero le dije que tenía que ir a trabajar.
Me duché pensando en el cuerpo de Sonia bajo el agua, me la imaginaba totalmente depilada, con el culo medio abierto pero deseoso de mi verga venosa y dura. Me la imaginaba chupándomela y no pude detener que se me pusiera dura la pija. Mi esposa entró en el baño y me preguntó a donde había dormido. No le respondí.
- Claudio, qué te pasa?
….
- Estás enojado porque salí la otra noche?
…..
- Me vas a responder o qué? Dónde pasaste la noche? Hola!!
- Lo pasé en la oficina, me quedé trabajando hasta tarde y me quedé dormido ahí.
- Llamé a las 11 y el de seguridad me dijo que te habías ido, dónde estuviste?
- Ya te dije, en la oficina. Me fui en el horario de siempre con los chicos a un after. Me dí cuenta que me había olvidado el celular, volvi a la oficina a eso de las 12 y como tomé me quedé dormido en el sillón de mi oficina. El de seguridad no te llamó a las 12 para decirte que había vuelto. No es mi culpa
- Qué te pasa que me tratás así!?
Y encima la muy puta se daba el lujo de enojarse. El que tenia que estar enojado era yo, pero sin embargo estaba más tranquilo que nunca. Demasiado. Terminé de ducharme, salí desnudo pero seco y vi a mi esposa preparando el desayuno. Sin hacer mucho movimiento para que no me escuche, me acerqué por detrás y la apoyé. Ella como de costumbre no se resistió. Le agarré la manos y las llevé hacia su espalda, la esposé. Le vendé los ojos con el repasador y la amordacé con su tanga, que previamente arranqué de un tirón, lastimándola. Ella estaba exitada. La muy puta estaba exitada y me lo hacía notar, con el sudor que bajaba de su concha mojada por las piernas. Mi pija estaba dura. Me ensalibe las manos y me humedecí un poco la verga y así nomás, sin mucho preámbulo se la mande hasta el fondo por el culo y ella gritó de dolor bien fuerte como nunca antes lo había hecho. La tomaba de la cintura con cada embestida brutal, la sacaba por completo y la volvía a meter hasta el fondo. A ella le dolía la brutalidad con la que le cogía el culo, en realidad le estaba violando el orto brutalmente. Ella gritaba y me pedía que pare. Pero yo estaba drogrado por la situación. Violaba a la mi esposa y me gustaba, de hecho me calentaba. Ella lo tenia merecido, por puta.
- Tomá puta! Te gusta porque sos una puta regalada. Seguro siempre soñaste con que te violaran el culo. Te voy a dejar sangrando el orto por puta!!
Ella no paraba de gemir. Le empezó a gustar, aunque se que le estaba doliendo. Vi que se arqueaba, estaba a punto de acabar, pero yo también. La saqué justo, la agarré de los pelos y la arrodillé delante de mí. Acabe dos chorros espesos de leche que fueron a parar a su cara y sus tetas y después le meti la pija en la boca hasta que se atragantó y casi vomita. Después le levanté del brazo y la llevé hasta la cama, le saqué las esposas y luego la esposé a los barrotes de la cama, manos extendidas y piernas abiertas, quedó estaqueada a la cama y me fui a trabajar. Así la dejé, hasta la noche.
Continuará...
De sexo no me puedo quejar, aun casados parecemos una pareja de novios adolescentes. Lo hacemos varias veces por semana. Ella se disfraza, usa juguetes. Cogemos como desaforados, bien fuerte y duro. A los pocos meses de novios me entregó la cola y nunca más me la prohibió.
Pero hacía ya unos meses que la notaba extraña, como distante. Fin de semana por medio, cada uno lo destinaba para juntarse con amigos. En ese momento salía durante la semana y volvía trasnochada, destruida. Uno a veces no quiere pensar en lo peor, en la infidelidad, pero “la curiosidad mató al ratón” dicen por ahí.
Una noche, ella se preparaba para salir con amigas. Mientras se duchaba le revisé la cartera y encontré su celular. Revisé todas las conversaciones y no encontré nada sospechoso. El agua de la ducha se detuvo, dejé todo tal como lo había encontrado sintiéndome mal por mi actitud. Ella salió del baño con una toalla sujetada por debajo del cuello. Pasó por delante de mi con una sensualidad exquisita. La miré de reojo y pude verle la cola y esa conchita rosadita que se asomaba curiosamente. No lo pude contener y se me empezó a poner dura. Me acerqué, ella estaba de espaldas encremándose las piernas. La apoyé y lo sintió duro justo en el medio del culo. Le besé el cuello, la espalda y baje mis dedos a su entrepierna para encontrarlo hiper húmedo. La toqué como a ella le gusta, gimió y gimió mucho. Acabó un par de veces antes de sacarse por completo la toalla pero no me dejó cogerla. Me obligó a sentarme en una silla y me ató con las esposas. Dedicó el tiempo a vestirse suavemente. Primero las medias, después la tanga de encaje y por último el corpiño para sujetar esos pechos hermosos y redondos, perfectos. Después se puso un vestido hiperajustado que dejaba entrever parte de la cola si se agachaba un poco. Se acercó despacio y me preguntó:
- cómo estoy?
- Muy puta, me la dejaste dura de verte pedazo de puta.
Sabía que cuanto más le dijera puta, más caliente se ponía. Se acercó y se arrodilló. Me bajó el cierre del pantalón y sacó la verga afuera. Me dio la mejor chupada de pija que se puede desear. Cuando estaba por acabar, se levantó me dio la espalda y me pidió que le chupara el culo y lo hice. Y me dejó así de caliente, me desató y se fue.
Como era un día de semana no tenía planes previos para salir. Al otro día me despertaba muy temprano para ir a laburar. Me arme un lindo porro y me lo puse a fumar en el balcón. Super relajado me acosté en la cama y casi cuando me estaba por quedar dormido me suena el celular. Un mensaje de whattsap con una imagen. El contacto? Una compañera de oficina. La foto se aclara, era la foto de una mujer con un vestido negro levantado por la cintura siendo doblemente penetrada a la vez que con una mano pajeaba una pija y con la otra sostenia una verga metida adentro de la boca.
- que onda boluda que me mandas esto?
- no te das cuenta quien es?
- jodeme que sos vos! Naa alta trola sos!!
. Dale boludo, mira bien.
Entre que la foto estaba medio oscura y el faso que tenia encima no podía ver bien.
- Es Yamila pelotudo, tu esposa!
No lo podía creer. Yo sabia que Sonia, mi compañera de trabajo, tenía onda conmigo no sólo por sus actitudes para conmigo sino porque más de una vez me lo había dicho. En alguna que otra fiesta de fin de año, recuerdo que me arrinconó en el baño y si no fuera porque estaba media oficina me la cogía ahí mismo. Pensé por un momento que me estaba jodiendo, pero después empecé a ver con detalle la foto y me terminó de cerrar. Yamila, MI esposa, estaba garchando con al menos 5 personas en un boliche y yo como un boludo, drogado en mi casa.
- Boludo, perdón que te mande esto y así, pero considero que deberías de saberlo. No es la primera noche que la veo acá, hace más de seis meses que viene con otra amiga, una rubia (Laura, conocida por su facilidad para coger) y se terminan enfiestando con cuanto macho se cruzan.
- No lo puedo creer, ahora entiendo. Este boliche está abierto toda la semana, no?
- Si, la noche explota los miércoles y jueves.
- Ok! Gracias Sonia. Nos, nos vemos mañana.
Corté. Dejé el celular en la mesa de luz, y así a oscuras me quedé. No sé a qué hora llegó Yamila, yo me había ido mucho más temprano de lo normal. Fui el primero en llegar a la oficina y alrededor de las 10 de la mañana, recibí un mensaje de ella: “Dónde estás? Llegué y no te vi”. No se lo respondí. No sabía qué hacer.
Muchas veces habíamos hablado de la posibilidad de hacer un trio con otra mujer, pero ella se había rehusado. No me quería compartir con otra. Y ahora esto. Ella se había dejado coger por otros hombres, pero cuántos? Sonia entró en mi oficina. Estaba muy atractiva, pero como siempre. La facilidad de ser un gerente es que uno recibe una oficina privada. Se cierra la puerta, se corren las cortinas y de lo que pase ahí dentro, queda ahí mismo. En más de una oportunidad habíamos cogido con Yamila en mi oficina, pero siempre en el horario de almuerzo o cuando finalizaba el horario laboral, siempre solos.
- Cómo estás?
- Bien, normal.
- Tenés cara de no haber dormido mucho anoche.
- Pretendías que hiciera de cuenta que nada había pasado? Esperabas que cerrara los ojos y ya?!
- Bueno perdóname, no supe que hacer anoche, quizás me equivoqué!
- Cuánto hace que lo sabías y no me dijiste nada?
- Hace un par de meses, te lo dije anoche. No se cuantos, no los conté. Pero se que hace meses y hace meses que no sabia como decírtelo.
- lo hubieses hecho de la misma manera que lo hiciste anoche.
- Pensé que si no tenía “pruebas” ibas a pensar que era una estrategia para acostarme con vos. Pensé que podías pensar que lo hacía para tirarle tierra encima.
- y no lo hiciste para eso?
- No boludo, lo hice porque más allá de todo yo te aprecio. Hace 10 años que nos conocemos, que laburamos juntos, se todo de vos y no quiero que alguien te haga daño.
Se quedó mirando a través del ventanal de la oficina que tiene vista a la reserva ecológica. Yo quedé mirándole las piernas y la curva hacia la cola. Nos teníamos en una red social, mirábamos las fotos que cada uno compartía. Conocía a la perfección sus curvas a través de las fotos de sus viajes a las costas caribeñas, cada centímetro de su cuerpo. Sabía que se había operado las tetas, no sólo por las fotos sino porque usaba escotes amplios. Tenía en conocimiento que disponía de una cola digna de promotora, de la promotora que alguna vez fue. Y por ultimo sabia que en la cama entregaba todo y se convertía en la mas putas de todas, porque los videos circulan y ella circuló en varias camas, tanto de hombres como de mujeres.
Llegó el horario de almuerzo. Me vinieron a buscar algunos compañeros ajenos a mi situación pero los rechacé a todos. En mi cabeza seguía la idea de mi actual esposa cogiendo con otros tipos. En la foto se veía que no usaban forro y la verdad que no entendía cómo ella podía acceder. Qué la motivaba, por qué lo hacía. Esa noche no volví a casa pero tampoco respondí a sus llamados. La dejé expectante, intentando que pensara en qué estaba sucediendo.
Dormí en lo de Sonia, pero no pasó nada. Creo que si bien las ganas no faltaron, esta vez ella no hizo ningún intento por acostarse conmigo. Pero creo que si lo hubiese intentado la hubiese cogido como se lo merece. A la mañana siguiente, me desperté un poco más temprano y me fui a mi casa a bañarme y cambiarme. Cuando llegué le pregunté al portero si la había visto a Yamila salir a la noche y me dijo que no. Le pregunté algún que otro visitante desconocido y también me lo negó. Me dediqué algunos minutos a ver las cámaras de seguridad con Mario y vimos lo de siempre, la del 5to A cogiendo en el estacionamiento con el del 3ro B, mientras su esposa cuidaba a los chicos enfermos. Nadie entró o salió de mi casa, más que ella cuando había llegado la noche anterior.
Después de entrar en el departamento, Yamila se despertó y salió a mi encuentro en camisón. Tenía una cara de susto de aquellas, como quien sabe que se mandó una cagada y teme de haber sido descubierta. Mi saludo fue como el de todas las mañanas, amoroso y tierno. Ella me buscó para coger, pero le dije que tenía que ir a trabajar.
Me duché pensando en el cuerpo de Sonia bajo el agua, me la imaginaba totalmente depilada, con el culo medio abierto pero deseoso de mi verga venosa y dura. Me la imaginaba chupándomela y no pude detener que se me pusiera dura la pija. Mi esposa entró en el baño y me preguntó a donde había dormido. No le respondí.
- Claudio, qué te pasa?
….
- Estás enojado porque salí la otra noche?
…..
- Me vas a responder o qué? Dónde pasaste la noche? Hola!!
- Lo pasé en la oficina, me quedé trabajando hasta tarde y me quedé dormido ahí.
- Llamé a las 11 y el de seguridad me dijo que te habías ido, dónde estuviste?
- Ya te dije, en la oficina. Me fui en el horario de siempre con los chicos a un after. Me dí cuenta que me había olvidado el celular, volvi a la oficina a eso de las 12 y como tomé me quedé dormido en el sillón de mi oficina. El de seguridad no te llamó a las 12 para decirte que había vuelto. No es mi culpa
- Qué te pasa que me tratás así!?
Y encima la muy puta se daba el lujo de enojarse. El que tenia que estar enojado era yo, pero sin embargo estaba más tranquilo que nunca. Demasiado. Terminé de ducharme, salí desnudo pero seco y vi a mi esposa preparando el desayuno. Sin hacer mucho movimiento para que no me escuche, me acerqué por detrás y la apoyé. Ella como de costumbre no se resistió. Le agarré la manos y las llevé hacia su espalda, la esposé. Le vendé los ojos con el repasador y la amordacé con su tanga, que previamente arranqué de un tirón, lastimándola. Ella estaba exitada. La muy puta estaba exitada y me lo hacía notar, con el sudor que bajaba de su concha mojada por las piernas. Mi pija estaba dura. Me ensalibe las manos y me humedecí un poco la verga y así nomás, sin mucho preámbulo se la mande hasta el fondo por el culo y ella gritó de dolor bien fuerte como nunca antes lo había hecho. La tomaba de la cintura con cada embestida brutal, la sacaba por completo y la volvía a meter hasta el fondo. A ella le dolía la brutalidad con la que le cogía el culo, en realidad le estaba violando el orto brutalmente. Ella gritaba y me pedía que pare. Pero yo estaba drogrado por la situación. Violaba a la mi esposa y me gustaba, de hecho me calentaba. Ella lo tenia merecido, por puta.
- Tomá puta! Te gusta porque sos una puta regalada. Seguro siempre soñaste con que te violaran el culo. Te voy a dejar sangrando el orto por puta!!
Ella no paraba de gemir. Le empezó a gustar, aunque se que le estaba doliendo. Vi que se arqueaba, estaba a punto de acabar, pero yo también. La saqué justo, la agarré de los pelos y la arrodillé delante de mí. Acabe dos chorros espesos de leche que fueron a parar a su cara y sus tetas y después le meti la pija en la boca hasta que se atragantó y casi vomita. Después le levanté del brazo y la llevé hasta la cama, le saqué las esposas y luego la esposé a los barrotes de la cama, manos extendidas y piernas abiertas, quedó estaqueada a la cama y me fui a trabajar. Así la dejé, hasta la noche.
Continuará...
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