Yo estaba ocupado en el trabajo cuando recibí un whassap. Era Ale diciendo: "Oh Ric, lo siento que te moleste en el trabajo, pero necesito ayuda." Dijo: “Mi portón del garaje maldito se ha quedado atascado y cerrado, y tengo que estar en el centro para una cita de trabajo - ¿puedes venir a rescatarme" Me reí y le dije que me tomaba mi descanso para almorzar y estaría allí en quince minutos. "Oh, gracias -," me dijo. Yo no había tenido ningún contacto con una mina durante algún tiempo, y mientras iba hacia lo de Ale, no pude evitar pensar en su cuerpo curvilíneo y sus completos senos redondos y armados, pero me cuestionaba a mí mismo por pensar que no había mucho tiempo como para tirar los ganchos. Cuando llegue a su entrada, salió por la puerta trasera para saludarme. Ella lucia hermosa - que llevaba un top negro sin mangas y de satén, de color gris claro falda plisada, medias beige y zapatos de tacos negro. La blusa era con escote en V, y la forma de su corpiño resaltaba sus pechos. La pollera era de una tela ligera de verano, y llegaba justo encima de sus rodillas. Ella me dio un gran abrazo y un beso en la mejilla, diciendo: "Muchas gracias por venir - yo realmente te he echado de menos." Su perfume me excitaba, al igual que la sensación de su pecho prominente contra mi pecho. "Vamos a ver cuál es el problema", le dije. Entramos en el garaje, y me di cuenta que la puerta estaba salida del carril. "¿Se puede arreglar?", Preguntó. Le dije que pensaba que podía abrirla, pero podría tomar más tiempo colocarla en su lugar. Tenía una escalera de mano, una palanca, y un destornillador de la mesa de trabajo, y le pedí que sostuviera la escalera y dejara las herramientas a mano, mientras yo subía a ver mejor . Mientras charlábamos el problema y desde arriba, con el rabillo del ojo me di cuenta de cómo estaban sus tetas de buenas, que querían escaparse de ese corpiño negro que llevaba. Luché contra la erección que estaba sintiendo, y en pocos minutos, tenía encarrilado el portón lo suficiente para abrir la puerta. Cuando baje ella se acercó por detrás de mí mientras y me sentí a salvo porque no notaria lo al palo que estaba, puso sus brazos alrededor de mi cintura, y me dio un largo abrazo así. Esta vez, su vientre y sus muslos apretados contra mi culo y mi erección comenzó a crecer. "Vamos adentro te lavas y te voy a dar algo para comer ya que es tu tiempo de lunch en el laburo", dijo. Mientras caminábamos hacia la casa, le pregunté si no le molestaba que me vaya, y ella respondió: "Dame un poquito de tu tiempo, ahora estoy libre yo por tu ayuda." Me lavé las manos, y le dije que realmente no tenía hambre. "¿Tienes sed?", Preguntó. "No, en absoluto", le contesté. Ella se apoyó en el mostrador de la cocina y con una socarrona mirada preguntó: "Caliente?" Me di cuenta el bulto en mis pantalones vaqueros era muy prominente, y le dije: "Sí, Ale, yo lo estoy." Ella se rió y dijo: "¿estas caliente conmigo?" Mi corazón latía respondí: "Pensando en la última vez que te vi, y el traje que llevas puesto hoy." Ella sonrió y dijo: "Me alegro de que te guste. Cuando hablamos antes, yo estaba de pie sólo en bombachas preguntándose qué conjunto de ropa que podría captar más su atención ". Su mirada se desvió de mis ojos a mi erección, y pude ver que ella estaba respirando más rápido. Nos quedamos en silencio durante unos segundos, cuando dijo: "Me encantaría llevarte hasta mi cama, me desnudes y me cojas, pero no puedo llegar tarde a mi cita." "Entiendo", le dije. Ella pensó por unos segundos y dijo: "Y no puedo dejar que te vayas de aquí con esa erección, seria desagradecida." Se acercó a mí, tomó mi mano y me llevó a la habitación. "Siéntate en el sofá", dijo. Me senté, y ella sacó una otomana y se colocó frente de mí. "Baja tus vaqueros", dijo. Mientras hacía eso, ella saco su pollera, y se sacó la blusa, colocando cuidadosamente en una silla. Llevaba una muy sedosa tanga negra con bordes de encaje en la parte inferior, y el corpiño de nylon negro que había notado antes. Ella puso la otomana entre mis piernas y se sentó sobre ella frente a mí muy de cerca, entre mis piernas abiertas. Miré con excitación erótica como ella se desabrochó el corpiño y lo puso con la blusa y la pollera. "Voy a sacarte esa erección", susurró. Ella envolvió suavemente su mano alrededor de mi pene y comenzó a acariciarlo lentamente y suavemente. "¿Esto te ayudará?", Preguntó. Asentí con la cabeza y se agachó, tomando mi pene en su boca. "Mmmmmm - He echado de menos esto", dijo. Reanudó me acariciaba y me dijo: "No acabes en mis pechos - no hay tiempo para que me duche - pero tal vez te gustaría acabar en mi tanga" "Pero no tendrás tiempo para cambiarte", le dije. "No te preocupes, puedo ponerme otra cuando me vista," dijo ella, "Sólo trata de no acabar en mi medibacha." Vi sus grandes pechos balanceándose mientras ella movía arriba y abajo con mi pene, y escuché mientras me contaba lo ansiosa que estaba de verme acabar que me decía. "No puedo esperar para probar tu leche," . Ella pudo darse cuenta que estaba listo, y se lo dije: ". En ese instante, acabe, y ella dijo: "Sí – dame tu leche caliente y recuerda lo que era estar con Sarita y yo. " los primeros dos chorros fueron hacia su tanga, el siguiente chorro sobre su regazo, y ella dijo: "Mmmmm -. Agarro mi calzoncillo para que el resto fuera a parar a el" Ella se puso de pie, y con cuidado me empujo para separarme de sus piernas. "Buenísimo Ric", dijo, "Ni una gota en mis medias." Vi las bombachas a salvo bajo sus medias, y un chorro de leche sobre mi pierna. Ella tomó mi calzoncillo usado y me limpió, luego se sentó en la otomana de nuevo. "Espera que no tengas que subir las escaleras para conseguir otro desliz." Mientras esperaba a que ella, me pregunté cómo recordaba el trio que tuvimos con Sarita y ella la última vez, que me pareció emocionante. Ale regresó llevaba una corpiño color rosa claro, haciendo juego con su bombacha. "Me gusta tener encanto con mi ropa interior" Estaba a punto de poner mis pantalones vaqueros de nuevo cuando ella dijo: "Espera un momento." Ella me dio el sujetador negro que había llevado y le dijo: "Quiero que acabes en él y me dejas ver como salen los chorros de tu pija." Ella extendió sobre la parte superior de la otomana, y se acariciaba las tetas como si estuviera cubriendo sus pechos. Se sentó en la silla frente a mí con las piernas cruzadas y pajeandose bien ella masajeando su clítoris llego a terminar. En un segundo, yo estaba eyaculando en su sostén, y ella lo tomó la punta de sus dedos, y lo puso en la boca para chupar el semen. "Ah, sí", dijo, "Necesito más de esto muy pronto." Se levantó, se puso la blusa y la pollera, y me pidió que no me olvide para otro encuentro con Sarita. "Ven esta noche alrededor de las ocho – Sara va a estar aquí", dijo. La acompañé a su coche, le di un beso y nos abrazamos, y le dije que la vería más tarde. "Sí, y no vayas a faltar, ¿no?", me preguntó con una sonrisa. "Sí", fue mi respuesta simple.
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