Hoy les vengo a contar algo que me sucedió en la casa de un amigo.
Esa noche éramos cuatro, los mismos de siempre juntándonos para comer algo, ver unas pelis o simplemente pasar el rato. Somos un grupo de personas algo particulares, a los cuatro nos gusta escribir aunque de distintos géneros.
Mi amigo, el único varón del grupo, jamás había leído uno de mis relatos, así que le busco un viejo blog que tenía olvidado desde hacía un año y le paso la pc.
Me pongo nerviosa porque el relato que le muestro es erótico, es verídico, es sobre mí y mi ex. Me gustaría poder decir que fue por casualidad, pero por supuesto que no lo es. Mientras él lee pienso que quizás me está imaginando, que quizás está pensando en tomar el lugar de mi ex.
Miro su cara, quiero ver si reacciona ante algo de lo que está leyendo, pero nada.
Cuando me estoy empezando a sentir un poquito triste oorque él no reacciona, siento su mano sobre mi muslo, por debajo de la mesa. Me empieza a latir rapidísimo el corazón porque es él, porque están ellas (mis amigas) a pocos metros de nosotros y porque desde que corté con mi ex, hace más de un año, no he estado con nadie ni para tocarnos; pero la mano de él bordea mi muslo y su dedo indice se va más al medio.
Me agarro al mantel de la mesa y me muerdo los labios. Junto las piernas, pero no para que pare, sino para calmar un poco el dolor que empiezo a sentir. Son mis músculos que apretan y apretan, como pidiéndole que meta un dedo, o dos, o tres, o lo que quiera, pero que meta algo que puedan apretar.
Sus ojos no dejan la pantalla, los míos tampoco. Finjo leer para que ellas no se den cuenta, pero lo único que quiero es poder gemir un poco. Es demasiado, amo su mano sobre mi muslo, amo su dedo índice, todo travieso acariciándome por sobre la bombacha, a través del shorcito.
Su dedo se mueve de arriba abajo y me duele aún más. Siento salir la humedad de entre mis piernas, de mi concha. Me pone re caliente el que él me toque. Encima tiene los dedos re largos de guitarrista y es alto como a mí me gustan los chicos.
Me pongo tensa tratando de no mover las caderas al ritmo de ese dedito suyo, y cuando empiezo a acostumbrarme, lo resbala adentro.
Casi sin darme cuenta pateo la mesa. Mis amigas preguntan qué pasó y yo les digo que nada, que me acomodé en la silla y golpeé la madera sin querer. Ellas se ríen de mí, yo me río con ellas y mientras me río él mete el dedo más adentro.
Apreto las piernas, loca por mantener ese dedo dentro de mí. Lo quiero bien profundo dentro de mí donde todo palpita y se moja.
Ellas están distraidas, siguen hablando de sus historias, así que aprovecho y también bajo la mano y la apoyo sobre su entrepierna. Casi me muero al sentirlo todo duro por arriba de la tela de los jeans. Muy despacito muevo la mano y la acomodo hasta dar con la punta. La acaricio con el pulgar, la rodeo una y otra vez y apoyo en la cima. Hago eso hasta que lo siento bien duro como a mí me gustaría tenerlo adentro mío. Subo y bajo al mismo ritmo que él sube y baja su dedo adentro de mí.
Ay, quiero esta pija adentro mío. Se siente larga y un poquito gorda. Seguro que llegaría más lejos que la de mi ex, seguro que me haría acabar en dos segundos si me metiera semejante pija adentro.
El pulgar que había estado quietito y calladito, empieza a moverse sobre mi clítoris y ahí cierro las piernas con fuerza. Si él hace eso voy a acabar y ellas son re colgadas, pero no tanto como para no darse cuenta si acabo. Soy ruidosa cuando acabo y no hay nada con lo que pueda taparme sin quedar rara.
Él mueve más rapido el dedo y yo más rápido la mano. Ay no, no, no. No quiero acabar. Estoy toda mojada, me muerdo los labios para no gemir y si acabo adelante de ellas se van a dar cuenta. Y somos amigas y él tiene novia o algo así. Esto está mal mal mal.
Y él para.
Lo odio, cómo se le ocurre parar?! ahí?!
Lo adoro, ay dios, gracias por parar. Me duele absolutamente todo y seguramente me voy a masturbar en casa con las bolas chinas que compré hasta pasado mañana, pero gracias por parar.
Saca su dedo despacito de adentro de mis shorts, agarra una galletita que estaba sobre la mesa y aprovecha las migas para chuparse los dedos. Mi concha se aprieta al verlo hacer eso. Él es malvado.
Por primera vez desde que comenzó a leer, mi mira, se lame las migas de los labios y me dice: ....muy buena historia, tenés otras...??
Esa noche éramos cuatro, los mismos de siempre juntándonos para comer algo, ver unas pelis o simplemente pasar el rato. Somos un grupo de personas algo particulares, a los cuatro nos gusta escribir aunque de distintos géneros.
Mi amigo, el único varón del grupo, jamás había leído uno de mis relatos, así que le busco un viejo blog que tenía olvidado desde hacía un año y le paso la pc.
Me pongo nerviosa porque el relato que le muestro es erótico, es verídico, es sobre mí y mi ex. Me gustaría poder decir que fue por casualidad, pero por supuesto que no lo es. Mientras él lee pienso que quizás me está imaginando, que quizás está pensando en tomar el lugar de mi ex.
Miro su cara, quiero ver si reacciona ante algo de lo que está leyendo, pero nada.
Cuando me estoy empezando a sentir un poquito triste oorque él no reacciona, siento su mano sobre mi muslo, por debajo de la mesa. Me empieza a latir rapidísimo el corazón porque es él, porque están ellas (mis amigas) a pocos metros de nosotros y porque desde que corté con mi ex, hace más de un año, no he estado con nadie ni para tocarnos; pero la mano de él bordea mi muslo y su dedo indice se va más al medio.
Me agarro al mantel de la mesa y me muerdo los labios. Junto las piernas, pero no para que pare, sino para calmar un poco el dolor que empiezo a sentir. Son mis músculos que apretan y apretan, como pidiéndole que meta un dedo, o dos, o tres, o lo que quiera, pero que meta algo que puedan apretar.
Sus ojos no dejan la pantalla, los míos tampoco. Finjo leer para que ellas no se den cuenta, pero lo único que quiero es poder gemir un poco. Es demasiado, amo su mano sobre mi muslo, amo su dedo índice, todo travieso acariciándome por sobre la bombacha, a través del shorcito.
Su dedo se mueve de arriba abajo y me duele aún más. Siento salir la humedad de entre mis piernas, de mi concha. Me pone re caliente el que él me toque. Encima tiene los dedos re largos de guitarrista y es alto como a mí me gustan los chicos.
Me pongo tensa tratando de no mover las caderas al ritmo de ese dedito suyo, y cuando empiezo a acostumbrarme, lo resbala adentro.
Casi sin darme cuenta pateo la mesa. Mis amigas preguntan qué pasó y yo les digo que nada, que me acomodé en la silla y golpeé la madera sin querer. Ellas se ríen de mí, yo me río con ellas y mientras me río él mete el dedo más adentro.
Apreto las piernas, loca por mantener ese dedo dentro de mí. Lo quiero bien profundo dentro de mí donde todo palpita y se moja.
Ellas están distraidas, siguen hablando de sus historias, así que aprovecho y también bajo la mano y la apoyo sobre su entrepierna. Casi me muero al sentirlo todo duro por arriba de la tela de los jeans. Muy despacito muevo la mano y la acomodo hasta dar con la punta. La acaricio con el pulgar, la rodeo una y otra vez y apoyo en la cima. Hago eso hasta que lo siento bien duro como a mí me gustaría tenerlo adentro mío. Subo y bajo al mismo ritmo que él sube y baja su dedo adentro de mí.
Ay, quiero esta pija adentro mío. Se siente larga y un poquito gorda. Seguro que llegaría más lejos que la de mi ex, seguro que me haría acabar en dos segundos si me metiera semejante pija adentro.
El pulgar que había estado quietito y calladito, empieza a moverse sobre mi clítoris y ahí cierro las piernas con fuerza. Si él hace eso voy a acabar y ellas son re colgadas, pero no tanto como para no darse cuenta si acabo. Soy ruidosa cuando acabo y no hay nada con lo que pueda taparme sin quedar rara.
Él mueve más rapido el dedo y yo más rápido la mano. Ay no, no, no. No quiero acabar. Estoy toda mojada, me muerdo los labios para no gemir y si acabo adelante de ellas se van a dar cuenta. Y somos amigas y él tiene novia o algo así. Esto está mal mal mal.
Y él para.
Lo odio, cómo se le ocurre parar?! ahí?!
Lo adoro, ay dios, gracias por parar. Me duele absolutamente todo y seguramente me voy a masturbar en casa con las bolas chinas que compré hasta pasado mañana, pero gracias por parar.
Saca su dedo despacito de adentro de mis shorts, agarra una galletita que estaba sobre la mesa y aprovecha las migas para chuparse los dedos. Mi concha se aprieta al verlo hacer eso. Él es malvado.
Por primera vez desde que comenzó a leer, mi mira, se lame las migas de los labios y me dice: ....muy buena historia, tenés otras...??
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