En el sauna. (relato gay)

La semana pasada fui a un sauna gay en Buenos Aires. Hace mucho que quería hacerlo, quería ver que onda, saber como la iba a pasar, saber si podía tener sexo explosivo con un desconocido y que todo quede Ahí.
Fui solo, era un riesgo, podía llegar a aburrirme, pero yo quería saber si podía tener algo con un desconocido, un flash, una explosión de pasión...me conozco y se que soy capaz de generar eso en mi.
También me daba mucho morbo el exhibicionismo, tener sexo a la vista de los demás...podría hacerlo ahí?
Entré, me dieron un toallón, ojotas y la llave de un locker para dejar mi ropa.
Había algo de gente, parecían cada uno en lo suyo.
Recorrí el lugar y se veía bastante venido a menos... una estructura muy moderna en un edificio antiguo pero con poco mantenimiento. Recorrí la zona de los Darkrooms y de entrada un fuerte olor a semen me invadió...profundo...excitante..se escuchaban gemidos de hombres disfrutando...una puerta abierta dejaba ver a un hombre maduro con su cabeza perdida entre las piernas de un muchacho, su cabeza subía y bajaba ritmicamente mientras el muchacho suspiraba y acariciaba sus grises cabellos. De repente le tomó la cabeza de los dos lados mandandolé su pija hasta el fondo y dándole al viejo su recompensa. La escena me puso muy caliente, me fui antes de que me vieran aunque eso acá no importaba mucho, mi tremenda excitación hacía que el toallón hiciera carpita.
Así, al palo me fui al Jacuzzi, me quité la toalla para que todos puedan ver mi excitación y me metí a la pileta donde ya habían dos personas conversando. Saludé y me quedé en un costado.Los dos tipos charlaban de negocios pero pude ver como cada uno tenia en su mano la pija del otro y la pajeaba muy lentamente.
Comencé a hacer lo mismo, muy despacio, me pajeaba lentamente, quería mostrarle a todos lo caliente que estaba., Pero esos dos estaban en lo suyo y los demás también.
Disfruté un rato del jacuzzi y me fui para la zona de los saunas, entré al finlandes, la bola de vapor que me recibió no me dejó ver si había alguien pero de a poco mis ojos se fueron acostumbrando y vi a dos corpulentos sentados uno al lado del otro y otro hombre un poco más lejos. Me fui al escalón de arriba y abriendo la toalla me senté como para que todos puedan ver que seguía al palo.
Después de un rato comencé a sentir que el calor me agobiaba, pensé en irme pero de pronto los dos grandotes se empezaron a acariciar, cada uno tenía tomado la pierna del otro y para cundo se besaron ya tenían en sus manos sus respectivas pijas...pajas, besos y caricias y yo de espectador de lujo.
El calor, la falta de aire, la calentura y el espectáculo eran un cóctel embriagador, instintivamente comencé a pajearme cuando uno de los grandotes se acomodaba entre las piernas del otro y le lamía la pija.
El que le estaba chupando la pija se paró y recostó al otro sobre los escalones, lo besó y mientras lo hacía comenzó a frotar su pija contra la de él.
Tan absorto estaba con el espectáculo que no vi que el otro hombre se me había acercado, solo me di cuenta cuando rozó mi pierna con su mano...le pasé la mía por su espalda, para corresponderle su caricia y la proximidad de nuestras bocas hicieron que nos fundamos en un beso. Él ya había llegado a mi pija y me la acariciaba, yo estaba tan caliente que temí acabar en ese mismo momento y que se terminara todo. Me solté, me agaché y se la comencé a lamer, despacio, suave... sus gemidos comenzaron a mezclarse con los de la pareja de grandotes.
Estuve así un buen rato, luego él me apartó y se agachó para chupármela a mi . Me desparramé y lo dejé hacer, un par de personas más entraron al sauna y se quedaron de pié mirando el espectáculo que les estábamos dando.
Además de la chupada que me estaban dando me excitaba mucho ver a esos dos grandotes matándose a centímetros nuestro, de pronto los gruñidos de los dos.... acabaron juntos... se quedaron abrazados un rato y luego se fueron a bañar.
Levanté a mi pareja ocasional, la recosté sobre los bancos, acaricié su pija y apoyé la mía. Comencé el mismo jueguito de los grandotes, nuestra transpiración era el mejor lubricante...besé sus pechos, su cuello, su boca... sentí su chorro caliente recorrer mi panza y eso me hizo estallar. Lo abracé fuerte mientras acababa y sentía como un par de chorros igual de calientes caían en mi espalda, nuestros espectadores se estaban pajeando y acabaron sobre nosotros!!!! no me importó.
Nos fuimos a duchar juntos, nos acariciamos y besamos, la calentura aún era mucha, el agua la fue aplacando, me dio un beso y se fue a cambiar, nunca supe quien era y estaba bien que así fuera.