La Secretaria (Cap 1)

Buenas! Este es mi primer post, casi siempre me la paso leyendo y viendo otros posts desde el anonimato sin participar mucho, jaja. Este es mi primer relato, a ver q les parece. Tratare de hacer una serie un tanto breve y luego se verá!.

La Secretaria - Capitulo 1

Sebastian era un joven profesional, abogado, de 31 años. Era un tipo inteligente, culto y con una capacidad de manejo psicológico sobre las personas increíble, tal vez ese era su punto fuerte. Algo garca, autoritario y ciertamente, muy calentón. Físicamente era grandote, con cara de tipo malo lo cual en algunas mujeres, generaba una atracción importante. Y si bien no estaba en su plenitud, las huellas de una época deportivamente activa se veian en su figura: brazos marcados, espalda grande y piernas imponentes. Sexualmente siempre fue dominante y salvaje, el sinceramente no podía hacer el amor, el cogía.

Su socio Matías de 42 años, pelado y con cierta barriga, un acartonado abogado que representaba a la iglesia, con una familia tipo y una vida estable, muy lejos de nuestro amigo Sebastián.

Detrás de esa figura de "profesional duro" había una vida no tan brillante. Casado desde hacía 8 años con una mujer que antes fue el amor de su vida y ahora una pesada carga: Lucila. Ella había caído en el alcoholismo, tomaba lo que podía, sin demasiadas luces y lo que fue una gran figura ahora solo se resumía en un cuerpo delgado un tanto abandonado, aunque su mayor virtud era su muy marcada cola (un punto débil de Sebastian). La situación matrimonial era pésima que también llegaba la intimidad, lo cual era un gran problema para Sebastián, dado que su apetito sexual no dejaba de aumentar y la autocomplacencia no era suficiente.

A pesar de su poca vida marital, las dificultades económicas y la notoria falta de sexo, Sebastián jamás había sido infiel. Aunque siempre coqueteaba cuando tenía oportunidad, simples histeriqueos sin concretar.

El trabajo estaba desbordándose y era necesario contratar a una persona para que ayude en los temas menores de la oficina, Sebastían decidió llamar solamente a mujeres, en un rango de 19 a 25 años. Sebastián quería algo más que un postulante, quería entrevistar a mujeres, siempre le gusto mucho el juego de seducción. Y talvés era una oportunidad para cambiar la rutina apagada de su vida.

Así comenzaron a pasar las postulantes cuando al tercer día se presentó una chica cuyo curriculum decía: Brenda, 23 años, estudiando Secretariado Jurídico en 1er año. La foto mostraba una hermosa cara de una rubia de pelo lacio muy prolijo, con ojos claros y una boca grande con labios equilibrados. Faltaba ver "el resto" pensó Sebastián.

Grata sorpresa se llevo cuando por la puerta de su despacho lleno de papeles y expedientes sin terminar entro esta chica hermosa, radiante y con una actitud un tanto tímida y nerviosa propia de cualquier entrevista de trabajo. Su cuerpo no se veía demasiado dado que el tapado no dejaba lugar para los ratones de Sebastián, aunque si se advertía que llevaba calzas negras y botas a tono. Eso a Sebastián le gustaba mucho.

"Hola.. Buenas Tardes!" dijo Brenda, algo titubeante.
"Hola Brenda... Brenda, no?" Ella asintió con la cabeza de manera suave. "Brenda, ponete comoda asi empezamos". -Sebastián quería verla completa-Ella se sacó su tapado, lo colgó en el respaldo de la silla y se sentó rápidamente. Muy a pesar de nuestro amigo Sebastián, no pudo ver su cola -gran obsesión en el- pero sus piernas firmes eran muy prometedoras.

La entrevista continuó por escasos 15 minutos y ciertamente Sebastián no escucho nada de lo que la chica había dicho. Se la pasó ratoneándose con Brenda, tratando de imaginar como serían sus pezones y si esa boca accedería a sus deseos. Su ratoneo con Brenda lo había puesto algo caliente y quería saber hasta donde ella llegaba.

"Muy bien, me gusto tu perfil, una imagen muy linda me dejas. Te acompaño hasta la puerta..." Brenda se pone de pie, gira y al salir en primer lugar deja ver una cola muy marcada, parada y redonda, lo cual generó en Sebastián un impulso incontenible. Puso su mano en la hermosa cola de Brenda y le pregunto, con su clásico doble sentido "¿Vos queres trabajar conmigo?". Ella agachó la mirada y tímidamente dijo si. Para Sebastián estaba todo dicho, había encontrado a su secretaria. Le dijo que la llamaría y la despidió con un beso en la mejilla mientras posó su mano en la cintura. Se hizo la hora de partir a su casa y Sebastián solo pensaba en cojerse a Brenda.

Durante la cena Lucila -bastante lúcida para lo que acostumbra- le pregunta "¿Qué te pasa amor?"

"Estoy caliente. ¿Qué me va a pasar? Vos vivis en la tuya y yo me mato a pajas... ¿Por que no te ocupas un poco de mi?" dijo fastidiosamente.
"¿Para vos es todo coger?" Dijo con total caradurez.
"Si boluda, prefiero coger que chupar como vos... Estoy cansado de que vivas en la tuya" dijo Sebastián harto de la situación, mientras se paraba, desprendiendo su pantalón y mostrando su enorme verga ya muy dura. "Ahora vas a chupar otra cosa..."

Ella no dijo nada, se quedo sentada esperándolo, abrió la boca sin muchas ganas de complacerlo pero no se iba a negar. Sebastian le metio toda la pija adentro de su boca, la agarro del pelo y empezó a marcarle los movimientos, primero suaves para luego ir cada vez con mayor fuerza. Sebastián se olvido que era su mujer la que estaba ahí, solo pensaba en su propia satisfacción, metiendo y sacando su pene cada vez mas rápido y mas fuerte. Le estaba cogiendo la boca como hacia mucho tiempo mientras Lucila hacía arcadas. Ese maltrato a Sebastián lo calentaba: era lo que se merecía.

Por fin su pene explotó con una gran cantidad de semen que se derramó dentro de la boca y garganta de Lucila, el saco su pedazo aun erecto, la miró y ella empezó a soltar el semen para que Sebastian viera como caia de su boca. Ella aun sabía que cosas le gustaban a su marido.

"¿Estas mejor?" preguntó honestamente Lucila.
"Anda a limpiarte..." dijo Sebastián con resignación y algo de tristeza por la situación actual de su vida.

>>>>>>Continuará: