Hola! Volvi otra vez a contar otra nueva historia. Esto es gracias a su aguante (Comentarios, puntos, favoritos y MP's) que me siguen incentivando a compartir mis aventuras con mi novia. Inmensas gracias!
Esta es la historia de como un simple paseo terminó con Marisol comiendose dos porongas en una callecita oscura.
Todo empieza una de las tardes del último carnaval en la ciudad. Yo no era muy aficionado, pero a ella le gustaba ver las comparsas y las bandas que tocaban, etc., por lo que decidimos ir.
Todo el mundo sabe que en el carnaval una mujer jamás debe ir con pollera, no es conveniente, mucha espuma y niños rebeldes dando vuelta, mucho sátiro, mucha mano loca! Bueno, esto último evidentemente es lo que buscaba mi novia cuando se vistió para ese día: pollera hasta apenas arriba de las rodillas, musculosa escotada y corpiño bien apretado y abajo de eso una de las tangas más pequeñas que tenía. Además tenía unas zapatillas bien cómodas y el pelo atado con una colita.
Si bien era una pollera suelta, marcaba un poco las nalguitas de Marisol, por lo que en el camino ya se notaba la que se venía: muchos se daban vuelta a mirar y se escucharon cosas como "que manzanita!" o "entregá a tu novia!" durante todo el camino.
Fuimos bastante temprano cosas de estar lo más adelante posible en las barandas para poder ver bien los desfiles y demás, tuvimos suerte y encontramos una muy buena ubicación, apoyados en las barandas, sin nadie más adelante, lo que nos iba a permitir ver bien todo el espectáculo. Siempre me consideré un tipo rápido, pero en ese momento no me esperaba que los que estuvieran atrás nuestro también iban a poder tener un lindo espectáculo...
Todo empieza una de las tardes del último carnaval en la ciudad. Yo no era muy aficionado, pero a ella le gustaba ver las comparsas y las bandas que tocaban, etc., por lo que decidimos ir.
Todo el mundo sabe que en el carnaval una mujer jamás debe ir con pollera, no es conveniente, mucha espuma y niños rebeldes dando vuelta, mucho sátiro, mucha mano loca! Bueno, esto último evidentemente es lo que buscaba mi novia cuando se vistió para ese día: pollera hasta apenas arriba de las rodillas, musculosa escotada y corpiño bien apretado y abajo de eso una de las tangas más pequeñas que tenía. Además tenía unas zapatillas bien cómodas y el pelo atado con una colita.
Si bien era una pollera suelta, marcaba un poco las nalguitas de Marisol, por lo que en el camino ya se notaba la que se venía: muchos se daban vuelta a mirar y se escucharon cosas como "que manzanita!" o "entregá a tu novia!" durante todo el camino.
Fuimos bastante temprano cosas de estar lo más adelante posible en las barandas para poder ver bien los desfiles y demás, tuvimos suerte y encontramos una muy buena ubicación, apoyados en las barandas, sin nadie más adelante, lo que nos iba a permitir ver bien todo el espectáculo. Siempre me consideré un tipo rápido, pero en ese momento no me esperaba que los que estuvieran atrás nuestro también iban a poder tener un lindo espectáculo...
La gente se empezó a acumular de a poco y ahí fue cuando empecé a notar las apoyadas y manitos locas que estaba recibiendo mi novia. Yo tenía mi mano en su cintura, pero sentía claramente cuando lo hacían. La miraba a ella y ni se inmutaba, estaba contenta dejandose tocar por desconocidos. Grupos de gente iban y venian por atrás nuestro, por lo que unos cuantos paraban a disfrutar un poco del culito de Marisol.
Al empezar la primera comparsa, casualmente dos pibes quedaron parados detrás nuestro y como el tumulto creció, ambos aprovecharon de empezar a apoyar a mi novia. Como pasaba el rato y notaban que ella no se quejaba, no se movia, siquiera se daba vuelta como para sacarlos cagando, los tipos decidieron ir por más.
Mi mano en la cintura de ella no los auyentó, la bajé hasta tocar la mitad de su nalga pero terminaron por no prestarle atención y empezaron a tocar. Sentí como en cada empuje de gente aprovechaban y le mandaban un apretón de nalgas. Me di cuenta también de que no era sobre la pollera, sino por debajo porque a veces su pollera como que "envolvía" mi mano, es decir, se subía.
Marisol notó que yo me había dado cuenta, me miró y me dijo "dejalo". En voz baja le dije "Son dos" como advirtiendole, a lo que ella contestó "bueno, dejaloS" marcando la s. Una vez más su putez pudieron con mis "celos" y empecé también a disfrutar de lo que estaba pasando.
Al rato, sin siquiera mirar a los tipos, empecé a subirle un poco la pollera con la mano que tenía en su nalga. Costó un poco, pero al final la subí de manera que la parte de más abajo de la pollera terminó enganchada en el elástico de su cintura y así su culito bastante regalado; recuerden que tenía una tanga completamente diminuta.
Noté como los pibes enseguida sacaron su mano, pero al ver que yo les estaba entregando el orto de mi chica, no tardaron nada en arremeter nuevamente. Esta vez ya sin disimulo, sin pedir permiso, sin esperar a que la multitud se moviera.
Yo en ese momento no me di cuenta, pero más tarde Marisol me contó que apenas un minuto después de que yo le había subido la pollera, tenía las manos de ambos amasandole el orto sin ningún tipo de remordimiento y ya uno le había corrido la tanga para tocar su conchita que ya estaba humedecida por toda la situación.
Cuando empezó a sentir que el primer dedo se le metía, justo concluía la primer pasada y era cuando la gente se iba a empezar a disipar otra vez.
Se bajó la pollera rápido y los chicos dejaron de tocarla.
Apenas la primera parte terminó, me miró y me dijo "Ya vengo" con una mirada cómplice que ya me daba la pauta de lo que estaba por hacer. Los pibes se fueron enseguida y ella evidentemente los siguió. Yo esperé unos segundos y salí atrás de ella para ver hasta donde llegaba todo. Cuando logro escapar un poco de la multitud la veo que estaba hablando con los dos flacos estos y riendose como loca. No pasó mucho tiempo que los tres empezaron a caminar juntos alejandose de la gente.
Esperé a que tomaran distancia y empecé a caminar también en esa dirección. A la vuelta de donde estaban las comparsas, había una plaza bastante oscura sin nadie de gente y ahí se dirigían. Tomé masomenos una cuadra de distancia, por lo que la vi doblar la esquina sin saber exactamente a donde iba. Caminé toda la cuadra un poco nervioso y sobre todo muy caliente, no sabía que podía ver al doblar la esquina.
Cuando entré en la cuadra de la plaza hice unos pocos pasos y la vi: Se estaba arrodillando frente a los pibes al lado de un ombú enorme mientras ellos se desabrochaban los cintos de sus jeans. Ella se acomodó en el suelo y una vez que tuvo las dos pijas enfrente, las empezó a chupar y pajear a ambas.
Yo sabía que esta vez no tenía que participar, me acercaba un poco más y seguramente iba a arruinar todo, por lo que me quedé donde estaba. Saqué el celu para intenter filmar, pero no se podía ver nada (les pido perdón) asique no pude grabar eso más que en mi memoria.
Empecé a ver como la puta de Marisol se deboraba las dos porongas de a una, mientras la otra se la pasaba por la cara e iba alternando. Las pajeó con mucha fuerza y hasta se metió las dos en la boca al mismo tiempo varias veces. Vi como uno de ellos se empezaba a pajear con fuerza frente a su cara, por lo que ella agarró la otra pija con la mano, abrió la boca y se quedó paciente esperando el lechazo. Por lo que pude ver, todo el lechazo fue derecho a su boca y, conociendola, sabía que se había tragado todo. Al terminar ese, se empezó a acomodar los pantalones y mi novia agarró la verga del otro y se la empezó a pajear apoyando la puntita en su lengua esperando que este hiciera lo mismo.
El tipo sacó la billetera y de ahí un preservativo, claramente no se iba a conformar con solo un pete después de haber tenido ese culito en sus manos. Marisol entendió todo: se paró, le dió la espalda, apoyó sus manos sobre el árbol y esperó.
Mientras uno miraba, el otro se ponía el preservativo y mi solcito no tuvo que esperar más que unos segundos para la primera embestida. Se la clavó de lleno en la concha que ya estaba lubricadísima y caliente; y empezó a bombearle con fuerza. Ella mantenía sus piernas abiertas y firmes y su culo paradito, mientras el desconocido le descocía la concha.
Me acerqué un poco más, quería escucharla gemir...
Estaba a unos cuantos metros y se escuchaba como mi putita estaba gozando ahí frente al árbol y también escuchaba como el desconocido le decía: "Que puta más abierta que me encontré! te gusta la poronga no?" a lo que Marisol contestaba "si, damela toda, dale, toda toda"
El anónimo se empezó a chupar un dedo y sin preguntarle se lo apoyó en el agujero del orto, al ver que no oponía resistencia, se lo empezó a meter un poco más. Mi pobre novia tuvo suerte de que el tipo ya casi no aguantaba más, porque sino ese culo de ahí no salía sin tres puntos de sutura.
Con un dedo en el orto y una verga bombeandole la concha a full Marisol ya estaba con ganas de lechita y se la empezó a pedir. "Se viene la leche? me vas a lechear toda?" lo que provocó casi la explosión instantánea del desconocido que tenía atrás. Con un último vergazo que desde donde yo estaba pareció muy profundo, descargó toda su leche en mi novia. Le sacó la verga de adentro, se sacó el preservativo y le dijo "Yo también quiero que te tomes la leche eh!". Ella se dió vuelta sin siquiera bajarse la pollera y lo miró con cara de interrogación, a lo que el tipo le acercó el preservativo lleno de leche a la cara.
Juro que, aún sabiendo lo puta que era mi novia, jamás en la vida había visto semejante acto de putéz: abrió su boca y dejó que el desconocido le depositara la leche del forro en la boca y acto seguido tragó.
Cuando vi que ya terminaba, di media vuelta y me alejé, por las dudas, para no generar nada raro. La esperé diez minutos a la vuelta de ese lugar. Más tarde me contó que esos diez minutos se había quedado ahí en la placita con los dos tipos que querían llamar a otros amigos que estaban también en el desfile para que tuvieran un poco de lo que ellos acababan de tener.
Le pregunté si lo había considerado y me dijo "estuvimos diez minutos esperando que atendieran y se ve que tenían el celu apagado".
Repito nuevamente: tuvo suerte de no salir de ahí con el orto destrozado.
Al empezar la primera comparsa, casualmente dos pibes quedaron parados detrás nuestro y como el tumulto creció, ambos aprovecharon de empezar a apoyar a mi novia. Como pasaba el rato y notaban que ella no se quejaba, no se movia, siquiera se daba vuelta como para sacarlos cagando, los tipos decidieron ir por más.
Mi mano en la cintura de ella no los auyentó, la bajé hasta tocar la mitad de su nalga pero terminaron por no prestarle atención y empezaron a tocar. Sentí como en cada empuje de gente aprovechaban y le mandaban un apretón de nalgas. Me di cuenta también de que no era sobre la pollera, sino por debajo porque a veces su pollera como que "envolvía" mi mano, es decir, se subía.
Marisol notó que yo me había dado cuenta, me miró y me dijo "dejalo". En voz baja le dije "Son dos" como advirtiendole, a lo que ella contestó "bueno, dejaloS" marcando la s. Una vez más su putez pudieron con mis "celos" y empecé también a disfrutar de lo que estaba pasando.
Al rato, sin siquiera mirar a los tipos, empecé a subirle un poco la pollera con la mano que tenía en su nalga. Costó un poco, pero al final la subí de manera que la parte de más abajo de la pollera terminó enganchada en el elástico de su cintura y así su culito bastante regalado; recuerden que tenía una tanga completamente diminuta.
Noté como los pibes enseguida sacaron su mano, pero al ver que yo les estaba entregando el orto de mi chica, no tardaron nada en arremeter nuevamente. Esta vez ya sin disimulo, sin pedir permiso, sin esperar a que la multitud se moviera.
Yo en ese momento no me di cuenta, pero más tarde Marisol me contó que apenas un minuto después de que yo le había subido la pollera, tenía las manos de ambos amasandole el orto sin ningún tipo de remordimiento y ya uno le había corrido la tanga para tocar su conchita que ya estaba humedecida por toda la situación.
Cuando empezó a sentir que el primer dedo se le metía, justo concluía la primer pasada y era cuando la gente se iba a empezar a disipar otra vez.
Se bajó la pollera rápido y los chicos dejaron de tocarla.
Apenas la primera parte terminó, me miró y me dijo "Ya vengo" con una mirada cómplice que ya me daba la pauta de lo que estaba por hacer. Los pibes se fueron enseguida y ella evidentemente los siguió. Yo esperé unos segundos y salí atrás de ella para ver hasta donde llegaba todo. Cuando logro escapar un poco de la multitud la veo que estaba hablando con los dos flacos estos y riendose como loca. No pasó mucho tiempo que los tres empezaron a caminar juntos alejandose de la gente.
Esperé a que tomaran distancia y empecé a caminar también en esa dirección. A la vuelta de donde estaban las comparsas, había una plaza bastante oscura sin nadie de gente y ahí se dirigían. Tomé masomenos una cuadra de distancia, por lo que la vi doblar la esquina sin saber exactamente a donde iba. Caminé toda la cuadra un poco nervioso y sobre todo muy caliente, no sabía que podía ver al doblar la esquina.
Cuando entré en la cuadra de la plaza hice unos pocos pasos y la vi: Se estaba arrodillando frente a los pibes al lado de un ombú enorme mientras ellos se desabrochaban los cintos de sus jeans. Ella se acomodó en el suelo y una vez que tuvo las dos pijas enfrente, las empezó a chupar y pajear a ambas.
Yo sabía que esta vez no tenía que participar, me acercaba un poco más y seguramente iba a arruinar todo, por lo que me quedé donde estaba. Saqué el celu para intenter filmar, pero no se podía ver nada (les pido perdón) asique no pude grabar eso más que en mi memoria.
Empecé a ver como la puta de Marisol se deboraba las dos porongas de a una, mientras la otra se la pasaba por la cara e iba alternando. Las pajeó con mucha fuerza y hasta se metió las dos en la boca al mismo tiempo varias veces. Vi como uno de ellos se empezaba a pajear con fuerza frente a su cara, por lo que ella agarró la otra pija con la mano, abrió la boca y se quedó paciente esperando el lechazo. Por lo que pude ver, todo el lechazo fue derecho a su boca y, conociendola, sabía que se había tragado todo. Al terminar ese, se empezó a acomodar los pantalones y mi novia agarró la verga del otro y se la empezó a pajear apoyando la puntita en su lengua esperando que este hiciera lo mismo.
El tipo sacó la billetera y de ahí un preservativo, claramente no se iba a conformar con solo un pete después de haber tenido ese culito en sus manos. Marisol entendió todo: se paró, le dió la espalda, apoyó sus manos sobre el árbol y esperó.
Mientras uno miraba, el otro se ponía el preservativo y mi solcito no tuvo que esperar más que unos segundos para la primera embestida. Se la clavó de lleno en la concha que ya estaba lubricadísima y caliente; y empezó a bombearle con fuerza. Ella mantenía sus piernas abiertas y firmes y su culo paradito, mientras el desconocido le descocía la concha.
Me acerqué un poco más, quería escucharla gemir...
Estaba a unos cuantos metros y se escuchaba como mi putita estaba gozando ahí frente al árbol y también escuchaba como el desconocido le decía: "Que puta más abierta que me encontré! te gusta la poronga no?" a lo que Marisol contestaba "si, damela toda, dale, toda toda"
El anónimo se empezó a chupar un dedo y sin preguntarle se lo apoyó en el agujero del orto, al ver que no oponía resistencia, se lo empezó a meter un poco más. Mi pobre novia tuvo suerte de que el tipo ya casi no aguantaba más, porque sino ese culo de ahí no salía sin tres puntos de sutura.
Con un dedo en el orto y una verga bombeandole la concha a full Marisol ya estaba con ganas de lechita y se la empezó a pedir. "Se viene la leche? me vas a lechear toda?" lo que provocó casi la explosión instantánea del desconocido que tenía atrás. Con un último vergazo que desde donde yo estaba pareció muy profundo, descargó toda su leche en mi novia. Le sacó la verga de adentro, se sacó el preservativo y le dijo "Yo también quiero que te tomes la leche eh!". Ella se dió vuelta sin siquiera bajarse la pollera y lo miró con cara de interrogación, a lo que el tipo le acercó el preservativo lleno de leche a la cara.
Juro que, aún sabiendo lo puta que era mi novia, jamás en la vida había visto semejante acto de putéz: abrió su boca y dejó que el desconocido le depositara la leche del forro en la boca y acto seguido tragó.
Cuando vi que ya terminaba, di media vuelta y me alejé, por las dudas, para no generar nada raro. La esperé diez minutos a la vuelta de ese lugar. Más tarde me contó que esos diez minutos se había quedado ahí en la placita con los dos tipos que querían llamar a otros amigos que estaban también en el desfile para que tuvieran un poco de lo que ellos acababan de tener.
Le pregunté si lo había considerado y me dijo "estuvimos diez minutos esperando que atendieran y se ve que tenían el celu apagado".
Repito nuevamente: tuvo suerte de no salir de ahí con el orto destrozado.
Así termina este relato. Espero que les haya gustado tanto o más que los anteriores. No duden en seguir comentando, compartiendo y puntuando. ESO ME ALIENTA A SEGUIR COMPARTIENDOLES NUESTRAS HISTORIAS. GRACIAS!!
16 comentarios - Mi novia se regaló en el carnaval
espero otra parte y te invito a mi primer relato!