Mi esposa y yo somos una pareja normal. Empezamos hace unos meses en el mundo liberal y disfrutamos mucho de él. Esta es la historia de la primera noche de esclava sexual de mi mujer.
Ella tiene 26 años y yo 28. Pero a pesar de que hemos tenido varias experiencias extremas en pareja, lo mas resaltante fue un trió con otra chica, hasta el presente relato todavía ella no había sentido el placer de estar con dos hombres…. su gran fantasía….
Mi novia, se llama Maribel, es un bombón. Es alta, pelinegro,con piernas largas y bien formadas. No es la típica flacucha. Es exuberante de cintura para abajo, y más delgadita de cintura para arriba, como a mí me gusta. Tiene un hermoso culo redondeado, muy carnoso y apetitoso, que hace las delicias de cuantos la ven pasar con sus apretados pantalones. Su pechos son más bien pequeños y con una bonita forma de peras.
Los dos somos muy lujuriosos, porque además de que nos gusta disfrutar del sexo, nos gusta el sexo más morboso. Podría parecer lo más normal en una pareja, pero no es así. No todas las parejas son lo que nosotros entendemos por "lujuriosas". A muchas de ellas les gusta el sexo normal, convencional, y encuentran el morbo en las situaciones que se generan en los juegos. Nosotros, además de eso, somos morbosos. Nos gusta el sexo más picante, más "sucio".
Aunque no tenemos roles predefinidos en el sexo porque lo disfrutamos de todas las maneras, sí es cierto que nos gustan bastante los juegos en los que ella cumple el rol de sumisa, o de sometida.
Nuestra aventura comienza en una casa de campo, alquilada para la ocasión, a cinco kilómetros de una población cercana.
Eran las doce de la noche. Llegamos a la casa, el camino es bastante oscuro, Maribel estaba nerviosa, sabía lo que íbamos a hacer, pero lógicamente le surgían dudas. Aunque tenemos experiencia en sexo con otra persona, esta nueva situación le asustaba un poco. Le asustaba, entre otras cosas, que la casa estuviera tan aislada, por si pasara algo. Yo estaba también nervioso, debo de reconocerlo, pero la tranquilicé. Como sabíamos que esto iba a pasar habíamos estado tomando unas copas en un bar, para desinhibirnos y perder los miedos. Pero aun así, estábamos hechos una gelatina.
Dejamos el coche junto a la entrada, cogí una mochila del asiento de atrás y accedimos a la casa. Yo ya había estado por la tarde preparándola para la ocasión. Había movido algunos muebles en la sala para hacer espacio y, no sin dificultad, había traído el colchón, que era 2x2, de la habitación principal y varios cojines hasta un rincón de la sala. Estaba todo plagado de velas, para ambientar, y en una mesita hay tres botellas de vino, una botella de whisky y varios vasos.
Todavía no era la hora, así que decidimos tomar un poco de vino para calmar un poco más los nervios.
Salí de la casa. Volví al vehiculo y llegué hasta el pueblo. Vi dos coches aparcados mientras entraba en la explanada del aparcamiento. Había dos chicos fuera de los coches, estaban fumando, tenían cervezas en la mano.
Bajé del coche, les saludé y les pregunte si todo estaba bien. "Claro, hemos encontrado fácil el sitio, ¿Quieres una cerveza?". "No, gracias, tenemos vino y whisky en casa". - "Vaya, vino ¡Suena bien!" - dijo uno de ellos mientras reía. Había quedado con los dos por internet, no los conocía en persona. Dos de ellos, según decían, habían hecho esto otras veces.
"¿Nos ponemos en marcha?" - "Dale", dijeron. - "Síganme entonces".
Ahora estaba más nervioso que nunca. Por internet me dieron buenas vibraciones, pero estaba dudando de si había sido buena idea lo de invitar a estos dos. Al principio me pareció buena idea, ya tenían experiencia en esto, así que deduje que sabían lo que hacían y que era mejor así que con dos personas que no conocían de esto, que en un momento dado pudieran perder los papeles. Ahora mi duda era si por su experiencia pudieran quitarme el control. Bueno, supongo que mis dudas eran debidas a los nervios, arranqué, les hice un gesto y me siguieron.
El camino hasta la casa se me hizo más corto que las veces anteriores. Me di cuenta de que debía haber repasado las reglas en la explanada, antes de llegar hasta la casa. Ahora sabían dónde estábamos, de modo que ya estábamos expuestos. Así que nada más bajar del coche, mientras ellos casi que se dirigían a la entrada, les paré, algo nervioso, y les dije que quería repasar las reglas. Se dieron cuenta de mi nerviosismo, se rieron un poco, me reí con ellos, aunque asustado. Y me dijeron: - "Claro, no pasa nada."
"Dale", - dije yo - "aunque lo hubiera recalcado mil ves por internet, quiero que me digan que están de acuerdo con las reglas en persona." - "No hay problema" - respondieron.
"Bien. Esta noche Maribel es suya. Pueden hacer con ella lo que quieran, durante toda la noche. Ella no manda sobre ella, ni yo tampoco. A partir de ahora yo soy un espectador, aunque si me dan permiso y me apetece podré entrar en el juego. Pero tendrán que invitarme, darme permiso y ordenarme a mí lo que quieren que haga. Es su esclava. Como mandan sobre ella, si se niega en hacer algo, la pueden obligar, diga ella lo que diga, la pueden ‘violar’. Eso si, recuerden que no deja de ser un juego. Si en algún momento alguno de los dos decimos las palabras ‘tengo miedo’. Tienen que parar, y se acaba el juego en ese mismo momento. Se tendrán que apartar. Si quieren se pueden ir a la otra habitación a pajearse, pero nos tienen que dejar solos.
Pasamos a la sala, y Maribel estaba sentada, bebiendo una copa de vino. Tenía las piernas cruzada muy sensualmente.
Serví unas copas de vino para todos, mientras Maribel se dirigía hasta el cuarto para prepararse - "¿Puedo servirle a ella una copa de vino?"
- "Claro" - me dijeron, - "que beba, mejor" - rieron.
Le acerqué la copa hasta el cuarto mientras ella se desnudaba, se la puse a un lado del colchón.
- La dejo aquí…. Por si quieres beber"
- "Dale" - me dijo, le di un beso y me aparté.
Luis y Ramón comenzaron a quitarse la ropa desde la sala, y al llegar al cuarto ya estaban desnudos. Yo procedí de igual manera a desvestirme.
Al estar ya todos desnudos, Luis, fue el primero que se acercó a ella. - "¡Qué buena está!" - dijo - "tremendo culazo, pensé que las fotos estaban trucadas" - Rió - "me lo voy a pasar muy bien con ese culazo. Parece de brasileña, pero se nota que es material local. Volvió a reir."
Se puso de rodillas sobre el borde del colchón, bebió un trago, dejó la copa en el suelo, y se estiró para acariciarle los muslos y el culo. Le abrió las piernas con las dos manos y las masajeó. - "Dios, que delicia, completamente depilada con cera, solo un pequeño mostacho a la brasilera, como nos había dicho" - dijo mirando a Ramón.
- "¿A ver?" - Ramón se acercó, mientras Luis le abría las piernas con las dos manos
Date vuelta y ponte en cuatro para ver tu trasero... Indico Ramón
Para luego exclamar - "Hmmmmm, que rico"
- dijo - "y además ya está goteando como una perra". - Pasó su mano por entre sus labios, que estaban empezando a empaparse de su pegajoso flujo, de la excitación. Se la llevó a su boca y dijo, - "¡Delicioso! Mejor que el vino," - se río
"Bueno, vamos a empezar" - dijo Luis - "Yo ya estoy excitado, yo creo que lo primero es que esta zorra nos ponga a punto. A ver, ponte de rodillas." - Maribel lo hizo - "Ven aquí" - se acercó a cuatro patas hasta el lugar de donde venía la voz. - "Abre la boca" - Luis la cogió por la nuca y la dirigió hasta su pene. - "Chupa, hasta que yo te lo diga."
Su verga, que no estaba completamente enpalmada, se puso dura con los primeros movimientos de Maribel. - mmmmm - Ella gemía mientras lo hacía. Le encantaba chupar una polla, y a mi me encantaba ver como lo hacía.
Ramón, se arrodilló detrás de ella para ver su culo y su coño. Acarició sus nalgas, las abrió y metió la cabeza deslizando su lengua una y otra vez desde por labios hasta su ano, empapándose de los jugos de ella y lubricando toda la zona con su flujo y su saliva.
Se notó que a Maribel le gustó, puso el culo más en pompa, y empezó a gemir con más intensidad mientras seguí chupándole la verga a Luis. Con la mano derecha lo masturbaba mientras le chupaba lentamente.
Luis le quitó la mano para poder metérsela más hasta el fondo. Esto es algo que me daba algo de reparo. Aunque alguna vez habíamos jugando entre los dos a meterle la verga en la boca hasta el fondo, lo habíamos hecho siempre con cuidado. Que se lo hiciera un tío a lo bestia no me agradaba demasiado. Pero ya estábamos ahí. Tampoco quería estropear la noche solo por eso, solo desee que Luis no fuera muy salvaje y que para ella no fuera muy incómodo.
Luis empezó a cogerle la boca, pero para mí alivio no fue tan salvaje como habíamos visto en algunas películas en las que la chica llegaba a provocarse. Ella parecía que por el momento lo llevaba bien.
Mientras, Ramón estaba chupándole la vagina, hasta que se paro y dijo: - "bueno, mejor cambiemos". Se cambió el sitio con Luis, y empezó, más fuerte que Luis, a cogerle la boca. La agarró por la nuca y la presionó contra sí. Parece que Ramón era un poco más bestia. Maribel se puso más tensa. Yo me sobresalté, no hice hacer ningún gesto ostensible, pero me puse tenso al verla a ella algo incómoda. Fue entonces cuando Ramón dijo - "zorra, eres mi esclava y puedo hacerte lo que quiera. Así que no te resistas porque te vamos a seguir violando hasta que no podamos más."
En ese momento, aunque parezca irónico, sus palabras, "esclava", "violando", me recordaron que todo esto era un juego, y cómo, a veces, mientras cogíamos, e intercambiábamos fantasías como esta, Maribel había dicho más de una vez: "que me violen un poquito no está tan mal", refiriéndose a que si había un poco de brutalidad en el acto, sin ser excesiva, hacía la situación más intensa y morbosa. En ese momento estábamos realizando esa fantasía que compartíamos en nuestra más profunda intimidad. Así que me puse de nuevo en situación, pensé que era algo que teníamos controlado, que en cualquier momento podíamos parar. Si ella no había levantado la mano, de momento no tenía que preocuparme.
Creo que a ella le sucedió lo mismo. Posiblemente pensó lo mismo que yo, así que se relajó lo suficiente como para que él pudiera seguir cogiéndole la boca. - "Así me gusta, putita, qué buena estás" - le dijo Ramón con la voz entrecortada por el placer.
Después de unos minutos Luis interrumpió la escena: - "bueno, ya está bien de calentamientos. Vamos a empezar" - Ramón y Luis, como si lo tuvieran entrenado, cogieron a la vez sus copas de vino y bebieron un trago.
"Zorrita, ponte a cuatro patas" - Dijo Ramón. "Maribel, se limpió la boca, de la que chorreaba saliva, con el dorso de la mano derecha, se volvió y se puso en la postura que le habían ordenado".
"Oye, y a mí me la sigues chupado" - Dijo Luis.
- Rió Ramón. - "Si quieres ponte ahora para que te la chupe nuevamente, mientras yo le doy por detrás."
Luis, se sentó en el colchón, con las piernas extendidas, se reclinó ligeramente hacia atrás y se apoyó con los brazos. - "Ven hacia aquí, perrita" - Le dijo a Maribel.
Y Maribel, fue a cuatro patas hacia donde estaba él.
Luis, que tenía la boca y la barbilla empapada después de haber estado lamiéndole varios minutos el coño y el culo, besó a Maribel en la boca, con pasión, ella devolvió el gesto, y él le susurró - "chúpamela".
Maribel bajó la cabeza y comenzó a chupársela con énfasis. Él apoyó la mano derecha en su cabeza marcándole el ritmo de la mamada.
Mientras se la chupaba, de pronto sintió unas manos en las caderas, y como una verga le entraba por su coñito de golpe hasta el fondo. Ya sabía que era Ramón. Maribel dio un respingo, pero al tener la verga de Luis en la boca no pudo gritar. Solo lazó un gemido quejoso y entrecortado.
"Te gusta, ¿eh? Di ¿Te gusta?" - decía Ramón - "¿Qué te parece que te estén cogiendo mientras tu novio mira? Que bueno se siente tu coñito ¿Sientes mi verga?" - Parecía que Ramón me había leído la mente. A Maribel pareció no importarle, seguía chupándosela a Luis mientras Ramón la penetraba con fuerza.
Al verlo, no pude evitar ponerme a mil. Hasta ese momento estaba tan absorto, y tan nervioso, que apenas me había parado a disfrutar de la situación. Parecía que los momentos de mayores dudas habían pasado. Estaba empalmado, la verga me iba a reventar, y el líquido preseminal empezaba a ser abundante. Así que empecé a masturbarme lentamente, porque si lo hacía muy rápido me daba a impresión de que iba a correrme en seguida, y esto tenía que durar mucho más.
- "Ahora quiero cogerla yo" - dijo Luis - Pero quiero que te tumbes boca arriba. Maribel obedeció. Ramón dejó de cogerla y ella se tumbó boca arriba, con las rodillas dobladas y las piernas todo lo abiertas que podía.
"Muy bien, así me gusta" - dijo Luis mientras le daba un buen lameton en su chocho.
- "¡Me pido la boca!" - dijo Ramón.
Luis se echó sobre ella, restregó su tiesa verga por sus labios vaginales, se frotó contra ellos - "que chochito más delicioso" - y la penetró. - "¡Ohhh!" -
En ese momento yo había dejado de pensar en todo. No paraba de masturbarme y solo quería disfrutar mientras miraba lo que qué le hacían.
Ramón se puso sobre Maribel, con Maribel entre sus rodillas. Se tumbó hacia adelante sobre su cara y comenzó a cogerle la boca.
- "¡Ohhh! ¡Qué bueno!" - Decía Ramón.
Mientras yo estaba de pie, cogió una copa de vino, y mientras bebía me masturbaba con la otra mano.
Ramón cada vez hacía movimientos más rápidos. Daba toda la impresión de que buscaba correrse e instantes después eso hizo. Noté como se retorcía de placer, y vi como su verga palpitaba con claros indicios de que estaba bombeando leche, dentro de su boca.
- "¡Ahhhhhh!, que guuusto." - Como tenía su verga dentro de su boca y el semen no tenía espacio, éste salía a borbotones por sus labios. - "¡Ahhhh!" - Seguía Ramón. - "Trágatelo".
- Y aunque Maribel hizo por tragar, no era fácil, boca arriba y con la verga de Ramón todavía dentro, así que seguían saliendo auténticos chorros por su boca.
Sacó su verga roja de tanta excitación y con su boca por fin liberada, Maribel suspiró, mezcla de alivio y placer y volvió a tragar, esta vez con más comodidad, parte del semen que seguía en su boca, mientras el resto chorreaba por toda su cara. Ella se relamía, suspiraba y gemía, al son de la cogida que le estaba metiendo Luis, que después de haber presenciado en primer plano semejante cogida de boca se había puesto más excitado aun.
Pero parecía que Luis no quería acabar todavía, al menos de esa manera. Así que se giró hacia Ramón y le dijo - "¿Ya te recuperaste, quieres darle nuevamente?"
Ramón dijo- "Claro, pero quiero darle ahora por el culo".
"Todo tuyo. Yo quiero cogerle también esa boca." - dijo Luis - Y sin dar casi tiempo a que se recompusiese, la puso en una posición un poco mas recostada a la cama (Boca abajo). Aun con semen por sus labios, sus mejillas y le metió la verga entre sus labios y comenzó a cogerla.
- "Levanta el culo, Maribel" - Dijo Ramón, mientras que la recostaba para facilitar la penetración. Se agachó sobre su coñito abierto, con su culo totalmente expuesto, y lamió varias veces, haciendo especial hincapié en su delicioso agujerito trasero. Se incorporó. Se escupió en los dedos, y lubricó su agujero. Apoyó la punta de su verga ya erecta, presionó un poco, la metió lentamente hasta que todo el glande quedó cubierto y empujó para meter el resto. - "¡Ahhhh!".
Esa visión me volvía loco, y tuve que hacer esfuerzos por no correrme mientras me masturbaba. Ver como esos dos extraños hacían lo que querían con ella. Esa mezcla de quejidos, gemidos, semen, sudor, con ella como protagonista, era sencillamente embriagador.
No sé cuanto transcurrió, pero al cabo de unos minutos Luis aceleró su follada y se corrió, al igual que Ramón, en su boca. Más semen salía y corría por sus mejillas. Luis se quedó en esa postura y desaceleró para disfrutar del momento. Ella tragaba, gemía, tragaba, gemía.
Aumentó la cara de placer de Maribel que creo que no podía mucho más de placer, cuando
Ramón me miro y dijo:
- "Oye, no te corras todavía, tengo una idea mejor.".- "¿Quieres participar?"
- "Sí claro" - dije con la voz entrecortada - "¿Qué ... qué hago?"
Ramón se la saca del culo y toma a Maribel de la mano - "Maribel, apártate un momento hacia aquí." - Ella se incorporó torpemente. El semen le chorreaba por la barbilla y el cuello hasta sus tetas. - "Ponte a un lado."
"Túmbate aquí, te va a gustar" - Me dijo señalando el lugar que ocupaba ella hasta hace un instante - "Boca arriba" - Lo hice. Al colocarme noté lo húmedo de las sábanas, por el sudor, y una sensación húmeda y especialmente pegajosa por varias partes del cuerpo, la cabeza, el cuello, la espalda.
"Ahora, zorrita, ponte sobre él a cuatro patas.". A tiendas se puso encima de mi. Rozando mi polla con su cuerpo al pasar, y dejando hilillos de mi líquido por su cuerpo - "Ahora métesela" - Me tome la verga para apuntar a su lubricada vagina, ella ayudó un poco con su mano y alcé el culo para metérsela de un golpe. Tenía el coño tan abierto y lubricado que entró casi sin darme cuenta.
- "Dale, quédense así"
Ramón se puso de rodillas detrás. Y se la metió de nuevo por el culo, esta vez sin ningún esfuerzo.
Noté como Ramón la metía. Para los que no han probado una doble penetración, le puedo decir que es una sensación extraña. Las dos vergas luchan dentro de ella para ocupar un mismo espacio, así que notas perfectamente la verga del otro, casi como si estuviera frotándose directamente contra ti.
Solo un estrecho pliegue las separa. Es una sensación extraña, pero a la vez muy placentera. Nosotros nunca lo habíamos probado. Maribel estaba siendo sublime. Yo me quedé quieto, con mi verga dentro, mientras dejaba que él hiciera el trabajo. En ese momento, Maribel empezó a gemir más que nunca. - "Ah, sí, cógeme" - Me abrazó fuerte y me besó apasionadamente. El sabor de su boca, mezcla de todo, era difícil de describir. Lejos de darme asco sentí la pasión que generaba la depravación en estado puro.
En ese momento noté las contracciones de Maribel, que estaba llegando a un intenso orgasmo. Gritaba de placer - ¡"Ohhhhhhhh siiií" - Mientras Ramon, que se estaba corriendo en su culo hacía lo mismo. Se apretó contra ella y ella contra mí. - "¡Ahhhhh!" ...
Él sacó su verga, el semén chorreó recorriendo su coño y acabando sobre mi pene y mis huevos. - "Lo siento" - Dijo al darse cuenta. Yo estaba absorto de placer, todo me daba igual.
Había hecho esfuerzos titánicos para no correrme antes, pero no pude aguantar más, y no quería aguantar más. Hice unos movimientos rápidos en su coño y yo también me corrí en el orgasmo más intenso de mi vida. - "¡Ahhhhhhh ...!" - No sé cuantas descargas eché, pero nunca me había corrido tanto y tan intensamente. Alzaba mi culo para sentir toda mi verga dentro mientras me corría. Finalmente saqué mi pene, y con ella salía semen a chorros que caía en mi vientre.
"Ohhh diooos ..." - Cerré los ojos. Volvimos a besarnos con pasión, suspiramos, y ella, exhausta, se tumbó a mi lado. Yo quedé en la misma postura y no podía moverme.
Abrí los ojos. Ramón sonreía, aun con la cara desfigurada del placer y Luis solo miraba.
"Bueno" - Dijo, cómo no, Ramón. - "Vamos a tomar un descanso antes de seguir. Aun queda noche y aun me apetecen muchas cosas."
- "Deja a la esclava que descanse. Que si no, no va a aguantar toda la noche" - Rieron.
Mi esposa, solo emitió una enorme sonrisa y se recostó.....
De esta manera transcurrió toda una noche de sexo salvaje….
2 comentarios - La primera noche de mi mujer como esclava sexual
que pijaa:F