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Con la nena, no

-Guille, dice el "turco" que vayas a verlo esta noche a las 21, quiere ofrecerte laburo en su fábrica.. -a secas me lo dice mi padre. Y siguió:-Yo no te voy a impedir nada, pero es jodido que labures para un vecino. Prometeme que los vas a pensar muy bien, tal vez si esperas... con un poco de paciencia después salga algo más.

-Prometido papá, pero primero dejame ver que ofrece...- contesto yo. El "Tano", mi viejo, había dado su veredicto pero igual no le hago caso.

Laburo independiente no me faltaba, pero recién recibido de ingeniero no me sobraban contactos. Y necesitaba algo fijo, para irme nuevamente de casa. Mis viejos bancaron mi reciente regreso a casa después de estar viviendo con mi ex novia por tres años, pero ya estoy desacostumbrado a ellos.

Decidí ir a ver al Turco, un tipo cincuentón al frente de su propia fábrica de autopartes y al que conozco de toda la vida por ser macanudo, uno mas del barrio, al que ahora le va muy bien pero no hace alarde de ello.

Justo apreté el timbre de su casa cuando se detiene una camioneta y desciende la mayor de las dos hijas del turco, Yamila, de solo 23 añitos. Ex bailarina de danzas clásicas y actual estudiante de ciencias económicas, sigue siendo la niña bonita del barrio, con el mismo rostro delicado de la madre, pero rubia. A pesar de que le llevo 3 años mas (lo cual era mucho en la adolescencia), siempre tuvimos una amistad afectuosa.

-Felicitaciones ingeniero Guille!!- me besa y me abraza efusivamente. Ha subido unos cinco kilos desde que dejo de bailar, pero me parece que están todos en sus tetas je..-Veni, vas a ver a mi viejo por el laburo? A él le encantaría tenerte en la fabrica!.

Abre la puerta de entrada de la casa la otra hija, Layla, de 17 años. Un poco más alta y corpulenta, cabello oscuro y ojos turcos, es el retrato vivo de su madre.

-Felicidades ingenieroooo!!- y entre las dos me hicieron los grititos de festejos. Totalmente avergonzado por la escena, sonreí y agradecí tímidamente. De niños éramos un poco mas amigos, pero estos últimos años estuve muy ausente del barrio.

También salieron los padres a saludarme, me hicieron entrar y me sirvieron un trago mientras las chicas sacaron fotos y después se fueron a la cocina. Hablando del tema, el turco y su señora Carmen me ofrecían un puesto temporal para llevar adelante un proyecto tecnológico de 6 meses.

La propuesta económica no era buena pero me servía, y mucho. Y después estaba lo otro: la señora Carmen. Las pajas que le habre dedicado a esa mujer!! Elegantísima en rostro y modales, unos ojos oscuros hipnóticos. Desde que la recuerdo es un poco corpulenta pero de muy buenas proporciones, y unas tetas grandes que eran mi locura de adolescente. Ahora, cuarentona y todo, se mantenia sensualmente bonita tal como la recordaba. Tenerla enfrente mío hablándome del trabajo que íbamos a tener que hacer juntos me hacia entusiasmarme... tuve que acomodarme el pantalón para que no se me notara la excitación. Rápidamente llegamos a un acuerdo, pero más que nada motivado por verla a ella un tiempo. "Tira más que una yunta de bueyes..." decia siempre mi abuelo.

-Y el "Tano", perdón.. tu papá.. como esta? y tu mamá? imagino que contentos porque volviste a casa- preguntó Carmen.

-Es complicado volver a ser soltero, y a ser hijo de nuevo- respondí con excesiva sinceridad.

-Ahora, que ya sos todo un hombre, se nota... Increíble el parecido a tu papa de joven...- comento el turco.

Pasaron las primeras semanas de trabajo reestructurando la infraestructura de sistemas de la planta. Todo en coordinación con Carmen, quien me hacía de nexo con las necesidades de los empleados de planta. Y yo como un chico. Era como volver a tener 13 años, cuando estaba embobado con esa mujer, sabiendo que era un imposible, y después de muchos años la tenia mirándome a los ojos, conversando, sonriéndome, inclinándose sobre mi notebook. Volví a sonreír con ganas, e iba contento a trabajar con la esperanza de verla y contemplarla caminando de acá para allá. A veces venían las chicas, y todos los empleados de la planta se alteraban ante esas mujeres.

Una mañana estábamos en reunión a solas cuando no pude evitar ver un escote pronunciado en su blusa. Lo vi una vez, dos... y a la tercera me pilló. Me hizo un gesto de que levantara la vista y la mirara a los ojos.

-Ni lo pienses... -dijo en tono dulce y amenazante, con una sonrisa cómplice. Casi le salto encima.

Con el correr de los días fuimos pegando muy buena onda, pero ella tenía claro que yo la deseaba. Y como toda mujer experimentada, sabia jugar con eso. La invite dos veces a ir a tomar algo afuera de la planta, pero me rechazo. No pasaba desapercibido que cada día se la veía mas contenta y arreglada, hasta los mismos empleados murmuraban lo mismo. Pero conmigo mantenía su distancia a rajatabla, incluso se atrevía a darme cada vez mas órdenes, sabiendo que me tenia engatusado.

Una mañana estábamos trabajando en su oficina y estando ambos de pie, la arrincone contra su escritorio dispuesto a besarla, a lo cual recibí un fuerte empujón de rechazo. Me pidió que me retire y que no vuelva a intentarlo, ella era mujer de un solo hombre y punto.
El rechazo es amargo siempre, así que tome mi notebook y me dirigí hasta mi oficina cuando me cruzo de repente a Yamila, la ex bailarina. Nos saludamos y comenzamos una conversación casual, y entre broma y chistes nos servimos un café y me acompaño hasta la oficina.

-Mama ya te aviso del sábado? más vale que vengas!- jovial y alegre como siempre.

-No sé nada- dije con gesto de intriga.

-Como que nooo?!? anoche quedamos en invitarte. Layla festeja sus 18 años y haremos una reunión con sus amigos y familia en el quincho del club. Mamá te iba a avisar!- rió y me tomo de la mano inocentemente, casi fraternal. -Venís?
.
-Ehmm, dejame ver si puedo, tus padres no me avisaron nada- tragándome el papelón que hice con Carmen cinco minutos antes.

-Ni hablar, venís y la vamos a pasar bien, hasta capaz que conozcas a alguien! - y con sus ojitos verdes me hizo un guiño. Parece una adolescente aun, sin embargo me la comería entera. Me dejó su teléfono y se fue.

Carmen me esquivó toda la semana y eso me hirió, es una cagada laburar así, pero cuando Yamila me llamo para confirmar mi presencia en la fiesta no tuve opción a negarme. Decidió pasar a buscarme en su flamante camioneta y cuando lo hizo quede anonadado. La pendeja es linda, pero bien maquillada y con un vestido crema muy elegante y apretado se veía como una modelo. Mi vieja la vio y quedó impresionada, así que fue corriendo a buscar la cámara para sacarnos una foto.

-Pero que hermosos jóvenes!! se ven muy bien juntos!!- Mi vieja tiene una capacidad para hacerme poner colorado que aun me asombra. Pero es verdad, los dos altos, rubios, y yo con buen lomo aun, debido a que hice futbol en las inferiores de un club hasta los 20 años, cuando se dieron cuenta que soy de madera.

Nos fuimos hasta la fiesta donde estaba lleno de pendejas divinas, todas las amigas de Layla estaban hermosas, pero seguí con Yamila que me llevaba a saludar a todos.
Obviamente estaban el turco y Carmen, a quienes salude y conversamos cortésmente hasta que empezó el baile. Apagaron todas las luces y se armo el boliche en dos minutos. Yamila me saco a bailar y me divertí como cuando era más chico, bailando, bebiendo, riendo con las chicas. Yamila es una diosa bailando, y lo hacía conmigo.

Me sentía un poco incomodo porque Yamila buscaba el contacto, el roce que yo no esquivaba. Pero... era Yamila, y aun la veo como una adolescente. Después baile con Layla, la cumpleañera, quien se divertía y reía conmigo. Mas hembra que su hermana, pero solo 18 añitos. Cada tanto miraba hacia donde estaba Carmen, quien me seguía atenta a todos los detalles. Volví a bailar con Yamila y en el momento que paramos a tomar algo, la pendeja me tomo de la mano y me llevo atrás de unos parlantes donde casi nadie nos veía. Solo mirarnos fue suficiente para abrazarnos y besarnos tímidamente, pero rápidamente encendimos motores enredados entre la música, el alcohol y el deseo… Besa bien la pendeja, y alcance a acariciar ese culo durito haciéndola suspirar. No estuvimos ni 5 minutos cuando suena su celular... era Carmen, pidiéndole que vaya a buscar la torta del cumpleaños a la cocina.

Aproveche para ir al baño, cuando salgo me cruzo a Carmen.

-Guille! estabas desaparecido! me acompañas a buscar el champagne? esta en el otro buffet del club, vas a tener que caminar y hacer fuerza.

Mire en redondo: Yamila yendo hacia la cocina, el turco brindando con otros invitados mayores...

Salimos con Carmen al parque, había que caminar unos 200 metros. Llevábamos unos 20 metros cuando pasamos por el costado de una casita.

-Hermosa fiesta- murmure casi pidiendo permiso..

-Que te pasa a vos?!?- me grito Carmen, asustándome de la sorpresa. -No te quiero dar bola y entonces vas por mi hija?!?

-No..nono- tartamudee patético.

Me empujo contra una pared y me grito totalmente enfurecida.

-No te hagas el pendejo con mi hija! te juro que si veo que...- Y la abrace fuerte, ahogando sus quejas y gritos contra mi pecho, reteniéndola con mis manos, una en su nuca, la otra por la cintura.

La mantuve así, sin dejarla hablar por unos instantes, ella tratando se zafar del sofoco, y yo respondiendo con una erección que apenas empezaba y ella lo notó de inmediato. De a poco dejó de ofrecer resistencia hasta aflojar sus brazos. La solté y quise besarla en los labios pero esquivó la intención, como ofendida. Mirándome a mi boca como pensativa, empezó a masajear mi verga por arriba del pantalón. Intente besarla nuevamente y fracasé, pero esta vez empezó a arrodillarse y a aflojarme el cinturón. Mi verga salió disparada de su prisión, erecta pero aun seca. Ella la miro, la tanteo con sus dedos en la penumbra y la dirigió hasta sus labios, como probando su sabor. Increíblemente suaves, ella lleno su boca de saliva y engulló el glande. Envolviendo con la tibieza de su boca y saliva, recorrió en círculos suaves todo mi capullo. Se aparto, tomo aire y mirándome un par de segundos a los ojos, me tomó de las nalgas, clavo sus uñas y me hizo una garganta profunda, la primera en mi vida… la retuvo unos 20 segundos hasta que empezó a parpadear reteniendo sus lagrimas, y la sacó. A partir de allí volvió a la carga pero succionando increíblemente como si quisiera sacarme sangre por allí, en un vaivén que me mantenía paralizado de la sorpresa. El morbo del parque a penumbras, la fiesta a pocos metros, el haberme transado a su hija diez minutos antes.. frenó su ritmo un poco pero succionándome el tronco con esos labios que desee toda mi vida... y sentí estallar mi leche en toda su boca. No la sorprendí, estoicamente recibió todo el semen casi inmóvil, asegurándose de que no se derramara nada. No oculto el esfuerzo que hizo de tragarse todo el fruto del ordeñe que me hizo, pero lo hizo callada y como avergonzada.

Espero unos instantes como para recuperarse mientras me la meneaba lentamente con una de sus manos. Se irguió y se acomodo rápidamente la ropa, un trajecito claro y suelto.

-Anda vos solo hasta el otro buffet, decile que vas de parte mía y te van a dar una caja de champagne. No te demores.

-Espera, quédate un ratito- murmure con los pantalones caídos, la verga media floja y tomándola de la mano. Perdedor total. Para hacerla completa, intente besarla por tercera vez en 10 minutos. Obvio que me saco cagando.

-Andá a buscar las botellas - Giro en redondo y se alejo elegantemente. A los 5 pasos se detuvo en seco, pero sin mirarme dijo, en un volumen justo para que lo escuchara...

-Con la nena no, clarito?

La fiesta siguió pero Yamila no se acerco mas, estaba con sus amigas muy entretenida, aunque cada tanto me miraba divertida, como nena que hubiera hecho travesura. Carmen me ignoro el resto de la noche. Decidí esperar un rato e irme en silencio de la fiesta, abrumado por los hechos. Solo me despedí del turco, que seguía brindando pasado de copas con sus familiares.

Salí a esperar un taxi, y se detiene un vehículo. Se baja la ventanilla y escucho esa, su voz.

-Subí Guille, no me vas a acompañar?

-pero ... y tu mamá...?

Continuará.

3 comentarios - Con la nena, no

laius
espero la continuación!