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Mi novia se regaló en el kiosko

Hola! Este es el tercer relato. Seguramente un poco màs cortito que los demàs, pero gracias a tanto aguante me dieron ganas de seguir compartiendo de nuestras historias. Espero que tambièn sea de su agrado. Todos mis relatos son reales, si bien me tomo ciertas licencias en la manera de contar las cosas y alterno lo que yo veo, con lo que ella me cuenta.

Ahora sin más, el relato...


Mi novia se regaló en el kiosko


Esta historia se da mucho después de las primeras que relaté. Hay otras historias en el medio, pero me dieron ganas de compartirles esta (me encanta compartir, ¿vieron?.


Tiempo después de lo que pasó esa noche que ya les contè, seguimos haciendo de las nuestras y hace unos meses yo me mudé a otro barrio del que vivía. Sabiendo que me iba a ir del lugar y que probablemente no viera nunca màs a ninguno, decidí hacer una despedida a mis "amigos" del barrio.
No eran muchos en realidad, solo el kioskero de la esquina y un amigo de el que se la pasaba en el local casi todas las tardes. Despuès de tanto vivir ahí y ser cliente regular, pasamos a ser amigos y charlar horas durante mis tardes libres. A veces tomabamos una cerveza o incluso nos juntábamos a ver a River en el kiosko los domingos, aunque estuviera cerrado.

La cosa es que luego de tantas aventuras con Marisol, cuando estaba cerca de mudarme se me ocurrió lo siguiente: enfiestarla con mis amigos del barrio a modo de despedida.

Un domingo estabamos viendo el partido con Alejandro (El kioskero) y así sin vueltas le conté que ahora con mi novia estabamos en una relación abierta y demàs. Primero me dijo que era cualquiera, que como iba a entregar a mi novia! (CON LO BUENA QUE ESTÁ! se le leyó en los ojos).
-No se la entrego a cualquiera, sólo amigos y conocidos- mentí.
-Ah si?- me dijo demostrando el interès
-Te la querés garchar? - le dije sin preámbulo
Empezó a hacerse el desentendido, que como iba a hacer eso, que nada que ver, después de varias vueltas las preguntas cambiaron a "pero estás seguro?" "ella quiere?", etc.
En realidad yo no sabía si ella quería, asique armé un pequeño plan: Iba al kiosko con mi novia cuando ellos dos estén cerrando, me prendía un pucho en la puerta y le pedía a ella si pasaba a buscar algo que me había dejado, una vez ahí los muchachos la iban a buscar a ver si ella agarraba viaje, si terminaba el pucho en paz, era porque quería, sino, bueno, total no los veía nunca más.

Llegó el día y puse en marcha el plan...


puta


Fuí con mi novia al kiosko cerca del horario de cierre, y cuando las percianas empezaron a bajar, miré a mis dos amigos y ellos entendieron todo. Me prendí el pucho y apenas las percianas tocaron el suelo le dije a Marisol:
-Uh! Amor, me vas a buscar el bolsito de los botines? Lo dejé en el sillón del cuartito.
(En la parte de atrás del kiosko, hay como un pequeño depósito con un sillón, un minibar y un televisor. También había una cámara de seguridad, pero los muy hdp jamás me dieron una copia de la cinta, asique si algùn dìa encuentran un video de una mina enfiestada entre tres en un kiosko, es mi novia. Yo soy el màs petisito de los tres! jaja)
No era la primera vez que ella entraba, varias de las tardes que pasé ahí, también estaba Marisol conmigo. Asique no tuvo problema. Apenas entró, mirè a mis amigos nuevamente y les dije: Vayan que termino el pucho y voy...

Por lo que ella me contó después, la cosa fue màs o menos así:
No encontraba el bolsito por ningún lado y se puso a buscar atràs del sillón, por lo que quedo arriba de él como en cuatro. Tenía puesta unas calcitas rojas y una tanga muy clavada, como siempre. Ademàs tenìa también una remera manga corta blanca.
Ambos entraron al cuartito al mismo tiempo y dijeron
-Apa! Que culito!
Ella se dió vuelta y les dijo
- Que chistosos! Vieron el bolsito?
-No, pero seguí buscando ahí atrás que nosotros miramos
No se si será cierto, pero ella dice que entendió todo enseguida, asique apropósito se volvió a poner en cuatro sobre el sillón haciendose la que buscaba algo. Ale fue el primero en arrancar, se puso en una posición similar a ella como ayudándola a buscar y posó una de sus manos en el culo de Marisol. Ella se dejó, por lo que el empezó a masajearlo enseguida.
-Y? Está ahí?
Martín, mi otro amigo, se puso del otro lado y también empezó a amasarle el orto, ella los miró y lo único que hizo fue mantenerse en esa posición y empezó a mover el culo disfrutandolo.

Cuando entré al cuartito, ella estaba comiendose con furia a Alejandro en el sillón, mientras Martín le tocaba el orto y le besaba el cuello.
-Empezaron la fiestita sin mi? - les dije
-Esto todavía no empezó- me dijo Ale.

Me saqué los pantalones de una y saqué la pija también, le dije: Vení amor, chupamela un rato. Ella se sentó en el sillón y apenas me acerqué me la empezó a chupar. Ale y Martín hicieron lo mismo y en menos de un minuto tenía dos pijas en la cara esperando a que se las empiece a comer. Marisol no tardó nada en empezar a saborearlas una por una.
Después de un buen rato chupandola sentada en el sillón, nos dimos cuenta de que la puerta de la perciana seguía abierta y, como yo ya la cogía todos los días, decidí no interrumpir e ir a cerrarla. Tan rápida fue mi putita que cuando volví al cuarto ya estaba abierta de piernas, con la tanga puesta de una sola pierna, las calzas en cualquier lado y en tetas. Mientras Ale le chupaba la concha, ella se deboraba sin pausa la verga de Martín. (Yo no lo sabía hasta ese momento, las pijas de ambos eran enormes, creo que era la primera vez que Marisol se comía vergas tan grandes).
Alejandro paró de chuparsela, se puso las piernas de Marisol al hombro y sin escala le mandó toda la poronga al fondo de su pequeña y mojada conchita. Gritó y gimió fuerte unos segundos, pero nada la distrajo de la verga que tenía en la boca. Me acerqué y puse mi pija a su alcance también, por lo que alternaba entre la mía y la de Martín, mientras chupaba una, pajeaba la otra y así.

Marisol estaba en su salsa otra vez, tres pijas sólo para ella. Luego de que Ale la garchara un buen rato, llegó el turno de Martín. La hizo dar vuelta y la puso en cuatro, mientras se la garchaba, noté como se mojaba los dedos y le iba abriendo de a poco el culo.
-Las vas a querer por el orto putita? - le preguntó Martín
-Siii aghghh Siii - le contestó Marisol sin dejar de comerse las dos vergas que tenía en la cara.
No pasó mucho rato que se escuchó un fuerte grito mezcla de dolor y placer: Tenía toda la poronga en el culo. Ella empezó a moverse más de lo que ya lo estaba haciendo, evidentemente ese orto se quería comer toda la poronga que tenía bombeandole.
-Le cabe la doble? - me preguntó Alejandro
-Me cabe aghhgh todo! Me cabe todo! - le contestó Marisol sin dejarme emitir palabra.
Sin que Martín se la sacara del culo, se acomodaron de manera tal que hicieron un sanguche con mi pequeña novia. Uno se la daba por el orto, el otro se la empezó a mandar por la concha. Ahora sí no paraba de gritar y gemir, ya no podía comerse mi pija sin desconcentrarse, por lo que decidí ponerme a mirar hasta que llegara mi turno.

Ver como cabalgaba para que las dos pijas le entraran y salieran bien hasta el fondo del orto y de su conchita me dejó la poronga a full, no aguantaba más las ganas de verla bañada en leche. Pero ella quería más: LAS DOS POR LA CONCHA! pidió.
¿Como negarse a los pedidos de una puta en celo, tan entregada, con tan buen orto y con tanta cara de golosa?
En palabras de Marisol, le destrozaron la concha, pero fue increible.
Me encantaba verlo y ella me contó después que acabó como unas tres veces en la poronga de ambos mientras su argolla se deboraba sin pudor las dos vergas al mismo tiempo.
Cuando llegó mi turno de garcharla, ya la notaba exhausta, por lo que le hice el culo con delicadeza, para además no distraerla y permitir que pudiera disfrutar de tres pijas a la vez tranquila: Una en el orto, otra en la concha que ya estaba completamente abierta y otra en la boca.

En total la habremos garchado unas dos horas, pero su orto y su concha no dejaron de doler y sentir los "recuerdos" como por una semana.
Llegó el momento tan ansiado, verla bañada en leche otra vez. Se arrodilló en frente nuestro y nos dijo "Denme toda la leche, dale, lecheenme toda!"
Y así fue, Martín le dejó toda la leche en la boca y ella muy obediente se la tragó. Alejandro y yo le dejamos la cara blanca. Fue una imagen genial: Marisol con la cara bañada en leche, el corpiño en la panza, la tanga colgandole de una de sus piernas. Increíble!
Seguimos tocandola un poco, mientras ella acariciaba con nostalgia las dos nuevas pijas que había sumado a su colección.


Y esta fue la primera vez que mi novia se entregó en un kiosko. Pero no la última, aunque si la última que lo hizo con alguien que conocíamos.



Si les gustó el relato, no olviden comentar. Su aguante me da ganas de seguir compartiendo. Gracias por leerme!


9 comentarios - Mi novia se regaló en el kiosko

SebaGordillo +1
Genial!!! Genial!! ... como me hago amigo de ustedes??? ... abrazo.
marianelo +1
PONE FOTOS DE MARISOL QUE LA QUEREMOS CONOCER, NO ME PERDI NINGUN RELATO, APARTE LA QUEREMOS ENFIESTAR TAMBIEN !
SuperEdge88 +1
Sos groso maestro, excelente relato!
wolfcan69 +1
Excelente, quede a full
maf80 +1
pone fotos de ella y quiero cogela tb
brauliodelmonte +1
Venís muy bien, por favor seguí escribiendo y contando las historias de tu putita... pasate por mis relatos que me parece que te van a gustar...
danton17
Muy buen relato! bien caliente
p00lit0
Son increible tus relatos y la exquisites de puta que es tu novia , te felicito maquina , no dejo de imaginarme el momento del
- LAS DOS POR LA CONCHA! pidió
y la carita llena de leche , reclamo esa foto jajaja
pablineskavio
Como me gustan tus relatos. Marisol una genia total y vos muy morboso me encantan