Pasaron los días y mis pensamientos rondaban en mi cabeza sin saber qué hacer, decirle a Estela que lo sabía todo y separarme, callar y seguir siendo un cornudo consciente, y tal vez disfrutar de la situación. Nada se aproximaba a la solución, todo tenía sus pro y sus contras, por un lado yo amaba y amo con locura a mi mujer, por otro lado el encontronazo de pensamientos y sensaciones que me produjo enojo y excitación a la vez, no sabía qué hacer, por lo pronto deje las cosas como estaban y seguí adelante.
En cuanto a mi nuevo trabajo era en una oficina céntrica, a solo unas cuadras de casa, y el horario era mas cómodo, cosa que me permitía salir a la hora de comer y retirarme mucho antes de lo que lo hacía en el trabajo anterior, pero algo me hizo decirle a mi mujer que a pesar de estar cerca y tener mejor posición y sueldo, las responsabilidades eran mayores y que por lo tanto algunas veces tendría que viajar y que mi horario de salida sería muy similar al anterior.
Un día llame a Karina para encontrarnos a la hora del almuerzo, quería hablar de lo que había pasado y averiguar de lo que sabía ella, de lo que ocurría entre mi esposa y los dos inquilinos. Me respondió que sí, que me vería en un restaurante el cual le indique al mediodía. Cuando llegué ella ya estaba ahí, tenía una camisa blanca una pollera muy corta negra y unos zapatos clásicos de tacón, con medias de nylon negras que resaltaban la hermosura de sus bien torneadas piernas. Al llegar, me acerque, le di un beso en la mejilla, ordenamos y le pregunte que había pasado ese día, ella me comento que sabía lo de Estela hacia ya varias semanas, y también que yo le parecía atractivo desde el momento que me vio, yo le pregunte, porque ella no participaba de esos juego a lo que respondió que no le gustaban los chicos jóvenes y tampoco los negros, mucho menos que sean estudiantes ya que para libros suficiente los que ella debía estudiar, en cambio prefería un hombre mayor no viejo, que tiene dominio de sus impulsos y que sabe lo que hace en todo sentido, además sabe tratar a una mujer.
Después me dijo que si yo quería saber como ella se había enterado de lo de Estela, a lo que respondí que por supuesto, y con lujo de detalles, entonces ella empezó el relato:
Un día olvide la llave del departamento entonces le dije al conserje que si podía abrirme ya que no sabía si había alguien, el me respondió que ellos solo tenían llave de la entrada de servicio que solo la usaban en caso de emergencia, entonces decidí entrar por ahí, cuando estaba pasando por el pasillo, vi a Estela en el cuarto de lavado, llevaba un short muy corto y una pupera que resaltaban sus pechos y se encontraba toda sudada, pero también estaban Gerome y José, ellos se reían y bromeaban, pero lo que me sorprendió fue lo caliente de la conversación, ellos le decían lo hermosa que era y le elogiaban sus pechos y su cola, ella les retribuía elogiando sus cuerpos jóvenes y trabajados, así fueron calentando el ambiente hasta que Gerome dio el puntapié inicial y se acerco a ella cuando se agachaba para meter la ropa en la lavadora, cuando le toco la cola, ella de un salto se incorporó y le dijo que no sea atrevido, que ella era casada y que amaba con locura a su esposo, a lo que ellos respondieron que esto no se trataba de amor, sino de sexo, por el otro lado José se acercó por atrás y la abrazo con fuerza besándole el cuello, ella se resistió pero no pudo con los dos, Gerome le besó los labios y ella se seguía resistiendo pero sin resultado, luego empezaron a sobarle las tetas y a apoyar sus paquetes sobre su culo y concha, entonces ella fue cambiando su resistencia por jadeos y de hacer fuerza para soltarse paso a abrazar a Gerome por sus musculosos hombros y espalda, diciendo que Antonio me perdone pero estoy muy caliente, entonces entre los dos le sacaron la pupera, y quedo tetas al aire, luego le bajaron el short, dejando ver que no llevaba braguitas, José se agacho y empezó a chuparle el culo, mientras Gerome le masajeaba las tetas y le metía la lengua en su boca, ella estaba totalmente sudada y excitada, ellos la estimulaban por todos lados. Gerome la tomo de la cabeza y la dirigió a hacia abajo, ella le bajo el pantalón deportivo y saco una descomunal serpiente cabezona, negra y brillante, se la llevo a la boca y empezó a chuparla con ganas, luego lo propio hizo José, ella turnaba su boca y su lengua con las dos chotas que tenia, una en cada mano cuando chupaba una, pajeaba la otra, las cuales estaban ya duras como piedra y negras como morcillas, después de mamar un buen rato, José la acomodo en cuatro, agarro su pendorcha y se la mando a guardar, ella solo respondió con un grito de placer, mientras seguía chupando el cañón de Gerome, después cambiaron posiciones y paso a chupar la chota de José, mientras Gerome ubicado atrás de ella se agacho para chupar su culo, luego de ensalivar su dedo se lo metió en el ano, luego dos dedos y luego tres, ya estaba dilatado como para recibir semejante trabuco, pero ella se dio vuelta diciendo que no quería, que no estaba totalmente acostumbrada, Gerome se acerco a su oído, mordiendo el lóbulo, cosa que a ella le excitaba de sobremanera, y le dijo que se calmara que lo haría despacio y con cariño, entonces mientras ella recibía de José unas embestidas en su boca que no parecía una chupada, más bien él le fornicaba la boca con sus movimientos, en ese momento mientras se atragantaba con la cabezota de José, Gerome colocando la punta de su pene en la puerta del culo de Estela, dio un empujón suave pero firme a la vez, acción que arranco un grito de dolor a ella, que le dijo que se quedara quieto que le dolía mucho, a lo que él hizo caso omiso y volvió a empujar para que entrara la mitad de ese monumento al pene, mientras ella gritaba de dolor pero sin dejar de chupar el sexo de José, Gerome seguía en su vaivén suave pero firme hasta que logro entrar todo ese tronco en el culo de Estela, en ese instante se quedaron quietos los tres, después de unos segundos, comenzaron nuevamente los movimientos mientras ella cambiaba los quejidos y cara de dolor por un jadeo de placer, así los movimientos de Gerome fueron acelerando y se hicieron mas fuertes hasta golpear contra las nalgas de la sodomizada Estelita, después se dieron vuelta quedando Gerome tendido en el suelo, Estela ensartada por el culo y José se puso sobre ella penetrándola por la concha, para estos momentos la calentura de Estela era monumental, gritaba y gozaba como una demente, pedía mas pija, les decía, putos, no dejen de cogerme, métanmela hasta el fondo, denme su leche, inflen a esta zorra de su esperma, quiero que me acaben por todos los lados, hijos de puta traten a esta puta como lo que es, la más perra chupapija que conocieron en su vida.-
Los minutos pasaron y en un momento, después de tanto mete y saca, los bufidos de Gerome dieron cuenta que estaba por acabar, y así fue, le lleno e culo de leche, al segundo José acelero sus movimientos y también le lleno la vagina de ese viscoso liquido que salió por los costados por la gran cantidad que era, luego se acomodaron mejor y ella chupo sus vergas y trago sus restos de la acabada hasta dejar esas pijas limpias y brillantes.
Luego se acomodaron la ropa como pudieron, ella los despidió con un beso a cada uno en la boca y se dirigió a darse una ducha.
El relato de Karina termino, entonces me di cuenta que estaba totalmente empalmado, pero era hora de ir a trabajar, entonces le dije que estaba caliente y tenía ganas de coger, ella asintió y me dijo que estaba igual, simplemente le dije que me esperara a la salida de mi trabajo a las cinco de la tarde y así lo hizo, nos fuimos a un hotel, y nos dimos una fornicada de campeonato, por la vagina, por el culo y hasta se tomo toda mi leche, esa noche llegue a casa y le dije a mi amada esposa que todo estaba saliendo bien y que pronto llegaríamos nuevamente a la cima. Esa noche me declaré cansado y ella también, seguramente tuvo una sesión de sexo con Gerome y José, pero algo en mi me preocupaba, era un cornudo consciente, la mujer que amaba me engañaba, y eso me enojaba, los celos me carcomían, pero a la vez me calentaba a medida que sabia mas, más caliente me ponía, y además tenía una hembra hermosa y caliente como amante, Karina que me aplacaba la arrechura.
(Continuará.....)
En cuanto a mi nuevo trabajo era en una oficina céntrica, a solo unas cuadras de casa, y el horario era mas cómodo, cosa que me permitía salir a la hora de comer y retirarme mucho antes de lo que lo hacía en el trabajo anterior, pero algo me hizo decirle a mi mujer que a pesar de estar cerca y tener mejor posición y sueldo, las responsabilidades eran mayores y que por lo tanto algunas veces tendría que viajar y que mi horario de salida sería muy similar al anterior.
Un día llame a Karina para encontrarnos a la hora del almuerzo, quería hablar de lo que había pasado y averiguar de lo que sabía ella, de lo que ocurría entre mi esposa y los dos inquilinos. Me respondió que sí, que me vería en un restaurante el cual le indique al mediodía. Cuando llegué ella ya estaba ahí, tenía una camisa blanca una pollera muy corta negra y unos zapatos clásicos de tacón, con medias de nylon negras que resaltaban la hermosura de sus bien torneadas piernas. Al llegar, me acerque, le di un beso en la mejilla, ordenamos y le pregunte que había pasado ese día, ella me comento que sabía lo de Estela hacia ya varias semanas, y también que yo le parecía atractivo desde el momento que me vio, yo le pregunte, porque ella no participaba de esos juego a lo que respondió que no le gustaban los chicos jóvenes y tampoco los negros, mucho menos que sean estudiantes ya que para libros suficiente los que ella debía estudiar, en cambio prefería un hombre mayor no viejo, que tiene dominio de sus impulsos y que sabe lo que hace en todo sentido, además sabe tratar a una mujer.
Después me dijo que si yo quería saber como ella se había enterado de lo de Estela, a lo que respondí que por supuesto, y con lujo de detalles, entonces ella empezó el relato:
Un día olvide la llave del departamento entonces le dije al conserje que si podía abrirme ya que no sabía si había alguien, el me respondió que ellos solo tenían llave de la entrada de servicio que solo la usaban en caso de emergencia, entonces decidí entrar por ahí, cuando estaba pasando por el pasillo, vi a Estela en el cuarto de lavado, llevaba un short muy corto y una pupera que resaltaban sus pechos y se encontraba toda sudada, pero también estaban Gerome y José, ellos se reían y bromeaban, pero lo que me sorprendió fue lo caliente de la conversación, ellos le decían lo hermosa que era y le elogiaban sus pechos y su cola, ella les retribuía elogiando sus cuerpos jóvenes y trabajados, así fueron calentando el ambiente hasta que Gerome dio el puntapié inicial y se acerco a ella cuando se agachaba para meter la ropa en la lavadora, cuando le toco la cola, ella de un salto se incorporó y le dijo que no sea atrevido, que ella era casada y que amaba con locura a su esposo, a lo que ellos respondieron que esto no se trataba de amor, sino de sexo, por el otro lado José se acercó por atrás y la abrazo con fuerza besándole el cuello, ella se resistió pero no pudo con los dos, Gerome le besó los labios y ella se seguía resistiendo pero sin resultado, luego empezaron a sobarle las tetas y a apoyar sus paquetes sobre su culo y concha, entonces ella fue cambiando su resistencia por jadeos y de hacer fuerza para soltarse paso a abrazar a Gerome por sus musculosos hombros y espalda, diciendo que Antonio me perdone pero estoy muy caliente, entonces entre los dos le sacaron la pupera, y quedo tetas al aire, luego le bajaron el short, dejando ver que no llevaba braguitas, José se agacho y empezó a chuparle el culo, mientras Gerome le masajeaba las tetas y le metía la lengua en su boca, ella estaba totalmente sudada y excitada, ellos la estimulaban por todos lados. Gerome la tomo de la cabeza y la dirigió a hacia abajo, ella le bajo el pantalón deportivo y saco una descomunal serpiente cabezona, negra y brillante, se la llevo a la boca y empezó a chuparla con ganas, luego lo propio hizo José, ella turnaba su boca y su lengua con las dos chotas que tenia, una en cada mano cuando chupaba una, pajeaba la otra, las cuales estaban ya duras como piedra y negras como morcillas, después de mamar un buen rato, José la acomodo en cuatro, agarro su pendorcha y se la mando a guardar, ella solo respondió con un grito de placer, mientras seguía chupando el cañón de Gerome, después cambiaron posiciones y paso a chupar la chota de José, mientras Gerome ubicado atrás de ella se agacho para chupar su culo, luego de ensalivar su dedo se lo metió en el ano, luego dos dedos y luego tres, ya estaba dilatado como para recibir semejante trabuco, pero ella se dio vuelta diciendo que no quería, que no estaba totalmente acostumbrada, Gerome se acerco a su oído, mordiendo el lóbulo, cosa que a ella le excitaba de sobremanera, y le dijo que se calmara que lo haría despacio y con cariño, entonces mientras ella recibía de José unas embestidas en su boca que no parecía una chupada, más bien él le fornicaba la boca con sus movimientos, en ese momento mientras se atragantaba con la cabezota de José, Gerome colocando la punta de su pene en la puerta del culo de Estela, dio un empujón suave pero firme a la vez, acción que arranco un grito de dolor a ella, que le dijo que se quedara quieto que le dolía mucho, a lo que él hizo caso omiso y volvió a empujar para que entrara la mitad de ese monumento al pene, mientras ella gritaba de dolor pero sin dejar de chupar el sexo de José, Gerome seguía en su vaivén suave pero firme hasta que logro entrar todo ese tronco en el culo de Estela, en ese instante se quedaron quietos los tres, después de unos segundos, comenzaron nuevamente los movimientos mientras ella cambiaba los quejidos y cara de dolor por un jadeo de placer, así los movimientos de Gerome fueron acelerando y se hicieron mas fuertes hasta golpear contra las nalgas de la sodomizada Estelita, después se dieron vuelta quedando Gerome tendido en el suelo, Estela ensartada por el culo y José se puso sobre ella penetrándola por la concha, para estos momentos la calentura de Estela era monumental, gritaba y gozaba como una demente, pedía mas pija, les decía, putos, no dejen de cogerme, métanmela hasta el fondo, denme su leche, inflen a esta zorra de su esperma, quiero que me acaben por todos los lados, hijos de puta traten a esta puta como lo que es, la más perra chupapija que conocieron en su vida.-
Los minutos pasaron y en un momento, después de tanto mete y saca, los bufidos de Gerome dieron cuenta que estaba por acabar, y así fue, le lleno e culo de leche, al segundo José acelero sus movimientos y también le lleno la vagina de ese viscoso liquido que salió por los costados por la gran cantidad que era, luego se acomodaron mejor y ella chupo sus vergas y trago sus restos de la acabada hasta dejar esas pijas limpias y brillantes.
Luego se acomodaron la ropa como pudieron, ella los despidió con un beso a cada uno en la boca y se dirigió a darse una ducha.
El relato de Karina termino, entonces me di cuenta que estaba totalmente empalmado, pero era hora de ir a trabajar, entonces le dije que estaba caliente y tenía ganas de coger, ella asintió y me dijo que estaba igual, simplemente le dije que me esperara a la salida de mi trabajo a las cinco de la tarde y así lo hizo, nos fuimos a un hotel, y nos dimos una fornicada de campeonato, por la vagina, por el culo y hasta se tomo toda mi leche, esa noche llegue a casa y le dije a mi amada esposa que todo estaba saliendo bien y que pronto llegaríamos nuevamente a la cima. Esa noche me declaré cansado y ella también, seguramente tuvo una sesión de sexo con Gerome y José, pero algo en mi me preocupaba, era un cornudo consciente, la mujer que amaba me engañaba, y eso me enojaba, los celos me carcomían, pero a la vez me calentaba a medida que sabia mas, más caliente me ponía, y además tenía una hembra hermosa y caliente como amante, Karina que me aplacaba la arrechura.
(Continuará.....)
1 comentarios - Juego de cuernos y orgias (2)
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