Mi tía Lili (6ta. parte)

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Para los que no han visto toda la serie, acá están las 5 partes anteriores

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Luego del polvazo de parados que nos echamos, nos fuimos a hacer la siesta. Por supuesto que yo me desmayé.
A las 6 de la tarde sonó el despertador, o dicho en otras palabras, Lili me empezó a chupar la pija. Me despertó la maravillosa sensación de su saliva cálida y el revoloteo de su lengua en mi poronga. Dejaba de chuparla y me hacía la paja, y empezó a hablar, “mientras vos dormías, estuve preparándome la cola, ya casi me entran tres deditos. Querés ayudarme vos?” mientras decía esto me alcanzaba un pote con vaselina, y se ponía de perrito delante de mí.
Unté el dedo mayor y entró fácilmente provocando gemidos en la tía, se lo metía bien hasta el fondo y lo movía dentro. Luego de unos minutos envaseliné el índice y con un poco más de trabajo le metí los dos. Lili se puso tensa, así que le dí unos cuantos besos en los cachetes y empecé a acariciarle con la mano izquierda la conchita, que estaba empapada.
Una vez que se relajó comencé a metérselos y sacarlos casi todo, y después a girarlos en su culito, la primera vez se quejó, así que aumenté el trabajo en su conchita y cuando los gemidos aparecían seguí con la apertura del hoyito. A todo esto Lili había estirado su brazo y mantenía a mi soldadito en posición de firme.
Debo haber estado como diez minutos, y pensé que ya era hora de meter el tercero, y me dije, si entran los tres, después te la entierro hasta las bolas. Lili dejó escapar unos cuantos quejidos ahora, pero le preguntaba si le dolía y me decía “no nene, dale, dale”, así que no podía más que obedecerla
Trabajé y trabajé hasta que se me perdían los tres dedos en su culito. Ella me agarró el pote de vaselina y empezó a lubricarme la pija, le pregunté “querés que te la ponga?”
Sí nene, sabés que me vas a desvirgar el culito?.
Sí, y no sabés las ganas que tengo.
Dale, ponémela toda, mientras decía eso levantaba el culito y apoyaba su cara en la cama. Me puse detrás de ella y le apoyé la cabeza en su hoyito, y empecé a hacer fuerza lentamente.
Ay, decía ella, despacito, despacito que me arde.
La saqué, y mientras me pajeaba con la izquierda volví a meterle los dedos de a uno, y cuando entraron los 3 nuevamente los trataba de abrir adentro y de girarlos, cuando logré que se relajara, saqué los dedos y se la metí.
Se quejó un poquito, pero una vez que entró la cabeza el resto se deslizó suavemente y cuando me dí cuenta la tenía toda adentro del culo de Lili.
“Uy mi amor, dijo, como entró toda, siento cada vena de esa pijota”.
Yo estaba en el séptimo cielo, que no tengo ni puta idea que es, pero suena como el paraíso, no?. Bueno, ahí estaba yo. Se la había metido toda, y ahora empecé con el mete saca, muy lento primero, disfrutando cada milímetro de ese culo glorioso, y mientras tanto la mano de Lili se dedicaba un rato a su conchita y un rato a acariciarme las bolas.
Yo trataba de no aumentar el ritmo porque quería quedarme a vivir ahí dentro, pero entre los gemidos de Lili, el calor y lo estrecho de su orto y que yo todavía no podía creer lo que estaba viviendo, empecé a darle más velocidad y más violencia, mientras le decía “te gusta como te hago la cola? Sentí como te la rompo… dale… pajeate, que vamos a acabar juntos y te voy a dejar el culo lleno de leche caliente”.
“Sí mi amor, rompémelo todo, mi culo es tuyo”, mientras se pajeaba salvajemente, y yo le agarraba el culo con las dos manos y le pegaba unas embestidas violentas, hasta que acabamos los dos, ella con un grito agudo y largo y yo con un ronquido que me salió del fondo de los huevos, y nos desplomamos los dos en la cama, yo arriba de ella, con la pija adentro de su culo, con las pulsaciones a 200 calculo, me faltaba el aire, estábamos casi muertos, transpirados, agitados.
Cuando recobré el aliento, empecé a besarla en la mejilla, a morderle el lóbulo de la oreja, mientras sentía como su culo lentamente expulsaba mi pija a medida que perdía la erección. Cuando salió toda me desmonté de ella y caí rendido en la cama, y tímidamente le pregunté “te gustó?”
Ahora ella se subió encima de mí, me dio un largo beso y me dijo “Y Que te parece? No sentiste como acabé?
Sí, pero te estabas dando una mano también.
Que bobo sos, me dijo, hubiera acabado igual sin tocarme, nunca pensé que me iba a volver tan loca. Sabés que me volvés loca, pendejito?
Ja, dije yo, y sabés las pajas que me he hecho por vos? Me parece bien, así estamos a mano.
Me dio otro beso, salió de encima de mí, se acostó de costado y me pidió que la abrace. Me pegué bien contra ella, mi mano en uno de sus pechos y oliendo el perfume de su pelo, y me dormí sin poder creer del todo que Lili, la tía Liliana, me dijera que la volvía loca.

(continuará)

Acá dejo otra foto de la rubia que se parece mucho a Lili en aquel momento (insisto, esto pasó hace muuuuuuuuuuuchos años, no tengo fotos de Liliana)