Tengo una tía que es unos 10 años mayor que yo pero que siempre ha sido mi fantasía erótica desde muy jovencito. Es pequeñita pero con curvas, un cuerpo estupendo y una carita preciosa sobre todo cuando sonríe lo que es casi siempre.
Ha sido la musa de mis pajas en muchas ocasiones en los últimos 15 años. Una de las primeras veces siendo mi prima un bebe entré en su habitación y me encontré a mi tía dándole el pecho. Ella siguió con lo suyo con normalidad pero yo me quedé abobado y en unos segundos salí. La imagen de mi tía con la blusa abierta y los pechos al aire sentada en el borde de la cama me acompañó en mis pajas los días siguientes y mucho tiempo después. Tenía unos pechos de revista, tamaño y forma perfectos y los pezones no muy grandes y claritos.
A partir de ese día ya no la veía con los mismos ojos. Recuerdo otra ocasión un verano que pasé con ellos, íbamos en el coche y mi prima que tendría ya unos 2 años vomitó. Paramos en el arcén de la carretera y mi tía con toda la naturalidad del mundo se quitó la camiseta para limpiarla y se quedó con un sujetador de encaje blanco. Esa imagen pasó a mi galería mental.
Como otras muchas. Como aquella vez que fui a llevarle un recado a casa y estaba sentada cruzada en una butaca con las piernas subidas en el apoyabrazos y solo una camiseta roja que justo le dejaba las piernas al aire (la de veces que fantaseé con entrar entre esas piernas). O aquel pantaloncito corto de algodón verde que se solía poner los fines de semana que le quedaba ceñido a su culo perfecto. O cuando en una ocasión me quedé 1 semana solo en casa y usé las llaves de su casa para entrar y fui directo al cubo de la ropa y encontré unas bragas y un sujetador suyos y me masturbé con ellas con cuidado de no mancharlas de semen.
Si solo eso me excitaba imaginarme cuando veraneé con ellos y íbamos a la playa y se ponía bikini o a la piscina y se ponía un bañador que por los costados dejaba parte del pecho al aire. Ese verano lo pasé empalmado y masturbándome siempre que tenía ocasión. Tiempo después cuando tuve acceso a las fotos de ese veraneo conseguí escanearlas y solo decir que aun las conservo escondidas.
Como esas os podría contar docenas. La cuestión es que han pasado los años y la atracción que siento por mi tía seguía intacta a pesar de que ella nunca pareció mostrar interés por otros hombres que no fueran mi tío, menos aun por mi, su sobrino. Hasta el verano pasado…
Mi tía tiene en la actualidad unos 38 años pero sigue estando tremenda. Es de esas mujeres que provocan deseo sexual casi sin proponérselo. Fisicamente es tipo Jennifer López o la venezolana Ivonne Reyes para que os hagáis una idea. Mi tío es unos años mayor que ella y hace un par de años le dio un infarto del que fue operado. En una ocasión oí a mi madre comentar a mi padre que mi tía le había confesado que desde el infarto mi tío era incapaz de mantener relaciones sexuales.
El pasado verano por trabajo me quedé solo en casa y mi tía que vive a unas pocas manzanas se ofreció a que, si quería, podía ir a comer a su casa cuando quisiera o incluso llevarle la ropa sucia. Empecé a ir a comer algunos días. Comíamos solos porque yo trabajaba solo por la mañana y mi tío no volvía de trabajar hasta las 5 o las 6 de la tarde. Así que muchas veces comíamos y luego tomábamos café y veíamos la tele hasta que venía mi tío y entonces ya me iba.
Convivir con ella a solas dio pie a que nos soltáramos mucho y cogiéramos mucha confianza mutua. Mi tía es muy tocona, cuando te habla te toca el brazo o si estás sentado la pierna. Que decir que yo estaba encantado y cada vez más a gusto, tanto que hasta me permitía soltarle alguna indirecta. Como cuando decía que no le gustaban sus dientes porque las paletas eran más grandes y yo le dije que muchos hombres eso lo encuentran sexy o que los vaqueros del año pasado casi no le cerraban y yo le decía que así presumía de culo o que un bikini le quedaba ya demasiado pequeño que no podía usarlo y yo de broma le decía que lo usara que alguno en la playa se llevaría alguna alegría.
Como a todos estos comentarios ella siempre respondía con risas me daba alas a ir un poco más allá cada vez aunque nunca pensé que tuviera ninguna oportunidad. Hasta que un día estando ella de pie y yo sentado en el sofá se levantó la camiseta y dejó el ombligo al aire y comentó “Ay como me estoy poniendo con los años”. La visión de mi tía con la camiseta levantada y unos leggins negros ceñidos a su coño y su culo que con la camiseta bajada no se veían me debió nublar la mente porque me salió del alma: “Pues a mi me sigues poniendo a mil”. Según lo dije me puse coloradísimo y en esta ocasión ella no se rió. Me miró y me dijo: “¿me encuentras atractiva?”. Le respondí: “si” con un hilo de voz.
Sin decir nada se sentó encima de mi y empezó a besarme. Yo no sabía como reaccionar, no me podía creer que aquello con lo que había fantaseado tantos años estuviera pasando. Ella debió de darse cuenta porque sin dejar de besarme cogió mis manos y las llevó a sus tetas. Yo estaba excitadísimo. De repente se echó hacia atrás y se quitó la camiseta y el sujetador. Sus pechos eran fabulosos tal y como los recordaba. Empujó mi cabeza hacia ellos y empecé a lamerlos y chuparle los pezones como tantas veces había hecho en mi imaginación. Al rato se puso de pie y se quitó los leggins quedándose totalmente desnuda delante de mi excepto un pequeño tanga negro. Se arrodilló frente a mi y me quitó el pantalón. Cuando agarró mi pene por primera vez casi me corro en su mano. Empezó a sacudirlo despacio y después a lamerlo hasta metérselo en la boca. Yo miraba al espejo frente a mi y veía a mi tía de espaldas arrodillada con su cabeza entre mis piernas y ese culo en pompa, a continuación miraba hacia abajo y veía mi pene entrando y saliendo de la boca de mi tía y de vez en cuando ella miraba hacia arriba y me miraba a los ojos sin sacarlo de su boca hasta que no pude más y me corrí dentro.
Ella no dejó de chupármela mientras me corría lo que hizo que el momento fuera aun mas placentero. Siguió chupándomela hasta que quedó totalmente limpia. Se tragó todo mi semen sin poner cara de asco ni nada, estaba aun más excitada que yo. Yo seguía empalmado pero me parecía que follarme a mi tía era ir un paso más alla que no me atrevía a dar así que la levanté del suelo y la tumbé en el sofá. Le levanté las piernas y le quité el tanga, luego le abrí las piernas y empecé a comerle el coño. Primero la lengua de abajo a arriba. Estaba mojado y caliente. Seguí, metiendo cada vez más la lengua. A veces me paraba en un punto y volvía a empezar. Cuando le metí 2 dedos dentro sin dejar de chupárselo ella se retorció y levantó la cadera, apretó fuerte su mano contra mi cabeza y mi cabeza contra su coño. Aumenté el ritmo y al rato sentí como se estremecía y apretaba sus muslos contra mi cara y se corría. Yo no paré mientras lo hacía ni retiré la cabeza para que sintiera lo mismo que había sentido yo minutos antes.
Al final se quedó quieta tumbada en el sofá. Estaba preciosa desnuda, piel brillante, una pierna en el suelo y la otra doblada sobre el sofá. Miré el reloj. Dije: “enseguida viene el tío”. Respondió: “si”. Y sin decir nada más se levantó del sofá recogió su ropa y se fue al cuarto de baño. Yo me vestí y me fui a mi casa antes de que ella saliera y antes de que llegara mi tío.
En un relato posterior os contaré como siguió ese verano fabuloso
Ha sido la musa de mis pajas en muchas ocasiones en los últimos 15 años. Una de las primeras veces siendo mi prima un bebe entré en su habitación y me encontré a mi tía dándole el pecho. Ella siguió con lo suyo con normalidad pero yo me quedé abobado y en unos segundos salí. La imagen de mi tía con la blusa abierta y los pechos al aire sentada en el borde de la cama me acompañó en mis pajas los días siguientes y mucho tiempo después. Tenía unos pechos de revista, tamaño y forma perfectos y los pezones no muy grandes y claritos.
A partir de ese día ya no la veía con los mismos ojos. Recuerdo otra ocasión un verano que pasé con ellos, íbamos en el coche y mi prima que tendría ya unos 2 años vomitó. Paramos en el arcén de la carretera y mi tía con toda la naturalidad del mundo se quitó la camiseta para limpiarla y se quedó con un sujetador de encaje blanco. Esa imagen pasó a mi galería mental.
Como otras muchas. Como aquella vez que fui a llevarle un recado a casa y estaba sentada cruzada en una butaca con las piernas subidas en el apoyabrazos y solo una camiseta roja que justo le dejaba las piernas al aire (la de veces que fantaseé con entrar entre esas piernas). O aquel pantaloncito corto de algodón verde que se solía poner los fines de semana que le quedaba ceñido a su culo perfecto. O cuando en una ocasión me quedé 1 semana solo en casa y usé las llaves de su casa para entrar y fui directo al cubo de la ropa y encontré unas bragas y un sujetador suyos y me masturbé con ellas con cuidado de no mancharlas de semen.
Si solo eso me excitaba imaginarme cuando veraneé con ellos y íbamos a la playa y se ponía bikini o a la piscina y se ponía un bañador que por los costados dejaba parte del pecho al aire. Ese verano lo pasé empalmado y masturbándome siempre que tenía ocasión. Tiempo después cuando tuve acceso a las fotos de ese veraneo conseguí escanearlas y solo decir que aun las conservo escondidas.
Como esas os podría contar docenas. La cuestión es que han pasado los años y la atracción que siento por mi tía seguía intacta a pesar de que ella nunca pareció mostrar interés por otros hombres que no fueran mi tío, menos aun por mi, su sobrino. Hasta el verano pasado…
Mi tía tiene en la actualidad unos 38 años pero sigue estando tremenda. Es de esas mujeres que provocan deseo sexual casi sin proponérselo. Fisicamente es tipo Jennifer López o la venezolana Ivonne Reyes para que os hagáis una idea. Mi tío es unos años mayor que ella y hace un par de años le dio un infarto del que fue operado. En una ocasión oí a mi madre comentar a mi padre que mi tía le había confesado que desde el infarto mi tío era incapaz de mantener relaciones sexuales.
El pasado verano por trabajo me quedé solo en casa y mi tía que vive a unas pocas manzanas se ofreció a que, si quería, podía ir a comer a su casa cuando quisiera o incluso llevarle la ropa sucia. Empecé a ir a comer algunos días. Comíamos solos porque yo trabajaba solo por la mañana y mi tío no volvía de trabajar hasta las 5 o las 6 de la tarde. Así que muchas veces comíamos y luego tomábamos café y veíamos la tele hasta que venía mi tío y entonces ya me iba.
Convivir con ella a solas dio pie a que nos soltáramos mucho y cogiéramos mucha confianza mutua. Mi tía es muy tocona, cuando te habla te toca el brazo o si estás sentado la pierna. Que decir que yo estaba encantado y cada vez más a gusto, tanto que hasta me permitía soltarle alguna indirecta. Como cuando decía que no le gustaban sus dientes porque las paletas eran más grandes y yo le dije que muchos hombres eso lo encuentran sexy o que los vaqueros del año pasado casi no le cerraban y yo le decía que así presumía de culo o que un bikini le quedaba ya demasiado pequeño que no podía usarlo y yo de broma le decía que lo usara que alguno en la playa se llevaría alguna alegría.
Como a todos estos comentarios ella siempre respondía con risas me daba alas a ir un poco más allá cada vez aunque nunca pensé que tuviera ninguna oportunidad. Hasta que un día estando ella de pie y yo sentado en el sofá se levantó la camiseta y dejó el ombligo al aire y comentó “Ay como me estoy poniendo con los años”. La visión de mi tía con la camiseta levantada y unos leggins negros ceñidos a su coño y su culo que con la camiseta bajada no se veían me debió nublar la mente porque me salió del alma: “Pues a mi me sigues poniendo a mil”. Según lo dije me puse coloradísimo y en esta ocasión ella no se rió. Me miró y me dijo: “¿me encuentras atractiva?”. Le respondí: “si” con un hilo de voz.
Sin decir nada se sentó encima de mi y empezó a besarme. Yo no sabía como reaccionar, no me podía creer que aquello con lo que había fantaseado tantos años estuviera pasando. Ella debió de darse cuenta porque sin dejar de besarme cogió mis manos y las llevó a sus tetas. Yo estaba excitadísimo. De repente se echó hacia atrás y se quitó la camiseta y el sujetador. Sus pechos eran fabulosos tal y como los recordaba. Empujó mi cabeza hacia ellos y empecé a lamerlos y chuparle los pezones como tantas veces había hecho en mi imaginación. Al rato se puso de pie y se quitó los leggins quedándose totalmente desnuda delante de mi excepto un pequeño tanga negro. Se arrodilló frente a mi y me quitó el pantalón. Cuando agarró mi pene por primera vez casi me corro en su mano. Empezó a sacudirlo despacio y después a lamerlo hasta metérselo en la boca. Yo miraba al espejo frente a mi y veía a mi tía de espaldas arrodillada con su cabeza entre mis piernas y ese culo en pompa, a continuación miraba hacia abajo y veía mi pene entrando y saliendo de la boca de mi tía y de vez en cuando ella miraba hacia arriba y me miraba a los ojos sin sacarlo de su boca hasta que no pude más y me corrí dentro.
Ella no dejó de chupármela mientras me corría lo que hizo que el momento fuera aun mas placentero. Siguió chupándomela hasta que quedó totalmente limpia. Se tragó todo mi semen sin poner cara de asco ni nada, estaba aun más excitada que yo. Yo seguía empalmado pero me parecía que follarme a mi tía era ir un paso más alla que no me atrevía a dar así que la levanté del suelo y la tumbé en el sofá. Le levanté las piernas y le quité el tanga, luego le abrí las piernas y empecé a comerle el coño. Primero la lengua de abajo a arriba. Estaba mojado y caliente. Seguí, metiendo cada vez más la lengua. A veces me paraba en un punto y volvía a empezar. Cuando le metí 2 dedos dentro sin dejar de chupárselo ella se retorció y levantó la cadera, apretó fuerte su mano contra mi cabeza y mi cabeza contra su coño. Aumenté el ritmo y al rato sentí como se estremecía y apretaba sus muslos contra mi cara y se corría. Yo no paré mientras lo hacía ni retiré la cabeza para que sintiera lo mismo que había sentido yo minutos antes.
Al final se quedó quieta tumbada en el sofá. Estaba preciosa desnuda, piel brillante, una pierna en el suelo y la otra doblada sobre el sofá. Miré el reloj. Dije: “enseguida viene el tío”. Respondió: “si”. Y sin decir nada más se levantó del sofá recogió su ropa y se fue al cuarto de baño. Yo me vestí y me fui a mi casa antes de que ella saliera y antes de que llegara mi tío.
En un relato posterior os contaré como siguió ese verano fabuloso
1 comentarios - Con mi tía despues de tanto tiempo.