Hola a todos, este es un texto de fantasía que una amiga escribió y que con su permiso publique, ya que ella no se animaba, este mismo cuanta con unas correcciones mías, espero que lo disfruten y me comenten que les pareció, aceptamos criticas. Que lo disfruten.
Hacia tiempo que no lo veía, años precisamente. El había decidido de un día a otro instalarse en otra provincia y solo manteníamos contacto vía mail. Una de las pocas veces que habíamos salido habíamos ido a Kilkenny, un bar muy reconocido del centro en esa ocasión ambos fuimos con nuestras respectivas parejas, por ese mismo recuerdo habíamos coincidido volver a vernos en ese lugar.
Estaba ansiosa, volver a verlo implicaba que se remuevan sentimientos que llevaba conmigo hacía tiempo y el estar sola no ayudaba a tener clara mi mente. Llame a dos amigas para no ir sola, arregle que lleguen ellas antes.
Llegue a casa, sonaba el radio la respuesta fue más rápida que de costumbre, realmente no me interesaba hablar de trabajo cuando tenía poco tiempo para llegar al encuentro. Me bañe, agarre una pollera de jeans clara, una remera negra de hombros caídos y unas botas negras caña alta, desconocía como lucia ni siquiera había tiempo de mirarme en el espejo, apenas en uno de mano, cuando decidí que al menos tenía que poner algo de color a mi cara.
Salí apresurada, en veinte minutos había llegado al lugar, entre sintiéndome dueña del lugar hasta que pude ver su mirada en mí. Mis amigas fueron las primeras en venir a saludarme, las abrace y les susurre el hecho que me alegraba que no hayan dejado sola, tenía miedo, miedo de mí. Separando a la multitud del lugar llegue a donde él se encontraba sentando tomando una pinta, se paró y nos abrazos, dudaba si era mi cuerpo el que emitía calor o él era su cuerpo el que me provocaba tanto calor.
Las chicas desaparecieron en la muchedumbre, si hay algo que tenía ese bar era una excelente gusto en música para bailar, el tema era que me habían dejado sola con él y era precisamente lo que no quería. Junto su silla con la mía, levanto su pierna para ponerla encima de las mías mientras con una de sus manos tomaba la pinta y con la otra jugaba con mi pelo suelto. La charla se hacía amena, siempre lo había sido, nos levantamos para recargar nuestros vasos y la cantidad de gente que había en lugar hacia que nuestros cuerpos estén pegados, ya en la barra, el paso una de sus manos por mi abdomen y con la otra se apoyó en la barra, me sujeto firme y me acerco aún más a él, podía sentirlo, podía sentir su respiración y sus labios pegados a mi cuello, parecía que el tiempo se había detenido en ese instante, no podría explicar la manera en la que me puso, sentía la piel erizada desde los pies hasta la nuca donde seguía sintiendo su respiración, cada vez más fuerte.
Me deshice de su abrazo y volví con las dos pintas para evitar que siguiera tan cerca, me abrí paso entre la gente para sentarme rápido en nuestra mesa. La charla siguió su curso, terminamos la pinta y me agarro la mano invitándome para bailar, de un tirón me levanto hasta quedar pegada a él, sus manos rozaban mis caderas mientras las mías agarraban con cierta tenacidad su nuca, cada paso era para acercarnos más. Ya ni siquiera pensaba en el alrededor, éramos solo nosotros, mis manos salieron de su nuca para terminar en su espalda debajo de su remera, experimentábamos el éxtasis en su máxima expresión.
Basto una mirada para terminar saliendo del local tomados de la mano y en silencio, al llegar al auto subimos y conduje hacia un hotel que había cruzado antes de llegar, sin decir nada entramos a la habitación. Se sentó en la punta de la cama y con sus manos me atrajo hacia él.
Me tomo de las piernas, acercándose a los glúteo y me llevo hasta el, con una mano me levanto un poco la remera que ya quería salir sola y por completo, y en empezó a darme suaves besos por el vientre que tenía con un exquisito perfume importado, a una mano la metió directamente debajo de la pollera, acariciándome las piernas llegando al borde de esa ropita especial que tenía para esa noche, por si algo llegaba a ocurrir, y estaba ocurriendo, con la otra mano y sin dejar de besarme, la subió por debajo de la remera y me acariciaba los pechos, suave pero firme, me apretaba los pezones de una manera que me hacía estremecer y la primera mano ya hurgaba por debajo de mi ropita buscando la dulce gema que tenía para él, estaba mojada, no podía más y sus dedos buscaron entrar dentro mío y lo lograron, yo solo podía suspirar y sentirme en el cielo.
Enlazando mis dedos en su cabello para tirar suavemente su cabeza hacia mí, para así besarlo mientras sus manos seguían explorándome, dejándome sin aliento, quemaba por dentro tanto que urgía sentirlo dentro de mí.
Tomando la iniciativa empecé a sacarle la ropa lentamente sin dejar que nuestras bocas se separen por una milésima de segundo, el aire era caliente, nos costaba respirar del placer que nuestros cuerpos estaban sintiendo, el contacto con su piel desnuda me hacía enloquecer, ya encima de él, cruce sus manos sobre su nuca para poder sentir el control, quería ser yo la que manejará el ritmo de nuestros cuerpos pero él no estaba dispuesto a cooperar, me giro sobre el para con una de sus manos retirarme la remera mientras que con el pulgar de la otra me corría la tanga, se sentía tan bien sus manos en mi cuerpo y éste no paraba de temblar mientras me hacía acabar con sus manos.
No podía más, solo me la metió sin titubear acelerando sus movimientos, llevándome al límite del placer, haciendo de mí un títere que solo podía gemir y acompañar tus movimientos. Tú lengua giraba alrededor de mis pezones mientras los mordías de tanto en tanto y tus manos enlazadas a las mías sintiendo el inminente final, presionándome más hacia a vos, sintiéndome partir en mil pedazos por el clímax generado…
Hacia tiempo que no lo veía, años precisamente. El había decidido de un día a otro instalarse en otra provincia y solo manteníamos contacto vía mail. Una de las pocas veces que habíamos salido habíamos ido a Kilkenny, un bar muy reconocido del centro en esa ocasión ambos fuimos con nuestras respectivas parejas, por ese mismo recuerdo habíamos coincidido volver a vernos en ese lugar.
Estaba ansiosa, volver a verlo implicaba que se remuevan sentimientos que llevaba conmigo hacía tiempo y el estar sola no ayudaba a tener clara mi mente. Llame a dos amigas para no ir sola, arregle que lleguen ellas antes.
Llegue a casa, sonaba el radio la respuesta fue más rápida que de costumbre, realmente no me interesaba hablar de trabajo cuando tenía poco tiempo para llegar al encuentro. Me bañe, agarre una pollera de jeans clara, una remera negra de hombros caídos y unas botas negras caña alta, desconocía como lucia ni siquiera había tiempo de mirarme en el espejo, apenas en uno de mano, cuando decidí que al menos tenía que poner algo de color a mi cara.
Salí apresurada, en veinte minutos había llegado al lugar, entre sintiéndome dueña del lugar hasta que pude ver su mirada en mí. Mis amigas fueron las primeras en venir a saludarme, las abrace y les susurre el hecho que me alegraba que no hayan dejado sola, tenía miedo, miedo de mí. Separando a la multitud del lugar llegue a donde él se encontraba sentando tomando una pinta, se paró y nos abrazos, dudaba si era mi cuerpo el que emitía calor o él era su cuerpo el que me provocaba tanto calor.
Las chicas desaparecieron en la muchedumbre, si hay algo que tenía ese bar era una excelente gusto en música para bailar, el tema era que me habían dejado sola con él y era precisamente lo que no quería. Junto su silla con la mía, levanto su pierna para ponerla encima de las mías mientras con una de sus manos tomaba la pinta y con la otra jugaba con mi pelo suelto. La charla se hacía amena, siempre lo había sido, nos levantamos para recargar nuestros vasos y la cantidad de gente que había en lugar hacia que nuestros cuerpos estén pegados, ya en la barra, el paso una de sus manos por mi abdomen y con la otra se apoyó en la barra, me sujeto firme y me acerco aún más a él, podía sentirlo, podía sentir su respiración y sus labios pegados a mi cuello, parecía que el tiempo se había detenido en ese instante, no podría explicar la manera en la que me puso, sentía la piel erizada desde los pies hasta la nuca donde seguía sintiendo su respiración, cada vez más fuerte.
Me deshice de su abrazo y volví con las dos pintas para evitar que siguiera tan cerca, me abrí paso entre la gente para sentarme rápido en nuestra mesa. La charla siguió su curso, terminamos la pinta y me agarro la mano invitándome para bailar, de un tirón me levanto hasta quedar pegada a él, sus manos rozaban mis caderas mientras las mías agarraban con cierta tenacidad su nuca, cada paso era para acercarnos más. Ya ni siquiera pensaba en el alrededor, éramos solo nosotros, mis manos salieron de su nuca para terminar en su espalda debajo de su remera, experimentábamos el éxtasis en su máxima expresión.
Basto una mirada para terminar saliendo del local tomados de la mano y en silencio, al llegar al auto subimos y conduje hacia un hotel que había cruzado antes de llegar, sin decir nada entramos a la habitación. Se sentó en la punta de la cama y con sus manos me atrajo hacia él.
Me tomo de las piernas, acercándose a los glúteo y me llevo hasta el, con una mano me levanto un poco la remera que ya quería salir sola y por completo, y en empezó a darme suaves besos por el vientre que tenía con un exquisito perfume importado, a una mano la metió directamente debajo de la pollera, acariciándome las piernas llegando al borde de esa ropita especial que tenía para esa noche, por si algo llegaba a ocurrir, y estaba ocurriendo, con la otra mano y sin dejar de besarme, la subió por debajo de la remera y me acariciaba los pechos, suave pero firme, me apretaba los pezones de una manera que me hacía estremecer y la primera mano ya hurgaba por debajo de mi ropita buscando la dulce gema que tenía para él, estaba mojada, no podía más y sus dedos buscaron entrar dentro mío y lo lograron, yo solo podía suspirar y sentirme en el cielo.
Enlazando mis dedos en su cabello para tirar suavemente su cabeza hacia mí, para así besarlo mientras sus manos seguían explorándome, dejándome sin aliento, quemaba por dentro tanto que urgía sentirlo dentro de mí.
Tomando la iniciativa empecé a sacarle la ropa lentamente sin dejar que nuestras bocas se separen por una milésima de segundo, el aire era caliente, nos costaba respirar del placer que nuestros cuerpos estaban sintiendo, el contacto con su piel desnuda me hacía enloquecer, ya encima de él, cruce sus manos sobre su nuca para poder sentir el control, quería ser yo la que manejará el ritmo de nuestros cuerpos pero él no estaba dispuesto a cooperar, me giro sobre el para con una de sus manos retirarme la remera mientras que con el pulgar de la otra me corría la tanga, se sentía tan bien sus manos en mi cuerpo y éste no paraba de temblar mientras me hacía acabar con sus manos.
No podía más, solo me la metió sin titubear acelerando sus movimientos, llevándome al límite del placer, haciendo de mí un títere que solo podía gemir y acompañar tus movimientos. Tú lengua giraba alrededor de mis pezones mientras los mordías de tanto en tanto y tus manos enlazadas a las mías sintiendo el inminente final, presionándome más hacia a vos, sintiéndome partir en mil pedazos por el clímax generado…
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