Fantasia con mi mujer

Tengo una relación sexual muy completa y plena con mi mujer, pero también tengo mis fantasías. La principal de todas ellas es tener una relación homosexual. Me gustan mucho estas páginas de relatos y ver vídeos gay. Especialmente me excitan las escenas de sexo oral. Cuando veo a mi mujer como disfruta chupándome la pija siento una gran envidia, y desearía poder estar en su lugar. Un día con la excusa de innovar un juego erótico compré en un sexshop una pija de plástico y un arnés. Esa noche, en la cama con mi mujer saqué inicialmente la pija. Como si fuera un juego me la fui trabajando.
En primer lugar se la ofrecí a chupar, diciendo:
- Dos por el precio de una. Hoy puedes chupar dos vergas.

Luego, en medio de la pasión, la imité chupando yo la de plástico. Ella me dijo:
- ¿Qué pasa, te doy envidia?
Yo puse voz femenina y fingí ser ella chupándomela. Incluso le llamé por mi nombre. Ella me siguió el juego y se puso el juguete como si fuera su verga.
Entonces me imitó a mí:
- Chupámela cariño, venga dale una mamada a tu maridito.
Yo estaba como loco. Ella se animó con el juego y se fue a por su pintura de labios. Me pintó los labios y me siguió hablando como si fuera ella el hombre.
- Estas preciosa amor. Sigue chupándola. Como me gustaría cogerte amor.
Esas palabras dieron paso a mi segunda fase.
Saque el arnés y le dije:
- Por ser hoy un día especial te dejo hacer tu fantasía (que era la mía).
Ella me miró sorprendida, pero ya estaba muy caliente para dar marcha atrás.
- ¿Estás seguro amor?¿No te haré daño?
- cogeme le dije (imitando su voz)
Entonces se puso el arnés. Unto la pija de vaselina. Me metió un dedo primero y luego otro, untados de vaselina.
- ¿Te gusta guarrilla?
-MMMM, no pares mi hombre
- Te la voy a clavar hasta el fondo – me dijo con voz grave, pero primero me pondré en ambiente. Se puso uno de mis calzoncillos encima del arnés. Asomó la verga por la abertura. Me pintó los labios y me puso su camisón, levantándomelo para dejarme el culo al aire.
Entonces noté como apoyó la punta del rabo en mi culo. Una oleada de placer me llenó por completo. Me introdujo el juguete hasta el fondo. Pude notar su vello púbico en mis nalgas. Empezó a cogerme. La sensación de ser cogido por mi mujer era increíble. Me sentía una putita ensartada por su macho. Ella, con su voz de hombre simulada me seguía el juego. Yo clavaba el papel de mujercita imitando sus comentarios habituales.
- Ahhhh, qué gusto me das. La clavo hasta el fondo.
Y ella, en mi papel:
- Me encanta cogerte amor. Eres preciosa.
Acabamos los dos a la vez. Como nunca.
Desde entonces, una vez al mes, cambiamos los papeles. Ella me maquilla y me pone sus ropas. Luego se viste con mi ropa. Se toma un whisky, se fuma uno de mis puros, me mete mano, me besa, me coge, me llama linda, putita…
Es la mejor noche del mes.