Mi tía Lili (3ra. parte)

Acá las dos primeras partes

http://www.poringa.net/posts/relatos/2492603/Mi-tia-Lili-1ra-parte.html

http://www.poringa.net/posts/relatos/2494669/Mi-tia-Lili-2da-parte.html


Pasaban los días y yo no podía sacarme de la cabeza todo lo que había vivido en ese par de horitas, y por otro lado me quería matar, como no la había cogido… que pelotudo… y si no tengo otra oportunidad?…
Cada vez que iba a la casa, estaban mis primitos o peor, a veces estaba mi tío, y ella me evitaba, estaba distante.
Pasaron como tres semanas y un jueves estábamos en una reunión familiar, un cumpleaños creo, y Lili y mi tío empezaron a discutir.
El salía de gira (era viajante y llegaba hasta Río Gallegos) y quería que los nenes fueran a casa de sus abuelos el fin de semana y Lili decía que no se quería quedar sola, que con las cosas que se oían le daba miedo, y él iba levantando temperatura, que no sea boluda, que no pasaba nada, y la discusión iba en aumento, en un momento mi tío dice “los chicos van a lo de mis viejos y listo, no se discute más. Carlitos, vos tenés que hacer algo el fin de semana?”
Le dije que no, y me dice, porque no te venís a dormir acá?, así tu tía se deja de romper las pelotas.
Lili dice, “no lo jodas al chico, mirá como le cagás el fin de semana”,
si dijo que no tenía nada que hacer, que no haga nada acá y listo, que decís Carlitos?
Tratando de pasar lo más desapercibido posible dije que no tenía problemas (en fin, me entienden, alguien tiene que hacer el trabajo sucio, y si había que sacrificarse me sacrificaba).
Listo, dijo él, problema solucionado, la princesa tiene algún otro drama? Ella lo miró con cara de “que tarado sos” y se terminó la discusión.
Yo no cabía dentro mío, pero no sabía bien como venía la mano, me juramenté que en esos dos días de alguna manera iba a terminar lo que habíamos empezado
Terminada la reunión nos pusimos a acomodar todo y en un momento nos quedamos los dos solos y Lili me dice “viste, él pidió que vinieras a dormir eh, yo no tengo nada que ver” y me guiñó un ojo
No pegué un ojo en toda la noche, creo que tuve la pija en permanente erección .
Habíamos quedado en que el viernes a las 8 de la noche iba a hacerle compañía a la tía, fueron las 20 horas mas largas de mi vida
A la mañana me fui al centro, compré 3 cajas de forros muerto de vergüenza, el quiosquero todavía se debe estar cagando de risa, porque cuando me iba me dijo “bien nene eh, no sabés como te envidio”
A las 6 de la tarde me bañé, me perfumé, armé un bolsito, agarré unos libros y cerca de las 8, y poniendo cara de “mirá lo que tengo que hacer ahora” saludé en mi casa y me fui
Fui a entrar a lo de la tía y estaba cerrado con llave, toqué timbre, quien es? Dijo Lili, Carlitos tía, dije yo con el hilo de voz que me salía.
Abrió la puerta sin asomarse, entré y cuando la ví… mamita, era un angelito sexy, baby doll blanco, transparente y cortito (bah, como todos los baby dolls) con una bombachita blanca superchiquita (recuerden que esto era antes que se inventen las tanguitas), cerró la puerta y me comió la boca de un beso.
Antes que nada Carlitos, te tengo que decir algo, después de lo que pasó me sentí como el diablo, estaba segura que me había equivocado y no te quería arrastrar a vos, pero esta semana el hijo de puta de tu tío hizo todo lo posible para empujarme a que le haga unos cuernos como un ciervo; y yo ya estoy harta, así que espero que hayas comido bien esta semana porque no te voy a dejar ni una gotita de leche encima.
La agarré de la cintura, la traje contra mí, le comí la boca mientras mis manos le apretaban ambos cachetes de ese culo hermoso que tenía.
A ver dijo Lili, vamos a repasar lo que aprendiste hace unos días, se puso en cuclillas, desabrochó mi cinturón, me bajó los pantalones, el slip, y empezó a chuparme la pija.
La lamía como un helado, se la metía casi toda en la boca, se acariciaba la cara con ella, me lamía las bolas, yo la miraba desde arriba, veía esas tetas gloriosas y de vez en cuando cuando trataba (sin lograrlo) de tragársela toda me miraba con esos faroles azules que tenía.
En una de esas, cuando lo tenía en la boca, empecé a moverme para atrás y adelante, estaba cogiendo la boquita de mi tía, de vez en cuando le daba alguna arcada y cuando iba más al fondo alguna lagrimita le quería aparecer, pero no aflojaba.
La soltó unos segundos y con voz de gatita me dijo “dame la lechita”, y comenzó a chuparla casi con desesperación, y ahí me fui casi con un grito, me temblaban las patitas, y es difícil no perder el equilibrio cuando te hicieron acabar con una mamada monumental, y tenés los calzoncillos y el pantalón a medio asta.
Lili se la tomó toda, le había quedado un poco en la comisura de los labios y con un dedo se la puso en la punta de la lengua y después a puro lengüetazo me la dejó reluciente, vamos a la cama bebé, me dijo
A los saltos, en una pata, mientras iba sacándome y tirando mi ropa llegué a la cama.
Me acosté al lado de ella y empecé a besarla muy suavemente, le bajé los breteles del camisolín y mientras con el dedo índice de una mano le jugueteaba con un pezón le metía lengua, besos y mordisquitos al otro.
Me puse sobre ella y empecé a bajar por su estómago besándole cada milímetro cuadrado de piel, el perfume de su conchita me llamaba, pero ahora que sabía que tenía todo el tiempo del mundo, que mejor que me recuperara de la mamada fenomenal que me había hecho, y que quería hacerla calentar como una brasa, así que estacioné entre sus piernas y empecé a besarle los muslos, de las rodillas hacia arriba, primero una pierna y luego otra, rozando apenas con mi nariz la bombachita que empezaba a traslucir un poquito de humedad.
Lili se retorcía de gusto, pero yo quería hacerla desear, y otra vez a bajar y subir con mi lengua por sus muslos, luego de un rato apoyé mis labios sobre la bombacha que se estaba mojando más, y lentamente empecé a bajársela de a poquito. Lili se había depilado casi toda, apenas una matita de pelo por encima y luego lisita como una nena. Estaba totalmente empapada, y de ella me gustaba todo, incluídos sus flujos, y ahí fue Carlitos… a demostrarle que no sabía nada, pero que si le enseñaban bien era un excelente alumno y chupé, besé, lamí, mordisquee, hasta que escuché la frase mágica “cógeme pendejo, que no doy más”.
Y me sumergí en ella, hasta el fondo, sintiendo como me clavaba las uñas en la espalda y me rodeaba el culo con sus piernas, y me acariciaba la nuca y me metía le lengua en la oreja.
Me estaba cogiendo a Lili, y que lindo era…
Empecé suave, pero ella empezó a decirme en la oreja “más, más” y yo lo hacía más fuerte y la escuchaba “así, sí así, dale, dale”, de pronto sentí que su espalda se arqueaba, escuché el mismo chillido de la otra vez y me salió un grito ahogado y todos los pibes se amontonaron en la punta del forro.
Estábamos agitados y jadeantes los dos, yo era casi un peso muerto encima de Liliana, me agarró la cara con las manos y me encajó un beso de una terrible ternura, no parecía la fiera de hacía unos instantes, salí de ella, me recosté y ella se puso de costado con su cabeza en mi hombro mientras me acariciaba el pecho

(continuará)

y otra foto de una chica muy parecida a ella