You are now viewing Poringa in Spanish.
Switch to English

Me quedé sola en la casa de mi mejor amiga con su hermano m

Agradezco como siempre a todos aquellos buena onda que leyeron, comentaron y puntuaron los posteos anteriores. Hoy continúa mi primer relato con Pauli, la chica de 18 años que dejó de ser virgen después de cogerse en el cumpleaños de su mejor amiga al hermano y tío de su amiga cumpleañera.
Estos son los episodios:
Parte I: http://www.poringa.net/posts/relatos/2489483/Cumple-de-Dani-Trio-partuza-y-desvirgadas-parte-1.html
Parte II: http://www.poringa.net/posts/relatos/2489569/Cumple-de-Dani-Trio-partuza-y-desvirgadas-parte-2.html

Ahora si la historia:



El jueves de la semana pasada salimos por la noche a comer con Flor y Dani, mis amigas inseparables. Después de unas horas de charla y de ponernos al día nos volvimos. Dani me ofreció quedarme en su casa, ya que para llegar a la mía tenía un viajecito importante. Fue así como a la medianoche llegamos a su casa y nos acostamos, con la idea de levantarnos temprano y así podía volverme a mi casa.

Ya temprano, tipo 06:30 suena el despertador de Dani. Ella tenía que ir a trabajar, se levanta y yo me quedo haciendo fiaca en la cama. A eso de las 07:10 me levanto para desayunar con Dani. Justo su papá se iba a trabajar, su madre se preparaba también para ir a trabajar, y el hermano de Dani, Joaquín, se levantaba para creo que también ir a trabajar. Aclaro que Joaquín hace unos pocos días atrás me había garchado y me había robado la virginidad. Qué lindo que fue. No pude evitar sentir una sensación extraña al verlo, como un cosquilleo extraño. Dani, su hermana y mi amiga, no se había enterado y yo no quería que se entere. Ni que estuve con él, ni que había perdido la virginidad, por más que tenga yo 18 años.
El reloj continuaba avanzando y ya se hacía la hora para irnos. Dani se vistió y quedó hermosa. Se puso el pantalón negro ajustado que tan bien le marca la cola y quedó lista para salir a la estación.

- ¿Vamos?
- ¿Te jode si me quedo y duermo un rato más? Posta que tengo mucho sueño.
- Bueno, no hay problema. Mirá que Joaquín tiene que irse en un rato, ahí si te vas a tener que ir.
- Si, si, no hay problema, gracias Dani.
Listo, volví a la cama. Dani y su madre su fueron a trabajar. Antes de dormir aparece Joaquín por la puerta,
- A las 9 tengo que salir a trabajar, te despierto unos minutos antes así te despabilas, dale?
- Dale, gracias Joaco.
- De nada.

Joaco salió de la habitación. Pero apenas dio unos pasos, volvió hacia la puerta, con cierta curiosidad y timidez (sorprendentes a sus 28 años) dijo:
- ¿Cómo la pasaste el otro día?
- (Le sonreí levemente) Muy bien. Me gustó, no te voy a mentir. ¿Vos?
- También, sabes que estás re buena Pauli, tenés el cuerpo de un ángel.
- Ay para, me voy a poner colorada.
- Jaja, bueno, pero igual ya está.
- Si, ya está. Pero bueno, que se yo… Acordate de despertarme!
- Sí, no me voy a olvidar de vos, dulces sueños.

Ni bien terminé de hablar con él, me quedé dormida como una morsa. Al rato, y un rato antes de las 9, suena un teléfono y me despierta. Atiende Joaquín y se queda hablando unos minutos. Cuelga. Yo estaba despierta y siento los pasos de él viniendo hasta la habitación. Me doy vuelta quedando boca abajo y me hago la dormida. Abre la puerta con mucho cuidado. Escucho que venía para la cama sin hacer ruido. Yo seguía haciéndome la dormida. Si ya era hora de levantarme, tendría que despertarme, pero no lo hacía. No sé si fue real o fruto de mi imaginación y deseo. Se quedó unos minutos sin decirme nada. Me pareció escuchar el sonido del abrir de una bragueta. No estaba segura, pero creo que Joaquín se tocó un poco viéndome boca abajo con la cola para arriba con el shorcito que uso para dormir que me lo marca bastante bien. Tan sólo pensar en esa posibilidad me calentaba.

A los minutos volví a escuchar sus pasos, y el sonido de la puerta cerrándose. Se había ido. Quedé desconcertada. ¿Por qué entro y no me despertó? No encontré respuesta alguna. ¿Se pajeó mirándome la cola? Tampoco había una respuesta clara. Lo que si tenía en claro era que seguía con sueño, así que intenté dejar de pensar y dormir, hasta que lo logré. Total, Joaco tenía que despertarme.

Unas horas más tarde, siento una mano en mi hombro que me movía.
- Dale Pauli, levántate que hice la comida.
- ¿Que? Le respondí, dormida.
- Dale que ya preparé la comida, es la 1 de la tarde.
- ¿Y no fuiste a trabajar?
- No, hoy me llamaron y me dijeron que no, así que te deje dormir. ¿Estuve mal?
- No, no, no, está bien. Ahora me levanto.

Hice fiaca unos minutos más y me levante. Fui al baño. Que bueno, ahora si estaba descansada, aunque con un poco de fiaca por haber dormido tanto. Milanesas con puré es lo que había cocinado Joaco. Estaban bien. Ya una vez después de comer, me levanto para agarrar los platos.
- Te ayudo.
- No, deja, que lo hago yo sola vos hiciste la comida. Más vale que te quedes ahí.
- Ok, como digas Pauli.

Entre mi ir y venir de la mesa a la pileta, estaban los ojos de Joaco clavados en mi cola. Me miraba con carpa, disimuladamente.
- ¿Querés un café?
- Dale Pauli, gracias.

Me puse a preparar el café. Joaco seguía mirándome, cada vez con menos carpa. Por dentro lo estaba disfrutando. Sentirme deseada me excitaba. Y más aún me excitaba que sea él quien me miraba tanto, porque lo conozco de hace mucho tiempo, es el hermano de mi amiga y me lo garche hace poco tiempo y nadie se enteró.
- ¿Dónde están las tazas?
- Fijate en la alacena de arriba, creo que ahí las guardan.

A partir de ese momento la situación cambio. El tono ingenuo de mi pregunta era de putita y la respuesta totalmente incoherente de Joaco tenía una clara intencionalidad pajera. No era difícil saber dónde estaban las tazas. Sólo era cuestión de abrir puertas y ya está. Y mucho menos tenía sentido que estén ubicadas tan arriba. Sólo podía llegar si me subía a una silla. Sólo quería ver desde otro ángulo mi orto.

Agarre una silla y la arrastré hasta debajo de la alacena. Lo miré. Me estaba mirando el culo y corrió rápidamente la mirada a mis ojos. Le sonreí. Me encantaba serle tan putita. Subí a la silla. Joaco se acercó. Creo que le sacó una foto a mi cola, yo me hacía la desentendida. A esta altura podía ver bien lo que había en la alacena. Podía ver que no estaban, y nada indicaría que podían estar ahí las tazas. Y a esta altura, mi calentura ya era mayor.
- Me parece que no hay nada acá…
- Seguí buscando, tienen que estar ahí.

Que pajero. Quería seguir mirándome el orto. Seguí buscando sabiendo que lo hacía porque él estaría mirándome. De a ratos me ponía en puntitas de pie, me estiraba lo más que podía así se me levantaba un poco la remera, y retorcía mi espalda para sacar culo. Lo mío era insostenible. Joaco ya se debería estar dando cuenta que lo quería provocar. Estaba dispuesta a todo, tenía ganas de coger por segunda vez en mi vida.
- No están las tazas ahí. ¿Dónde más puedo buscar?
- Me parece que ahí abajo, en aquella cajonera.

El tono baboso con el que me dijo eso creo que fue indescriptible. Me dirigí hacia ahí, apunté mi cola hacia él, y me agache. Otra vez, estaba luciendo tenía mi cola en un plano hermoso y Joaco era el único observador. Lo miré de reojo. Se estaba tocando. Esto ya no daba para más.
- Mmm, no hay nada acá (dije eso para que deje de tocarse).
- Bueno, ehh, no sé dónde puede estar.
- Decime dónde buscar y lo hago, donde sea. (con ese comentario quise decirle que quería coger. No sé si soy clara con esas cosas)
- Bueno, creo que en mi pieza hay. Vení, acompañame.

Listo. Caso cerrado. Eso pensé. Lo acompañé. Me abre la puerta y me hace pasar. Detrás de esa caballerosidad había unas ganas terribles de caerme y llenarme de leche.
- Fijate ahí si hay, abrí esa puertita.
Voy. No pude hacerme la putita ahora porque sólo era cuestión de abrir una puerta. ¿Por qué me dijo que mire ahí? Yo ya estaba lista y entregada. No sé, quizá tenía algún juguetito o los forros guardados. Abro. Pedazo de sorpresa. Había tres tazas!!!
- Hay tres tazas acá Joaco… (Lo miré con cara de no entender lo que estaba ocurriendo)
- Y si, no vinimos a buscar eso; dale vamos.

Ahora era un pelotudo. Un pajero, un pelotudo y cagón. Lo odie por un instante. Creo que no pude disimular mi bronca. Fue tan instantáneo… Aunque a decir verdad, la calentura sexual no se me fue. Quedé descolocada. Fui tras él. Mi cabeza seguía pensando. Y mi conchita estaba algo calentita y húmeda. No podía quedarme así. Todavía me costaba soltarme al sexo, y hacerlo con quien me quitó la virginidad (uno de los que me la quitaron, porque aquel día, en el cumpleaños de mi amiga Pauli, fueron dos los que me cogieron) sería siempre una buena oportunidad para sumar experiencia. Pensé en eso. Y acto seguido, pensé que lo mejor era ser atrevida por más que no me salga de adentro y sea algo forzado. Si bien lo estaba provocando, esperaba que él me avance. Fue ahí cuando cambie de postura.

- Joaco. Yo no quería encontrar una taza en tu pieza.
- Pensé que sí. No te entiendo.
- ¿Y si buscamos una taza en tu cama?
Listo. Ahora sí. No podía fallar. Más entregada no podía estar.
- Es buena idea, capaz encontramos algo…

Fuimos hasta la pieza. Me abre la puerta, otra vez. Me deja pasar; y sutilmente me apoyó apenas pude pasar. No la tenía dormida, aunque no pude darme cuenta si ya estaba al palo o qué.
- Voy a buscar por acá un poco.

Me arrodille en el borde de la cama, me puse en 4, y empecé a gatear. Joaquín pegó un salto y se me vino encima. Me tumbó. Me dio vuelta y me rompió la boca de un beso. No pude contenerme y lo abracé y lo atrapé entre mis piernas. Habrá sido un minuto de un beso furioso; él se movía para adelante y para atrás, calentándome más así.
- No sabés las ganas que te tengo (me dijo).
- Yo también, y quiero que me enseñes todo lo que sepas de como coger…

La cara de asombro de Joaco me llamo la atención. Rápido, me saque la remera y el shorcito. Él se sacó el pantalón y remera. Se levantó. Se bajó el calzoncillo…
- Te hacías la putita, eh? Vení, chupala un rato.

Accedí, se me hacía agua la boca. Lo hacía a mi manera, no sabía que tan bien lo hacía. Después de un rato de entretenerme con eso me dijo que me ponga en 4, que se moría de ganas de ponérmela así. Y yo también.

Quedé en 4. La tenía super dura, como nunca antes. Comencé a gemir, cada vez más fuerte, total no había nadie. Que bien la estaba pasando, que lindo era coger. Y qué lindo era coger con el hermano de mi amiga. Fueron 10 minutos hermosos, intensos, por momento de cogida con tranquilidad, y por momentos de cogida violenta.
- Que ganas de llenarte toda de leche me das, ahh, mmm, mmm
Comencé a sentir mucho más calor. Me hervía el cuerpo. Y lo escucho:
- AHHH, SIIIII, AAAAAHHH
Había acabado, Se me tiro un poco encima, yo seguía en 4.
- Mirá el culo que tenés hija de puta… que ganas de rompértelo….
- Y hacelo… (me gustaba eso salvaje y ese lenguaje guarango que tenía por momentos).
- Que puta sos… En un ratito te hago la cola, dame unos minutos. Ganas no me faltan, está perfecta.

Yo seguía con el corpiño puesto. No tengo tetas feas, pero tampoco son las grandes cosas ni inmensas. Son lindas. Joaco se limpió, metió el forro todo lleno de leche en un papel de cocina y lo tiró a la basura.
- ¿Te la chuparon alguna vez?
- No, nunca.
- ¿Querés saber lo que se siente?
- Por favor, chupámela un ratito aunque sea.
- Si divina… como no… abrite un poco.

Estallaba por dentro! Me abrí un poco, estaba muy cómoda acostada en la cama. Joaco se estaba poniendo en posición. Desde donde estaba veía como se le estaba despertando de a poco. Me apoya las manos entre la entrepierna y acerca su boca. Saca su lengua. Me pega un lengüetazo divino por toda la concha. Lo hacía todo muy lentamente, y yo quería que lo haga más rápido. No porque era lento, sino por la ansiedad que tenía…

Y en eso se escuchan las llaves de la puerta. Alguien estaba entrando. Los dos garchando y en bolas (salvo por mi corpiño), Joaco para y me mira muy sorprendido. ¿Quién podía ser? Todos estaban trabajando.

La puerta se abre…


CONTINUARA


PAULI :D





Mis otros relatos:



El día que desvirgaron a Pauli:

- Cumple de Dani. Trío, partuza y desvirgadas parte 1
http://www.poringa.net/posts/relatos/2489483/Cumple-de-Dani-Trio-partuza-y-desvirgadas-parte-1.html

- Cumple de Dani. Trío, partuza y desvirgadas parte 2
http://www.poringa.net/posts/relatos/2489569/Cumple-de-Dani-Trio-partuza-y-desvirgadas-parte-2.html

Relatos de Flor: El día que Flor se cojió un morochón en el baño:

- Pensé que sólo café iba a tomar. Mi historia en Starbucks.
http://www.poringa.net/posts/relatos/2490605/Pense-que-solo-cafe-iba-a-tomar-Mi-historia-en-Starbucks.html

Relatos de Dani: Sexo en el ascensor

- Mi aventura en el ascensor. Relato de Dani.
http://www.poringa.net/posts/relatos/2492006/Mi-aventura-en-el-ascensor-Relato-de-Dani-19-anos.html?notification#comment-92752








El infierno de Luzbelito
es un espejo para nuestra vergüenza.
Somos hijos de multivioladores muertos.
Somos los hijos de puta que van a beber de sus aguas y,
ya sabemos, los hijos de puta
no descansan nunca.




Gracias por comentar!


6 comentarios - Me quedé sola en la casa de mi mejor amiga con su hermano m

hvirgn +1
Uuuuuuf...! muy pero que muy bueno! Me cagué de risa con lo de la taza, jaja... Eres un fenómeno! Quiero leer más! 😃
hvirgn +1
Volví con puntos! +5