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Marina y sus enseñanzas d amor (relato censurado fuerte,jo)

Marina era la más linda del grupo, todos lo sabían, sus incipientes tetas y su ya magnífico culo destacaban en todas esas estúpidas pendejas. Nicolás sabiamente la observaba particularmente a ella, conmovido y feliz por encauzar a esas jovencitas por el camino del amor y la fé. Y a Mariana además, para encauzarla en el camino del amor a la verga y el culeo duro.

Y así Nicolás tenía una dura erección bajo la sotana frente a todas esas.:
...
— Vení mañana a las 5, Marina…
Marina no entendió muy bien a qué venía eso, sonrió y lo quedó mirando confundida, pero supo acordarse de esas palabras en toda esa noche de festejos y charlas con amigas y familia, mientras saboreaba en su boca ese gustito extraño del que Nicolás la había alimentado.
Al día siguiente Marina fue caminando con su vestidito de verano, sonriente y vivaz. Él la recibió alegre y la invitó a pasar, hablaron tonterías inocentes mientras llegaron a la piecita detrás del altar…
— ¿Para que me invitó Nico? — dijo Marina mientras tomaba asiento en la mesa tantas veces compartida con las otras chicas.

— Quería proponerte algo Marinita, quiero cuidarte y enseñarte más cosas ¿sabés? Servite galletitas mientras busco unos papeles en la oficina — dijo Nicolás antes de salir de la sala.
Marina se quedó en comiendo una sabrosa galleta, y de repente descubrió un sobre sobre la mesa, lo tomó y lo volvió a dejar sobre la mesa. Notando que Nico no volvía y que el sobre estaba abierto, lo abrió y estudió su contenido.
Allí habían fotos de conocidas chicas de años superiores en la escuela y otras jovencitas, sonrientes y felices. Pero luego siguiendo la serie descubrió algo más, esas chicas estaban extrañas, con sus ojos y labios brillantes, con sus ojos lacrimosos aunque sonrientes, con sus caritas manchadas de chorritos de ¿... leche?. La cuarta de las imágenes era aún más perturbadora y ahí una gruesa verga llenaba la boquita de aquella renombrada alumna ya egresada… y la siguiente foto, no una, sino dos pijas tiesas e hinchadas cruzaban la carita de una jovencita sonriente que no conocía, y esas vergas le llenaban de leche la boca…
Con su corazón latiendo al máximo, nerviosa y confundida, Marina encontró una foto rarísima de una jovencita sonriente con la cola llena de un pene duro e hinchado y venoso de un señor que.. ¡era el padre Laura, su vecina! y mientras ese hombre le rellenaba la cola de grueso pene, otros hombres que eran el cocinero, el jardinero y varios padres de unas de sus amigas, se pajeaban alrededor y uno de ellos, le daba pija por la boca.
Marina escuchó que Nicolás volvía y guardó las fotos al instante, nerviosa e inquieta, sonrojada.
— Perdón la tardanza, nena ¿están ricas las galletas? — dijo Nicolás acompañado por el jardinero y el cocinero.
— N.. no hay problema… ho.. hola señor Martínez —
— Hola Marina, dijo el cocinero tomando asiento junto a la puerta mientras Nicolás se acercaba a Marina.
Nico se sentó junto a Marina y mirando los ojitos de la pendeja le preguntó porqué estaba nerviosa, que no tenga miedo con él, que él la cuidaría, que sólo quería enseñarle algo lindo. Marina le sonrió tibiamente mientras olía el rico perfume de su Nico, el correspondió y delicadamente le acaricio la mejilla sonrojada al tiempo que hacía lo mismo con la concha virginal debajo del vestido de la nena mientras la miraba a los ojos y le hacía chistes tontos.
— ¿Viste que se siente rico? — dijo con voz suave el hombre.
— Sí, Nico.. basta, es lindo, pero… está mal, tengo miedo y esos hombres... — dijo con voz temblorosa Marina a punto de llorar.
— Jajaja, no está mal, ya viste las fotos, todas las chicas que elijo lo hacen: es amor… — dijo Nico mientras tomaba suavemente ahora con ambas manos la carita de Marina. Se puso de pie, ella también y él la abrazó dulcemente susurrándole al oído palabras de cristiano amor y felicidad, al mismo tiempo le bajaba la bombacha debajo del vestido hasta que ya había caído al suelo. En ese momento y con sus dedos rozando un ojete apretadito y rosado, le dijo una vez más y con la voz y la mirada más dulce posible, que no tenga miedo.
Marina dejó un poco de temer y relajó así su orto, y viendo a los ojos a Nico, sonrió tranquilizada. Luego él la beso en los labios muy suave mientras se desnudaba la pija ya dura y completamente erecta y ya fuera de su jean.
— Arriodillate Mari…
Ella accedió con el corazón latiéndole muy fuerte y su ojete muy apretadito de nuevo mientras lo miraba a los ojos a su hombre dulce y gentil, pero inevitablemente también a esa temible y gruesa pija frente a ella miró.
— Lamela y verás que es rica y te tranquiliza, nena… ¡es amor!
Marina tímidamente acerco sus labios a la pija, la beso y lentamente mientras miraba tiernamente a los ojos de su maestro, la fue lamiendo mientras se endurecía cada vez más ese pedazo de carne venoso.

Marina y sus enseñanzas d amor (relato censurado fuerte,jo)
— Lo hacés muy bien Marina, ¿ves como late y se endurece? Es porque lo hacés bien y sos muy fiel a la verga mía, la de tu amo. Ahora abrí grande la boca y metetela — le dijo a una obediente y ya caliente Marina mientras le desabrochaba el vestido para que se vean esas magníficas tetas adolescentes, y mientras la tomaba del pelo.
Los otros dos hombres se fueron acercando silenciosamente y se pajeaban entre risas y alabanzas a ese acto de amor, de amor de puta virgen.


De repente, el cura padre Nico se estaba cogiendo con fuerza a la nena mientras la alentaba con cuentitos de amor y festejos por lo valiene y mejor alumna que era; tanto se la cogió por la boca que hizo lagrimear un poquito a una entregada Marina. Pero tuvo piedad y saco su pija dura como piedra de la boquita de Marina y luego de besarte la frente le preguntó cómo estaba, si lo amaba lo suficiente para seguir demostrándole su amor tragando vergas.
Ella no dijo nada, pero al instante y sin dudar se abalanzó obediente y feliz en ese papel de puta elegida, a chupar esa gruesa y tiesa pija que su Nico le regalaba, al tiempo que él la tomaba de vuelta del pelo y le daba pija, duro e intesamente por boquita y garganta, tanto así que no pasó mucho hasta que le llenase de semen la garganta a la jovencita; y ella supo tragar obnubilada recordando que ese era el misterioso sabor de aquel pancitode la noche anterior.
Nico le exiguió que le extruje y lama su pija hasta dejarla limpita de leche de dios. Y ella obedeció entusiasmada feliz, aplicada y prolija, ya saboreando ese sabor nuevo tan rico y extraño. Luego de terminar esa operación, el padre Nicolás le tomó la mano a esa bella nena puta y la llevó arriba de la mesa y la hizo ponerse en cuatro ya desnuda. Nicolás mientras se reestablecía invitó a sus camaradas a que le lubriquen y dilaten el ojete a esa nena virgen… y le dijo a una Marina en cuatro que lo miraba con cara de nuevo preocupada, y con culo entregado y paradito
— Te van a preparar la cola para el amor, Marina, no tengas miedo, yo te cuido. Y le sonrío mirándola a los ojitos mientras Esteban, el cocinero, aceitaba sus dedos y luego los gluteos de la nena, para finalmente trabajar esa diminuta estrellita anal, haciendo que el aceite entre en esa ojete por saturación, para luego meterle un dedo muy suavemente propiciando la dilatación.
Y Marina gozaba que su Nico la mire con tanto amor, gozaba siendo la puta dócil de esos hombres en verdad, y ser tan importante para ellos…
— Jaja, tiene un ojete muy apretadito y rosado — dijo Esteban al jardinero Pablo que a su vez masajeaba las tetas de esa pendeja puta mientras se pajeaba..
— Sí, es toda una puta deliciosa… no veo la hora de romperle el culo.
Y aquí fue cuando Marina miró preocupada a Nicolás..

Continúa en otro mundo...

4 comentarios - Marina y sus enseñanzas d amor (relato censurado fuerte,jo)

Migueliuk
Excelente y morbosiento relatazo! Genia total! debo puntos traviesa 😉
cepita22
noo! en lo mejor ! espero la continuacion!
EL_PROFE25
Excelente!!
Muuy caliente!!
Gracias por compartir