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De mordidas y de cuñadas parte 2

Este es el link de la primera parte: http://www.poringa.net/posts/relatos/2485306/De-mordidas-y-de-cunadas-parte-1.html

La verdad no sabía qué hacer, me quede parado delante de ella mirando al piso, ella con suavidad me tomó de la mano me llevó hasta la cama nos sentamos y me abrazo por un largo tiempo. El silencio invadió la habitación, la luz del atardecer entraba por la ventana y tiñó el lugar de naranja. En ese momento ella me acaricia la cara, yo la miro y nos besamos apasionadamente, me vuelvo a separar. Lentamente me fue empujando hasta que quede acostado boca arriba en su cama, me empezó a besar el cuello los brazos, muchas caricias y cuando me quise dar cuentas me estaba sacando la remera, me besó el pecho lamió mis tetillas, me besó el abdomen, el ombligo y me abrió el cinturón, bajó la cremallera. En ese momento sentí una gran tensión, muchos recuerdos de la niñez estando con mi hermano mayor aparecieron, eso fue mi conciencia mandándome un último aviso, pero ella no tardo en besarme el pene por arriba del bóxer y mi erección se empezó a notar.

Bajó el bóxer y mi pija salió disparada moviéndose de una lado a otro como un resorte, wow cuñado dijo, y empezó a besarla desde la base hasta la cabeza y por último se dedicó un rato a besarme los testículos mientras me masturbaba. Lo que siguió fue una de las mejores chupadas de pija que me habían dado en mi vida, yo le acariciaba la cabeza y ella lentamente, como una tortura, la iba metiendo toda en su boca hasta chocar con mi pubis luego subía hasta sacarla de su boca y volvía a repetir el procedimiento. No sé cómo hice para no acabar, nos besamos de nuevo y le saqué su musculosa y el corpiño, ahora ella estaba en la cama boca arriba dejándome hacerle sentir placer. Después de besarle el cuello, me dedique un rato a saborear esos pezones rosados duros y recorrer las aureolas en un movimiento circular con mi lengua.

Le quité el pantalón y quedo vestida nada más que con una tanga blanca, besé sus piernas, sus pies, los bordes de su tanga y finalmente bese toda su feminidad por arriba de la ropa interior. Pude sentir su humedad con mi boca, y lentamente baje la tanga y contemple en silencio. Un pubis con pocos bellos dorados y una vulva rosada con labios perfectos y un pequeño clítoris erecto que me apuntaba, bese los labios rosados hinchados por su excitación los abrí para ver lo prohibido y hundí mi lengua dentro de ella. El sabor de mi cuñada puede compararse con el mejor vino, con una cerveza fría después de un día laboral o un vaso de agua después de haber cruzado el desierto. Sus pequeños gemidos eran la melodía perfecta, pase a su clítoris con mi lengua moviéndola de derecha a izquierda, mientras ella ya gemía fuerte y tiraba de mis cabellos, empezó a temblar todo su cuerpo, me separó y tres pequeños chorritos mojaron la cama. Con mi lengua bebí de ella, como un perro bebe agua.

Nos volvimos a besar, ya desnudos por completo, me puse el preservativo que siempre llevaba en la billetera y me coloque arriba de ella. Primero rocé mi pija contra su conchita un par de veces, como me gustaban sus gemidos, después la fui metiendo hasta que estaba toda dentro. Al principio fue despacio pero después la cosa fue tomando ritmo, cruzo sus piernas detrás de mi espalda como queriendo que no se la sacara nunca más. Si sí sí cojeme así, me repetía una y mil veces, cuando estaba por acabar de nuevo ella me empezó a clavarme las uñas en la espalda y en un momento me dice dale BASTARDO dale y me mordió fuerte la oreja y todo su cuerpo empezó a temblar. Esa mordida dolió pero en ese momento el dolor era placer, ni había terminado su orgasmo cuando hice que se ponga boca abajo.

Primero le besé la espalda, me posicione detrás de ella, y le dije BASTARDA al oído y sin piedad se la mandé por la cola, tuve que taparle la boca para que su madre no nos escuchara abajo. La cojí fuerte le dolió pero en ese momento el dolor era placer y con sus manos separo sus nalgas para que yo pudiera disfrutar más del espectáculo. La puse en cuatro le abrí la cola y vi como ese agujero se había agrandado lo escupí y se la mande de una de nuevo, ¿Te gusta cuñada? Sí sí cojeme por favor me respondía, le di varias nalgadas hasta que esa colita quedo colorada. Iba a acabar ya no podía contenerme ¿Querés la leche?, ella rápidamente saltó de la cama se arrodillo en el piso y abrió la boca para recibir lo suyo, mientras se masturbaba intensamente para alcanzar su último orgasmo de la tarde, casi ni me tuve que masturbar y salieron los chorros de leche, unos pegaron en su lengua, otro en su mejilla y algunos salieron para cualquier lado. Después nos limpiamos, nos pusimos presentables para bajar la escalera y hacer de cuenta que no pasó nada. En todo ese momento no hablamos, fue como un periodo de reflexión. Cuando salimos a la calle todo volvió a ser como antes. Ah mi hermano le compramos la colección del padrino y en una parada de colectivo nos fuimos por lados distintos.

Gracias por la onda, si pasan no se olviden comentar, saludos.

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