Crónicas de un matrimonio feliz. 6º parte. Va a bailar con las amigas.
No solía salir a bailar, pero tampoco me pareció muy raro. Se iba a juntar un jueves a la noche a cenar y después ir a tomar algo. Esa era la idea principal. Salió de casa muy arreglada, como siempre últimamente, muy sexy, pollera corta floja no ajustada, camisa apretada y como siempre últimamente, los botones desabrochados haciendo un hermoso escote. Obvio sus zapatos de taco. “Dios que buena perra” pensé.
-Chau Max-se despidió dándome un beso en el cachete, estaba con los labios pintados y no quería desarreglarse- salgo con las chicas, no me esperes despierto. Vuelvo tarde, vamos a ir a bailar después de cenar a un boliche de salsa.
-Como?- le repregunté- no era cenar y tomar algo?
-Si pero Lau, consiguió entradas gratis y vamos a ver que onda.
-Bueno, cuídense- no me salió otra cosa. No podía reaccionar, conozco algún boliche de salsa y se que no se baila chicas con chicas, solo se baila en pareja. Mucho no me gustaba, pero no atiné a nada, solo vi como se iba en el ascensor.
Cené algo con los chicos, mucho no comí. Me bañé, pensando, pensando y pensando.
-Estará bien que la haya dejado ir? -pensaba – Si, es adulta, tiene que saber lo que hace o no, lo que está bien o no.
Me tiré a ver una película y me dormí. Ni la cama abrí.
Me desperté cuando cerró la puerta, miré el reloj, 4:50 am. Cerré los ojos, me hice el dormido, no quería quedar como un cuida. No sentí sus tacos, debía traerlos en la mano. El silencio me mataba, quería abrir los ojos y ver que estaba haciendo. Escuché como se desabotonaba la camisa.
Mi corazón latía fuerte, quería preguntarle que había hecho, si había bailado con alguien, que habían charlado. Sentí su mano en mi pierna, me acarició. Ni me moví.
-Estás despierto?- me susurró.
Ahora sus dos manos me tocaban, sentí como desabrochó los botones del bóxer. Un escalofrío me recorrió el cuerpo. Sentí sus labios en mi pija totalmente dormida. Empezó a lamérmela desde la base hasta la cabeza. Quería abrir los ojos y mirarla, pero temí que fuera un sueño. Se la metió toda en la boca, era fácil, estaba chiquita todavía dormida. Lentamente empezó a reaccionar y crecer en su boca. Sus lamidas crecieron en intensidad y comenzó a masturbarme.
Abrí los ojos y la miré. Estaba todavía vestida, con la camisa abierta, parada al lado de la cama, encorvada, su pelo tapaba como me chupaba y masturbaba la pija.
Ni me moví, estaba como poseída, solo movía desenfrenadamente la mano y su cabeza. Sus piernas abiertas y estiradas eran un espectáculo para mis ojos.
Sentí mi pija muy dura, ella giró la cabeza y me miró. No dijo nada, yo solo gemí.
Mi mano buscó su cola, parada así era algo hermoso para tocar, empecé por su pantorrilla y fui subiendo. Sus muslos estaban duros y más su cola. Subí más la mano, la metí por debajo de su falta y acaricié su cola. Busqué su tanga, era de las más chiquitas que tenía, deslicé un dedo para adelante y la noté sumamente húmeda. Saqué la mano. Dejó de chuparme la pija.
-Si, estoy muy caliente-me dijo-quiero cogerte ahora.
Se incorporó, se bajó la tanga y se sentó arriba mío. Mi pija entró sin problemas en su concha, estaba muy húmeda y bastante dilatada.
-Estás toda mojada- le dije. No contestó, solo se movía como una perra arriba de mi pija, su camisa desabrochada y su pollera levantada hasta la cintura, cerraban una imagen perfecta. Solo pensaba como me estaba cogiendo.
Estaba toda traspirada, su pelo olía a cigarrillo y su aliento denotaba algo de alcohol (no suele tomar nada). Pero lo que más sentía era el calor de su concha en mi pija, un calor envolvente y por sobretodo muy húmedo. No tardó mucho en acabar, es más lo hizo muy rápido, más que lo habitual. Gimió, gritó, me rasguñó el pecho y se desplomó sobre mí.
Su pecho hervía, ahora estaba más que traspirada, nunca la había sentido así. Una mescla de sudor y perfume invadió mi ser. Su cuerpo estaba todo caliente.
Todavía mi pija estaba en su cuerpo. Comencé a moverme, empezó a gemir nuevamente, aumenté mis movimientos y sus gemidos se incrementaron. Súbitamente se bajó y se acostó boca abajo a mi lado.
-Cojeme fuerte- me pidió. Me sentí dominado y a su servicio. Me levante de la cama, mi bóxer estaba todo mojado, eso nunca lo había visto, era de ella? tanto lo podía mojar?. Me lo saqué y me coloqué encima suyo, toque su concha, jugué un rato con mis dedos, estaba muy abierta y muy mojada.
-No me toqués-me ordenó-cogeme. La miré, tomé mi pija con la mano y se la metí.
-Aaahhh- gritó.
- Estás bien?- le pregunté.
-Me duele- me respondió – pero seguí, quiero que me cojas fuerte.
Empecé a cogerla como nunca, muy fuerte. Estaba tan mojada que casi no sentía que se la metía. Agarré el bóxer y sequé mi pija y su concha. Se la volví a poner.
-AAAAhhhh!!!- gritó – me dolió boludo. Me hizo enojar.
-Callate perra, venís caliente como una puta, solo querés que te coja, ahora báncatela- Seguí cogiéndola muy fuerte. Me recosté en su espalda, le sujeté los brazos arriba de su cabeza.
-Qué paso perra?- le susurré al oído – tu chongo no te cogió bien y te quedaste caliente?
No respondió, gimió como una perra, mordió la almohada y acabó por 2º vez.
-Eso debe ser- continué – te dejó caliente.
Giró la cabeza y me miró. Esta toda despeinada, transpirada y muy agitada. No dijo nada. Estaba medio enojada.
-No vas a hablar perra?-
Me miró nuevamente.
-Dale, decime, te dejaron calentetita?- me reí. Quería demostrarle tranquilidad, pero hervía en mi interior- Dale perrita, que pasó?
-Callate y acabá, que me duele mucho- me gritó.
-Siii, te dejaron caliente puta – le dije – no te atendieron bien?
Giró su cabeza y con una cara de puta que nunca olvidaré me dijo- Si algo así-
No me pude contener y exploté en su concha, mojándola aún más. Nos desplomamos los dos en la cama, ella se levantó y fue a bañarse. Quedé rendido, tenía mucho que pensar, pero no tenía ganas, había sido el mejor sexo de mi vida.
No solía salir a bailar, pero tampoco me pareció muy raro. Se iba a juntar un jueves a la noche a cenar y después ir a tomar algo. Esa era la idea principal. Salió de casa muy arreglada, como siempre últimamente, muy sexy, pollera corta floja no ajustada, camisa apretada y como siempre últimamente, los botones desabrochados haciendo un hermoso escote. Obvio sus zapatos de taco. “Dios que buena perra” pensé.
-Chau Max-se despidió dándome un beso en el cachete, estaba con los labios pintados y no quería desarreglarse- salgo con las chicas, no me esperes despierto. Vuelvo tarde, vamos a ir a bailar después de cenar a un boliche de salsa.
-Como?- le repregunté- no era cenar y tomar algo?
-Si pero Lau, consiguió entradas gratis y vamos a ver que onda.
-Bueno, cuídense- no me salió otra cosa. No podía reaccionar, conozco algún boliche de salsa y se que no se baila chicas con chicas, solo se baila en pareja. Mucho no me gustaba, pero no atiné a nada, solo vi como se iba en el ascensor.
Cené algo con los chicos, mucho no comí. Me bañé, pensando, pensando y pensando.
-Estará bien que la haya dejado ir? -pensaba – Si, es adulta, tiene que saber lo que hace o no, lo que está bien o no.
Me tiré a ver una película y me dormí. Ni la cama abrí.
Me desperté cuando cerró la puerta, miré el reloj, 4:50 am. Cerré los ojos, me hice el dormido, no quería quedar como un cuida. No sentí sus tacos, debía traerlos en la mano. El silencio me mataba, quería abrir los ojos y ver que estaba haciendo. Escuché como se desabotonaba la camisa.
Mi corazón latía fuerte, quería preguntarle que había hecho, si había bailado con alguien, que habían charlado. Sentí su mano en mi pierna, me acarició. Ni me moví.
-Estás despierto?- me susurró.
Ahora sus dos manos me tocaban, sentí como desabrochó los botones del bóxer. Un escalofrío me recorrió el cuerpo. Sentí sus labios en mi pija totalmente dormida. Empezó a lamérmela desde la base hasta la cabeza. Quería abrir los ojos y mirarla, pero temí que fuera un sueño. Se la metió toda en la boca, era fácil, estaba chiquita todavía dormida. Lentamente empezó a reaccionar y crecer en su boca. Sus lamidas crecieron en intensidad y comenzó a masturbarme.
Abrí los ojos y la miré. Estaba todavía vestida, con la camisa abierta, parada al lado de la cama, encorvada, su pelo tapaba como me chupaba y masturbaba la pija.
Ni me moví, estaba como poseída, solo movía desenfrenadamente la mano y su cabeza. Sus piernas abiertas y estiradas eran un espectáculo para mis ojos.
Sentí mi pija muy dura, ella giró la cabeza y me miró. No dijo nada, yo solo gemí.
Mi mano buscó su cola, parada así era algo hermoso para tocar, empecé por su pantorrilla y fui subiendo. Sus muslos estaban duros y más su cola. Subí más la mano, la metí por debajo de su falta y acaricié su cola. Busqué su tanga, era de las más chiquitas que tenía, deslicé un dedo para adelante y la noté sumamente húmeda. Saqué la mano. Dejó de chuparme la pija.
-Si, estoy muy caliente-me dijo-quiero cogerte ahora.
Se incorporó, se bajó la tanga y se sentó arriba mío. Mi pija entró sin problemas en su concha, estaba muy húmeda y bastante dilatada.
-Estás toda mojada- le dije. No contestó, solo se movía como una perra arriba de mi pija, su camisa desabrochada y su pollera levantada hasta la cintura, cerraban una imagen perfecta. Solo pensaba como me estaba cogiendo.
Estaba toda traspirada, su pelo olía a cigarrillo y su aliento denotaba algo de alcohol (no suele tomar nada). Pero lo que más sentía era el calor de su concha en mi pija, un calor envolvente y por sobretodo muy húmedo. No tardó mucho en acabar, es más lo hizo muy rápido, más que lo habitual. Gimió, gritó, me rasguñó el pecho y se desplomó sobre mí.
Su pecho hervía, ahora estaba más que traspirada, nunca la había sentido así. Una mescla de sudor y perfume invadió mi ser. Su cuerpo estaba todo caliente.
Todavía mi pija estaba en su cuerpo. Comencé a moverme, empezó a gemir nuevamente, aumenté mis movimientos y sus gemidos se incrementaron. Súbitamente se bajó y se acostó boca abajo a mi lado.
-Cojeme fuerte- me pidió. Me sentí dominado y a su servicio. Me levante de la cama, mi bóxer estaba todo mojado, eso nunca lo había visto, era de ella? tanto lo podía mojar?. Me lo saqué y me coloqué encima suyo, toque su concha, jugué un rato con mis dedos, estaba muy abierta y muy mojada.
-No me toqués-me ordenó-cogeme. La miré, tomé mi pija con la mano y se la metí.
-Aaahhh- gritó.
- Estás bien?- le pregunté.
-Me duele- me respondió – pero seguí, quiero que me cojas fuerte.
Empecé a cogerla como nunca, muy fuerte. Estaba tan mojada que casi no sentía que se la metía. Agarré el bóxer y sequé mi pija y su concha. Se la volví a poner.
-AAAAhhhh!!!- gritó – me dolió boludo. Me hizo enojar.
-Callate perra, venís caliente como una puta, solo querés que te coja, ahora báncatela- Seguí cogiéndola muy fuerte. Me recosté en su espalda, le sujeté los brazos arriba de su cabeza.
-Qué paso perra?- le susurré al oído – tu chongo no te cogió bien y te quedaste caliente?
No respondió, gimió como una perra, mordió la almohada y acabó por 2º vez.
-Eso debe ser- continué – te dejó caliente.
Giró la cabeza y me miró. Esta toda despeinada, transpirada y muy agitada. No dijo nada. Estaba medio enojada.
-No vas a hablar perra?-
Me miró nuevamente.
-Dale, decime, te dejaron calentetita?- me reí. Quería demostrarle tranquilidad, pero hervía en mi interior- Dale perrita, que pasó?
-Callate y acabá, que me duele mucho- me gritó.
-Siii, te dejaron caliente puta – le dije – no te atendieron bien?
Giró su cabeza y con una cara de puta que nunca olvidaré me dijo- Si algo así-
No me pude contener y exploté en su concha, mojándola aún más. Nos desplomamos los dos en la cama, ella se levantó y fue a bañarse. Quedé rendido, tenía mucho que pensar, pero no tenía ganas, había sido el mejor sexo de mi vida.
15 comentarios - Crónicas de un matrimonio feliz. 6º. Va a bailar con las a
Me calentó mucho. Seguí así. Van puntos.