Todos los fines de semana salíamos de joda. En general eramos un grupo bastante grande, entre chicos y chicas (compañeros del cole, en su mayoría, aunque había algunos amigos de amigos) y se había hecho costumbre antes de los boliches ir a la casa de una de mis amigas, donde nos juntábamos todas a comer algo, tomar y escuchar música hasta la hora de partir al boliche.
Esta chica tenía un hermano mellizo, que también iba con los amigos a hacer previas ahí, así que la casa era un completo quilombo. Por suerte los padres nunca dijeron nada, y hasta a veces también estaban tomando con el grupo (bizarrisimo, pero re buena onda jaja)...
Entre los chicos (amigo del hermano de mi amiga) había uno que me re gustaba... con una carita de nene hermosa. Me daban ganas de comermelo. Ya teníamos confianza entre todos, porque nos veíamos casi todos los findes y a veces íbamos al mismo boliche, pero el pibe este era re lento. Le tiraba indirectas y no cazaba una. Yo ya me empezaba a cansar.
Un día decidí actuar yo. Me había propuesto que esa noche no se me escapaba. Hablé con mi amiga, dueña de casa, y le conté mi plan. La cuestión era que ella le dijera al pibe (mientras estábamos de previa) que yo lo estaba esperando en la cocina que le quería hablar... y ella cuidara la puerta.
Llegó el momento, y según lo planeado, yo fui para la cocina. Lo esperaba sentada en la mesa con las piernas al aire, balanceándolas, como si estuviera en una hamaca. Me había puesto un vestido bien escotado, me acomodé las tetas para que pareciera que tenía más y se notara (cosa que esa sea la primera cosa que viera). Al ratito, llega el flaco. Cuando entró, pude notar como su vista se clavó en mi escote. Todo marchaba bien.
Lo llamé para que se acercara, y cuando lo tengo cerca lo agarro de la nuca y le como la boca de una. Al principio no entendía mucho, pero después empezó él también a meter lengua como loco. Tenía puesta una camisa, que me tentaba a arrancarla, pero le iba a romper los botones y no daba; así que mientras me lo seguía comiendo la fui desabrochando despacito.
Le empecé a meter mano por todo el torso. Él empezó a besarme el cuello, justo cuando mis manos estaban paseando por su espalda. Eso me encendió y le clavé las uñas sin darme cuenta. Se ve que a él mucho no le importó porque siguió con el cuello y con mis tetas que ya las tenía afuera.
Ya no era necesario más juego previo, yo estaba re caliente y ya me lo quería coger. Además, no podíamos estar mucho tiempo jugando a darnos besitos (eso lo podíamos hacer después, en el boliche). Si había sido lento para darme un beso, para cogerme iba a tardar el doble, así que me paré y le desabroché el pantalón. Le saqué la pija que ya estaba al palo. Le ayudé a ponerse el forro, lo acerqué y agarrando su pija la fui guiando hasta mi concha.
Entró muy fácil, porque estaba empapada. Mis piernas lo rodearon por su espalda, y con los pies empujaba en su cintura marcándole el movimiento. El me abrazaba y me comía el cuello y las tetas, la boca. Mi concha pedía más. Con mis piernas lo empecé a mover más fuerte. Él solo me seguía a mi, no se oponía a nada.
Era la primera vez que tenía el control de la situación y la verdad me calentaba mucho. De pronto, el pibe empezó a acelerar su respiración. Sentía como su cuerpo se estremecía, y parecía que iba a gritar pero de su boca no salía ningún sonido.
Yo lo seguía moviendo para que me siguiera cogiendo, hasta que me forzó a parar. Se había pegado una acabada de novela, pero yo quería más. Estaba en mi punto máximo de calentura y no tenía intenciones de quedarme así.
Me bajé de la mesa, le saqué el forro chorreando de mis jugos y le empecé a chupar la pija, que aun largaba semen de su acabada. Ya estaba perdiendo firmeza, pero no fue muy difícil volverla a poner dura. A lo lejos, se podía escuchar la música y las voces de los chicos. Sentí la voz de mi amiga gritar "NO SE PUEDE ENTRAR!".
Me paré, lo senté en la silla y me le subí arriba, mientras le ponía las tetas en la boca para que las chupara. "Agarrame fuerte de la cola" le pedí. Eso me calentaba mucho. Empecé a cabalgarlo con fuerza. Subía y bajaba de manera frenética. En un momento pensé que se iba a romper la silla, pero se ve que eran de buena calidad (jeje) y se la re bancó.
El que no se la bancó mucho más fue el pibito que se volvió a acabar. Pero poco me importó y yo seguí cabalgando. "De acá no me bajo hasta que se le ablande del todo". El flaco me pedía que parara, que había acabado. Yo seguía moviéndome arriba suyo, sin hacerle caso. Hasta que ya no se pudo más. Y la saqué blandita y chorreando. No llegué a acabar, pero las ganas con el pibito me las saqué.
Se cambió, salió él primero y al rato salí yo. Mi amiga todavía estaba en la puerta. Cuando salí me dijo "PUTA!" riéndose, sin creer lo que acababa de pasar. Le guiñé el ojo y nos fuimos para donde estaba todo el grupo
En el boliche lo busqué y nos pegamos un chape fenomenal. Casi ni bailé. Estuve toda la noche en un rincón con el pendejo, franeleándolo a más no poder. Lo pajeaba por encima del pantalón, él me metió mano por todos lados. Hasta sentí como acabó otra vez mientras le franeleaba la pija con mi mano.
Cuando volví a mi casa no daba más de la calentura. Me acosté y tapándome con las sábanas me bajé la tanguita hasta las rodillas y con mis manos terminé el trabajo inconcluso.
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Indice
Esta chica tenía un hermano mellizo, que también iba con los amigos a hacer previas ahí, así que la casa era un completo quilombo. Por suerte los padres nunca dijeron nada, y hasta a veces también estaban tomando con el grupo (bizarrisimo, pero re buena onda jaja)...
Entre los chicos (amigo del hermano de mi amiga) había uno que me re gustaba... con una carita de nene hermosa. Me daban ganas de comermelo. Ya teníamos confianza entre todos, porque nos veíamos casi todos los findes y a veces íbamos al mismo boliche, pero el pibe este era re lento. Le tiraba indirectas y no cazaba una. Yo ya me empezaba a cansar.
Un día decidí actuar yo. Me había propuesto que esa noche no se me escapaba. Hablé con mi amiga, dueña de casa, y le conté mi plan. La cuestión era que ella le dijera al pibe (mientras estábamos de previa) que yo lo estaba esperando en la cocina que le quería hablar... y ella cuidara la puerta.
Llegó el momento, y según lo planeado, yo fui para la cocina. Lo esperaba sentada en la mesa con las piernas al aire, balanceándolas, como si estuviera en una hamaca. Me había puesto un vestido bien escotado, me acomodé las tetas para que pareciera que tenía más y se notara (cosa que esa sea la primera cosa que viera). Al ratito, llega el flaco. Cuando entró, pude notar como su vista se clavó en mi escote. Todo marchaba bien.
Lo llamé para que se acercara, y cuando lo tengo cerca lo agarro de la nuca y le como la boca de una. Al principio no entendía mucho, pero después empezó él también a meter lengua como loco. Tenía puesta una camisa, que me tentaba a arrancarla, pero le iba a romper los botones y no daba; así que mientras me lo seguía comiendo la fui desabrochando despacito.
Le empecé a meter mano por todo el torso. Él empezó a besarme el cuello, justo cuando mis manos estaban paseando por su espalda. Eso me encendió y le clavé las uñas sin darme cuenta. Se ve que a él mucho no le importó porque siguió con el cuello y con mis tetas que ya las tenía afuera.
Ya no era necesario más juego previo, yo estaba re caliente y ya me lo quería coger. Además, no podíamos estar mucho tiempo jugando a darnos besitos (eso lo podíamos hacer después, en el boliche). Si había sido lento para darme un beso, para cogerme iba a tardar el doble, así que me paré y le desabroché el pantalón. Le saqué la pija que ya estaba al palo. Le ayudé a ponerse el forro, lo acerqué y agarrando su pija la fui guiando hasta mi concha.
Entró muy fácil, porque estaba empapada. Mis piernas lo rodearon por su espalda, y con los pies empujaba en su cintura marcándole el movimiento. El me abrazaba y me comía el cuello y las tetas, la boca. Mi concha pedía más. Con mis piernas lo empecé a mover más fuerte. Él solo me seguía a mi, no se oponía a nada.
Era la primera vez que tenía el control de la situación y la verdad me calentaba mucho. De pronto, el pibe empezó a acelerar su respiración. Sentía como su cuerpo se estremecía, y parecía que iba a gritar pero de su boca no salía ningún sonido.
Yo lo seguía moviendo para que me siguiera cogiendo, hasta que me forzó a parar. Se había pegado una acabada de novela, pero yo quería más. Estaba en mi punto máximo de calentura y no tenía intenciones de quedarme así.
Me bajé de la mesa, le saqué el forro chorreando de mis jugos y le empecé a chupar la pija, que aun largaba semen de su acabada. Ya estaba perdiendo firmeza, pero no fue muy difícil volverla a poner dura. A lo lejos, se podía escuchar la música y las voces de los chicos. Sentí la voz de mi amiga gritar "NO SE PUEDE ENTRAR!".
Me paré, lo senté en la silla y me le subí arriba, mientras le ponía las tetas en la boca para que las chupara. "Agarrame fuerte de la cola" le pedí. Eso me calentaba mucho. Empecé a cabalgarlo con fuerza. Subía y bajaba de manera frenética. En un momento pensé que se iba a romper la silla, pero se ve que eran de buena calidad (jeje) y se la re bancó.
El que no se la bancó mucho más fue el pibito que se volvió a acabar. Pero poco me importó y yo seguí cabalgando. "De acá no me bajo hasta que se le ablande del todo". El flaco me pedía que parara, que había acabado. Yo seguía moviéndome arriba suyo, sin hacerle caso. Hasta que ya no se pudo más. Y la saqué blandita y chorreando. No llegué a acabar, pero las ganas con el pibito me las saqué.
Se cambió, salió él primero y al rato salí yo. Mi amiga todavía estaba en la puerta. Cuando salí me dijo "PUTA!" riéndose, sin creer lo que acababa de pasar. Le guiñé el ojo y nos fuimos para donde estaba todo el grupo
En el boliche lo busqué y nos pegamos un chape fenomenal. Casi ni bailé. Estuve toda la noche en un rincón con el pendejo, franeleándolo a más no poder. Lo pajeaba por encima del pantalón, él me metió mano por todos lados. Hasta sentí como acabó otra vez mientras le franeleaba la pija con mi mano.
Cuando volví a mi casa no daba más de la calentura. Me acosté y tapándome con las sábanas me bajé la tanguita hasta las rodillas y con mis manos terminé el trabajo inconcluso.
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46 comentarios - En la previa desvirgué a un pibito
Con esto que no andan las notificaciones lo vi de casualidad.
Te dejo tus merecidos puntos.
muy buen relato
Muy caliente!
Me encanto!
Gracias por compartir
gracias por pasar 😉
Q CHANCHA !!!!!!!!!!!
jajajajajajajjajajajajaja
Van 10 porotos YA
Besos
como si yo hubiese sido re pro en esa epoca jaj
gracias por comentar!