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Persiana Americana - El vecino

Persiana Americana -Por: Mitch Fregoso

La puerta se abrió y apareció de nuevo aquella mujer, entró y arrojó su bolso y las llaves en la mesa del centro de la sala. Perecía cansada, el trabajo de ese día la había dejado más que exhausta. Vestía un traje gris, que enmarcaba muy bien sus curvas, el saco con solapa ancha, estaba cerrado por dos botones que lo hacían cerrar justo bajo su busto, dejando que la blusa blanca y ajustada que llevaba debajo de él, moldeara aún mejor el par de senos redondos y firmes.

Bajo su cintura, una falda ajustada a sus caderas no dejaba nada a la imaginación, comenzaba marcando sus curvas desde su ombligo hasta las torneadas piernas, incluyendo en el paquete un trasero de envidia, el largo de aquella prenda era algo exagerado para cualquier hombre que la observara, hasta bajo su rodilla, algo que la hacía lucir aún más tentadora y prohibida.

Caminó hasta la cocina, el sonido de los tacones resonaban en todo el departamento, de 5 a 8 centímetros de alto tenían aquellos zapatos, pero, no los necesitaba, aún sin ellos, aquella mujer debía medir cerca del 1.70, dándole un porte de modelo.

Durante su recorrido hasta la mesa, llevó sus manos hasta los botones del saco y los desabrochó, se lo quitó despacio y lo dejó cuidadosamente sobre una de las sillas del comedor, acomodó su cabello rizado, largo y castaño. Abrió la puerta del refrigerador y se agachó para buscar algo dentro de él dejando a la vista de cualquiera aquellas nalgas apretadas por la falta.

Parecía no encontrar algo de su agrado dentro de aquel aparato, porque se movía de un lado a otro y mecía aquel trasero con singular facilidad. Un par de minutos más tarde se levantó y tomó despacio una botella de yogurt sabor fresa.

Una vez que terminó su cena, abrió la alacena y sacó de ella una copa y una botella de vino, las tomó y caminó hasta su recamara, sirvió una copa de vino y la tomó de un solo trago, luego sirvió una más y las dejó sobre la mesa de noche que se encontraba a un lado de su cama. Encendió el televisor y después el abanico que se encontraba a unos pasos de su cama.

Arregló cuidadosamente las sábanas blancas y se dispuso a prepararse para entrar en ella, safó los zapatos de sus pies y después comenzó a desabrochar los botones de la blusa, uno a uno, parecía no tener prisa, parecía disfrutarlo. De pronto, se acercó al ventilador y se paró frente a él, el aire que éste producía hizo que la tela de la blusa volara hacia los lados, dejando entrever el sostén blanco con encaje que tenía debajo.

Al mismo tiempo en que se movia la blusa, también su cabello ondeó suave y sedoso, ella cerró los ojos y pareció disfrutar de aquella refrescante brisa. Quitó por completo la blusa y la dejó. Movió sus manos y desabrochó el botón de su falda, bajo el cierre y en un abrir y cerrar de ojos, la prenda estaba en el piso, dejándola sólo con una braguita blanca con encaje a juego con su sostén.

Caminó hasta su cama, se recostó, tomó un sorbo de vino y miró un segundo el televisor. Parecia buscar un canal adecuado, una sonrisa enmarcó su rostro cuando dejó a un lado el control remoto del aparato y llevó una de sus manos hasta su pecho, comenzó a acariciarlo por encima del sostén en círculos, apretándolos poco a poco, alternó sus caricias y movimiento en uno y otro de sus senos.

Luego, la otra mano fue a parar hasta su boca, metió en ella lentamente su dedo índice y lo chupó lentamente después lo llevó bajo sus bragas y comenzó a moverlo directamente en su clítoris, cerró los ojos con fuerza y se concentro en su propio placer.

La mano en sus pechos, los pellizcaba y los acariciaba con más fuerza, su dedo se frotaba con mayor velocidad y el movimiento de sus caderas no se hizo esperar. Estaba muy concentrada en aquel trabajo. De pronto, abrió los ojos y se percató que la persiana de su recámara estaba abierta, así que se levantó, caminó hasta ellas y las cerró. Regresando a la cama con una sonrisa en los labios.
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Nick maldijo por lo bajo, al observar cómo aquella chica de nuevo volvía a cerrar las persianas, antes de correrse, así que le impedía terminar con el trabajo de aquella noche. Giró su cabeza y miró la gruesa erección que sostenía entre las manos.

Caminó hasta el baño y se dispuso a hacer lo que hacía cada noche, masturbarse allí sólo en aquel apartamento de soltero que había alquilado años atrás y que no tenía nada bueno, y pensaba abandonarlo, hasta que, de pronto se dio cuenta de que una linda mujer era ahora su vecina.

Llevaba observándola un par de semanas, a diario se colocaba sus binoculares y esperaba pacientemente a que llegara de trabajar, por suerte, ella al parecer tenía un turno más largo que el de suyo, así que tenía el tiempo perfecto para llegar a esperarla.

Amaba, cada curva de aquel cuerpo, y aún cuando solo había sido capaz de mirarla a través de aquella ventana, y, de que las persianas de su departamento aún escondían mucho, dejaban a la vista lo indispensable para ponerlo duro a tope.

Aunque sabía que jamás iba a estar cerca de ella, se conformaba con admirarla, en cada movimiento, noche tras noche. Las primeras veces ella parecía hacer lo que todos al llegar a casa, ir a dormir, pero un par de noches atrás, Nick casi muere del susto al notar como ella se acercaba y observaba con mayor atención por la ventana hacía el su departamento, el corazón casi se le detiene con la sola posibilidad de ser descubierto por aquella chica. Se metería en un gran lío si ella se percataba de que la espiaba. Pero respiro trankilo cuando ella dejó de ver por la ventana y se recostó de nuevo.

Pero, esta vez no hizo lo mismo que siempre, no observó la tele y después de un rato se durmió, no. Ahora ella se estaba tocando, los ojos de Nick se abrieron igual que un par de platos cuando ella comenzó a masturbarse, hacia movimientos tan sexys, sus manos eran sus alisadas, y Nick deseaba con todas sus fuerzas que ella terminara, pero, como esta noche, la chica después de algunos minutos cerraba las persianas, dejando a Nick noche tras noche empalmado y caliente.

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El reloj marcó las 10 de la noche y Nick se apresuró a entrar a su departamento, cerró la puerta rápidamente y tomó de un solo movimiento sus amigos los binoculares, luego caminó, casi corrió hasta su ventana, mientras dejaba escapar de su boca una serie de maldiciones hacia su jefe que lo había obligado a quedarse hasta más tarde en el trabajo.

Nick sabía que ella llegaba a su casa todos los días a las diez en punto, no había fallado en ninguna ocasión y al parecer ésta noche no era la excepción. Cuando por fin logró enfocar, se dio cuenta de que ella ya estaba recostada en su cama tomando una copa de vino, le llamó la atención que aquella mujer no observara el televisor, sino directamente a su ventana.

Ella comenzó a tocarse de nuevo, sus manos recorrían sus senos y después de chupar sus dedos, los deslizó lentamente bajo sus bragas, Nick casi agradeció que ella apenas comenzara con su trabajo diario, así que llevó sus manos dentro de su pantalón y se ayudó masajeándose el miembro que ya le dolía de lo excitado que se ponía con solo observarla.

Las caricias de ella se fueron haciendo más y más intensas, Nick casi rogaba por lo bajo para que no se detuviera, la erección le dolía de lo dura que la tenía. De pronto, ella se detuvo de nuevo, pero ésta vez no se levantó de la cama, así que Nick la observó con atención, ella tomó el teléfono de la mesa de noche y marcó unos números, colocó el auricular en su oído y Nick casi muere de un susto al escuchar sonar el teléfono en su departamento.

Su corazón latía con fuerza, casi siente como se sale de su pecho, sería posible?, en realidad ella le había marcado, observó por un minuto el teléfono que no dejaba de timbrar y se quedó congelado por unos instantes, caminó lentamente hasta el aparato, descolgó y lo llevó hasta su oído, su voz era un hilo, sus palabras se ahogaban en la garganta, trago nudos y hablo despacio.

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Lo siguiente que Nick hacia era caminar por aquella calle oscura, cruzó la avenida y entró en el edificio frente a su departamento. Las piernas le temblaban, las manos le sudaban y la boca la tenía seca. En verdad se dirigía a casa de ella?. La voz de aquella mujer le pareció aún más sexy de lo que jamás había imaginado.

Sus palabras no podían salir de su mente – Ven y termina conmigo- dijo ella casi en un susurro, él no perdió tiempo y salió disparado de su casa, cuando tuvo conciencia de nuevo ya estaba parado frente a la puerta de ella y había tocado el timbre. No había vuelta atrás, no debía haberla, no quería que la hubiera.

Entonces la vio, era ella, aquella chica que había estado espiando y deseaba más que nada en el mundo estaba parada frente a él con todo su esplendor, la miró de arriba abajo, era aún más bella en persona, encontró detalles que la distancia no le había permitido observar, cómo aquellos ojos color marrón y las grandes pestañas que los enmarcaban. Además de la linda sonrisa que tenía y que ahora estaba tan cerca de él.

La chica lo tomó del brazo y lo hizo pasar, cerrando la puerta tras de ella. Lo miró fijamente y le sonrió. Aún estaba sólo vestida con su ropa interior.

- Creí que no llegarías esta noche- dijo ella despacio, mientras se acercaba a Nick

- ¿perdón?- Nick tragó nudos cuando escuchó aquellas palabras, ¿entonces sabia que la observaba? ¿desde cuando?

- Crees que no me había dado cuenta- ella sonrió- se que cada noche me miras desde tu ventana y te excitas pensando en mi- le rodeó el cuello con los brazos.

- Tu- Nick casi tartamudeaba- ¿tu sabias que te observaba?

- Ajá- Ella asintió con un movimiento de cabeza y apretó su cuerpo aún más al de Nick- Eres aún más lindo de lo que imaginaba.

- Gracias- Nick solo atinó a dejar escapar ésta palabra

Entonces ella lo besó, pero no fue tierno, ni romántico, ese beso estaba cargado de pasión y desesperación, Nick se abrió paso en la boca de ella de la misma forma, introdujo su lengua y la enredó con la de su compañera y entablaron una lucha como si se fuera de vida o muerte.

Sin pensarlo dos veces, ella llevó sus manos hasta los pantalones de Nick, tanteando entre ellos la gruesa erección que mantenía cautiva bajo aquella tela, así que comenzó a masajearla despacio, no tenía prisa, disfrutaría de aquel chico que noche tras noche la hacia correrse con el sólo imaginar que la observaba con tanto cuidado y atención.

SI, es verdad que habia sentido miedo al principio, pero en realidad se daba las gracias de haber decidido hablarle, no él era todo un hombre, aquellos ojos color chocolate y los rizos lo hacían ver tan guapo, además la estaba besando como los propios dioses, quería devorarla entera, en verdad la deseaba.

Nick dejó escapar sus gemidos y ella los tragaba en el beso, de pronto las manos de la chica buscaron con desesperación el cinto de él, encontrándolo y quitándolo del camino rápidamente, una vez solucionado ese estorbo, entonces pudo dirigir su mano por dentro de los pantalones y de los bóxers y abrazar el miembro duro.

Nick rompió el beso cuando sintió la caricia directa en su erección, y echó la cabeza hacia atrás, entonces ella quitó en un solo movimiento la camiseta que él vestía y lo animó a sacarse los pantalones. Cuando estuvo sólo con bóxers ella lo observó, su bien formado torso musculoso, los brazos fuertes y aquel abdomen que parecía poder con cualquier cosa sobre él. Ella mordió su labio al encontrar su mirada con la erección que se alzaba por debajo del bóxer e hizo que Nick se sonrojara.

Ella se arrojó sobre él y siguió con los besos y las caricias, ahora estaban en igualdad de circunstancias, ambos sólo llevaban ropa interior, así que el sentir el contacto de piel con piel caliente y sudorosa hicieron el ambiente aún más apasionado.

DE pronto, Nick sintió la pared fría en su espalda, se habían movido y caminado a ciegas hasta el dormitorio de la chica pero, en su camino se interpuso un muro, entonces ella le regaló una sonrisa y rompió el beso para recorrer con su lengua desde su cuello, pasando por su pecho, dejando un rastro de saliva y chupones de lo fuerte que lo poseía, Nick estaba más que excitado, cada que ella lo besaba y acariciaba su gruesa erección daba un salto de placer.

Ella no detuvo su boca y fue bajando poco a poco hasta quedar de rodillas teniendo frente a su rostro el miembro de Nick, el cual besó y acarició por encima de la tela del bóxer, lo cual hizo que Nick arrojara la cabeza hacia atrás y soltara un largo gemido..- Vamos nena tómala- dijo arrastrando las palabras, en un susurro que casi no se escuchó.

La chica levantó la mirada y sintió una punzada en su entrepierna al ver el rostro de excitación de Nick, así que jugó un instante con el elástico de los bóxers haciendo el delirio de Nick aún más largo, en un abrir y cerrar de ojos, ella bajo aquel intruso y la erección de él salió altiva y arrogante, directo al rostro de ella. El gemido de alivio de
Nick resonó en toda la habitación, entonces sintió que ella lo tocaba, parecía examinarlo y reconocer aquel terreno, despacio acarició primero la punta, lo cual lo hizo dar un respingo, cualquier caricia por más minima que fuera en aquel estado, era intensa y mortal.

Entonces ella la llevó hasta su boca, su lengua fue despacio lamiéndola poco a poco, dejando que aquel sabor agridulce y salado la invadiera por completo, puso su mano en la base del miembro y se fue ayudando con ella para moverla arriba y abajo haciendo que entrara cada vez más a su boca. Usó toda la saliva que podía para hacerla que se deslizara más adentro cada vez, pero hacia los movimientos dolorosamente lentos para Nick, el cual estaba desesperado.

EL sufrimiento de Nick lo hacia que se mordiera los labios tratando de prolongar un poco más su placer, no quería llegar, aun no, él quería tomarla y terminar dentro de ella, y aquella mujer lo estaba haciendo cada vez más difícil. Cuando sintió casi todo su miembro en aquella boca cálida y húmeda, se sintió que se elevaba, pero quería más, lo quería todo, quería follarle la boca por completo. Así que aprovecho un descuido de ella al mover sus manos para con un movimiento de caderas hacerla que la tragara por completo. – así..toda completa..cómela toda nena-

Nick comenzó a mover las caderas sin control, ya no sabia lo que hacia, simplemente buscaba su placer, y aquella boca se lo estaba dando. La folló sin control con movimientos cada vez más rápidos, la chica la recibia con gusto, sintiéndola llegar hasta el fondo de su garganta.

Un rayo que cruzó el cuerpo de Nick, le hizo darse cuenta de que estaba a punto de correrse, así que la tomó y la levantó del piso, la besó desesperadamente, haciéndola girar y caer de espaldas sobre la cama, rompió con desesperación la braguita que ella llevaba aún puesta y que estaba empapada por sus jugos. Se acomodó entre las piernas de ella y en un solo movimiento sin pensarlo dos veces la penetró.

Los dos gritaron al mismo tiempo, aquella gruesa erección siendo abrazada por la cálida y húmeda vagina de ella hacían que Nick volviera a perder el control, llevándole a penetrarla sin compasión, entraba en ella y salía rápido y duro. Ella agitaba su cabeza hacia los lados, él la miró, el cabello extendido sobre la almohada, mordía sus labios para ahogar algunos gemidos y cerraba los ojos, los apretaba, parecía perderse en su propio placer. Las manos de ella se aferraban a las sabanas de la cama con fuerza, tratando de contener el orgasmo tan solo un poco más, un poco más, no quería que aquel momento terminara.

Pero era casi imposible, Nick la martillaba cada vez más duro, sin compasión, moviéndose como un animal salvaje y empujándola cada vez más al olvido, hacia el mundo del placer. Entonces, un par de estocadas más fueron su perdición. Ella sintió como el miembro de Nick se hizo imposiblemente más duro y entonces él la penetro más fuerte llegando hasta el fondo, con lo cual ella estalló en un sonoro orgasmo, luces de colores destellaron dentro de sus ojos y su cuerpo comenzó a tener espasmos muy fuertes, los cuales llegaron hasta el miembro de Nick, a través de las contracciones de su vagina, las cuales lo abrazaban con fuerza.

Un instante después, aún cuando ella vibraba con el orgasmo Nick llegó y se corrió dentro de ella, haciéndola remontarse en la última cresta del placer y agitando la respiración de ambos hasta el límite.

Cuando el mundo dejó de temblar para ambos, ella pensó que era el final, pero Nick no habia terminado aún, entonces se sorprendió al verlo deslizarse más abajo, llegando hasta su entrepierna. Nick abrió las piernas de ella cuidadosamente y hundió su rostro en ese espacio.

A ella un escalofrío le recorrió el cuerpo completo, cuando sintió las respiraciones de Nick tan cerca de su vagina, y dio un pequeño respingo al sentir la lengua de él recorrerle los suaves pliegues por completo, despacio parando y haciendo círculos apretados en el endurecido clítoris.

Ella no tardó en ponerse a mil de nuevo, la boca de aquel hombre era maravillosa, no sólo besaba como los dioses, con sus sólo movimiento y roce en su feminidad la estaba llevando peligrosamente al orgasmo de nuevo. Entonces, cuando creía que no se podía poner mejor, él uso sus dedos y comenzó a jugar con ellos, la penetró con uno, luego con otro, llegando a meter tres de ellos juntos y moverlos en círculos.

De pronto ella gritó- oh!..por dios!- Nick sonrió y la vió, había encontrado la mina de oro, habia encontrado su punto G dentro de la vagina con sus dedos y no desaprovecharía la oportunidad de utilizar aquella arma, así que siguió moviendo la lengua con maestría y sin dejar de poner atención un solo instante a su delicado botón, la empujó al abismo del placer, con sus dedos, moviéndolos y presionando con ritmo aquel espacio de placer.

Ella empujaba sin pensarlo sus caderas hacia el rostro de Nick, amaba lo que le estaba haciendo, ningún hombre con los que habia estado la habían llevado hasta aquel estado de extasis, estaba disfrutando como nunca, esos dedos hacían maravillas dentro de ella. Un par de movimientos después, ella estalló de nuevo, - Sí!...oh Dios Si..si…sii..sii!!- le regaló sus jugos a Nick que sin pensarlos los lamió y saboreó por completo. Él no la dejó de chupar, ayudándola con ello a prolongar su orgasmo.

Cuando los temblores hubieron cesado, Nick besó los labios de la chica compartiendo con ella su propio sabor. Luego le pidió que se colocara de rodillas, él se acomodó detrás de ella y la empujó suavemente hacia el frente, hasta que sus nalgas quedaron a la altura necesaria. Nick las tocó acarició y besó, aquella posición la dejaba tan expuesta y a él le daba una visión impresionante.

Así que se acomodó tras de ella, tomó su miembro con una mano y lo dirigió hacia su entrada, ella gimió cuando él comenzó a jugar, rozando y moviendo su pene alrededor y en las orillas de su vagina, pero sin llegar a penetrarla, entonces ella empujó sus caderas hacia atrás, lo cual él entendió y entonces se deslizó dentro de ella.

Esta vez lo hizo despacio, sintiendo cada milímetro de aquella apretada abertura dejándola sentir toda su longitud y dureza dentro de ella. Gemían y gritaban, sudaban y se movían al unísono, cuando él comenzó a entrar y salir de ella rápidamente.

Con cada movimiento él ganaba más velocidad y fuerza, lo cual los hizo viajar juntos hasta el valle del placer, cuando sus jugos se mezclaron y él explotó dentro de ella. Cerrando los ojos con fuerza. Y dejándose caer sobre la cama.

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La luz del sol le caló en los ojos, así que tuvo que abrirlos a pesar de aún no querer despertar, miró su reloj y supo que era sábado, porque no había sonado su alarma a pesar de ya ser las 9 de la mañana. Entonces sintió un frío que recorría su cuerpo y se dio cuenta que estaba desnuda. Recordó lo que había sucedido la noche anterior y sonrió. Giró su cuerpo lentamente pero no encontró a aquel maravilloso hombre. En su lugar sólo había una nota y una rosa.

Ella tomó la rosa y la olió, su aroma era delicioso, después miró la nota.

“Fue maravilloso terminar juntos, sabes dónde encontrarme, siempre estaré disponible para ti.
P.D. Hazme un favor quieres? No vuelvas a cerrar las persianas”

Entonces sonrió al leer las últimas palabras y miró hacia su ventana, allí estaba él, como todos los días atrás de los binoculares. Así que movió la mano para saludarlo.
Después se levantó, tomó un marcador y la tapa de una caja, escribió un mensaje y se lo mostró.

“Sabes la hora. Sé puntual”
Y Nick sólo sonrió al otro lado de la calle.



este es una historia de mi autoría, me base en la canción persiana americana de Soda Stereo... espero que les guste 😉

9 comentarios - Persiana Americana - El vecino

efprole
buen relato, muy erotico, es muy bueno mitch

Persiana Americana - El vecino
Brandon_Ley
🔭
Orale muy bueno linda
👍 👍
lobosolitario1980
excelente. En el trabajo de noche me pasa una situacion parecida, cuando ella, mi rubia,como la llamo yo, se despierta al amanecer para ir a su trabajo, con su ventana y persiana abierta, agradezco al dios calor por permitirme tan hermoso expectaculo.
JoshLsk +1
me gusto bastante eres buena:)