Santa Teresita no es mi lugar indicado para el veraneo, pero me puse a pavear mirando minas en la playa y realmente vi poco de buena calidad. Creo que fue el día ya que en otros años cuando acompaño a mis viejos a las vacaciones no suelen ser tan opiadas.
En la carpa estaba unos grupos de señoras mayores que son amigas de mi madre y que componen un ramillete de viejas de las cuales solo una me tiene reloco. Son todas más 55 y realmente no hay mucho que ver.
Esa, que me tiene reloco, no es por su presente, es más bien por una foto vieja de Mar del Plata que esta junto a mi madre y unas amigas del colegio donde se puede ver que esta raída señora fue un bombón.
No la hare larga, el caso que aburrido y sin perspectivas le tire mis miradas a sus tetas y a su pelo blanco y brillante.
A su peculiar boca, que en sonrisa mostraba una radiante y blanca dentadura.
No sé cuál es su situación actual, pero fui al grano y en un descuido puse mis manos en sus nalgas blancas pero calientes por el sol de la playa. Yo haciéndome el vivo y ella me miro y manoteo mi pija sobre el pantalón, y me dijo: ¿pendejo como te diste cuenta que te quiero comer? Veni, vamos a mi casa.
Vamos le dije, ¿en que la puedo ayudar?
En romperme el culo, quiero que me des tu leche.
Me quede casi frio, pero mi verga se puso muy dura.
Sus tetas eran enormes y ver mi pija en esa paja turca parecía un escarbadientes entre los dedos de una mano.
No cerraba los ojos y me miraba de una manera bastante sensual.
Le puse mis dedos en la cajeta y acompañaba con su pelvis una buena paja con ellos.
Cuando alcanzo ritmo separo sus tetas y virtualmente se comió la pija en su boca. Entraba hasta mi pubis salía todo su tamaño de su boca. La escupía, la mojaba hasta que creo un ambiente tan húmedo y aceitoso en su boca (por la saliva densa) que me hizo acabar.
Su boca rebalsaba de mi leche y era evidente que mi gran acabada era demasiado para retenerla en ella y más como la pija ahí.
Hilos de semen corrían por el costado de su boca, mientras no me sacaba la vista de los ojos.
¿te fuiste pendejo?, quiero que me partas el culo……………… lo dijo con una sensualidad que permitió que siguiera al palo.
Se tragó la leche y con los restos que aun tenía en sus manos metió su dedo en el culo para lubricarlo.
Se puso de espaldas a mi tomo mi verga y la dirigió directo a la virola de su culo, que cuando sintió mi glande pujo y quedo ensartada magistralmente.
Se soltó la gomita del pelo y dejo su pelo largo al viento mientras alocadamente corría con sus caderas con mi pija en su ojete.
Solo repetía dale, pendejo, dale…..
Debo admitir que esa cueva era como una mano y poco tarde en sentir que me iba a sacar la poca leche que me quedaba después de semejante acabada en su boca.
Masajeaba esas tetas que me parecían gigantescas. Y pujaba por partirle, a su pedido, el culo.
Se dio vuelta y en posición de misionero guio mi pija a su orto, y me dijo, Bebe, dame la leche ahí. Es mía, la quiero toda.
Acabe, es cierto, era suya. Se me puso fláccida rápidamente así que ella con sus dedos siguió metiéndolos en el culo como para prolongar un orgasmo.
Quede rendido. Iba a empezar a mimarla, dijo, vestite rápido, creo que está por llegar mi marido y mi hijo. Por hoy es bastante.
Me tiro el bañador a la puerta, y mientras corría al baño y me dijo, chau pibe, no te conozco.
En la carpa estaba unos grupos de señoras mayores que son amigas de mi madre y que componen un ramillete de viejas de las cuales solo una me tiene reloco. Son todas más 55 y realmente no hay mucho que ver.
Esa, que me tiene reloco, no es por su presente, es más bien por una foto vieja de Mar del Plata que esta junto a mi madre y unas amigas del colegio donde se puede ver que esta raída señora fue un bombón.
No la hare larga, el caso que aburrido y sin perspectivas le tire mis miradas a sus tetas y a su pelo blanco y brillante.
A su peculiar boca, que en sonrisa mostraba una radiante y blanca dentadura.
No sé cuál es su situación actual, pero fui al grano y en un descuido puse mis manos en sus nalgas blancas pero calientes por el sol de la playa. Yo haciéndome el vivo y ella me miro y manoteo mi pija sobre el pantalón, y me dijo: ¿pendejo como te diste cuenta que te quiero comer? Veni, vamos a mi casa.
Vamos le dije, ¿en que la puedo ayudar?
En romperme el culo, quiero que me des tu leche.
Me quede casi frio, pero mi verga se puso muy dura.
Sus tetas eran enormes y ver mi pija en esa paja turca parecía un escarbadientes entre los dedos de una mano.
No cerraba los ojos y me miraba de una manera bastante sensual.
Le puse mis dedos en la cajeta y acompañaba con su pelvis una buena paja con ellos.
Cuando alcanzo ritmo separo sus tetas y virtualmente se comió la pija en su boca. Entraba hasta mi pubis salía todo su tamaño de su boca. La escupía, la mojaba hasta que creo un ambiente tan húmedo y aceitoso en su boca (por la saliva densa) que me hizo acabar.
Su boca rebalsaba de mi leche y era evidente que mi gran acabada era demasiado para retenerla en ella y más como la pija ahí.
Hilos de semen corrían por el costado de su boca, mientras no me sacaba la vista de los ojos.
¿te fuiste pendejo?, quiero que me partas el culo……………… lo dijo con una sensualidad que permitió que siguiera al palo.
Se tragó la leche y con los restos que aun tenía en sus manos metió su dedo en el culo para lubricarlo.
Se puso de espaldas a mi tomo mi verga y la dirigió directo a la virola de su culo, que cuando sintió mi glande pujo y quedo ensartada magistralmente.
Se soltó la gomita del pelo y dejo su pelo largo al viento mientras alocadamente corría con sus caderas con mi pija en su ojete.
Solo repetía dale, pendejo, dale…..
Debo admitir que esa cueva era como una mano y poco tarde en sentir que me iba a sacar la poca leche que me quedaba después de semejante acabada en su boca.
Masajeaba esas tetas que me parecían gigantescas. Y pujaba por partirle, a su pedido, el culo.
Se dio vuelta y en posición de misionero guio mi pija a su orto, y me dijo, Bebe, dame la leche ahí. Es mía, la quiero toda.
Acabe, es cierto, era suya. Se me puso fláccida rápidamente así que ella con sus dedos siguió metiéndolos en el culo como para prolongar un orgasmo.
Quede rendido. Iba a empezar a mimarla, dijo, vestite rápido, creo que está por llegar mi marido y mi hijo. Por hoy es bastante.
Me tiro el bañador a la puerta, y mientras corría al baño y me dijo, chau pibe, no te conozco.
4 comentarios - Una situaciòn de vacaciones.